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Hasan Nasrallah



Hassan Nasrallah (en árabe: حسن نصرالله) (nacido el 31 de agosto de 1960 en Beirut, Líbano)[1]​ es el actual secretario general del partido político y grupo armado libanés chií Hezbolá desde que su predecesor, Abbas al-Musawi, fuera asesinado por las Fuerzas de Defensa de Israel en febrero de 1992. Bajo su mandato en Hezbolá ya sea en su conjunto o en partes concretas de la organización, por los Estados Unidos, la Unión Europea y otras naciones. Rusia niega las acusaciones de que Hezbolá sea una organización terrorista y la considera una organización sociopolítica legítima. La República Popular China, por su parte, permanece neutral y mantiene contactos con la organización.

Nacido el 31 de agosto de 1960 en Beirut,[2]​ Nasrallah cursó estudios de primaria en un colegio llamado al-Nayah, y en el Instituto Sen al-Fil en el Líbano terminó los estudios de secundaria. En ese momento comenzó la Guerra Civil Libanesa, por lo que Nasrallah se vio obligado a volver a casa de sus padres en el poblado de Al-Bazuriyya, situado al sur del Líbano, donde continuó los estudios de secundaria en un instituto en Tiro. Hasan Nasrallah, aprovechando su estancia en Bazuriyya, se unió al Movimiento Amal (Haraka al-Muqawama al-Lubnaniya), cuyo fundador fue Musa Sadr. En su momento, esta elección se percibió como extraña ya que los chiíes se decantaban por el marxismo, y Amal no lo era y eso fue novedoso. Un poco más tarde, Nasrallah se convirtió en el delegado de este movimiento en su poblado.

Dos años después, guiado por su interés en saber más del chiismo, se trasladó a la ciudad de Tiro para conocer a Mohamed al-Arui, profesor de Educación Islámica en una de las mezquitas de la ciudad.

Nasrallah aprovechó la amistad que fluyó con al-Arui y le pidió que le ayudase a viajar a la ciudad de Nayaf, en Irak, una ciudad santa chií que reunía a los mejores sabios de esta rama del Islam. Efectivamente, al-Arui no solo le financió el viaje para ir a Nayaf, sino que también le dio una carta de recomendación para dársela a Muhammad Baqir al-Sadr, uno de los mejores conocedores del chiismo a lo largo de su Historia.

Una vez llegó Nasrallah a la ciudad de Nayaf preguntó la manera de encontrarse con Muhammad Baqir al-Sadr. Algunos le dirigieron a Abbas al-Musawi, íntimo amigo de Bakr-al-Sadr. El encuentro de Nasrallah con al-Musawi constituyó un cambio significativo en su vida política, porque a raíz de este encuentro se entabló entre ellos una amistad sumamente estrecha, y en 1982 estos dos hombres desempeñaron un papel protagonista en la historia del Líbano creando el partido Hezbolá.

Pocos días más tarde se conocieron Nasrallah y Bakr-al-Sadr. Este último pidió a al-Musawi que cuidase de él, que le financiase los estudios y que fuera el profesor que se encargara de enseñarle. Al-Musawi es conocido por su método intenso y estricto dando clases. De hecho, sus alumnos conseguían asimilar en dos años el contenido que normalmente se daba en cinco años en al-Hawza, escuela de jurisprudencia de la doctrina imamí. De esta manera, Nasrallah consiguió avanzar en sus estudios religiosos en un tiempo relativamente corto, dado que en 1978 ya había acabado la primera parte de su formación. Sin embargo, en este año el panorama político en Irak se tensó debido a que el Gobierno iraquí decidió limitar el espacio de actuación para los estudiantes religiosos extranjeros, especialmente para los estudiantes libaneses, hasta tal punto que un día de ese año la Policía iraquí accedió a la escuela donde daba clases al-Musawi con la intención de detenerle. Por suerte, al-Musawi se encontraba en ese momento en Líbano. La misma suerte tuvo Nasrallah al hallarse en otro lugar, porque al contrario lo hubieran detenido al igual que sus compañeros que sí estaban en clase en tal momento. Por ese motivo, Nasrallah tomó la decisión de volver a Líbano antes de que fuera detenido.

Nada más regresar al Líbano se inscribió en una escuela de jurisprudencia islámica para continuar su formación. Asimismo, vuelve a activarse como militante en el Movimiento Ama con el fin de ejercer nuevas actividades políticas en la ciudad en nombre del movimiento.

Creció en un barrio pobre de Karantina, al este de Beirut, sin servicios básicos como agua corriente o electricidad, en una zona de chabolas. Su padre era dueño de una pequeña tienda de ultramarinos.

Sus padres consiguieron reunir el dinero necesario para enviarlo a una escuela privada, donde la minoría chií de alumnos era a menudo acosada por grupos de niños sunníes.

Al estallar la Guerra Civil Libanesa en 1975 uno de los campos de batalla fue su barrio natal, por lo que su familia se mudó al sur del país, estableciéndose en la ciudad de Tiro, de donde eran originarios.

Líbano, patria de Nasrallah y país de gobiernos compartidos entre distintas facciones, vive hasta la década de 1970 un gran desarrollo económico, tanto que la denominan en ciertos ámbitos como la "Suiza de Oriente Próximo". Pero finalmente el equilibrio político religioso de siglos atrás estalla violentamente durante la guerra civil entre facciones religiosas, cristianos maronitas, drusos, musulmanes chiíes y sunníes, alimentada por intereses internacionales. Las luchas internas y los conflictos con Israel, que invadió el país en 1982 y en 2006, aún hoy en día continúan, con una fuerte presión de los países vecinos sobre el territorio en Oriente Próximo.

Con tan solo 15 años, un jovencísimo Nasrallah se traslada a la ciudad santa de Nayaf, en Irak, e ingresa en su hawza `ilmiyya (حوزة علمية), es decir, el seminario religioso, para empezar sus estudios como mulá, y convertirse en un clérigo del Islam. En 1978 es expulsado del país por el régimen de Saddam Husein y durante la década de 1980 se traslada a Qom, el gran centro de enseñanza chií en Irán, para estudiar jurisprudencia islámica, aunque nunca destacaría en los estudios islámicos.

En estos centros de estudio religioso conocerá a sus mentores espirituales, personalidades reconocidas en el mundo islámico, especialmente los ayatolás Ruhollah Jomeini - futuro líder de la Revolución Iraní de 1979 - su tutor personal Mohammed Sadiq al-Sadr, padre de Muqtada al-Sadr, y al sucesor desde 1989 de Jomeini, Alí Jamenei.

En 1982 Nasrallah, junto con otros miembros del Movimiento Amal, decidió dar por finalizada su militancia en esa organización debido a las diferencias de opinión sobre cómo había que actuar frente a la invasión israelí.

Poco tiempo más tarde, Nasrallah formó parte de las primeras células recién creadas de Hezbolá. Un acto que coincidía con la consolidación de la famosa Revolución Islámica en Irán. Las principales funciones que desempeñó fueron de ejecutivo y consejero. Rápidamente, sus dotes de carisma y liderazgo le abrieron paso para que en 1992, tras de la muerte de Abbas al-Musawi, llegase a ocupar la posición de Secretario General de Hezbolá. La dirección de Hezbolá depositó en él una confianza considerable debido al saber hacer que mostró con sus decisiones que tuvo que tomar en un momento de mayor tensión.

Nasrallah dirigió numerosas operaciones militares contra Israel. Las más destacables fueron: la Operación Ajuste de Cuentas en 1993 y la Operación Uvas de la Ira en 1996. Estas operaciones dieron como resultado el Acuerdo de Abril firmado con Israel, percibido como una victoria y la liberación de gran parte del Líbano en el año 2000.

Desde 1975 Nasrallah participa en el Movimiento Amal, dirigido por Musa al-Sadr. Unos años después, Amal lo elige como su delegado político en Bekaa.

En 1982 la República Islámica de Irán ayuda y financia la creación de Hezbolá para enfrentarse a la invasión del sur del Líbano por parte de Israel, que pretendía expulsar las guerrillas de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). Nasrallah se integra en la nueva organización, que durante la década de 1980 se enfrentará también en luchas sangrientas con el Movimiento Amal, donde había militado originalmente.

En 1988 el conflicto civil libanés se agrava, mientras Nasrallah permanece a la vanguardia del brazo armado de la organización enfrentándose a su propio hermano mayor, con el nombre de guerra Yihad al-Huseini, que permanece en el Movimiento Amal. Su lealtad le hace ganar seguidores dentro de Hezbolá.

En 1992 las fuerzas israelíes mataron a Abbas al-Musawi, hasta entonces líder de Hezbolá, propiciando a Nasrallah, tímido y poco conocido,[3]​ su ascenso a la secretaría general con tan solo 32 años.

Pero al margen de los propios conflictos de la organización con otros movimientos y organizaciones libanesas, el principal objetivo marcado desde su origen, con más discursos políticos que religiosos,[3]​ es la resistencia contra Israel, política que continúa Nasrallah. En 1997 su hijo Hadi, de 18 años, murió en un enfrentamiento con israelíes, que capturaron su cadáver. Tardará casi un año en recuperar el cuerpo, junto con otros 38 combatientes muertos de Hezbolá, así como la liberación de 60 prisioneros libaneses, a cambio de un militar israelí muerto en una emboscada.

En el año 2000 los israelíes aceptaron la retirada de sus tropas del sur del Líbano por debajo de la frontera internacional, en cumplimiento de la Resolución 425 del Consejo de Seguridad de la ONU, tras 18 años de presencia. Ese mismo año, Hezbolá lanzó una emboscada que se saldaría con la muerte a 3 soldados y la captura de sus cadáveres, además del secuestro de un coronel retirado, todos ellos israelíes. Tres años después, Israel aceptó liberar a 400 prisioneros palestinos de Gaza y Cisjordania, además de 23 militantes libaneses que regresarían a su país.

A principios de 2005, tras el asesinato del primer ministro libanés Rafik Hariri, se desencadenó un movimiento cívico de protesta conocido como la Revolución del Cedro, que exigió la celebración de elecciones libres y la inmediata retirada de la presencia militar de Siria, con &&&&&&&&&&014000.&&&&&014 000 soldados en suelo libanés. En abril de 2005, las manifestaciones lograron la retirada completa de las tropas regulares sirias y sus respectivos servicios de inteligencia.

Estas circunstancias aumentaron las críticas hacia Hezbolá dentro del Líbano, que se manifestó a favor de la presencia de Siria, gobierno aliado de Nasrallah. No obstante, desde julio de 2005, los miembros de Hezbolá gobiernan en coalición gracias a sus diputados en el Parlamento libanés.

El 12 de junio de 2006 Hezbolá vuelve a capturar a 2 soldados y mueren otros 8 soldados israelíes en unos ataques del brazo armado de la organización, la Resistencia Islámica, contra puestos fronterizos israelíes lanzados desde el sur del Líbano, pero esta vez no se producen negociaciones. Durante los primeros días se inicia una escalada bélica que desemboca en la Guerra del Líbano de 2006, con el objetivo principal de reducir y dañar a la organización por parte de Israel y sus aliados.

Su posición de hostilidad, aunque al principio criticada por parte de los medios políticos locales, finalmente ha conseguido no solo acallar o suavizar las críticas de sus enemigos libaneses, sino que le ha hecho aumentar su popularidad.[4]​ En uno de sus discursos al final del conflicto, un día después del alto el fuego, describió: "Estamos ante una victoria histórica y estratégica, no es ninguna exageración, esta victoria es para todo el Líbano, para toda la resistencia y para la Umma".[5]

Nasrallah es una figura popular en el mundo árabe. Frecuentemente polémico, es visto por muchos musulmanes como un héroe[6]​ de la resistencia libanesa y la causa palestina. Para una gran parte de la sociedad occidental y el vecino Estado de Israel es un peligroso caudillo terrorista que incita al odio antisemita. En más de una ocasión, Israel ha intentado acabar con su vida mediante operaciones denominadas como asesinatos selectivos.

Otros lo definen como a medio camino entre un guerrillero y un político, una especie de mezcla a medio camino entre el ayatolá Jomeini y el Che Guevara, un populista de discurso islámico y un carismático táctico de guerrilla.[7]

El último conflicto con Israel ha aumentado su popularidad y ha acallado algunas críticas hacia su organización en Líbano y algunos países árabes como Arabia Saudí, Jordania o Kuwait. Incluso se ha ganado un cierto respeto entre algunos de sus más acérrimos enemigos en cuanto a su liderazgo. Yossi Alpher, alto oficial del Mossad ya retirado, decía de Nasrallah que es "un espléndido líder: listo, carismático y tiene valor".



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