Cisjordania (en árabe, الضفة الغربية [aḍ-Ḍaffah l-Ġarbiyyah]; en hebreo, הגדה המערבית [HaGadah HaMa'aravit]) o más comunmente יהודה ושומרון [Yehudah ve-shomrón, en español Judea y Samaria], es una región de 5860 km² de extensión y de 20 a 40 kilómetros de ancho delimitada al este por el río Jordán y el mar Muerto, y al oeste, norte y sur por la llamada Línea Verde, según la demarcación que se estableció en el Armisticio árabe-israelí de 1949.
Cisjordania es considerada «territorio ocupado» por el derecho internacional y las Naciones Unidas, la mayor parte de la comunidad internacional, la Autoridad Nacional Palestina, que gobierna Cisjordania, y Hamás, que gobierna la Franja de Gaza, así como una serie de ONG, periódicos, académicos y partidos políticos (Lista Conjunta, Meretz ) dentro del propio Israel. Salvo Jerusalén Este, Cisjordania no ha sido formalmente anexionada por Israel y, según el derecho internacional, no pertenece de iure a ningún Estado al renunciar Jordania a su soberanía (tras su anexión ilegal en 1948), por lo que se encuentra a la espera de resolverse su estatus definitivo, junto con la Franja de Gaza, por la comunidad internacional (como lo hizo en 1947 en las Naciones Unidas) o en futuras rondas de negociaciones entre israelíes y palestinos. Por ello, al no existir soberanía previa, más allá de la colonización inglesa y el reparto de las Naciones Unidas, Israel lo considera un «territorio disputado» y no un régimen de «ocupación», mientras el derecho internacional, que no acepta la conquista militar como base de derecho, lo rechaza.
El término Cisjordania es un neolatinismo que se arraigó durante el periodo en que el territorio estuvo ocupado por Jordania (1948-1967). Antes, la denominación tradicional era Judea y Samaria (la propia ONU lo usó en el Plan de Partición de Palestina de 1947). La denominación Cisjordania se extendió a partir de 1950 como concepto geopolítico que permitía diferenciarlo de Transjordania («más allá del Jordán»), es decir, la actual Jordania. Transjordania cambió oficialmente el nombre del país en 1950 al anexionar en un solo Estado ambos lados del Jordán —Cisjordania y Transjordania—, algo que sin embargo no fue reconocido por la comunidad internacional.
El término «Ribera Occidental», es un término de apenas sesenta años. La región no tenía una existencia por separado del resto de las tierras sino hasta el año 1948-1949, cuando fue ocupada por la Legión Árabe de Jordania. El nombre de «Ribera Occidental» en español o «West Bank» en inglés, es una traducción del término árabe الضفة الغربية (aḍ-Ḍaffah l-Ġarbiyyah) acuñado por los jordanos. Hasta ese momento, los nombres de Judea y Samaria fueron los nombres de estas regiones. El término fue utilizado para diferenciar «la ribera occidental del río Jordán», es decir, el entonces recientemente territorio anexado, de la "Ribera Oriental" del mismo río (Transjordania), que hoy constituye el territorio actual del Reino de Jordania.
En Israel se le sigue denominando por sus tradicionales y milenarios nombres bíblicos, es decir Judea y Samaria (en hebreo, יהודה ושומרון [Yehuda ve-Shomron]).
Durante unos cuatrocientos años (1516-1918) inmediatamente anteriores a la Primera Guerra Mundial, el área actualmente conocida como Ribera Occidental o Cisjordania estuvo bajo dominio del Imperio otomano, como parte de la división administrativa de la provincia de Siria Otomana.
Como consecuencia de su derrota en la primera gran contienda bélica del siglo XX, el Imperio otomano perdió la región, pasando a manos británicas con la creación del Mandato Británico de Palestina.
En la Conferencia de San Remo (19 al 26 de abril de 1920), cuatro de las principales potencias aliadas durante la Primera Guerra Mundial asignaron las zonas de Judea y Samaria al Mandato Británico de Palestina, confirmando así la asignación del mandato realizada durante la primera Conferencia de Londres (12 al 24 de febrero de 1920). La Resolución de San Remo adoptada el 25 de abril de 1920 incorporó la Declaración Balfour de 1917. Esto y el artículo 22 del Pacto de la Sociedad de Naciones fueron los documentos básicos sobre los que el Mandato Británico de Palestina fue creado. Los resultados de las dos conferencias realizadas, fue ratificada por la Sociedad de Naciones a través del Tratado de Sèvres firmado el 10 de agosto de 1920, donde Gran Bretaña recibió las regiones de Siria del sur bajo el Mandato Británico de Palestina y de Irak bajo el Mandato Británico de Mesopotamia mientras que Francia obtuvo el control de lo que hoy son Siria y Líbano, pasando a formar parte del Mandato francés de Siria.
Tras la Segunda Guerra Mundial, la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó la Resolución 181 del 29 de noviembre de 1947, que dictaminó la partición del Mandato Británico en dos estados independientes, uno judío y otro árabe. Cisjordania estaba destinada a formar parte de este último. Los países árabes rechazaron el plan de partición y declararon la guerra al Estado judío. Tras la guerra árabe-israelí de 1948 y el Armisticio de 1949, que definió los límites provisionales mediante la Línea Verde poniendo fin a la contienda, la zona pasó a administración jordana de facto hasta 1967. En 1950, Jordania (hasta entonces llamada Transjordania) pretendió anexionarse Cisjordania de iure —anexión que no fue reconocida por casi ningún país del mundo—, situación que el reino hachemita mantuvo hasta que Israel ocupó Cisjordania en 1967, durante la Guerra de los Seis Días.
Desde entonces, Israel administró Cisjordania bajo un régimen militar, hasta que en 1982 el gobierno de Israel estableció para los territorios palestinos un organismo específico, la Administración Civil (CA), dependiente del COGAT (Coordinator of Government Activities in the Territories), que es una unidad del Ministerio de Defensa de Israel. Su mandato incluía atender tanto a los colonos israelíes como a la población palestina. En 1980, Israel anexionó la parte oriental de Jerusalén conquistada en 1967, movimiento que fue considerado "una violación del derecho internacional" y declarado "nulo y carente de valor" por la Resolución 478 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. En la década de 1980 se aceleró la creación de nuevos asentamientos israelíes, y los colonos de Cisjordania casi doblaron su población que pasó de 35.000 personas en 1984 a 64.000 en 1988, para alcanzar 130.000 a mediados de los noventa. Numerosas resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, la más reciente siendo la 2334, aprobada el 23 de diciembre de 2016, consideran todos los asentamientos de Israel en Cisjordania, Jerusalén Este y los Altos del Golán una "flagrante violación de la ley internacional" e insta a Israel a detener toda actividad en ellas.
A principios de 1988 la Primera Intifada, que había estallado en la Franja de Gaza en diciembre de 1987 en protesta contra las condiciones de ocupación, se extendió rápidamente por toda Cisjordania. Duró hasta 1993, cesando con el inicio de las negociaciones de paz que se entablaban en Oslo para buscar una solución al conflicto israelí-palestino.
En el año 1988, Jordania renunció a sus pretensiones soberanas sobre el territorio, y desde entonces no rige sobre Cisjordania ninguna soberanía formalmente reconocida más allá de la del Estado de Palestina, reconocido oficialmente por 137 países y con estatus de estado observador no miembro de la ONU.
En el marco de los acuerdos de Oslo, Israel y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) firmaron en 1995 el Acuerdo Interino sobre Cisjordania y la Franja de Gaza (conocido como Oslo II o Acuerdos de Taba). El acuerdo sentó las bases de la creación de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) a la que fue transferida la administración de la Franja de Gaza y de parte del territorio de Cisjordania, excepto Jerusalén Este, cuyo estatus iba a decidirse en negociaciones posteriores. El territorio de Cisjordania fue dividido en tres áreas: el área A, bajo control civil y policial de la ANP; el área B, bajo control civil de la ANP y control militar conjunto con Israel; y el área C, bajo control militar exclusivo y control civil casi total de Israel.
Cisjordania sigue parcialmente bajo administración militar israelí y parcialmente bajo la Autoridad Nacional Palestina. El 62% de Cisjordania es zona C —bajo control israelí total— y es la única con continuidad territorial; rodea y fragmenta las zonas A y B, lo que compromete la unidad territorial del futuro Estado Palestino. A finales de 2010, todavía había 99 puestos de control israelíes y 505 obstrucciones de varios tipos en carreteras, que dificultan la libre circulación de los palestinos en Cisjordania.
En septiembre de 2019, en vísperas de la repetición de las elecciones generales de Israel, el primer ministro Netenyahu prometió que extendería la soberanía de Israel sobre el valle del Jordán en el territorio palestino de Cisjordania si fuese reelegido, una promesa que ya había formulado antes de las elecciones generales de abril del mismo año en la que prometía extender también la soberanía a todos los asentamientos israelíes de Cisjordania. El Área C definida por los Acuerdos de Oslo (66% del territorio palestino de Cisjordania) pasaría a formar parte de Israel exceptuando la ciudad de Jericó que pertenece a la zona A bajo control del Estado palestino. Representa unos 2400 kilómetros cuadrados, 30% del territorio cisjordano, habitado por 65.000 palestinos y unos 11 000 colonos judíos.
Según la Oficina Central de Estadísticas de Palestina, la población de Cisjordania en el año 2017 era de 3.008.770 habitantes (incluyendo Jerusalén Este). Por su parte, el CIA World Factobook fijaba la población de Cisjordania a mediados de 2017 en 2.747.943 habitantes, apuntando que había por aquel entonces unos 385.000 colonos israelíes viviendo en Cisjordania, si bien no aclaraba si esta cifra estaba incluida en la cifra total de población. Por su parte, en mayo de 2017, la Oficina Central de Estadísticas de Israel fijaba en 323.700 la cifra de palestinos que vivían en Jerusalén Este, mientras que el CIA World Factbook aporta la cifra de 201.200 colonos judíos en dicha parte de la ciudad. La principal ciudad de Cisjordania es la parte oriental de Jerusalén, que constituye su centro geográfico, cultural y religioso, pero a la que los palestinos tienen un acceso muy limitado. Las principales ciudades de Cisjordania por número de habitantes son:
Hay 125 asentamientos israelíes que las autoridades israelíes reagrupan, junto con las áreas militares bajo su control, bajo el nombre de Área de Judea y Samaria. Según estimaciones publicadas en el CIA World Factbook en 2017, el número total de colonos israelíes en Cisjordania era de 385.000 personas, a las que habría que sumar los 201.200 colonos en Jerusalén Este, conquistada por Israel en la Guerra de los Seis Días y anexada formalmente en 1980. Ningún país del mundo ha reconocido la anexión de Jerusalén Este y, según las resoluciones 478 y 2334 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, esta anexión carece de todo valor legal y los asentamientos en Jerusalén Este son una "flagrante violación del derecho internacional".
La Autoridad Nacional Palestina divide Cisjordania en 11 gobernaciones o provincias, de las 16 en que se dividen los Territorios Palestinos, al frente de las cuales está un Gobernador civil.
El Gobierno de Israel está llevando a cabo la construcción de una barrera en Cisjordania con fines antiterroristas, cuyo trazado resulta muy polémico y ha sido criticado tanto por organizaciones pacifistas israelíes como Peace Now y B'Tselem, como por organizaciones internacionales como Amnistía Internacional, Intermón-Oxfam, UNICEF, la Asamblea General de las Naciones Unidas, la Corte Internacional de Justicia de La Haya y la Oficina para la Coordinación de la Ayuda Humanitaria de las Naciones Unidas en los Territorios Ocupados Palestinos (OCHAOPT).
Israel alega que el único propósito de la construcción es defender a sus ciudadanos, que lo ampara el derecho a la autodefensa reconocido en las leyes internacionales y que su único propósito al construir la barrera es impedir la entrada a núcleos de población de los terroristas, ante el incremento de los atentados suicidas tras la Intifada de Al-Aqsa, y por tanto no ha sido trazada con fines políticos ni anexionistas.
Por su parte, las organizaciones citadas han denunciado que, una vez terminado, el 80% del Muro no seguirá la Línea Verde y se encontrará dentro de los límites de Cisjordania, restándole 10 % de su territorio y aislando a decenas de miles de palestinos de sus familias y de sus lugares de trabajo. Han criticado en repetidas ocasiones el efecto que la Barrera ha provocado en la vida cotidiana de la población civil palestina, así como el derribo de viviendas palestinas, destrucción de olivares y tierras de cultivo para llevar a cabo su construcción.
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