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Hiriko



El Hiriko estaba previsto que fuera un vehículo eléctrico de batería, plegable, diseñado para uso en áreas urbanas, con una autonomía de 120 km. Inicialmente, en enero de 2012, se encontraba en pleno periodo de desarrollo en el Parque Tecnológico de Miñano, pequeña localidad de Álava, País Vasco, España, dentro de un proyecto denominado 'Hiriko Driving Movility' .[1]

El nombre del vehículo y del proyecto —hiriko— proviene del Euskera y significa urbano (de ciudad). El Hiriko es la aplicación comercial del proyecto CityCar desarrollado por el Massachusetts Institute of Technology Media Lab desde 2003.[2]​ Del mismo vehículo se desarrollan tres versiones: El modelo básico Fold, el convertible Alai y el micro camión Laga. En julio de 2012, se inició en Vitoria una prueba de fabricación de 20 unidades a modo de prototipo, y se espera iniciar las ventas en 2013.[3]​ En mayo de 2013 el consorcio Hiriko anunció que el proyecto estaba en peligro por falta de financiación para continuar con la fase de producción comercial.[4]

El Proyecto Hiriko Driving Mobility era una iniciativa promovida por la Asociación para el Fomento y Promoción de Actividades Industriales y Deportivas de Alava (AFYPAIDA), el Centro vasco para la Innovación, Emprendizaje y Desarrollo de Nuevos Negocios (DENOKINN), con la colaboración de EPSILON EUSKADI y del equipo "Smart Cities" del MIT.

Este proyecto empresarial tiene como objetivo transformar el concepto inicial de CityCar del MIT mediante un proceso industrial, consistente en el desarrollo del prototipo inicial y su posterior industrialización, producción y distribución.

Este proyecto, no sólo incluye los aspectos inherentes al vehículo en sí, sino que también se encarga del desarrollo y creación de todas las infraestructuras, aparcamientos y sistemas de gestión necesarios. El líder del proyecto, y portavoz del mismo, es Jesús Echave, presidente de AFYPAIDA.

El prototipo de producción del modelo Hiriko fue presentado formalmente en enero de 2012 por el Presidente de la Comisión Europea José Manuel Durão Barroso en Bruselas.[5]

El sueño automovilístico que el PNV diseñó hace unos pocos años para Álava, ha terminado en el banquillo de los acusados. El martes 22 de noviembre de 2013, quedó visto para sentencia el juicio para dictaminar si la quiebra de una de las aventuras que impulsaron los jeltzales –la empresa Epsilon Euskadi– se hizo o no conforme a lo establecido por la ley. La juez de lo mercantil atendió a lo expuesto en la vista oral por la Fiscalía, la Abogacía del Estado y la administración concursal, que tuvieron durísimas palabras contra quienes concibieron –el Gobierno de Ibarretxe– y desarrollaron el proyecto. Joan Villadelprat, su máximo responsable, fue condenado una semana más tarde a tres años de inhabilitación y a devolver 900.000 euros a los acreedores.

La idea original de este prototipo proviene de un proyecto anterior, el CityCar, que comenzó a desarrollar el equipo "Smart Cites" del MIT (Massachusetts Institute of Technology) hace seis años, bajo los auspicios del Profesor William J. Mitchell. De este proyecto surgieron importantes ideas como la de crear un vehículo electrónico, un sistema de tarificación variable para garantizar la re-ubicación de los coches después de utilizarlos en las zonas de aparcamiento en la ciudad, y la de que el coche se pliegue a la hora de aparcar para ocupar el mínimo espacio posible.

El proyecto actual nació de la mano de un grupo de empresarios alaveses, que decidieron desarrollar un nuevo vehículo urbano basado en la sostenibilidad. Esta iniciativa les llevó a ponerse en contacto con Mitchell y su equipo, con los que alcanzaron un acuerdo de colaboración. Este acuerdo comprende el desarrollo a nivel de ingeniería e industrial del prototipo del Hiriko, así como la posterior producción, comercialización y distribución de esta innovadora solución para la nueva movilidad urbana.

Tras este acuerdo se forma el consorcio empresarial, del mismo nombre que el proyecto, 'Hiriko Driving Mobility' y se pone en marcha.

La producción del vehículo se basa en un sistema modular que no requiere cadena de montaje. Los distintos fabricantes realizan su módulo correspondiente (ruedas y motores, chasis y carrocería, interiores y resto de elementos) que se ensamblan con los demás módulos en los centros de distribución repartidos por el mundo y debidamente autorizados.

Prácticamente todos los elementos del Hiriko están fabricados por industrias vascas. Maser Mic se ocupa de la parte electrónica del vehículo, Cegasa de las baterías, Sapa Placencia de las robo-ruedas y los sistemas de conducción, Basque Robot Wheels, una nueva empresa creada específicamente, también para las robo-ruedas, Megatech del plástico del vehículo, Guardian de los cristales y Forging Products del esqueleto.

A éstas se les unen Ingeteam, que se encarga de los sistemas de recarga de baterías e Ingeinnova, responsable del diseño de las plantas del ensamblaje del vehículo.

El primer vehículo previsto era un biplaza, con un maletero de unos 300 litros que se denomina Hiriko Fold. Sus dimensiones son de 2,63 m x 1,75 m x 1,54 m cuando está desplegado pero, al plegarlo, se acorta 0,63 m, llegando su altura a los 2 m. Está previsto desarrollar otras dos versiones del Hiriko: El convertible Alai y el micro camión Laga.[3]

La velocidad está autolimitada en función de las carreteras por donde circula. En la ciudad está limitada a 40 o 50 kilómetros por hora en función de los límites de la propia ciudad. Esto es debido a que el coche sabe dónde se encuentra y sabe cuál es la velocidad máxima a la que puede ir. En zonas interurbanas, está limitada a 80 kilómetros por hora.

La autonomía prevista es de 120 kilómetros, con un tiempo de recarga de baterías de 30 minutos.[1]

El coche tiene previsto salir a la venta en 2013 por 12.500 euros (USD 16.400).[6]

A partir del verano de 2012, se finalizará el ensamblaje de los primeros 20 prototipos del vehículo, cuyas piezas serán fabricadas y distribuidas por el Afypaida y ensambladas por esta última.

Una prueba de fabricación de 20 modelos de preproducción inició en Vitoria en julio de 2012.[3]​ Las piezas del vehículo durante esta fase se producen en la planta principal en el País Vasco y se llevan a Vitoria para su ensamblaje. Se planea realizar otras pruebas en Bilbao y otras ciudades europeas antes de la comercialización.[1][7]

Al año siguiente, 2013, estaba programado el inicio de la creación de franquicias europeas, principalmente en Alemania, Holanda (los Países Bajos) e Inglaterra (el Reino Unido). La fabricación de las piezas para los vehículos seguirá estando a cargo de la planta principal en el País Vasco y, posteriormente, se distribuirán por el norte de Europa para su ensamblaje.

En mayo de 2013 el consorcio Hiriko anuncició que el proyecto está en peligro por falta de financiación.[4]​ Para la fase de investigación y desarrollo, el consorcio recibió 15 millones de euros del Ministerio de Industria y 2 millones de euros del Gobierno Vasco. La consejera de Desarrollo Económico y Competitividad del Gobierno vasco explicó que el apoyo financiero fue para la fase de investigación, la cual ha sido un éxito y los objetivos en esta materia se han cumplido. Ella también indicó que a partir de ahora, el consorcio debe buscar recursos de la iniciativa privada para lograr la homologación industrial del vehículo. Una vez lograda dicha homologación, el gobierno autonómico estará dispuesto a seguir participando en el proyecto mediante fondos de capital riesgo.[8]​ A pesar de las dificultades financieras, el Hiriko ya fue inscrito en junio de 2013 en el registro nacional de propiedad intelectual de Brasil.[9]

Desde el año 2014 en adelante, el plan era la creación de franquicias por todo el mundo comenzando por plantas de ensamblaje en Estados Unidos, Australia y Brasil. La fabricación de piezas se realizaría en plantas ubicadas en todo el mundo para cubrir la demanda.

El sueño automovilístico que el PNV diseñó hace unos pocos años para Álava, terminó en el banquillo de los acusados. El martes 29 de noviembre de 2013, se dictó sentencia tras el juicio para dirimir si la quiebra de una de las aventuras que impulsaron los jeltzales –la empresa Epsilon Euskadi– se hizo o no conforme a lo establecido por la ley. La juez de lo mercantil atendió a lo expuesto en la vista oral por la Fiscalía, la Abogacía del Estado y la administración concursal, que tuvieron durísimas palabras contra quienes concibieron –el Gobierno de Ibarretxe– y desarrollaron el proyecto. Joan Villadelprat, su máximo responsable, fue condenado a tres años de inhabilitación y a devolver 900.000 euros a los acreedores.

El automóvil eléctrico Armadillo-T se puede reducir a una longitud de casi la mitad, de 2.8 a 1.6 metros. Llega a los 60 km/h y puede viajar 100 km, después de haber recargado 10 minutos su batería de litio. Además, aparca por sí mismo[10][11]



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