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I Exposición Internacional de Escultura en la Calle



La I Exposición Internacional de Escultura en la Calle fue un evento cultural que tuvo lugar en Santa Cruz de Tenerife (Tenerife, Canarias, España) entre diciembre de 1973 y enero de 1974. Organizado por la Demarcación de Tenerife, La Gomera y El Hierro del Colegio Oficial de Arquitectos de Canarias, constituyó una de las mejores exposiciones de arte abstracto, conformada por obras de gran formato y notable potencia visual y estética.

Un total de cuarenta y tres escultores (de la talla de Joan Miró, Marino Marini, Henry Moore, Ossip Zadkine, Pablo Gargallo, Julio González, Óscar Domínguez, Alexander Calder, Alicia Penalba, Martín Chirino o Josep Maria Subirachs entre otros) tuvieron alguna pieza en la exposición, de las cuales treinta han permanecido en la ciudad. Actualmente se encuentran distribuidas principalmente por el Parque García Sanabria y la Rambla de Santa Cruz, situándose algunas pocas en zonas como el Parque Cultural Viera y Clavijo, el Parque Las Indias, la Avenida de Anaga y la Avenida 25 de Julio.

La exposición fue iniciativa de la Comisión de Cultura de la demarcación en Santa Cruz de Tenerife del Colegio Oficial de Arquitectos de Canarias. Presidida por Vicente Saavedra, formaban también la comisión los arquitectos José Manuel Hernández, Carlos A. Schwartz, José Antonio Vías, Juan Fernández de Villalta, Francisco Artengo y Hortensia Ramos-Izquierdo como secretaría. El crítico de arte Eduardo Westerdahl participaría en la misma a petición de la propia comisión para asesorar en el proyecto. Posteriormente se formaría una Comisión de Honor integrada, además de por Westerdahl, por el pintor Joan Miró, el arquitecto Josep Lluis Sert y el artista y crítico de arte Roland Penrose.

La idea era realizar una muestra para disfrute del ciudadano fuera de espacios museísticos y rompiendo con la idea de la tradicional escultura conmemorativa, en consonancia con la pieza Lady Tenerife de Martín Chirino, que desde 1972 se erigía en la plaza de la sede del Colegio. El evento fue posible gracias a la participación económica del Cabildo Insular de Tenerife, el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, la Caja General de Ahorros, la Delegación Nacional de Bellas Artes, Disa y aportaciones de empresas locales. El presupuesto fue destinado a gastos de transporte de varias esculturas, seguros, viajes y estancias de los escultores invitados, así como la mano de obra y materiales necesarios para las piezas realizadas en la ciudad.

Durante los meses de octubre y noviembre de 1973 se marcaron los lugares elegidos para la ubicación de las distintas obras, cedidas por museos, colecciones particulares, enviadas por los propios artistas o realizadas in situ por los escultores.

Gracias a la mediación de Mark Macken, director del Middelheimmuseum de Amberes y participante en la exposición, dicho museo envió tres obras: Miracolo de Marino Marini, Phoenix de Ossip Zadkine y El Profeta, de Pablo Gargallo. Procedentes de la Galería Maeght de París llegaron un Stabile-Mobile de Alexander Calder y Mujer de Joan Miró. El Museo de Arte Moderno de Barcelona cedió la escultura Mujer sentada nº2 de Julio González, mientras que el Instituto Británico de esa ciudad contribuyó con Standing Armed Figure de Bernard Meadows y Reclining Figure de Kenneth Armitage.

El propio Henry Moore envió una maqueta en bronce de la Reclining Figure que se encuentra en el Lincoln Center de Nueva York. Elvireta Escobio, viuda de Manolo Millares, cedió la obra de este autor Objeto para la paz. De Italia llegaron Cilindro construito de Arnaldo Pomodoro y La Catedral, de Alicia Penalba. Procedente de Madrid, La mujer de la estrella de Alberto Sánchez Pérez, cedida por su familia. Desde Vizcaya, Néstor Basterrechea llevó Idditu. Xavier Corberó concurrió con Ejecutores y ejecutados, Claude Viseux lo hizo con Homenaje a Millares, Amadeo Gabino con Estela espacial, Joaquín Rubio Camín aportó Nivel y Marcel Martí y Jorge Jiménez Casas sendas obras sin título. La obra Caja de música I, de Agustín Cárdenas Alfonso, fue cedida por un una colección particular. El vizconde Charles de Noailles envió los planos del Monumento al gato, obra de Óscar Domínguez en forma de arco que se situaba en la Villa Noailles de Hyères, siendo reproducida para esta exposición; asimismo, cedió la obra Pirata, del mismo autor.

Varias obras, no obstante, fueron realizadas por sus autores en el mismo emplazamiento previsto o en talleres de la isla. Fue el caso de Móvil, de Francisco Sobrino Ochoa; Penetrable, de Jesús Soto; Solidaridad, de Mark Macken; Hombre, de María Simón; Homenaje a las Islas Canarias, de Pablo Serrano; Laberinto. Homenaje a Borges, de Gustavo Torner; Homenaje a Pascal, de Gottfried Honegger; Homenaje a Gaudí, de Eduardo Paolozzi; Macla, de Eduardo Gregorio; Móvil, de Eusebio Sempere; Introversión, de Josep Maria Subirachs; Dado para 13, de Remigio Mendiburu; Lorea, de Ricardo Ugarte; así como las obras sin título de Josep Guinovart, José Abad, Andreu Alfaro, Jaume Cubells, Federico Assler y Feliciano Hernández.

Además de las obras citadas, fueron prometidas otras por Jean Tinguely, Niki de Saint-Phalle y Mario Ceroli que no llegaron a realizarse. El evento fue cubierto por las cámaras de Carlos A. Schwartz y Efraín Pintos. La muestra tuvo repercusión en la prensa internacional, con artículos en la revista francesa Recherche&Architecture y el periódico británico The Times, con un artículo del propio Roland Penrose. El periodista Juan Cruz Ruiz realizó entrevistas a los escultores para el periódico El Día.

Paralelamente a la Exposición se realizaron varias actividades culturales relacionadas con la muestra. Durante los días 10, 11 y 12 de diciembre se llevó a cabo el I Simposium de Arte en la Calle, organizado por el propio Colegio de Arquitectos junto al Departamento de Arte de la Universidad de La Laguna. Con el objetivo de discutir sobre la integración del arte en los espacios urbanos, participaron como ponentes Xavier Rubert de Ventós, Oriol Bohigas, Valeriano Bozal, Jacques Lassaigne, Simón Marchán, Juan Manuel Bonet, Gillo Dorfles, Eduardo Westerdahl, José Rogelio Buendía y José Luis López Aranguren, con diversas mesas de trabajo.

Al finalizar la Exposición, veintinueve de las obras permanecieron en la ciudad. Se acordó repetir la Exposición cada tres años y añadir al menos una escultura contemporánea a la ciudad anualmente, si bien ninguno de esos objetivos fue realmente cumplido. La obra Mujer de Miró, una vez devuelta, fue sustituida por Femme Bouteille, del mismo escultor. En 1977, Moore cedió Guerrero de Goslar, ejemplar de una serie de esculturas presentes en varios países. Actualmente La mujer de la estrella (Alberto Sánchez) se encuentra en el interior de la sede del Colegio de Arquitectos, mientras que Idittu se encuentra en la Biblioteca Municipal Central, situada en el Tenerife Espacio de las Artes. La obra Penetrable, de Soto, fue retirada por el Colegio por el deterioro causado constantemente en los cordones colgantes de plástico pese a las sucesivas restauraciones. La obra de Jorge Jiménez Casas quedó destruida en un temporal en 1974.

El conjunto de treinta esculturas presente en la ciudad a día de hoy constituye un museo abierto de gran valor. En 1994 se llevó a cabo la II Exposición Internacional de Escultura en la Calle, que pese a ser más modesta que la primera añadió varias obras a la ciudad.




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