Indoeuropea
Itálica
Osco-umbro
El osco fue una lengua itálica, perteneciente al grupo de las lenguas osco-umbras, hablada en la parte centro-meridional de la península itálica durante parte de la antigüedad.
Se trata en realidad un concepto lingüístico complejo, con variantes dialectales. Sirvió de lengua principal de los samnitas, habitantes de la zona vecina del Lacio, en la Campania. En el 290 a. C. los samnitas fueron sometidos a Roma, pero hasta la guerra social del 90-89 a. C. mantuvieron el uso oficial de su lengua. Quedan de ella algunos nombres propios de persona y algunas glosas, además de unas 800 inscripciones, la mayoría muy breves (aunque hay una de unas 300 palabras) y escritas en tres alfabetos distintos: griego, latín y un tercero nativo, derivado del griego por medio de los etruscos.
En relación con el osco estaban algunos de los llamados dialectos sabélicos, hablados por una serie de tribus localizadas al este del Lacio, entre Umbría y la Campania (sabinos, pelignos, marrucinos, marsos, vestinos, volscos), conocidos por glosas y en varios casos también por algunas inscripciones.
El osco tenía mucho en común con el latín, aunque también hay muchas diferencias notables y muchos grupos de palabras comunes del latín estaban ausentes o representados por formas completamente diferentes. Por ejemplo, el latín volo, velle, volui, y otras formas del proto-indoeuropeo *wel- ('a voluntad') en osco y en umbro estaban representadas por las palabras derivadas de *gher ('desear'): osco herest ('él querrá'), cognado del latín hortor ('animar').
También en fonología, el osco exhibió una serie de diferencias claras con respecto al latín: así, el osco 'p' en lugar del latín 'qu' (Osc. Pis, Lat. Quis) (compárese la división celta-Q y celta-P de las lenguas celtas); 'b' en lugar de la 'v' latina en posición inicial; 'f' medial en contraste con la 'b' o la 'd' latina (Osc. mefiai, Lat. mediae).
El osco se considera una de las lenguas itálicas más conservadoras, y entre las lenguas indoeuropeas atestiguadas solo rivaliza con el griego en la retención del sistema de vocales, con los diptongos intactos heredados.
El inventario consonántico del osco viene dado por:
El inventario vocálico reconstruido constaría de los siguientes elementos:
En las inscripciones, los signos <í> y <ú> transcriben las letras para los fonemas /ɛ/ y /o/, mientras que los signos <i> y <u> se refieren a /i(ː)/ y /u(ː)/. Y por otra parte el signo <e> = /ɛ(ː)/. Ocasionalmente las vocales largas en las inscripciones con alfabeto osco se transcriben duplicando la vocal.
La gramática osca es idéntica a la del latín, los métodos de declinación, conjugación, género y sintaxis son similares. Las diferencias radican principalmente en fonología, ortografía y uso de algunas palabras.
El asíndeto copulativo se utiliza para coordinar los nombres de personas emparentadas por lazos familiares o profesionales así como en fórmulas de imprecación, obedeciendo a criterios fónicos como la aliteración y el orden de sucesión creciente de sílabas, como en biss, aitatúm, amirikúm, fangvam, biítam, anamúm, (“acciones, fuerza, amigo, lengua, vida, ánimo”).
Los nombres de los magistrados están unidos por el asíndeto, pero a veces se utiliza el inim del coordinador. Su valor base es aditivo y a menudo expresa coordinación conectiva. Si, por ejemplo, en la mención de magistrados se agregan otros que ejercen funciones distintas, sus nombres se coordinan con la partícula íním como en una inscripción breve de Pompeya.
El osco tiene seis casos (el caso vocativo no está atestiguado), dos números y cinco declinaciones. La morfología verbal es similar a la latina: tres modos, cinco tiempos (el pluscuamperfecto no está atestiguado), cinco modos verbales indefinidos, dos diátesis y cuatro conjugaciones.
Las diferencias entre el osco y el latín, con respecto a la primera declinación, son: la terminación -ad del ablativo singular para el primero contra la salida en -ā del latín clásico, pero en concordancia con el latín arcaico (puellād); la salida en -as para el genitivo singular, suplantado en latín clásico por -ae, pero presente en formas más arcaicas (pater familiās); la conservación de la -s intervocálica en el genitivo plural, también en común con el latín arcaico (puellāsom).
Un ejemplo se encuentra en la palabra víú "vía".
Las principales diferencias con el latín son: la caída de la terminación latina -os en el singular nominativo (-us para el latín clásico) y la salida en -ús en el plural frente a la en -oī del latín (-i en el latín clásico); la terminación -eís del genitivo en el grupo de la tercera declinación, contra la salida in -oī del latín arcaico; la terminación -oī del latín arcaico se traduce con -úí (debe leerse oi) en lo que respecta al caso dativo; el vocativo conserva la terminación -eí en oposición a -i -o del latín; para los casos acusativo y ablativo se aplican las mismas consideraciones que para la primera conjugación.
Declinación del sustantivo masculino húrz "huerto".
Raíz -i.
Como en latín, también en osco los sustantivos de esta declinación se dividen en grupos: consonante y vocal. La singularidad más obvia es la terminación en -uf del singular nominativo en la raíz de la consonante nasal.
Tema vocalico en i.
Declinación de la palabra aídil "edil".
Raíz consonantica "muda".
No atestiguado.
Declinación de la palabra meddíss "magistrado".
Raíz líquida.
Declinación de la palabra patír "padre".
Raíz nasal.
Declinación del sustantivo femenino tríbarakkiuf "edificio".
Debido al pequeño número de sustantivos que pertenecen a esta clase, la mayoría de las terminaciones son desconocidas.
De la quinta declinación sólo se conoce la terminación del singular nominativo -es y del dativo singular -í, como en el sustantivo Kerres "Ceres".
Los oscos tenían su propio alfabeto inspirado en el alfabeto etrusco, a su vez inspirado en el alfabeto griego. También se han encontrado documentos oscos escritos en alfabeto latino y en alfabeto griego.
El alfabeto tenía 21 letras. Las vocales eran originalmente 6 en número: a, e, ɛ, i, u, o. Las vocales ɛ y o se representaban como un ente sonoro con una letra diacrítica í y ú respectivamente.
La escritura se realizaba de derecha a izquierda. Es posible vincular dos letras en la misma palabra cuando las líneas verticales de las dos letras están una al lado de la otra. Las palabras que están en la misma línea están separadas por un punto o dos puntos superpuestos. Los primeros nombres se abrevian, más raramente los gentilicios para los nombres de las personas. Los términos que definen un cargo público también se abrevian (MT de Meddix Tuticus).
Si bien el idioma se hablaba igual en el territorio, el alfabeto no era homogéneo. De hecho, las escrituras descubiertas en varios lugares muestran que no siempre se usaron las letras del alfabeto clásico. En Lucania y en Brucio se utilizó el alfabeto griego. Los sabinos, pelignos, marsos, ecuos, entre otros, por su cercanía a los latinos, utilizaron el alfabeto latino.
Las inscripciones en osco más importantes son la "Tabla Osca”, la "Lámina de plomo de Capua", la "Tabla Bantina" y la "inscripción del Cippus Abellanus". Las dos primeras inscripciones tratan sobre ritos de culto a la diosa Ceres y otros dioses oscos, la tercera sobre un plebiscito o ley municipal de los oscos en Bantia, la cuarta sobre un tratado de construcción entre los municipios de Nola y Abella.
También aparecen inscripciones oscas breves en algunas fachadas de casas y edificios antiguos de Pompeya. Fueron sacadas a la luz durante las excavaciones arqueológicas de Pompeya. En esta ciudad, durante la época del imperio romano los habitantes aún hablaban osco.
En la sección de epigrafía del Museo Arqueológico Nacional de Nápoles se conserva una rica colección de inscripciones en osco. Hasta 2017 se habían hallado un total de 800 inscripciones en osco.
A continuación se muestran cinco inscripciones oscas ("Tabla Osca", "Tabla Agnone", "Tabla Bantina", "Cippus Abellanus" y una larga de Pompeya) comparadas con el latín y el español:
En las inscripciones en alfabeto osco las letras Í, Ú representan las vocales (ɛ y o), la letra V representa el fonema (w) como en latín clásico.
Una lista de palabras oscas comparadas con el latín que reflejan su evolución desde el protoitálico.
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