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Iglesia católica caldea



La Iglesia católica caldea o Iglesia caldea (en siríaco, ܥܕܬܐ ܟܠܕܝܬܐ ܩܬܘܠܝܩܝܬܐ, romanizado: ʿīdtha kaldetha qāthuliqetha; en latín, Ecclesia Chaldaea; en árabe, الكنيسة الكلدانية‎, romanizadoal-Kanīsa al-kaldāniyya, y en el Anuario Pontificio, en italiano, Chiesa Caldea) es una de las veinticuatro Iglesias sui iuris integrantes de la Iglesia católica. Es una Iglesia oriental católica que sigue la tradición litúrgica caldea (o siria oriental) en la que utiliza el siríaco oriental como lenguaje litúrgico y el árabe peninsular como lengua auxiliar. Está organizada como Iglesia patriarcal de acuerdo a la forma prescripta por el título IV del Código de los cánones de las Iglesias orientales,[2]​ bajo supervisión de la Congregación para las Iglesias Orientales. Está presidida por el patriarca de Bagdad de los caldeos (en latín, Patriarcha Chaldaeorum), cuya sede se encuentra en Bagdad (Irak). Lo mismo que la Iglesia asiria de Oriente y la antigua Iglesia del Oriente, los católicos caldeos son una rama de la Iglesia del Oriente.

Según la tradición, Persia y Mesopotamia fueron evangelizadas por los apóstoles Tomás y Bartolomé hacia el año 35, a quienes suceden Tadeo de Edesa (o Addai) y Mari. La diáspora judía facilitó la evangelización de la Mesopotamia superior y se formaron Iglesias en los primeros años del cristianismo en ciudades como Edesa.[3]​ El primer obispo de Edesa en 66 fue Aggai, ciudad en donde se originó la liturgia de la Iglesia del Oriente. En el siglo III ya había comunidades cristianas en el Imperio parto desde Mesopotamia hasta la región de Guilán.[4]

Debido a su ubicación aislada que la separaba de los invasores sin tradición marítima árabes, turcos y mongoles, el Reino de Chipre disfrutó de un período de tranquilidad durante la dinastía francesa de la Casa de Lusignan (1192-1489). Grupos de cristianos de diferentes ritos se refugiaron allí, incluyendo a nestorianos y maronitas, durante la expulsión de los francos que concluyó con la caída de Acre en 1291. La pequeña comunidad nestoriana de Chipre tenía un metropolitano que usaba el título de Tarso. En 1326 el papa Juan XXII ordenó al patriarca latino de Jerusalén que extirpara en Chipre las herejías jacobita y nestoriana por el medio que eligiera. Algunos miembros del clero nestoriano expresaron el deseo de unirse con la Iglesia de Roma y en 1340 el metropolitano nestoriano Eliya de Chipre hizo una una profesión de fe católica junto con los jefes de las otras Iglesias no católicas en la isla, a las manos del obispo latino de Nicosia. Sin embargo, subsistió una Iglesia nestoriana independiente en Chipre y la verdadera unión con la Santa Sede debió esperar hasta 1445, cuando durante el Concilio de Florencia en Roma, el 7 de agosto fue promulgada por el papa Eugenio IV la bula Benedictus sit Deus de unión con nestorianos y maronitas de Chipre. El metropolitano Timoteo de Tarso hizo entonces una profesión de fe católica. En la bula por primera vez se menciona el término "caldeo" para distinguir a los nuevos conversos con origen en la Iglesia nestoriana.[6][7]

La unión duró muy poco y Timoteo no tuvo un sucesor, ya en 1450 una parte de los caldeos chipriotas regresó al nestorianismo. En 1472, debido a las disputas territoriales con la diócesis latina, la jurisdicción de los obispos de las Iglesias uniatas de Chipre fue reducida por el papa Sixto IV a las ciudades sedes episcopales, por lo que los misioneros latinos quedaron con las manos libres para pasar al rito latino a los caldeos del interior de la isla. En 1489 Chipre pasó a manos de la República de Venecia, que implementó una política estricta de latinización de las Iglesias uniatas. Esto determinó el final de las comunidades chipriotas caldeo-católicas, aunque una comunidad nestoriana independiente todavía existía cuando los otomanos capturaron Famagusta en 1571.

La tradición canónica de la Iglesia del Oriente estipulaba que solo los obispos metropolitanos podían elegir a un patriarca. Hacia la mitad del siglo XV el patriarca nestoriano Simón IV Basidi y su sucesor designaron como metropolitanos únicamente a miembros de su familia, por lo que convirtieron a la sucesión patriarcal en hereditaria, normalmente de tío a sobrino o a hermano. El patriarca Simón VII Ishoyahb (1539-1558) causó una gran ofensa al comienzo de su reinado al designar a su sobrino de doce años, Hnanisho, como su sucesor. Varios años después, probablemente porque Hnanisho había muerto en el ínterin, designó como sucesor a su hermano Eliya de quince años, el futuro patriarca Elías VII (1558-1591). Además de considerar a estos dos nombramientos como provocativos, sus oponentes también lo acusaron de permitir el concubinato, vender puestos clericales y vivir intempestivamente.

En 1552 Simón VII Ishoyahb se había vuelto tan impopular que sus oponentes se rebelaron contra su autoridad. Los rebeldes, principalmente de los distritos de Amida (hoy Diyarbakır), Siirt y Salmas, se reunieron en Mosul en un sínodo. Clérigos, monjes y tres o cuatro laicos delegados de cada una de diez regiones del patriarcado eligieron como patriarca Simón VIII a un monje llamado Yohannan Sulaqa, superior de monasterio Rabban Hormizd cerca de Alqosh, quien luego en Roma dijo tener el apoyo de los obispos de Erbil, de Salmas y de Adarbaigan (no parientes del patriarca y quienes al parecer convocaron al sínodo). Sin embargo, ningún metropolitano estuvo disponible para consagrarlo como se requería canónicamente (todos eran de la familia patriarcal) y los misioneros franciscanos que estaban trabajando entre los nestorianos persuadieron a los partidarios de Sulaqa para que legitimara su posición pidiendo la consagración episcopal al papa de Roma.[8][9]

Sulaqa, junto con setenta delegados, viajó a Jerusalén para encontrarse con el custodio de Tierra Santa. El grupo logró persuadir a los frailes franciscanos de que estaban de acuerdo con la fe católica y expresó el deseo de que el papa confirmara a Sulaqa como patriarca. Los frailes les entregaron una carta de presentación al papa y Sulaqa viajó a Roma, en donde Andreas Masius lo ayudó como traductor. Llegó a Roma el 18 de noviembre de 1552 y presentó a la corte del papa Julio III una carta, redactada por sus partidarios del sínodo reunido en Mosul, que exponía sus pretensiones de ser reconocido como patriarca expresando que su elección había sido legítima ya que decían que Simón VII Ishoyahb había muerto en 1551, lo mismo que su sucesor de 8 años, lo cual no había ocurrido. Por esta razón, muchos historiadores como Eugène Tisserant[10]​ y Joseph Tfinkdji[11]​ postularon la existencia de un patriarca Simón (VIII) que reinó en Alqosh desde 1552 hasta 1558. Eruditos más recientes como Joseph Habbi[12]​ y Albert Lampar[13]​ sugirieron que Sulaqa le mintió al papa.

El 15 de febrero de 1553 Sulaqa hizo una profesión de fe católica ore et scriptu reconocida como ortodoxa por los cardenales reunidos en dos consistorios el 17 y el 20 de febrero. El 9 de abril de 1553, habiendo satisfecho a la Santa Sede de su fe católica, Sulaqa fue consagrado obispo en la basílica de San Pedro por el cardenal Juan Álvarez de Toledo, O.P. El 20 de abril (fecha indicada en el Anuario Pontificio) fue reconocido como patriarca de Mosul y Athur (es decir de Nínive y Aššur, la antigua Asiria) por el papa Julio III con la bula Divina disponente clementia y el 28 de abril recibió el palio de manos del papa en un consistorio secreto en el Vaticano, con la bula Cum nos nuper. Estos eventos, que marcaron el nacimiento de la Iglesia católica caldea iniciando la serie de patriarcas católicos caldeos de Babilonia (línea Shimun), crearon un cisma permanente en la Iglesia del Oriente.[8][9]

La jurisdicción reconocida al nuevo patriarca en la bula Divina disponente clementia se extendía también a la India:

Como el nuevo patriarca solicitó un consejero, el 23 de junio de 1553 el papa designó al obispo titular de Auria, el dominico maltés Ambrosius Buttigeg, como nuncio apostólico en Mosul.

En julio de 1553 Sulaqa partió para Constantinopla en búsqueda de la confirmación patriarcal por el sultán otomano, pero este había partido hacia Amida (hoy Diyarbakır en Turquía) y Sulaqa lo siguió hacia allí llegando el 12 de noviembre de 1553. En diciembre obtuvo documentos de las autoridades otomanas reconociéndolo como un patriarca caldeo independiente. En 1554, durante su estancia de cinco meses en Amida, consagró obispos metropolitanos para las diócesis de Gazarta (hoy Cizre) y Hesna d'Kifa (hoy Hasankeyf) y creó 3 nuevas eparquías consagrando a los obispos de Amida, Mardin y Siirt). Simón VII Ishoyahb, a quien en Roma creían muerto, respondió consagrando a dos miembros más menores de edad de la familia patriarcal como metropolitanos para Nísibis y Gazarta y también sobornó al gobernador otomano de Amadiya, quien invitó a Sulaqa a esa ciudad, lo encarceló durante cuatro meses y lo ejecutó en enero de 1555.[14]

En 1555 los 5 obispos consagrados por Sulaqa eligieron como patriarca al obispo de Gazarta Abdisho IV Maroun, quien no buscó inmediatamente la confirmación papal, pero en 1562 visitó Roma y fue confirmado por el papa Pío IV el 17 de abril de 1562 tras recibir una profesión de fe, junto a la cual envió una carta que sobrevive en tres traducciones latinas del siríaco original. Es posible que la traducción haya sido defectuosa, ya que se menciona en ella que el patriarca de Mosul con sede en Amida tenía 38 diócesis bajo su jurisdicción: 6 metrópolis y 14 diócesis bajo gobierno otomano; 4 metrópolis y 10 diócesis bajo gobierno persa y 3 metrópolis y una diócesis bajo gobierno portugués en la India. Sin embargo, el siguiente patriarca tenía solo catorce obispos en 1580. La mayoría de las diócesis sufragáneas enumeradas en la carta eran poco más que pueblos que no habían sido sedes episcopales anteriormente y no se mencionan en ninguna otra fuente. Es posible que Abdisho afirmó tener catorce diócesis (el mismo número que su sucesor), cuyos metropolitanos u obispos eran responsables de las diversas localidades enumeradas bajo cada metrópolis, y que el traductor malinterpretó su significado. Además de Amida, las metrópolis mencionadas en la carta eran: Erbil, Cheptian [Telkepe], Nísibis, Siirt, Elchessen [Gazarta], Gurgel [Gwerkel] (todas bajo dominio turco); Urmi Superior, Urmi Inferior, Espurgan [Supurghan], Salmas (todas sujetas los persas); y Cochín, Cranganore y Goa en la India bajo dominio portugués. Abdisho IV Maroun estableció la sede patriarcal en el monasterio de Mar Yacob el Recluso cerca de Siirt. En 1565 el papa confirmó el uso de los ritos y usos tradicionales de la Iglesia nestoriana. A la muerte de Abdisho IV en 1567 o el 11 de septiembre de 1570 el patriarcado estuvo vacante hasta 1578 cuando asumió el monje Yahballaha V, quien no pidió la confirmación papal debido a su avanzada edad, sin embargo de lo cual es reconocido actualmente como patriarca por la Iglesia católica.

El siguiente patriarca, Simón IX Dinkha (previamente metropolitano de Salmas, Siirt y Jilu), fue confirmado en 1584. Sus partidarios (10 metropolitanos y dos obispos), que firmaron poco después de su consagración una carta de 1580 al papa Gregorio XIII, incluían no solo a los obispos occidentales de Amida, Mardin, Siirt, Atel y Gazarta (antes leales al patriarca rival nestoriano), sino también a los metropolitanos de Salmas, Jilu, Shemsdin, Koma', tres metropolitanos sin diócesis conocidas, y el obispo de 'Chelhacke'. 'Koma' era probablemente el monasterio de Mar Abdisho cerca de la aldea de Komane en el distrito de Amadiya, mientras que 'Chelhacke' puede ser una deformación de Slokh (ܣܠܘܟ), el nombre siríaco de Kirkuk. Simón IX Dinkha movió la residencia patriarcal del Imperio otomano a Urmía en el Imperio safávida.

A la muerte de Simón IX Dinkha en 1600 fue introducido también entre los católicos asirios-caldeos el principio de sucesión hereditaria, lo cual no fue aceptado por el papa. El nuevo patriarca tradicionalista Simón X Elías perdió la adhesión de los distritos occidentales del patriarcado y en 1610 tenía bajo su jurisdicción solo a los metropolitanos de Shemsdin, Jilu, de 'las fronteras persas', Berwari y el natar kursya Addaï, y tres obispos: de Urmi, Sat y Atel. Los obispos de ciudades importantes como Amida, Siirt, Gazarta, Amadiya, Mosul y Alqosh se pasaron al patriarcado independiente nestoriano. Los lazos con la Santa Sede fueron interrumpidos en 1616 cuando su profesión de fe fue rechazada quedando sin confirmación, lo mismo que otro intento en 1619. Este patriarca trasladó la sede al monasterio de Mar Yohannan en el distrito de Salmas. Es considerado procatólico por la Iglesia católica caldea y no católico por la Iglesia asiria de Oriente. Su sucesor, Simón XI Eshuyow, tampoco fue reconocido por Roma y envió dos profesiones de fe en 1648 y 1653, pero se desconoce el resultado, aunque se sabe que se consideraba católico. Traslado su residencia a Urmía, aunque otras versiones lo sitúan en Qodshanes y en Khosrowa. Su sucesor Simón XII Yoalaha (1656-1662) envió una profesión de fe a Roma en 1658, pero se desconoce el resultado. En esos momentos ganó fuerza el partido que quería retornar a la tradición de la Iglesia del Oriente. Esta línea patriarcal católica (línea Simón) se interrumpió en 1672 cuando Simón XIII Dinkha (elegido sin confirmación papal en 1662) retornó a la doxa cristiana difisita moviendo su sede a la villa de Qodshanes (o Qochanis) en el Kurdistán en 1692, año en que formalmente rompió la comunión con Roma. Esta línea patriarcal es la actual Iglesia asiria del Oriente. Entre los tradicionalistas no católicos quedaron establecidos dos patriarcados: uno en Alqosh y el otro en Qodshanes con el título de patriarca de Mosul.[15]

En 1667 el misionero capuchino Jean-Baptiste de St-Aignan se estableció en Amida y predicó entre los nestorianos. Casi en simultáneo con la ruptura con Roma de la línea Simón, una segunda línea católica caldea se formó en 1672 cuando el metropolitano José de Amida (obispo desde 1669) entró en comunión con el papa. El patriarca de Alqosh lo depuso e instaló a un obispo tradicionalista llamado David e hizo que José fuera encarcelado dos veces. José fue liberado solo después del pago de un rescate y tuvo que partir hacia Roma. Cuando José regresó en 1677, el obispo David huyó a Egipto y las autoridades otomanas reconocieron la independencia de José y su gobierno sobre las diócesis de Amida y Mardin, por lo que el movimiento procatólico prosperó en los distritos occidentales. El 23 de junio de 1681 el papa lo reconoció, le entregó el palio y le dio el título de patriarca de la nación caldea privada de su patriarca, tomando el nombre de José I y fijando su sede en Amida, única sede episcopal del nuevo patriarcado. Todos los sucesores de José I tomaron el nombre de José y se los conoce como línea josefita. Sin embargo, la vida de este patriarcado fue difícil. Al principio hubo problemas debido a las aflicciones de los tradicionalistas, bajo los cuales estaban sujetos desde un punto de vista legal y civil otomano, y más tarde luchó con las dificultades financieras debido a la jizya impuesta por las autoridades otomanas sobre los súbditos cristianos. Sin embargo, su influencia se expandió desde sus bastiones originales en Amida y Mardin hacia el área de Mosul y las llanuras de Nínive. El patriarca José II fue confirmado el 18 de junio de 1696. El patriarca José III (quien fue obispo de Mardin desde 1705) fue confirmado el 18 de marzo de 1714 y fue el único obispo caldeo que sobrevivió a la plaga de 1708-1712. En el decreto de confirmación del patriarca,[16]​ se incorporó el nombre Babilonia al patriarcado.[17][18]​ Consagró metropolitanos para Mardin y Siirt antes de su partida a Roma en 1731, logrando atraer a muchos cristianos nestorianos de los patriarcados independientes en la región de Siirt. El patriarcado luchó con dificultades financieras debido a la carga fiscal impuesta por las autoridades otomanas, por lo que en 1734 se fue a Europa para tratar de recaudar fondos para pagar sus deudas. En ese tiempo las autoridades otomanas reconocieron al patriarcado su autoridad sobre Amida y Mardin, pero Mosul y Alepo fueron asignadas al patriarcado tradicionalista de Alqosh. En 1757 el metropolitano de Amida calculó en 20 000 el número de fieles católicos caldeos.

La sede patriarcal más grande y más antigua de la Iglesia del Oriente estaba en el monasterio Rabban Hormizd de Alqosh. Se extendió desde Aqra hasta Siirt y Nísibis, cubriendo en el sur la rica llanura de Mosul. Tentativas de unión fueron realizadas por Elia VII Bar Mama (1576-1591), sin embargo su profesión de fe fue rechazada por el papa Sixto V porque la consideró aún mezclada con la doxa nestoriana; y algunos de sus sucesores entre ellos Elías VIII (en comunión en el corto período comprendido entre 1610 y 1617) y Elías X (1660-1700) intentaron la reconciliación con la Iglesia católica. Todas estas tentativas fallaron sobre todo a causa de la distancia geográfica y a la dificultad a renunciar al credo transmitido por los patriarcas precedentes. La escala de la penetración católica hizo que en 1771 el patriarca Eliya Denkha firmara una confesión de fe católica, pero no se produjo ninguna unión formal. Cuando Eliya Denkha murió, su sucesión fue disputada por dos primos: Eliyya Isho-Yab, que fue reconocida por Roma pero renunció a su fe católica, y Yohannan VIII Hormizd, quien, aunque no reconocido por Roma, se consideraba católico. En 1804, después de la muerte de Eliyya Isho-Yab, Yohannan Hormizd se hizo por defecto el patriarca de Alqosh. Había, pues, dos patriarcados en comunión con Roma ahora, el más grande en Alqosh, y el original en Amida que fue gobernado por José V Agustín Hindi. Sin embargo, Roma no quería elegir entre los dos candidatos: y no otorgó el título de patriarca, a pesar de que desde 1811 fue Agustín Hindi quien gobernó la Iglesia de facto. Después de la muerte de Hindi, el 5 de julio de 1830, Yohannan Hormizd de la línea Alqosh fue por defecto confirmado formalmente patriarca de la Iglesia católica caldea por el papa Pío VIII con el título de patriarca de Babilonia de los caldeos.[19]​ En este acto, se completó la fusión de los patriarcados de Alqosh y Amida, formando una sola Iglesia católica caldea.[20]​ Durante el reinado de Yohannan Hormizd (1780-1830 como administrador patriarcal y 1830-1837 como patriarca) se consagraron metropolitanos católicos para Amadiya, Kirkuk y Salmas, y el metropolitano nestoriano de Gazarta consagrado por Eliya XI fue suplantado por el metropolitano católico Giwargis Di Natale. La unión de los patriarcados en 1830 dio una jerarquía de ocho diócesis con obispos católicos en Amida, Mardin, Siirt, Gazarta, Mosul, Amadiya, Kirkuk y Salmas, mientras que el número de fieles se duplicó.

En 1846 la Iglesia caldea fue reconocida por el Imperio Otomano como millet, una comunidad religiosa distintiva en el Imperio, obteniendo así su emancipación cívica.[19]​ El patriarca más famoso de la Iglesia caldea en el siglo XIX fue José Audo, que también es recordado por sus enfrentamientos con el papa Pío IX.[21]​ principalmente sobre sus intentos de extender la jurisdicción caldea sobre la Iglesia católica siro-malabar. El 6 de marzo de 1865 la Propaganda Fide decidió: Se estableció que la jurisdicción del Patriarca caldeo de Babilonia no debería extenderse a la región de Malabar. La encuesta estadística de Paulin Martin en 1867, después de la creación de las diócesis de Aqra, Zakho, Basora y Sehna por José Audo, registró una membresía total de la Iglesia caldea de 70 268 fieles.

A principios del siglo XX, los misioneros ortodoxos rusos establecieron dos diócesis en el norte de Asiria. Muchos líderes asirios creían que el Imperio ruso estaría más interesado en protegerlos que el Imperio británico y Francia.[22]​ Esperando el apoyo de los rusos, la Primera Guerra Mundial y el posterior genocidio asirio (que vio la muerte de hasta 300 000 asirios de todas las denominaciones) fue visto como el momento adecuado para rebelarse contra el Imperio otomano. Se lanzó una guerra de independencia asiria, liderada por Agha Petros y Malik Khoshaba. El 4 de noviembre de 1914, el turco Enver Bajá anunció la jihad, la guerra santa, contra los cristianos.[23]​ Las fuerzas asirias lucharon con éxito contra probabilidades abrumadoras en el norte de Irak, sureste de Turquía y el noroeste de Irán por un tiempo. Sin embargo, la Revolución rusa en 1917 y el colapso de la resistencia armenia dejaron a los asirios sin suministro de alimentos y municiones, ampliamente superados en número y rodeados. Los territorios asirios fueron invadidos por el Imperio otomano y sus aliados kurdos y árabes, y las personas se vieron obligadas a huir: la mayoría de los que escaparon de las masacres y la continuación del genocidio asirio murieron de frío en invierno o de hambre. El desastre golpeó principalmente las regiones de la Iglesia asiria del Oriente y las diócesis caldeas en el norte de Asiria (Amida, Siirt y Gazarta) fueron arruinadas (los metropolitanos caldeos Addai Scher de Siirt y Philip Abraham de Gazarta fueron asesinados en 1915).[24]

Una nueva masacre ocurrió en 1933 a manos del ejército iraquí, en la masacre de Simele murieron entre 5000 y 6000 asirios.[25]

Una minoría de asirios se han convertido al protestantismo durante el siglo XX, dejando la Iglesia asiria del Oriente, la Iglesia católica caldea y la Iglesia ortodoxa siria a favor de la Iglesia pentecostal asiria y la Iglesia evangélica asiria.

El primer vicariato patriarcal caldeo fue establecido para Alepo en 1872 por el patriarca Joseph VI Audo, y fue seguido por vicariatos para Constantinopla en 1885, El Cairo en 1890, Adana en 1891, Basora en 1892, Damasco, Beirut, Teherán y Kermanshah en 1895. Un estudio estadístico de la Iglesia caldea realizado en 1896 por J.B. Chabot incluyó, por primera vez, detalles de varios vicariatos patriarcales establecidos en la segunda mitad del siglo XIX para las pequeñas comunidades caldeas en Adana, Alepo, Beirut, El Cairo, Damasco, Edesa, Kermanshah y Teherán; para las estaciones misioneras establecidas en la década de 1890 en varias ciudades y pueblos del patriarcado de Qodshanis; y para la recién creada diócesis caldea de Urmia. Nuevos vicariatos patriarcales fueron establecidos en Deir ez-Zor en 1906, Ashshar en 1907 y Ahwaz en 1909. En 1913 los vicariatos de Teherán y Kermanshah estaban vacantes, pero había vicarios patriarcales para los otros once vicariatos: Pablo David, procurador general de la orden Antonina de San Hormisdas, para Roma; Isaac Yahballaha Khudabakhash, exobispo de Salmas, para El Cairo y la pequeña comunidad caldea en Alejandría; Abraham Banna para Ahwaz; Thomas Bajari por Constantinopla; Mansur Kajaji para Basra; Yohannan Nisan para Ashshar; Stephen Awgin por Deir ez-Zor; Mikha'il Chaya para Aleppo; Joseph Tawil para Beirut; Marutha Sliba para Damasco; y Stephen Maksabo para Adana.[26]​ La mayoría de los vicariatos eran pequeños, con capillas en lugar de iglesias, pero las comunidades caldeas de El Cairo, Basora y Alepo eran lo suficientemente ricas para construir iglesias sustanciales. Las iglesias en El Cairo y Basora fueron dedicadas a Mar Antony y Mar Thomas, respectivamente. La comunidad caldea en Beirut, que no tenía ni iglesia ni capilla, rendía culto en la iglesia siria católica de la ciudad. El vicariato de Adana tenía una población de 600 caldeos en 1896, muchos de los cuales fueron asesinados durante los ataques a los cristianos armenios de la ciudad en 1909.

En 1913, en vísperas de la Primera Guerra Mundial, la Iglesia caldea se organizó en una archieparquía patriarcal de Mosul y Bagdad, cuatro archieparquías (Amida, Kirkuk, Siirt y Urmía) y ocho eparquías (Aqrah, Amadiya, Gazarta, Mardin, Salmas, Sanandaj, Zakho y la recién creada de Van). También hubo una serie de vicariatos patriarcales para comunidades aisladas en Egipto, Siria, Turquía, Persia y el sur de Irak, y desde 1896 se habían establecido cinco vicariatos patriarcales más (Ahwaz, Constantinopla, Basora, Ashshar y Deir al-Zor), lo que daba un total de doce vicariatos. El censo otomano de 1914, muy cuestionado por la subvaloración de la población cristiana, arrojó los siguientes resultados de población caldea (no se censó Irak) en los valiatos de: Erzurum (13), Estambul (476), Adana (406), Aidin (11), Bitlis (4356), Beirut (19), Alepo (365), Diyarbekir (5994), Siria (351), Konya (4), Mamuret-ul-Aziz (8) y Van (1128); los sanjacatos de Canik (10) y Zor (51); y en los mutasarrifatos de İzmit (8) y Jerusalén (11). El total censado fue de 13 211 caldeos.[27]

Muchas de las diócesis caldeas sufrieron terribles dificultades y persecución durante la Primera Guerra Mundial. En 1928, según una estadística oficial preparada por la Sagrada Congregación para las Iglesias Orientales, la Iglesia caldea (excluyendo a los vicariatos) tenía menos de 44 000 miembros, en comparación con más de 101 000 en 1913. Las diócesis de Kirkuk y Sanandaj, bien al sureste de la zona de guerra, escaparon relativamente ilesas, pero todas las otras diócesis caldeas habían perdido más de la mitad de su población cristiana como resultado de la guerra. En la arquidiócesis patriarcal de Mosul, la diócesis caldea más grande, había solo 18 350 caldeos en 1928, en comparación con algo menos de 32 000 en 1913. En las diócesis de Zakho y Amadiya también sufrió grandes pérdidas, aunque su extensión se ocultó en las estadísticas de 1928 porque estas dos diócesis estaban en ese momento apoyando a una importante población de refugiados caldeos. En las diócesis de Van, Amida, Siirt, Gazarta, Mardin y Salmas, las pérdidas fueron catastróficas. Estas seis diócesis solo pudieron reunir 4500 caldeos en 1928, en comparación con 33 840 en 1913.

Estas grandes pérdidas se reflejaron en una serie de cambios en la jerarquía episcopal tradicional de la Iglesia caldea. En 1915 Yaqob Awgin Manna, vicario patriarcal de Van, abandonó el distrito, y después de la posterior masacre de los cristianos en la región de Van, el vicariato no se revivió al final de la guerra. Addaï Scher, arzobispo de Siirt, y Philip Yaqob Abraham, arzobispo de Gazarta, fueron asesinados en 1915, y sus diócesis no fueron revividas después de la guerra. En 1929 la arquidiócesis caldea de Amida decayó a la muerte de su último arzobispo, Shlemun Mushe al-Sabbagh. En 1930, la antigua diócesis de Salmas se unió a la arquidiócesis de Urmía, establecida en 1890.

Los vicariatos patriarcales se habían establecido antes de la Primera Guerra Mundial para las comunidades caldeas en Alepo, Damasco y Deir ez-Zor. También había una comunidad caldea en Alejandreta, y después de la Primera Guerra Mundial se creó un vicariato patriarcal único de Siria para estas cuatro comunidades. En 1937 este vicariato contaba con 3326 caldeos, 6 sacerdotes y 4 iglesias. Importantes cantidades de asirios y caldeos abandonaron Irak en la década de 1930 y fueron reubicados en el valle de Khabur, al norte de Siria, y se creó la administración apostólica de la Mesopotamia Superior para los caldeos de Siria, Líbano, Hatay y la Mesopotamia Superior. Su primer obispo fue Gabriel Naamo, que se asentó desde 1939 hasta 1957 en Alepo. En 1937 la diócesis contenía 3107 caldeos, con 11 sacerdotes y 2 iglesias.

Al comienzo de la Segunda Guerra Mundial el patriarca caldeo residía en Bagdad, y su episcopado consistía en cuatro arquidiócesis (Kirkuk, Sanandaj, Basora y Urmía-Salmas) y seis diócesis (Amadiya, Aqrah, Mardin, Mosul, Siria y Líbano, y Zakho). También hubo vicariatos patriarcales para Siria, Turquía y Egipto. La diócesis de Mardin dejó de existir en 1941 después de la muerte de su último obispo, Israel Audo. En 1957, la diócesis de Siria y Líbano se disolvió. Se creó una nueva diócesis de Alepo para Siria, mientras que los caldeos de Beirut recibieron un coadjutor, con el rango de obispo y el derecho de sucesión (el patriarca Raphael I Bidawid fue coadjutor de Beirut desde 1966 hasta 1989). En 1959 el patriarcado de Babilonia consistía de 5 metropolitanatos (Bagdad, Kirkuk, Mosul, Sanandaj, Urmía), la archieparquía de Basora, 9 eparquías (Aqrah, Alepo, Amadiya, Amida, Beirut, Mardin, Salmas, Siirt, Zakho), la administración apostólica de Alta Jazira o Alta Mesopotamia y los vicariatos patriarcales de Estambul y de Egipto.[28]

En 1960 se creó una nueva diócesis para Alqosh. En 1962 Bagdad se colocó bajo un auxiliar patriarcal, con el rango titular de obispo. En enero de 1966 se estableció una arquidiócesis para Ahvaz en el sur de Irán, donde un número significativo de caldeos trabajaban en la industria petrolera. En 1968 Erbil se separó de la diócesis de Kirkuk y su estado antiguo como una arquidiócesis se revivió. En 1971, la arquidiócesis de Sanandaj pasó a llamarse Teherán, luego de que en 1944 el arzobispo Joseph Cheikho de Sanandaj trasladó su asiento a Teherán.

El vicariato patriarcal de Turquía, establecido en 1865, fue reemplazado en 1966 por una diócesis en Estambul, que es ahora la única ciudad en Turquía con un obispo caldeo. En 1980 el vicariato patriarcal de Egipto también fue reemplazado por una diócesis en El Cairo.

Las relaciones con la Iglesia asiria de Oriente aumentaron en años recientes. Un encuentro en 1996 entre Dinkha IV Khanania de la Iglesia asiria y Rafael I Bidawid de los católicos caldeos, inició los esfuerzos para llevar a las dos Iglesias a una eventual comunión.

Saltó a la actualidad la grave situación que debe soportar la Iglesia caldea en Irak tras la invasión. Grupos terroristas islamistas después de amenazar al arzobispo de Mosul, Paulos Faraj Rahho, lo secuestraron y asesinaron.

El 22 de julio de 2020 el papa Francisco en un rescriptum ex audientia decidió derogar las disposiciones de sus dos antecesores y extender la jurisdicción de los 6 patriarcas orientales sobre los dos vicariatos apostólicos de Arabia, por lo que la Iglesia armenia amplió su jurisdicción a Kuwait, Arabia Saudita, Catar, Baréin, Omán, Emiratos Árabes Unidos y Yemen.[29]

La autoridad suprema de la Iglesia católica es ejercida por el papa o por todos los obispos en comunión con este reunidos solemnemente en un concilio ecuménico.[30]​ La Iglesia católica caldea, como parte de la Iglesia católica, se mantiene sujeta a la autoridad suprema de la Iglesia, aunque a ella se le reconoce cierto grado de autonomía como Iglesia patriarcal que le permite contar con una jerarquía propia y ser gobernada por un patriarca con su sínodo.

La jerarquía propia de la Iglesia católica caldea está encabezada por el patriarca de Bagdad de los caldeos. Anteriormente se utilizó el nombre de «patriarcado de Babilonia de los caldeos» (en latín, Patriarchate Babylonensis Chaldaeorum),[31]​ que había sido introducido el 18 de marzo de 1714 por el patriarca José III Maraugin, hasta que en el sínodo de la Iglesia caldea que tuvo lugar en Bagdad entre el 9 y 14 de agosto de 2021 se decidió unánimemente eliminar del título patriarcal el nombre Babilonia.[32][33]​ El 19 de febrero de 2022 el papa Francisco, a requerimiento del patriarca caldeo, aceptó que la sede patriarcal fuera renombrada «patriarcado de Bagdad de los caldeos».[34]

De acuerdo con la autonomía que goza el patriarcado, el patriarca católico caldeo es elegido por el Santo Sínodo integrado por todos los obispos católicos caldeos del mundo y debe luego requerir la comunión eclesiástica del papa, sin la cual no debe convocar al sínodo ni ordenar obispos.[2]

El cardenal iraquí Luis Rafael I Sako (en siríaco, ܠܘܝܣ ܪܘܦܐܝܠ ܩܕܡܝܐ ܣܟܘ) (Zakho, 4 de julio de 1948) es el patriarca de Bagdad de los caldeos y cabeza de la Iglesia católica caldea desde el 28 de enero de 2013.

El sínodo patriarcal (Synodus Ecclesiae Chaldaeae) está compuesto por los obispos, incluso los auxiliares, y es encabezado y convocado por el patriarca, quien debe tomar todas las decisiones importantes de acuerdo con él. Se reúne habitualmente una vez al año. Como las demás Iglesias orientales católicas autónomas, el patriarca puede erigir, modificar y suprimir eparquías, y nombrar a sus obispos, de acuerdo con el sínodo patriarcal y luego de consultar a la Santa Sede. Dentro del territorio propio de la Iglesia, el patriarca puede crear exarcados, y nombrar a los exarcas, de acuerdo con el sínodo patriarcal, pero desde el 22 de julio de 2020 el papa Francisco en un rescriptum ex audientia decidió que esas creaciones deben tener su aprobación previa en una decisión que se revisará a los 5 años.[29]​ Los obispos son nombrados por el patriarca y el sínodo patriarcal de una lista aprobada por el papa, confeccionada previamente por el sínodo patriarcal. Fuera del territorio propio del patriarcado, el patriarca y el sínodo caldeo tienen jurisdicción en materia litúrgica únicamente, correspondiendo al papa la creación de diócesis y el nombramiento de obispos.

En la sede patriarcal de Bagdad se halla la curia del patriarcado caldeo católico, que comprende el sínodo permanente, los obispos de sedes titulares o eméritos asignados a la curia (hasta 3), el tribunal ordinario de la Iglesia patriarcal, el encargado de finanzas, el canciller patriarcal, la comisión litúrgica y otras comisiones. Los miembros de la curia son nombrados por el patriarca, excepto por el sínodo permanente presidido por el patriarca y con 4 obispos, uno elegido por el patriarca y 3 designados por quinquenio por el sínodo patriarcal. Se reúne normalmente 12 veces al año y acompaña al patriarca en decisiones menores.[35]

De acuerdo al Anuario Pontificio 2018 dentro del territorio propio del patriarcado caldeo (entonces todavía llamado de Babilonia) a fines de 2017 existían las siguientes circunscripciones eclesiásticas caldeas:[36]

Archieparquías metropolitanas:

Archieparquías inmediatamente sujetas al patriarca:

Eparquías:

De acuerdo al Anuario Pontificio 2018 fuera del territorio propio del patriarcado caldeo a fines de 2017 existían las siguientes circunscripciones eclesiásticas caldeas:[36]

En Suecia existe en la diócesis católica de Estocolmo la misión de caldea dentro del vicariato para las Iglesias orientales católicas (Vikariatet för de orientalisk-katolska kyrkorna), la misión tiene a su frente al visitador apostólico caldeo en Europa, el obispo titular de Hirta, Saad Sirop, quien está basado en Södertälje. Existen 20 000 caldeos viviendo en Suecia en 6 misiones.[51][52]

Bajo el cuidado del visitador apostólico se hallan misiones en:

Archieparquía metropolitana titular:

Archieparquías titulares:

Eparquías titulares:



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