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Iglesia de Chipre



La Iglesia de Chipre (en griego, Ἐκκλησία τῆς Κύπρου, Ekklisía tîs Kýprou, en turco, Kıbrıs Kilisesi) es una de las más antiguas Iglesias ortodoxas independientes ('autocéfalas'), que comparten un núcleo doctrinal común entre sí, pero no están regidas bajo el mismo patriarca. La Iglesia ortodoxa está en realidad constituida por varias iglesias autocéfalas, que reconocen la autoridad, meramente simbólica, del patriarca de Constantinopla. Cuenta con unos 654 000[1]​ fieles entre Chipre y la diáspora.

El primado de la Iglesia ortodoxa de Chipre lleva el título de arzobispo de Nueva Justiniana y todo Chipre y es desde el 5 de noviembre de 2006 Crisóstomo II.

La Iglesia de Chipre tuvo su origen en los tiempos apostólicos según lo escrito en los Hechos de los Apóstoles (13:4-13). El apóstol Pablo, acompañado por Bernabé y Marcos el Evangelista (pariente de Bernabé), llegaron a Chipre en el año 45 para difundir el cristianismo. Al llegar a Salamina, viajaron a través de la isla a Pafos, en donde Sergio Paulus fue el primer funcionario romano en convertirse al cristianismo. En el año 50 Bernabé regresó a Chipre acompañado por Marcos y estableció su base en Salamina. Se le considera el primer arzobispo de Chipre y se cree que fue apedreado hasta la muerte por judíos en las afueras de Salamina, donde también fue enterrado.

Algunos de los obispos que ayudaron a difundir el cristianismo en la isla de Chipre fueron Lázaro, el obispo de Kition, Herakleidios el obispo de Tamasos, Avxivios el obispo de Soloi y Theodotos el obispo de Kyrenia. Hacia finales del siglo IV el cristianismo se había extendido por toda la isla.

En aquel período, Chipre era parte de la diócesis del Oriente del Imperio romano, cuya capital era Antioquía. Por tal motivo, durante mucho tiempo los patriarcas de Antioquía exigieron ejercer su jurisdicción canónica sobre la Iglesia chipriota reservándose para sí el derecho de nombrar a su arzobispo primado.

La controversia planteada por los arzobispos de Chipre respecto de que la Iglesia de Chipre era independiente del patriarcado de Antioquía por costumbre antigua fue reconocida en 416 por el papa Inocencio I y por el Concilio de Éfeso en la cesión de 31 de julio de 431 (canon octavo), por lo que Chipre se volvió autocéfala.[2][3]​ El concilio se pronunció así en favor de que los arzobispos de Chipre fuesen elegidos por su propio sínodo de obispos.[4]

En 478 el arzobispo Antemio de Chipre afirmó que, tras una visión, había encontrado la tumba de Bernabé y sus reliquias. Sobre el cofre del santo descansaba una copia del Evangelio de Mateo. De este modo, la Iglesia chipriota pudo enviar un argumento convincente en nombre propio al emperador: el descubrimiento de las reliquias de su reputado fundador, Bernabé. El emperador Zenón confirmó el estado de autocefalía de la Iglesia de Chipre y le otorgó a su arzobispo los tres privilegios: es decir, firmar en los documentos con su nombre en una tinta color bermellón mediante la adición de cinabrio; usar púrpura tiria en lugar de túnicas negras debajo de sus vestimentas; y para sostener un cetro imperial (es decir, un bastón dorado de plata, coronado por un globo crucífero de oro) en lugar del báculo episcopal regular.

Desde mediados del siglo VII hasta mitad del X, hubo frecuentes ataques árabes musulmanes contra Chiprea y las ciudades de Constancia, Kourion y Pafos fueron saqueadas. Debido a esta amenaza, el emperador bizantino Justiniano II evacuó la población cristiana de la isla en 688 y estableció a muchos de ellos en una nueva ciudad en los Dardanelos llamada Nueva Justiniana (Νέα Ιουστινιανή), la actual Erdek cerca de Cícico. El arzobispo de Chipre fijó su residencia allí y se dio el título adicional de arzobispo de Nueva Justiniana.

En 692 el Concilio Quinisexto volvió a confirmar el estado y los privilegios del arzobispo exiliado y en 698, cuando los árabes fueron expulsados ​​de Chipre, el arzobispo regresó pero retuvo el título de arzobispo de Nueva Justiniana y todo Chipre: una costumbre que, junto con los tres privilegios continúa hasta nuestros días. La victoria final del emperador bizantino Nicéforo II Focas (963-969) sobre los árabes inauguró un período de paz durante el cual se reconstruyeron iglesias y monasterios.

Si bien la amenaza de los árabes había sido conjurada, durante los siglos XI y XII, se gestó un resentimiento creciente en la población por el dominio opresivo de los sucesivos gobernadores bizantinos que, a menudo, usaron a Chipre como una base de operaciones para rebelarse contra los emperadores de Constantinopla.

La isla fue conquistada en 1191 por Isaac Ducas Comneno, un gobernador local que se proclamó emperador y reclamó el Imperio de Constantinopla. En mayo de 1191 la isla fue conquistada por el rey Ricardo Corazón de León de Inglaterra, quién había llegado a la región con el fin de participar en la tercera cruzada y recibió afrentas del gobernante de Chipre. Después, el rey Ricardo vendió la isla a los caballeros templarios, los cuales a su vez, la vendieron en 1192 al desterrado rey francés del reino de Jerusalén, Guido de Lusignan. Él estableció una sociedad feudal occidental en Chipre y una dinastía (el Reino de Chipre) que duraría casi 300 años.

Muy pronto, a consecuencia de estos cambios, una jerarquía latina fue instaurada en Chipre el 13 de diciembre de 1196, en detrimento de la autóctona jerarquía ortodoxa de la isla. El 3 de enero de 1197 el primer arzobispo latino de Nicosia recibió el palio del papa Celestino III y se establecieron 3 diócesis sufragáneas: Pafos, Famagusta y Limasol. La población minoritaria católica se agrupó en algunas ciudades costeras, como Famagusta y en Nicosia, la capital. Los católicos conservaron las riendas del poder, mientras que la mayoría de población autóctona griega vivía en el campo, lo cual era una política muy parecida a la llevada a cabo en el Reino de Jerusalén. La Iglesia ortodoxa chipriota permaneció en la isla, aunque perdió bastante poder y se vio forzada a ponerse bajo la autoridad del nuevo arzobispo latino de Chipre. Desde 1222 los reyes católicos redujeron gradualmente el número de obispos ortodoxos de 14 a 4 (el arzobispo y los metropolitanos de Pafos, Kition y de Kyrenia) y los obligaron a alejarse de sus ciudades.

El 3 de julio de 1260 el papa Alejandro IV promulgó la bula Cypria, por la cual se dispuso que los 4 obispos ortodoxos chipriotas conservaran su estatus, solo pudiendo ser trasladados, depuestos o condenados por el papa y quedaron bajo supervisión de los prelados latinos. La autocefalía de la Iglesia de Chipre fue entendida como exenta de la jurisdicción de los patriarcados, pero no de la del papa. Se les permitió ser elegidos de la forma tradicional y mantener sus cortes y su rito. El arzobispado fue suprimido a la muerte del arzobispo Germanos y la sede trasladada a Solos, cerca de Morfou. El obispo de Limasol fue trasladado a la aldea de Lefkara, el de Famagusta a Carpasia y el de Pafos a Arsinoe. Cada obispo griego estaba bajo dependencia del obispo católico de la zona.[5]​ A pesar de las fricciones iniciales, las dos Iglesias gradualmente lograron coexistir lado a lado pacíficamente, conservando los ortodoxos sus ritos y tradiciones bajo supervisión latina.

Hacia 1260 los monasterios ortodoxos habían quedado bajo la autoridad de los obispos latinos. Varias órdenes monásticas occidentales fundaron casas en la isla, a menudo beneficiadas por la sistemática confiscación de las propiedades eclesiásticas ortodoxas. Esta situación poco cambió con la conquista de Chipre por parte de Venecia en 1489.

En 1570-1571 la isla cayó en manos del Imperio otomano. Los otomanos acabaron con el sistema social feudal, asesinaron o desterraron a la jerarquía latina, destruyeron o confiscaron las iglesias, restablecieron a la ortodoxa como la única Iglesia cristiana legal y comenzaron la conversión de parte de la población al islam.

Si bien a los ortodoxos les fue permitido proceder a la elección de su propio arzobispo, ellos solo fueron habilitados a conservar la estructura de las cuatro diócesis que los latinos les habían permitido antiguamente. Como era costumbre en el Imperio otomano, los obispos ortodoxos fueron los líderes tanto civiles como espirituales de las comunidades étnicamente griegas de la isla. Por tal razón, cuando la revolución griega estalló en 1821, los obispos chipriotas fueron considerados simpatizantes de la causa griega por lo que, ese mismo año, fueron convocados todos los obispos de Chipre, así como muchos otros clérigos prominentes al palacio del gobernador para discutir la nueva situación, pero fueron arrestados. El arzobispo Cipriano de Chipre y su archidiácono fueron colgados sumariamente, los obispos de Pafos, Kition y Kyrenia fueron decapitados, mientras que los demás fueron asesinados por los jenízaros.

Luego de ese episodio, una nueva jerarquía fue enviada a la isla por parte del patriarcado de Antioquía en 1827. Estos obispos pudieron mejorar un poco la situación de la comunidad griega, pero aún siguieron sufriendo la imposición de contribuciones muy pesadas.

En 1878 el Reino Unido se hizo cargo de la administración de la isla y en 1914 la anexó al Imperio británico, lo que permitió más libertad en las prácticas religiosas. Sin embargo, entre la mayoría de la población griega de la isla se fue gestando un movimiento político a favor de la enosis, o unión con Grecia. Esto llevó a la revuelta de octubre de 1931 organizada por obispos que también eran miembros de la asamblea legislativa. Como consecuencia de este levantamiento, los obispos Nikodemos de Kition y Makarios de Kyrenia fueron exiliados y se impusieron restricciones a la elección del arzobispo.

Los líderes religiosos ortodoxos estaban envueltos en este movimiento, siguiendo su papel tradicional en los asuntos políticos. Cuando el Reino Unido concedió la independencia a la isla en 1960, luego de una larga lucha contra la opresión colonial británica, el arzobispo de Chipre, Makarios III, líder indiscutido de la causa independentista por la cual fue exiliado a las Seychelles y encarcelado por las autoridades coloniales, fue elegido como primer presidente de Chipre.

En abril de 1973 se generó una aguda crisis dentro de la Iglesia ortodoxa de Chipre, cuando los tres metropolitanos de la isla declararon la deposición del arzobispo Makarios, a causa de que su papel como presidente era considerado incompatible con su función episcopal. Pero en julio, los tres metropolitanos fueron depuestos por un sínodo mayor compuesto por obispos de los patriarcados de Alejandría, Antioquía, Jerusalén y la Iglesia ortodoxa de Grecia. En 1973 fueron creados los metropolitanatos de Limasol y de Morfou.

Los conflictos entre las comunidades griega y turca posteriores a la independencia de la isla culminaron en 1974 por medio de la invasión turca a la isla el 20 de julio de ese año y el establecimiento de la República Turca del Norte de Chipre en el 35% de la isla. Se destruyeron muchas iglesias y monasterios en la región norte de la isla o fueron saqueadas durante el conflicto. A los ortodoxos del norte se les negó todo acceso a sus iglesias o monasterios y cientos de miles de ellos fueron desplazados. Hacia mayo de 2001 solo 421 grecochipriotas ortodoxos y 155 maronitas permanecían en el norte de Chipre.

En 1979 se redactó y aprobó la nueva carta estatutaria de la Iglesia de Chipre, que reemplazó a la antigua de 1914.

El 30 de noviembre de 1994 dos sacerdotes fueron autorizados a cruzar a la región del norte y celebrar la Eucaristía en el monasterio de San Andrés en la península de Karpas, por primera vez en 20 años.

Hacia fines de 1997 la Iglesia ortodoxa de Chipre contaba con nueve monasterios masculinos con un total de 84 monjes, y con catorce comunidades femeninas con un plantel de 142 monjas. La comunidad monástica masculina más prominente es el monasterio de Kikkos, localizado en las montañas de Troodos. Sus monjes componen el grupo de formadores del seminario de la Iglesia chipriota, San Bernabé (o San Barnabás Apóstol), que es la escuela teológica que la Iglesia posee en Nicosia.

El Santo Sínodo de la Iglesia de Chipre decidió en su reunión del 12 de febrero de 2007 aumentar sus metrópolis y corepíscopos a doce. Hasta entonces existían el arzobispado; las metrópolis de Pafos, Kition, Kyrenia, Limasol, Morfou; y los corepíscopos (auxiliares) de Salamina y de Tremitunte. Las nuevas 4 metrópolis creadas fueron las de: Constancia y Ammochostos, Kykkos y Tilliria, Tamasos, Tremitunte y los corepíscopos de Carpasia y de Arsinoe. El 22 de mayo de 2007 fueron creadas además el corepíscopo de Amatunte y las diócesis de Ledri y de Kythrea.

El Santo Sínodo de la Iglesia autocéfala de Chipre (Ἱερὰ Σύνοδος τῆς Ἐκκλησίας τῆς Κύπρου) es su máxima autoridad eclesiástica. Su tarea es examinar y proporcionar soluciones en todos los asuntos relacionados con la Iglesia de Chipre. El jefe del Santo Sínodo y de la Iglesia de Chipre es el arzobispo de Nueva Justiniana y Todo Chipre. El sínodo comprende a los obispos gobernantes (metropolitanos) y a los obispos vicarios como miembros permanentes.

El orden de precedencia de las 13 diócesis territoriales es el siguiente:[6]

Las 3 diócesis sufragáneas son:

Existen además 5 diócesis titulares:

Los monasterios estauropégicos son 5:

Durante el dominio de la dinastía Lusignan y luego bajo el dominio veneciano, la Iglesia de Chipre dejó de ser autocéfala y cayó bajo el dominio directo de la jerarquía latina. Sus catorce diócesis fueron reducidas a cuatro hasta la conquista otomana en 1571, cuando estos, por razones administrativas, restauraron todos sus privilegios y derechos anteriores.



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