En el Budismo, el concepto de Anitya que puede ser traducido como transitoriedad, no-permanencia o cambio, es una doctrina esencial y una de las Tri-Laksana o "tres características de la existencia".
El término expresa la idea budista de que toda existencia condicionada, sin excepción, está sujeta al cambio.
De acuerdo con esta doctrina, todos los seres manifiestan este flujo en el Samsara o "ciclo de nacimiento, vida, muerte y renacimiento", pero también en el envejecimiento, así como en cualquier experiencia de pérdida.
Puesto que todas las cosas son transitorias, aferrarse a ellas es un empeño vano que conduce al sufrimiento conocido como Duḥkha.
La única realidad no sujeta a la transitoriedad es el estado de Nirvana, que no conoce el cambio, la decadencia ni la muerte.
Además el concepto está muy ligado a la noción de insustancialidad (Anātman) ya que imposibilita que las cosas posean un ser propio perdurable de un instante a otro.
En otros idiomas se escribe de las siguientes maneras: sánscrito अनित्य, anitya; pāli: अनिच्चा anicca; tibetano: མི་རྟག་པ་ mi rtag pa; chino: 無常 wúcháng; japonés: 無常 mujō; tailandés: อนิจจัง anitchang.
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