El asunto del Virginius (también referenciado en ocasiones como Incidente del Virginius) fue una disputa diplomática acontecida en los años 1870 entre Estados Unidos, el Reino Unido y España en el transcurso de la Guerra de los Diez Años, en el marco de los conflictos que finalmente condujeron en 1898 a la guerra hispano-estadounidense y a la independencia de Cuba.
El Virginius era un veloz barco de vapor, utilizado en la Guerra de Secesión Estadounidense por los confederados para la evasión del bloqueo naval durante el conflicto. Fue construido en el astillero Aitken & Mansel de Glasgow, Escocia, en 1864, siendo bautizado como Virgin. Se convirtió en botín de guerra cuando fue capturado el 12 de abril de 1865 por los Estados Unidos (la Unión). En 1870, el barco fue vendido a John F. Patterson, quien lo se lo alquiló a los insurgentes cubanos para llevar hombres y municiones de contrabando a la isla, que en aquellos años estaba envuelta en una rebelión contra la dominación española.
El 31 de octubre de 1873, el barco, que en aquel entonces era capitaneado por Joseph Fry, un antiguo oficial de buques Federales y Confederados, fue capturado cerca de Morant Bay, Jamaica, por la corbeta española Tornado, siendo llevado el barco a Santiago de Cuba. El Virginius transportaba un total de 155 pasajeros (la mayoría cubanos pero también estadounidenses y británicos). Tras una corte marcial, 53 de esos pasajeros fueron ejecutados el 4, el 7 y el 8 de noviembre como piratas, incluyendo a Fry y a varios ciudadanos británicos y estadounidenses. La intervención del HMS Niobe y de su capitán evitaron un mayor número de ejecuciones.
A partir de ese momento, las relaciones entre España y Estados Unidos se crisparon, y la guerra parecía inminente. El 8 de diciembre, el gobierno español acordó devolver el Virginius a Estados Unidos; el 16 de diciembre, entregar a los supervivientes de la tripulación y los pasajeros a un navío de guerra estadounidense en el puerto de Santiago de Cuba y, el 25 de diciembre, saludar a la bandera de Estados Unidos, como prueba de que el Virginius no estaba autorizado a navegar sin la bandera estadounidense.
Finalmente, el 27 de febrero de 1875 se firmó un acuerdo mediante el cual el gobierno español indemnizaba al gobierno de los Estados Unidos con 80.000 dólares por la ejecución de ciudadanos estadounidenses. De igual modo, el gobierno británico recibió otra indemnización.
El Virginius naufragó cerca del cabo Hatteras mientras era remolcado por el USS Ossipee. El fiscal general de los Estados Unidos había decidido antes del 25 de diciembre que el Virginius era propiedad del general Manuel de Quesada y Loynaz y otros cubanos, y que por lo tanto no tenía derecho a portar la bandera estadounidense.
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