La inmigración croata en el Perú es de larga duración, remontándose al siglo XVI, siendo el primer país sudamericano en recibir inmigrantes croatas. Las crónicas relatan que en el año 1573 un terrateniente de Dubrovnik de nombre Basilio Basiljevic, intentó hacer la fortuna en los países de Sudamérica. Se dirigió al Perú atraído por la leyenda de El Dorado, vieja ciudad de los Incas, llena de secretos y riquezas. En Cusco, la capital de los incas, los conquistadores construyeron 28 iglesias. Una de ellas era la iglesia de San Blas, construida por marineros croatas. Esa primera inmigración era exclusivamente individual.
A mediados del siglo XIX florecía el trabajo de exportación de abono de guano, lo que impulsaría a muchos inmigrantes croatas a emigrar al Perú. Con la liberación del gobierno colonial y el establecimiento de la República del Perú, el estado peruano se inicia en la minería, lo que incitó a muchos croatas a asentarse en los Andes. De esta manera a finales del siglo XIX en el pueblo andino de Cerro de Pasco los croatas representaban la colonia de extranjeros más importante.
Se observa un mayor número de emigrantes croatas al Perú recién en la segunda mitad del siglo XIX y comienzos del siglo XX. La mayoría eran de la región de Dubrovnik, pero también provenían de otras partes de Dalmacia y del Litoral croata (Hrvatsko primorje). Un número relativamente pequeño de croatas emigró al Perú luego de la Primera Guerra Mundial.
Luego de la Segunda Guerra Mundial llegó por primera vez un grupo organizado de inmigrantes a bordo del barco General Black, procedentes de todas las regiones de Croacia y Bosnia-Herzegovina. El sentimiento nacional de esos inmigrantes era bastante destacado, a diferencia de los viejos inmigrantes que cultivaban patriotismos locales de manera tal que en su Hogar en Lima prevalía una total atmósfera hacia Dubrovnik con la estatua representativa de San Blas. Entre los viejos y los nuevos inmigrantes, desgraciadamente, no hubo ningún contacto.
El nivel de educación de los primeros inmigrantes era bastante bajo. Varios trabajaban en la construcción de ferrocarriles, en las minas, en la excavación del abono de guano. Los inmigrantes que arribaron después de la Segunda Guerra Mundial llegaron muy pobres, pero lograron subir de la escala social gracias a la industria pesquera. Se asentaron generalmente en los pueblos de Santa Clara y Ñaña, cerca de Lima.
Alrededor de 3.000 inmigrantes croatas se asentaron en el Perú entre fines del siglo XIX y principios del siglo XX. Puesto que se trata de un proceso de inmigración que duró varios siglos, y debido a la mezcla de razas y diferencias sociales, hoy no es posible determinar el número exacto de descendientes croatas que viven en el Perú. Según algunos datos, en la actualidad viven entre 300 y 400 ciudadanos croatas en el Perú. Asimismo, se considera que existen alrededor de 6,000 los descendientes de croatas en el país, siendo los de ancestro croata la gran mayoría.
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