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Isabel de Borbón y Borbón



Isabel de Borbón y Borbón (María Isabel Francisca de Asís Cristina Francisca de Paula Dominga),[1]​ conocida popularmente como La Chata (Madrid, 20 de diciembre de 1851-París; 23 de abril de 1931) fue infanta de España, princesa de Asturias desde 1851 a 1857 y desde 1874 a 1880 y condesa de Girgenti por matrimonio.[2]

La infanta Isabel nació el 20 de diciembre de 1851 en el Palacio Real de Madrid como la hija primogénita de la reina Isabel II y Francisco de Asís de Borbón. Al día siguiente, fue bautizada en la Capilla Real del palacio con los nombres de María Isabel Francisca de Asís Cristina Francisca de Paula Dominga de Borbón y Borbón, siendo los padrinos sus abuelos la reina María Cristina y el infante Francisco de Paula de Borbón.[3]

Aunque considerada princesa de Asturias desde su nacimiento, ostentó el título por concesión de su madre en real decreto desde el 24 de marzo de 1852. La Cruz de la Victoria, símbolo del Principado de Asturias y de los herederos de la Corona, tampoco le fue conferida a su nacimiento, sino siete años después, en 1857. Este último año nació su hermano Alfonso, quien pasó a ser el heredero de Isabel II.

La infanta Isabel contrajo matrimonio con Cayetano de Borbón-Dos Sicilias, conde de Girgenti, hijo de Fernando II rey de las Dos Sicilias, el 13 de mayo de 1868. Fue un matrimonio concertado y no mantuvieron nunca mucha cercanía entre sí. La infanta Isabel y Cayetano no tuvieron descendencia. Durante su viaje de bodas, fuera de territorio español recibió la noticia del derrocamiento de su madre y no pudo regresar a España hasta la restauración de la monarquía en 1874. Cayetano de Borbón-Dos Sicilias padecía epilepsia, no siendo advertida de esta circunstancia la infanta Isabel antes de casarse. En septiembre de 1871 la infanta Isabel sufrió un aborto espontáneo, evento que representó un duro golpe emocional para su esposo, perjudicando definitivamente su salud mental. Dos meses más tarde, el 26 de noviembre, Cayetano se suicidó pegándose un tiro en la ciudad de Lucerna.

Con la proclamación del príncipe Alfonso como rey de España, la infanta Isabel se convirtió por segunda vez en princesa de Asturias, heredera al trono hasta que se produjo el nacimiento de su sobrina la princesa María de las Mercedes en 1880, aunque el gobierno se resistió a jurarla y reconocerla oficialmente como heredera.

En 1900 adquirió el palacio de Quintana,[4]​ donde residió desde 1902 hasta 1931.[5][6]

Una de las actividades públicas de la infanta Isabel que tuvo mayor trascendencia fue el viaje a Buenos Aires, representando a la Corona Española, con motivo de celebración del Centenario de la Revolución de Mayo (1810) de la República Argentina que tuvo lugar en 1910, estando presente en la colocación de la primera piedra del Monumento a La Carta Magna y las Cuatro Regiones Argentinas.

Fue inmortalizada por el pintor López Mezquita saliendo de los toros, en coche de caballos y acompañada de su amiga de la infancia y dama de compañía doña María Dolores Balanzat y Bretagne, marquesa de Nájera. El cuadro, fechado en 1915, se expone en el Museo de Historia de Madrid, pues la infanta Isabel fue un personaje que gozó de gran simpatía popular, especialmente entre la población madrileña, que la conoció con el apelativo de La Chata. En su honor fue nombrada la conocida calle de la Princesa en Madrid. Gracias a esta popularidad, siendo casi octogenaria, no fue obligada por las nuevas autoridades a exiliarse al proclamarse en España la II República. Sin embargo, Doña Isabel decidió acompañar a sus parientes y partió hacia Francia. Cinco días después de abandonar España murió de causa natural en un convento de Auteuil, cerca de París. Fue enterrada en Francia.

El 23 de mayo de 1991, por orden del rey Juan Carlos I, fueron trasladados sus restos a España y depositados en la Colegiata de la Santísima Trinidad del Palacio Real de La Granja junto a los del rey Felipe V y su esposa Isabel de Farnesio. Descansa en la Colegiata de este Real Sitio de España porque estuvo muy vinculada a él, pasando allí las vacaciones y organizando tertulias de la clase femenina de la alta nobleza de la época en el "Pequeño Versalles", los jardines de este lugar. Además, aún se mantiene su recuerdo, ya que tras la apertura al público en el año 2000 de este Palacio se dedicó la última habitación de la primera planta a esta infanta de España, colocando tres fotografías encima de un piano de cola.

Junto al Parque del Oeste en Madrid se yergue un conjunto escultórico en su memoria, en la calle del pintor Eduardo Rosales (número 30).

Escudo como infanta y condesa consorte de Girgenti.

Escudo de armas como Princesa de Asturias.

Escudo de armas de una infanta viuda (con cordelière denotándola como una viuda).

Armas póstumas mostradas en su tumba, sin los cuarteles territoriales de las Pequeñas armas reales y el cordelière.





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