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James Watt



James Watt (Greenock, Escocia, 19 de enerojul./ 30 de enero de 1736greg.-Handsworth, Birmingham, Inglaterra, 25 de agosto de 1819) fue un ingeniero mecánico, inventor y químico escocés. Las mejoras que realizó en la máquina de Newcomen dieron lugar a la conocida como máquina de vapor de agua, que resultaría fundamental en el desarrollo de la primera Revolución Industrial, tanto en el Reino Unido como en el resto del mundo.[1]

Mientras trabajaba fabricando instrumentos en la Universidad de Glasgow, Watt se interesó en la tecnología de las máquinas de vapor y se percató de que los diseños coetáneos desperdiciaban una gran cantidad de energía enfriando y calentando repetidamente el cilindro. Watt introdujo una mejora en el diseño, el condensador separado, que evitaba la pérdida de energía y mejoró radicalmente la potencia, eficiencia y rentabilidad de las máquinas de vapor. Finalmente adaptó este motor para producir un movimiento rotatorio, lo que amplió enormemente su uso más allá del simple bombeo de agua.

Watt intentó comercializar su invento, pero encontró muchas dificultades financieras hasta que se asoció con Matthew Boulton en 1775. La nueva firma Boulton & Watt llegó a tener gran éxito y ambos se enriquecieron. Una vez jubilado, Watt continuó inventando, pero ninguna de sus últimas creaciones fue tan destacada como la mejora de la máquina de vapor. Watt también desarrolló el concepto de caballo de vapor,[2]​ mientras que la unidad de potencia del Sistema Internacional de Unidades, el vatio —W— fue nombrada en su honor.

Nacido en Greenock, junto a la ciudad de Glasgow, su padre fue inventor naval y contratista, mientras que su madre, Agnes Muirhead, provenía de una familia distinguida y poseía una buena educación. Ambos practicaban el presbiterianismo y eran miembros activos del movimiento Covenanter. Su abuelo, Thomas Watt, fue profesor de matemáticas y magistrado de la baronía de Cartsburn.

El delicado estado de salud de James durante la infancia le impidió asistir al colegio con regularidad, siendo educado fundamentalmente por su madre, aunque posteriormente asistió a la escuela de Gramática de Greenock. Demostró gran habilidad manual y aptitudes para las matemáticas, mientras que no le interesaban el latín y el griego.

Cuando tenía dieciocho años, su madre murió y su padre comenzó a tener problemas de salud. Watt viajó a Londres y fue aprendiz de fabricante de instrumentos durante un año (1755/1756). Luego, volvió a Escocia y se estableció en la importante ciudad comercial de Glasgow con la intención de crear su propio negocio de fabricación de instrumentos. Elaboró y reparó cuadrantes reflectantes de latón, reglas paralelas, balanzas, piezas para telescopios y barómetros, entre otras cosas. Como no había trabajado como aprendiz durante un mínimo de siete años, el Gremio de herreros de Glasgow (con jurisdicción sobre cualquier artesano que utilizara martillos) bloqueó su solicitud, a pesar de que no había otros fabricantes de instrumentos matemáticos en Escocia.[3][4]

Watt se salvó de este impasse con la llegada desde Jamaica de instrumentos astronómicos legados por Alexander Macfarlane a la Universidad de Glasgow, los cuales requerían la atención de expertos. Watt los restauró para su puesta en marcha y se le remuneró por ello. Estos instrumentos se instalaron finalmente en el Observatorio Macfarlane. Posteriormente tres profesores le ofrecieron la oportunidad de crear un pequeño taller dentro de la universidad. Se inició en 1757 y dos de los profesores, el físico y químico Joseph Black y el famoso Adam Smith, se convirtieron en amigos de Watt.[5]

Al principio trabajó en el mantenimiento y la reparación de instrumentos científicos utilizados en la universidad, ayudando en las demostraciones y ampliando la producción de cuadrantes. En 1759, creó una sociedad con John Craig, un arquitecto y empresario, para fabricar y vender una línea de productos que incluía instrumentos musicales y juguetes. La sociedad se mantuvo durante los siguientes seis años y empleó hasta dieciséis trabajadores. Craig murió en 1765. Finalmente, un empleado, Alex Gardner, se hizo cargo del negocio, que siguió activo hasta el siglo XX.[6]

En 1764, Watt se casó con su prima Margaret (Peggy) Miller, con quien tuvo cinco hijos, dos de los cuales vivieron hasta la edad adulta: James Jr. (1769–1848) y Margaret (1767–1796). Su esposa murió al dar a luz en 1772. En 1777, volvió a casarse con Ann MacGregor, hija de un fabricante de tintes de Glasgow, con quien tuvo dos hijos: Gregory (1777–1804), que se convirtió en geólogo y mineralogista, y Janet (1779–1794). Ann murió en 1832. Entre 1777 y 1790, vivió en Regent Place, Birmingham.[7]

Fue un miembro clave de la Sociedad Lunar. Muchos de sus escritos se conservan en la biblioteca de Birmingham. Falleció el 25 de agosto de 1819 en Heathfield, en su casa situada en Handsworth, Inglaterra, a la edad de 83 años.

Watt inventó el movimiento paralelo para convertir el movimiento circular a un movimiento casi rectilíneo, del cual estaba muy orgulloso, y el medidor de presión del vapor en el cilindro a lo largo de todo el ciclo de trabajo de la máquina, mostrando así su eficiencia y ayudándolo a perfeccionarla.

Watt contribuyó sobremanera al desarrollo de la máquina de vapor, convirtiéndola, de un proyecto tecnológico, a una forma viable y económica de producir energía. Watt descubrió que la máquina de Newcomen estaba gastando casi tres cuartos de la energía del vapor en calentar el pistón y el cilindro. Watt desarrolló una cámara de condensación separada que incrementó significativamente la eficiencia. Hasta el momento, ese fue uno de los mejores desarrollos de la historia.

Watt se opuso al uso de vapor a alta presión, y hay quien le acusa de haber ralentizado el desarrollo de la máquina de vapor por otros ingenieros, hasta que sus patentes expiraron en el año 1800. Junto a su socio Matthew Boulton, luchó contra ingenieros rivales como Jonathan Hornblower, quien intentó desarrollar máquinas que no cayeran dentro del ámbito, extremadamente generalista, de las patentes de Watt.

Él creó la unidad llamada caballo de vapor para comparar la salida de las diferentes máquinas de vapor. Todavía se utiliza, sobre todo en los vehículos.

Watt recibió numerosos reconocimientos en su propia época. En 1784, fue nombrado miembro de la Royal Society of Edinburgh, y en 1787, se incorporó como miembro a la Batavian Society for Experimental Philosophy de Róterdam. En 1789, fue elegido en un grupo de élite, la Smeatonian Society of Civil Engineers. En 1806, se le concedió el Doctorado Honorífico en Leyes de la Universidad de Glasgow, y en 1814, le nombraron miembro de la Academia Francesa de Ciencias y fue nombrado Asociado Extranjero.

En honor a James, se llamó watt a la unidad de potencia eléctrica, que en castellano se denomina vatio, por sus contribuciones al desarrollo de la máquina de vapor. Esta fue adoptada por el Segundo Congreso de la Asociación Británica para el Avance de la Ciencia en 1889 y por la 11ª Conferencia General sobre Pesos y Medidas en 1960 como la unidad de potencia incorporada al Sistema Internacional de Unidades (o "SI").



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