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Jantipa



Jantipa (en griego Ξανθίππη Xanthíppē) fue la esposa de Sócrates y la madre de sus tres hijos Lamprocles, Sofronisco, y Menexeno. Jantipa significa en griego «caballo rubio», de ξανθός xanthós («rubio») y ἵππος híppos («caballo»).

Jantipa era probablemente mucho más joven que el filósofo, quizás unos cuarenta años. Por su supuesto mal carácter y por el despectivo modo en que trataba a su esposo ha pasado a la historia como insolente y feroz.[1]

Existen pocas fuentes de primera mano acerca de Jantipa y su relación con Sócrates[2]​; su nombre apenas viene mencionado por Jenofonte y por Platón en el diálogo Fedón. En este último se narra cómo los discípulos de Sócrates lo encontraron en su celda junto a Jantipa, llevando en brazos a uno de sus hijos, en la mañana del día de su sentencia.[3]

Considerando que Sócrates mismo tiene setenta años, que uno de los hijos tenía que ser llevado en brazos y que Lamprocles no debía de pasar de la pubertad, se puede deducir que Jantipa debía de tener alrededor de treinta años cuando muere Sócrates.[4]​ Se puede anticipar una fecha tentativa de nacimiento alrededor del año 430 a. C. Esto es consistente con el hecho de que Jantipa no viene mencionada en la comedia Las nubes de Aristófanes del año 424 a. C., donde Sócrates mismo viene satirizado fuertemente.

Poco más se sabe acerca de la vida de Jantipa. Trazos de su carácter vienen sido inferidos básicamente a partir de algunas anécdotas referidas por Jenofonte. En sus Memorables (cap. 2.2), se narra cómo Lamprocles se queja de las reprimendas de su madre. Sócrates le hace ver la virtud de la gratitud, sobre todo cuando su madre no sólo le está bien dispuesta, sino que además "lo cuida cuando está enfermo, cuida que no le falte nada y además reza a los dioses por él."[5]

Jenofonte mismo refiere otro tipo de anécdotas en el El banquete (cap. 2.10). Estas serán la fuente para autores posteriores respecto al supuesto carácter de Jantipa. En una de ellas Sócrates se encuentra en el banquete y observa a una pequeña malabarista. Al respecto comenta que también las mujeres pueden aprender todo lo que un hombre puede aprender. A la pregunta de por qué no ha conseguido entonces educar a Jantipa, Sócrates responde que es precisamente con los potros difíciles -una alusión al nombre de ella- que se entrena mejor.[6]

Diferentes autores y compiladores que trabajaron sobre Sócrates mencionaron también a Jantipa. Por lo general se basan en supuestas anécdotas que siguen un cierto patrón, semejante al usado por Jenofonte, en el cual se intenta poner la paciencia y virtud de Sócrates en prueba. Este conseguirá, usando las conocidas virtudes de ecuanimidad y juicio que ya se le venían atribuyendo en vida, superar la afrenta.

Por ejemplo, Plutarco refiere en Moralia, De capienda ex inimicis utilitate el mismo episodio del Banquete de Jenofonte.[7]​ Ya en el siglo III d. C., Diógenes Laercio narra en Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más ilustres una de las anécdotas más recogidas en los siglos posteriores: después de una fuerte discusión, Jantipa vacía un recipiente con agua sucia en la cabeza de Sócrates; sin perder la calma, Sócrates comenta que los truenos acaban en lluvia.[8]

En el Renacimiento, con la vuelta en moda de figuras de la época clásica, el nombre de Jantipa viene usado como figura de una mujer de mal carácter, en parte como contrapeso a la figura del filósofo personificado en Sócrates. Por ejemplo, Erasmo de Róterdam, en el diálogo Conigium de sus Colloquia, describe a una esposa llamada Jantipa que recibe consejos de una amiga para tener menos problemas con el marido. Es posible que este sea uno de los textos de referencia usados por autores posteriores, entre ellos Shakespeare.[9]

En la obra de Shakespeare La Fierecilla Domada, Petruchio compara a Caterina «como una Jantipa o peor» en Acto 1 escena 2. ([1])

También se la menciona en Los Cuentos de Canterbury de Geoffrey Chaucer concretamente en el prólogo del cuento de "la Comadre de Bath" ("The Wife of Bath's Prologue"). La narradora explica cómo su quinto marido, Jenkin, solía leerle un libro lleno de historias sobre mujeres infames, entre las que se encontraba la de Jantipa:

Marco Aurelio en su obra Meditaciones menciona menciona a Xantipa contando un anécdota que le sucedió con Sócrates.



Weithmann, Michael (2003). Xanthippe und Sokrates. Ein Beitrag zu höherem historischem Klatsch} (en alemán). Múnich: Deutscher Taschenbuch Verlag. 



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