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Jinetes del Apocalipsis



¿Dónde nació Jinetes del Apocalipsis?

Jinetes del Apocalipsis nació en caballo.


Los Jinetes del Apocalipsis son los cuatro caballeros que se describen en la primera parte del capítulo sexto del Apocalipsis.[1]​ El capítulo habla de un pergamino en la mano derecha de Dios que está sellado con siete sellos, en ese escenario Jesús abre los primeros cuatro sellos de los siete, liberando a estos jinetes que montan en sendos caballos blanco, bermejo, negro y amarillo. Según la exégesis representan y son alegorías de la conquista o la Gloria, la guerra, el hambre y la muerte, respectivamente, aunque solo a este último se le designa por este nombre.[2]

Aunque los jinetes aparecen brevemente en el libro, su importancia radica en la cantidad de representaciones artísticas y generalmente en la influencia que tuvieron sobre la cultura occidental.

Cabalgado por el jinete de la conquista.

San Ireneo y San Juan Crisóstomo sostienen que el arquero montado sobre el caballo blanco es la triunfante propagación del Evangelio; una expansión que triunfa gracias al apoyo político. El padre Castellani lo deja claro al interpretar que en la Monarquía Cristiana, la Christianitas, es el orden romano convertido a la ortodoxia cristiana.

Algunos autores, como William Hendriksen, afirman que el jinete del caballo blanco es Jesús de Nazaret.[4]

Portar un arco, un arma para alcanzar grandes distancias, es representación de lo que hicieron los reinos cristianos, apoyando y llevando la evangelización a pueblos lejanos. Como ejemplo de lo predicho aconteció el bautismo de los pueblos germanos y eslavos o la evangelización de América. Salió «a vencer», esas victorias, son las victorias de Constantino, de Teodosio, de Carlos Martel. Aquellos que afianzaron y construyeron sobre el antiguo orden romano, la Romanitas, el orden cristiano que perduró desde Constantino hasta el emperador Carlos V.[5]​ El milenio que después es narrado en la parte final del Apocalipsis.[6]

Los detalles mencionados acerca del color del caballo y el tipo de arma que el jinete porta, revela el testimonio de la Iglesia en el primer periodo del cristianismo (del año 31 - 100 d. C. específicamente) lo cual se caracterizó por su pureza de doctrina y el poder ofensivo del evangelio.

El corcel rojo[1]​ o alazán es montado por el jinete de la guerra.

El padre Castellani consigna que desposeída la monarquía cristiana de su existencia[7]​ vendrá «guerra o rumores de guerra»[8]​ como dice Jesucristo. Y añade más diciendo que esto «es el comienzo de los dolores»[9]​ pero «aún no es el fin».[8]Benedicto XV en 1917 declaró: «Jamás hasta ahora se había visto en el mundo la guerra como institución permanente de toda la humanidad». Y ya Castellani advierte que viendo dos guerras mundiales parece como si el mundo se preparase para una tercera.

Cabalgado por el jinete del hambre.

El tercer jinete monta un caballo negro y se entiende generalmente como la hambruna. El jinete lleva un par de balanzas o básculas de pesaje, lo que indica la forma en que el pan se pesa durante una hambruna.

De los cuatro hombres a caballo, el caballo negro y su jinete son los únicos cuya aparición se acompaña de una pronunciación vocal. Juan oye una voz, no identificada, pero procedente de los cuatro seres vivientes, que habla de los precios del trigo y la cebada, también se dice «pero no dañes el aceite ni el vino.» Esto sugiere que el hambre del caballo negro es el de aumentar el precio del grano, pero sin afectar a los suministros de aceite y vino. Una explicación de esto es que los cultivos de cereales hubieran sido más susceptibles en años de hambruna que los cultivos de olivos y viñedos; la declaración también podría sugerir una continua abundancia de lujos para los ricos, mientras que alimentos básicos como el pan son escasos, aunque no totalmente agotados. Por otra parte, la preservación del aceite y el vino podría simbolizar la preservación de los fieles cristianos, que utilizan aceite y vino en sus sacramentos.

San Jerónimo en la Vulgata traduce como pallidus pálido, como traducen Petisco - Torres Amat añadiendo éstos el epíteto de macilento.[10]​ montado por el jinete de la muerte.

El cuarto y último jinete se llama muerte. De todos los jinetes, es el único a quien el propio texto explícitamente da un nombre. Todavía otros se aplican los nombres de «pestilencia» o «peste» a este caballero, sobre la base de traducciones alternativas de la Biblia (como la Biblia de Jerusalén). A diferencia de los otros tres, no se describe con un arma u objeto, en lugar de eso se sigue por Hades. Sin embargo, las ilustraciones de este muestran principalmente que lleva una guadaña.

El color del caballo de la Muerte se escribe como khlômos (χλωμóς) en la koiné original griego, que a menudo se traduce como «pálido», aunque «ceniciento», «verde claro», y «verde amarillento» son otras posibles interpretaciones; por esto es que hay interpretaciones en las que el color puede ser gris, verde, amarillo, pero siempre un color indicando la palidez enfermiza de un cadáver.

El comienzo del verso «se les dio poder sobre la cuarta parte de la tierra» puede referirse únicamente a la Muerte y el Hades, o puede resumir el papel de los cuatro jinetes. Los estudiosos no están de acuerdo en este punto.[cita requerida]



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