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Juniperus phoenicea



Juniperus phoenicea (sabina negral o sabina suave) es una especie de conífera que habita en el contorno de la región mediterránea, alcanzando hasta las Islas Canarias (var. canariensis). Es la sabina más frecuente en la Península, faltando en gran parte de la mitad occidental. No suele ser abundante, apareciendo la mayoría de las veces aislada o en rodales poco extensos. La sabina se considera, según una ley del Gobierno de Canarias, el símbolo natural de la isla de El Hierro, conjuntamente con el lagarto gigante de El Hierro.[1]

Arbusto o pequeño arbolillo de hasta 8 m de altura, de hoja verde y perenne todo el año; tronco derecho, de corteza cenicienta, fibrosa y se agrieta longitudinalmente, desprendiéndose en tiras estrechas. Tiene la copa oval o redondeada, muy ramosa, con follaje muy denso, parecido al del ciprés, formado por ramas de color pardo-rojizo; ramillas redondeadas y muy finas, de 1 mm de diámetro, totalmente cubiertas de hojitas escuamiformes.
Los conos masculinos y femeninos se producen en la misma planta, en raras ocasiones van en distinto pie de planta.

Florece a finales de invierno o en primavera y las arcéstidas maduran al segundo año, son de color verde o verde-leonado, al principio y al madurar de color rojizo y lustrosos.

Como toda la familia, es una planta muy variable y con muchas variedades y subespecies.

Se cría en todo tipo de suelo y condiciones; en las dunas y arenales marítimos (var. oophora), en los suelos volcánicos, en los suelos algo salinos, en los ácidos, en los calcáreos, en las fisuras de las rocas y en los acantilados. Desde el nivel del mar hasta cerca de los 1400 msnm, donde empieza a escasear, aguantando intensas heladas y climas muy secos, con menos de 300 mm anuales de precipitación y fuertes vientos.

La madera es compacta, de grano fino, muy resistente, de color pardo-amarillento o rojizo y muy aromática; es excelente para fabricar carbón, lo que sin duda ha motivado, la escasez de ejemplares bien desarrollados. A veces se cultiva como ornamental.

El aceite esencial del árbol es especialmente rico en el tricíclico sesquiterpeno thujopseno; el duramen contiene un estimado 2.2% de este hidrocarburo. El bioquímico Jarl Runeburg señaló en 1960 que "Juniperus phoenicea parece ser la fuente más conveniente de Thujopseno hasta ahora encontrada."[2]

Juniperus phoenicea fue descrita por Carlos Linneo y publicado en Species Plantarum 2: 1040. 1753.[3]

Número de cromosomas de Juniperus phoenicea (fam. Cupressaceae) y táxones infraespecíficos: 2n=22[4]

Juniperus: nombre genérico que procede del latín iuniperus, que es el nombre del enebro.[5]

phoenicea: epíteto latíno que significa "rojo, encarnado", tal vez en referencia al color de los frutos.



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