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Lágrimas por una medalla



Lágrimas por una medalla es la autobiografía novelada escrita por Tania Lamarca, ex gimnasta rítmica que fue campeona olímpica en Atlanta 1996 como integrante de las Niñas de Oro, y Cristina Gallo, periodista deportiva.[1][2]​ Fue publicado por Ediciones Temas de Hoy (Grupo Planeta) dentro de la colección En primera persona. La presentación oficial del libro tuvo lugar el 8 de abril de 2008 en la sede del Grupo Planeta en Madrid.[3]

El libro narra la historia novelada en primera persona de Tania Lamarca como deportista de élite: su vida como gimnasta, su concentración en Madrid con el equipo nacional de gimnasia rítmica, sus triunfos, y su vida tras retirarse de la competición.[4][5][6][7][8]​ Para la elaboración del libro, Tania y Cristina Gallo se ayudaron de las anotaciones que realizó la gimnasta en su diario durante su etapa en la selección nacional.[9][10]

Lamarca, mediante la narración de su vida deportiva, intenta según sus palabras mostrar el esfuerzo, la dedicación y la pasión por su deporte que hicieron posible la consecución de sus metas, entre ellas ser campeona olímpica, así como la fuerte amistad creada con sus compañeras y todos los valores que le aportó la práctica de la gimnasia rítmica.[11][12]​ Igualmente, denuncia la situación de abandono e indefensión que vivió tras su salida del equipo, donde no fue ayudada ni orientada por la Real Federación Española de Gimnasia, describiendo las muchas dificultades a las que se enfrentó en esa adaptación al «mundo real», como la vuelta a los estudios que tuvo que dejar apartados o los impagos por parte de la Federación. De esta forma, según sus propias palabras, quiere mostrar el desequilibrio entre el esfuerzo y sacrificio al que se entregó durante tantos años y la recompensa que recibió a cambio, con el fin de que esa situación no se vuelva a repetir.[13][14][15]

Lágrimas por una medalla está articulado básicamente en tres partes que siguen un orden cronológico: En busca de un sueño, El sueño olímpico y Las lágrimas de un sueño. El libro se inicia con una breve introducción y finaliza con un epílogo.

La introducción comienza con el cuento La niña que soñó con tocar las estrellas, un relato corto que Tania escribió años antes para un acto infantil. A continuación, explica lo que persigue con el libro:

En la primera parte, llamada En busca de un sueño, Tania cuenta cómo fue su llegada al equipo español en marzo de 1995, con el que convivió en un chalet en Canillejas y entrenó en el Gimnasio Moscardó a las órdenes de la seleccionadora Emilia Boneva y la entrenadora María Fernández Ostolaza, así como su adaptación a la exigente disciplina del grupo, la lucha por intentar ser gimnasta titular o la obsesión por el peso y las visitas a Emilio, la báscula por la que pasaban cada mañana. Igualmente describe la amistad y el fuerte vínculo que se creó entre las componentes del conjunto. También habla de su primera gran competición (el Campeonato Europeo de Praga), sus primeras medallas, y la tensión vivida durante el año previo a las Olimpiadas de Atlanta, en el cual se endurecieron los entrenamientos.[18][19][20]​ En la parte en la que narra lo ocurrido en el Campeonato del Mundo en Budapest, donde logró su segundo título mundial, Tania cuenta como ya entonces sentía que no se valoraban sus éxitos:

La segunda parte, denominada El sueño olímpico, explica la llegada del equipo a los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996, la vida en la villa olímpica, y la consecución de la medalla de oro en la competición de gimnasia rítmica por conjuntos junto a Marta Baldó, Nuria Cabanillas, Estela Giménez, Lorena Guréndez y Estíbaliz Martínez. El relato se divide aquí en varios apartados, cada uno dedicado a un día, desde el 13 de julio (fecha en la que viajaron a Atlanta) hasta el 4 de agosto (día que finalizaron los Juegos). Tania narra así el momento de recoger la medalla en el podio:

En la tercera y última parte, titulada Las lágrimas de un sueño, Tania narra lo ocurrido el año posterior a los Juegos Olímpicos, su exclusión de la selección nacional de gimnasia rítmica de España debido a que superó en 2,7 kilos el límite del peso establecido y su difícil encuentro con un mundo que desconocía tras haber pasado tres años con el equipo nacional.[21][22]​ También denuncia que ni la Real Federación Española de Gimnasia ni ningún miembro del equipo técnico le ayudó ni le orientó tras su retirada en esa adaptación, así como la actitud de la Federación respecto a un dinero que debía a las gimnastas medallistas en Atlanta y que no pagó hasta varios años después.[23][24][25]​ Tania cuenta así su transición a la vida lejos de la concentración nacional:

En el epílogo, Tania habla brevemente sobre lo ocurrido los dos años anteriores a la publicación del libro, como su boda o el reencuentro en 2006 con sus antiguas compañeras del conjunto con motivo del rodaje del documental Las Niñas de Oro y sus reacciones al conocer que iba a narrar su historia en un libro. Finalmente, comenta que, a pesar de los aspectos negativos y de haberse sentido «abandonada» tras su retirada, considera que su etapa en el mundo de la gimnasia de élite mereció la pena debido a todo lo que esta le ha aportado, y acaba con una frase que trata de resumir el contenido del libro:



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