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Laúd



El laúd (del árabe العود al-‘ūd) es un instrumento de cuerda pulsada,[1]​ cuyo origen se remonta a la Edad Media y cuya introducción en Europa se inició en la península ibérica por los musulmanes e influyó en los cordófonos que por entonces ya existían en la península. Por extensión, laúd puede designar cualquier instrumento en el que las cuerdas se sitúan en un plano paralelo a la caja, a lo largo de un mástil saliente.

Hoy en día, en un ámbito técnico, el término es también usado para designar a cualquier cordófono generalmente occidental con una caja de resonancia no plana (en contraposición, por ejemplo, con la guitarra).

Fue un instrumento muy utilizado entre los siglos XIV y XVIII. Desde el siglo XX experimenta una nueva alza de popularidad.


Los laúdes de Oriente, medievales, renacentistas y barrocos poseen una caja de resonancia abombada; en cambio, el laúd chino (pipa) se talla a partir de un bloque de madera. El instrumento de tesitura tenor, usado en la tuna y en rondallas y llamado laúd español, tiene fondo plano y aros laterales y, pese a su nombre, no está emparentado con el laúd sino con la bandurria, que a su vez provendría de la cítara.

Consta de las siguientes partes:

Aunque durante el paso del tiempo la técnica ha sufrido cambios importantes, el intérprete toma el instrumento de manera semejante a la guitarra. Las posibilidades expresivas están dadas por la forma de tañer el instrumento. En Occidente se privilegia el uso de dedos y uñas, para posibilitar la armonización de las notas[1]; los árabes prefieren el plectro, pues dan más importancia a la melodía.

Al igual que la tiorba, el archilaúd y el laúd barroco, el laúd moderno puede contar con cuerdas de bajo llamadas bordones, que se colocan fuera del trastero y son utilizadas para conseguir sonidos por fuera de la tesitura del laúd.

Grandes compositores e intérpretes del periodo renacentista y barroco fueron John Dowland, contemporáneo de Shakespeare, Giovanni Girolamo Kapsberger, Silvius Leopold Weiss y Robert de Visée.

Durante el renacimiento el laúd gozó de una gran popularidad entre la nobleza europea. No obstante, en España "el protagonismo del laúd será desplazado en la música cortesana por la vihuela".[2]​ Aunque existe la teoría de que el laúd no se tocó en España por los prejuicios, al recordar el instrumento musulmán del que provenía, esto no es cierto. Se pueden encontrar numerosas fuentes documentales tales como inventarios de carga en los barcos que viajaban a las Américas, de difuntos, etc, en donde se numeran muchos laúdes, que en la época eran conocidos como "vihuelas de flandes".

El laúd durante la primera mitad del siglo XVI tenía generalmente seis órdenes dobles y se utilizaba la lectura para la notación musical del mismo.

La afinación y la técnica del instrumento eran similares a las de la vihuela, por lo que el repertorio de ambos instrumentos podía ser intercambiado, tal y como prueba incluso el título de algunas de las publicaciones de la época.

Entre los compositores e intérpretes más destacados encontramos a Francesco Spinacino, Giovanni Girolamo Kapsberger, Francesco da Milano (quien compuso una colección de piezas que publicó bajo el título Intavolatura de viola o vero lauto. Libro primo /secondo de la Fortuna), Adrien Le Roy, Albert de Rippa y John Dowland. La técnica compositiva era fundamentalmente contrapuntística, como lo era la música vocal de la época.

Durante la segunda mitad del siglo XVI el laúd comenzó a incrementar el número de órdenes, llegándose con el laúd de 10 órdenes a las primeras décadas de 1600, período de transición entre el Renacimiento y el Barroco.

Durante el barroco el instrumento amplía el número de cuerdas, hasta los diez o más órdenes —13 en el caso del laúd alemán— que se empleaban para poder ejecutar notas más graves que pudieran dar sustento a las armonías de las nuevas funciones que al instrumento le estaban encomendadas.

Entre los intérpretes más famosos destacan, Silvius Leopold Weiss y Robert de Visée. Son muy conocidas las suites para laúd escritas por J. S. Bach.

La palabra laúd deriva de la voz árabe `ūd (عود), una de cuyas acepciones es ‘madera’.

Según la tradición, el más grande tañedor de laúd que jamás existió fue el músico persa, pero residente en Córdoba Abú al-Hasan Alí ibn Nafi, más conocido como Ziryab (789-857). Introdujo algunos cambios organológicos (añadidura de cuerdas) y técnicos (interpretación con plectro fabricado con pluma de ave, en vez del comúnmente usado de madera). El laúd usado en los países árabes y el Medio Oriente carece de trastes[2], pues estos impedirían ejecutar cuartos de tono, necesarios para la música oriental.Posee un mástil más corto que el europeo y una caja de resonancia más grande. Usualmente sólo cuenta con un bordón y cuatro cuerdas dobles, sin embargo, pueden hallarse laúdes de hasta siete órdenes. Su registro suele ser de dos octavas y media.

Es usado en la música clásica y popular de todos los países árabes, además de Marruecos, Turquía, Irán, Pakistán, Armenia, Georgia.

El cuerpo, tallado de un bloque de madera, tiene forma de pera aplastada y cuatro cuerdas. Existen referencias que datan su existencia al siglo II a. C. Acompaña al canto de poemas, con frecuencia épicos, que describen batallas o hechos históricos relevantes. También, se utiliza en grupos musicales para interpretar solos. El repertorio para pipa consiste en obras tradicionales chinas, anónimas en su mayoría, y música contemporánea de compositores con influencias tanto chinas como occidentales.

Se toca mediante una técnica de espectacular destreza en los dedos, para conseguir sonidos característicos. Liu Fang es una consumada intérprete del instrumento.

El laúd cretense o lauto cretense es un instrumento cordófono de Creta. Es un instrumento de cuerda metálica que se toca con un plectro alargado de plástico y tiene cuatro cuerdas dobles afinadas por quintas: ÉÉ, ÁA,´DD, GG´ de aguda a grave. Llegó a Creta durante la ocupación veneciana, en la Edad Media, evolucionando muy poco hasta el día de hoy.

Desde 1930, su popularidad ha ido en aumento.Impulsada por el movimiento en pro de la música antigua (renacentista y barroca). Julian Bream, guitarrista inglés excelso, se hizo famoso por sus conciertos de laúd y violín.

Otros intérpretes destacados, fueron:Hans Neemann, Walter Gerwig, Suzanne Bloch y Diana Poulton.

Los laúdes actuales son réplicas de los instrumentos históricos modelos pertenecientes a museos y colecciones privadas; no obstante, algunos artesanos diseñan modelos con características más actuales. Tanto los unos como los otros, pueden adquirirse de segunda mano en un mercado muy limitado. Las dificultades que encierra su construcción los hace más caros que los instrumentos producidos en masa, como la guitarra, llegando en ocasiones a superar el precio del violín.

A diferencia de lo que ocurría en otras épocas, hoy existen muchos tipos de laúd: medievales, renacentistas, el archilaúd para obras barrocas, tiorbas para partes de bajo continuo en conjuntos barrocos, y otros. Hay laúdes de diversidad regional en Grecia: laouto, y outi, emparentados ambos con el ud u oud árabe.

Entre los laudistas mundialmente famosos cabe citar a Konrad Ragossnig, Robert Barto, Desmond Dupré, Eduardo Egüez, Edin Karamazov, Luca Pianca, Edmund Spencer, Hopkinson Smith, Axel Wolf, Nigel North, Eligio Quinteiro, Stephen Stubbs, Richard Stone, Pascal Monteilhet, Ariel Abramovich, Evangelina Mascardi, Luciano Contini, William Waters, Paul O' Dette, Rolf Lislevand, Anthony Rooley, Eugène Ferré.

El artista Sting toca el laúd y el archilaúd, ocasionalmente en colaboración con Edin Karamazov. También la cantante colombiana Shakira utiliza el laúd en su canción «Ojos así», con la colaboración del músico Tim Mitchell.

El llamado laúd español es imprescindible, al igual que la bandurria, en las formaciones populares de la música española. Las orquestas de pulso y púa y las rondallas instrumentales, compuestas por familias de instrumentos de cuerda pulsada de diferentes alturas y que también eran conocidas como estudiantinas, o en su versión universitaria como tuna. Es importante recalcar que este instrumento no tiene absolutamente nada que ver con los verdaderos laúdes, y es un invento históricamente reciente. En realidad, se trata de un tenor de bandurria.

También existe un laúd cubano, cuyo más famoso ejecutor es Barbarito Torres, de Buena Vista Social Club. Tiene la misma apariencia del laúd español, pero la afinación es diferente.

En las artes plásticas se suele representar el laúd como un símbolo de armonía. Cuando ésta no existe, se le representa con alguna cuerda rota.

También se considera un atributo de Santa Cecilia de Roma.



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