x
1

Lekythos



Lécito o lếkythos (del griego «λήκυθος») es un vaso utilizado para almacenar aceite o pomadas, hermano del alabastrón y el aríbalo.[1]​ También se usaron como vasos funerarios.

El lécito se caracteriza por una forma alargada, un cuello estrecho y una embocadura ancha, que permite a la vez limitar el flujo del aceite y facilitar su aplicación. La forma tradicional (del fin del siglo VI a. C. hasta el segundo cuarto del siglo V a. C.) es de tipo cilíndrico, con un pequeño pie, un hombro ancho desviado, un asa vertical y una embocadura ancha. La escena es pintada en la panza, el hombro está generalmente adornado con un motivo de palmetas. El vaso mide generalmente de 30 a 50 cm, pero existen algunos lécitos muy grandes (1 metro) al final del siglo V a. C. La función de estos es mal conocido: quizás fueran puramente decorativos, o constituían una solución alternativa menos costosa que un lécito grande de mármol, a la moda de la época en sustitución de las estelas funerarias.

Otros tipos:

Los lécitos son decorados también con figuras rojas, las figuras negras con una técnica particular, la de fondo blanco. Este estilo aparece al final del siglo VI a. C., como variante del estilo de figuras negras: la panza es recubierta de un engobe blanco, las siluetas son pintadas en negro, los detalles eran incisos.

Evolucionó al mismo tiempo que los progresos efectuados en las figuras rojas: el dibujo se hace a trazos, primero con pintura negro brillante, después mate, rojo o negro. Los colores secundarios hacen su aparición, principalmente para los cabellos o las pañerías marrón-púrpura, ocre. Otros colores más frágiles eran añadidos tras la cocción: verdes, azules y malvas. Desafortunadamente, pocos de estos pigmentos han sobrevivido. Estos lécitos son un buen testimonio de lo que debió ser la pintura mural clásica.

Al ser más frágil los de fondo blanco, los vasos fueron primero realizados bajo pedido. A partir de 470460 a. C., el estilo se relega a los lécitos funerarios, depositados en la tumba: no son manejados más que una sola vez y no son sometidos a la intemperie. Consecuencia de esta evolución, la iconografía evoluciona: portadores antes de escenas variadas, los vasos representan en adelante escenas funerarias. Son escenas de despedida o lamento, pero también representaciones del difunto como era en vida, por ejemplo sentado delante de su tumba, como se espera de los visitantes. En algunos casos, el pintor ha incluso representado un lécito al lado del difunto. Algunas escenas son de inspiración mitológica, así Caronte haciéndole atravesar la Estigia, Hermes psicopompo acompañando al difunto, o Hipnos y Tánatos llevándoselo al más allá.

El pintor de Aquiles (activo a mitad del siglo V a. C.) y el pintor de Tánatos (probablemente su alumno) son los pintores más productivos en materia de lécitos funerarios, lo que representa la mitad de la obra del primero y la totalidad de la del segundo. El Pintor de Tánatos debe su nombre al gran lécito (48 cm) de la figura 2:[2]​ a la izquierda. En él puede verse a Tanatos (la Muerte), barbudo, sosteniendo los pies del difunto, mientras que su hermano Hipnos (el Sueño), aquí representado lampiño, le sujeta por los hombros. Se trata de un tema clásico, habitualmente reservado a los héroes muertos. Un casco corintio aparece sobre la tumba, dejando así suponer que el muerto es un soldado o simple mortal. El hecho de que los colores hayan cambiado a tonos marrones, indica que la policromía original fue bastante limitada.



Escribe un comentario o lo que quieras sobre Lekythos (directo, no tienes que registrarte)


Comentarios
(de más nuevos a más antiguos)


Aún no hay comentarios, ¡deja el primero!