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Leones del Caracas



20 Títulos de Liga[n 2]​:
1947-481948-491951-521952-531956-571961-621963-641966-671967-681972-731977-781979-801980-811981-821986-871987-881989-901994-952005-062009-10

El Caracas Base Ball Club C.A.[2]​ o mejor conocido por su nombre comercial como los Leones del Caracas, es un equipo de béisbol profesional de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional. En su creación tiene por sede el Estadio Universitario de Caracas en la Universidad Central de Venezuela. El dueño y accionista único del club deportivo es Ricardo Cisneros, presidente de Ateneas Sports Holding.[3][4]

Su nombre proviene del nombre oficial de la ciudad de Caracas —Santiago de León de Caracas—, que le asignó Diego de Losada al fundarla en 1567. Por consiguiente, en el escudo representativo de la ciudad de Caracas aparece un león como símbolo.

Los Leones del Caracas es un equipo muy popular en Venezuela, y es el equipo con mayor cantidad de títulos (20),[5]​ y tiene subcampeonatos (17), finales jugadas (37), post-temporadas jugadas (37). El porcentaje de ganados más alto de la LVBP en temporada regular: (V-D 2091-1829 53,3%), post-temporada:(V-D 208-168 55,0%), finales (V-D 97-78 55,4%). Es poseedor de la mayor cantidad de récords colectivos e individuales.[cita requerida]

El 27 de diciembre de 1945, se constituyó la Liga Venezolana de Béisbol Profesional (LVBP) con el Cervecería Caracas como uno de los cuatro equipos fundadores junto con Navegantes del Magallanes, Patriotas de Venezuela y Sabios del Vargas.

El domingo 13 de enero de 1946, un día después de la jornada inaugural de la LVBP, se produjo el debut del Cervecería Caracas en la pelota rentada. En aquella ocasión, el conjunto dirigido por Casanova cayó ante el Vargas 12-1. Una semana después, el 17 de enero, el equipo cervecero obtuvo su primera victoria en la liga, ante el Venezuela 2-0. En ese cotejo hizo su estreno Alfonso “Chico” Carrasquel, quien luego se convertiría en un símbolo de la divisa capitalina.

Cervecería Caracas escoltó al campeón Sabios del Vargas en la primera temporada de béisbol profesional venezolano. Para asegurar esa segunda casilla, los muchachos de Casanova tuvieron que fajarse para supera en encuentro extra al equipo Venezuela.

Historia similar se presentó en el certamen 1946-47. Vargas ganó la primera vuelta con marca de 11-7 y la tropa lupulosa se impuso en la segunda etapa del torneo con registro de 14-4. Ambos conjuntos protagonizaron la primera serie final en la historia de la LVBP y Vargas se impuso en cuatro desafíos para renovar el gallardete.

Luego de una tradición de “purocriollismo”, el primer episodio de la década que estremeció los cimientos de la tradición de la divisa capitalina fue precisamente la contratación de los primeros jugadores importados en la temporada 1950-51. Se lograron las firmas del cácher Lester Fusselman, el inicialista Morris Mozzali,[6]​ el infielder Roy Dueñas, el jardinero Wilmer Fields y los lanzadores Roy Parker, Earl Mossor y Ernie Shore.

Pese a los resultados, en el torneo siguiente volvieron por sus fueros en su última presentación en la campaña 1951-1952, con una contundente demostración de poderío que le permitió sacar hasta trece partidos de ventaja a los Navegantes del Magallanes, equipo claramente inferior a los Gloriosos Leones del Caracas, al dejar marca de 41-15 por 28-28 de su eterno rival.

En esa temporada 1951-52, el conjunto lupuloso logró una seguidilla de 17 triunfos, superando su propio récord de 14 impuesto dos años antes. Esa marca de victorias al hilo se mantendría intacta por espacio de 37 años, hasta que los propios caraquistas la derribarían para aumentarla a 18.

Leones del Caracas crecía a medida que transcurrían las temporadas. No solo aumentó la cosecha de más trofeos, sino también se inició el camino de una dupla que muchos recordarán como la mejor; esa que conformara Víctor Davalillo y César Tovar. Asimismo, un señor llamado Regino Otero asumió las riendas del equipo durante 8 temporadas y mostró, desde ese entonces, sus cualidades como mánager ganador a toda prueba.

Entre los hitos más importantes estuvo el del 23 de noviembre de 1961, cuando Víctor Davalillo propinó 14 ponches y llevó a la victoria al Caracas 2-1 sobre Pampero. Dicha cantidad de abanicados es cifra tope para un criollo.

En la temporada 1961-62, el cubano José Joaquín Azcúe ganó el liderato de carreras remolcadas de la temporada y se convirtió en el primer caraquista en hacerlo. En esa misma justa, exactamente el 4 de febrero de 1962, los Leones se impusieron 7-4 a Oriente y consiguieron su tercera corona en el béisbol venezolano.

No se puede dejar de lado la presencia de importantes jugadores como Pete Rose, José Tartabull., Tony Curry, Ken Harrelson, Jim "El Bagre" Hunter, Dagoberto Campaneris, Diego Seguí, Luis Tiant, Howie Reed, Dwayne Murphy, Gonzalo Márquez, Teodoro Obregón, Aurelio Monteagudo, Dámaso Blanco y Luis Peñalver, quienes le dieron prestigio al uniforme melenudo.

Entre los hitos más importantes estuvo el del 23 de noviembre de 1961, cuando Víctor Davalillo propinó 14 ponches y llevó a la victoria al Caracas 2-1 sobre Pampero. Dicha cantidad de abanicados es cifra tope para un criollo. El 27 de enero de 1963, durante la campaña 62-63, Víctor Davalillo bateó de 4-1 ante los Tiburones de La Guaira para dejar promedio de.400. De esta forma se convirtió en el segundo jugador en lograrlo en la Liga, desde que lo hiciera Pablo García en 1946.

Durante el juego del 3 de noviembre de 1963, en plena temporada 63-64, el infield de los Leones del Caracas realizó el primer triple play en su historia frente a los Industriales de Valencia.

En ese mismo campeonato, el 5 de febrero de 1963, fue un día de duelo entre serpentineros cubanos. Orlando Peña sólo permitió cinco hits y una rayita para vencer a Luis Tiant y sus Industriales de Valencia. Este cotejo sirvió para obtener el cuarto título de la escuadra capitalina durante esa movida temporada.

Ya en la 64-65, Ken Rowe se convirtió en el primer serpentinero en lograr dos victorias en un mismo día en Venezuela. Dichos lauros los obtuvo sobre los Industriales de Valencia el 24 de enero de 1965. Al día siguiente, Caracas le ganó 21-5 al Magallanes. En ese encuentro los Leones impusieron una marca para entonces de 25 imparables.

Durante la 65-66, Lew Krausse impuso una nueva marca de ponches en un juego, al abanicar a 21 toleteros de los Cardenales de Lara el 3 de noviembre de 1965. De esa cifra, diez se produjeron en forma consecutiva. Krause estableció un tope de blanqueos en una campaña (6) junto a Marcelino López, quien lanzaba con Tiburones de La Guaira. Por si fuera poco, fue también colíder en triunfos con 12; también al lado de López.

El 12 de febrero de 1967, en la zafra 66-67, Paulino Casanova despachó cuadrangular ante Graciliano Parra de los Tiburones de La Guaira, en una séptima entrada de once rayitas que al final decretaron la victoria ante los litoralenses y el quinto campeonato de la liga.

El 3 de enero de 1968, durante la 67-68, Víctor Davalillo empujó 7 rayitas para implantar la marca del club en temporada regular en aquel entonces. Por su parte, el 4 de febrero de 1968, Gonzalo Márquez remolcó 8 carreras en un juego de play off, igualando la marca de la Liga impuesta por Marvin Williams en 1946.

En la misma zafra, los lanzadores cubanos Luis Tiant y Diego Seguí se adueñaron de la triple corona del pitcheo. Tiant fue líder en victorias (12) y ponches (111), mientras que Seguí capturó el primer puesto en efectividad con 1.34.

El 5 de febrero de 1968, Caracas, apoyado en la lomita por Diego Seguí, venció a los Tigres de Aragua 5-3 y retuvo su corona, la sexta del equipo en el béisbol venezolano y la segunda consecutiva.

Al comienzo de la temporada 68-69, Howie Reed dejó sin imparables ni carreras a los Navegantes del Magallanes durante el juego del 24 de octubre de 1968. Fue el tercer no hit no run en Venezuela.

En la campaña 69-70, Pompeyo Davalillo se había estrenado como mánager del conjunto capitalino y siguió hasta la 71-72. Pese a que logró llegar dos veces a la semifinal, no pudo pasar a la serie final.

Varios fueron los hechos que destacar este tiempo. El 6 de noviembre de 1970, Caracas disparó 23 indiscutibles para derrotar al Magallanes 13-1. Octavio Rojas, Víctor Davalillo, César Tovar, Larry Howard y Rich Scheimblum conectaron tres hits cada uno.[7]

Durante la 71-72, Caracas impuso una lo que fue una nueva marca en el béisbol venezolano al ligar, el 18 de noviembre de 1971, 26 inatrapables ante los Navegantes del Magallanes. Los Leones ganaron ese juego 22 por 9. Por su parte, el 15 de diciembre de 1970, Víctor Davalillo golpeó, por tercera vez en su carrera, cinco hits ante los Navegantes del Magallanes.[7]

En la temporada 72-73, Antonio Armas conectó el primero de sus 97 jonrones en la Liga Venezolana de Béisbol Profesional. Fue el 4 de noviembre ante el derecho Ken Forsch de los Tiburones de La Guaira. La bola cayó en las gradas del jardín izquierdo.[7]

De igual manera, es destacable lo hecho por Jesús Marcano Trillo, Diego Seguí y Joe Ferguson, quienes dispararon 3 jonrones no consecutivos en el cuarto episodio del juego ante Tiburones de La Guaira (15 de noviembre de 1972), que se constituyó en una marca para el Caracas en su momento.

El 6 de enero de 1973, el lanzador Urbano Lugo padre se cubrió de gloria al dejar sin hits ni carreras a los Tiburones de La Guaira, convirtiéndose en el primer criollo en lograr esta hazaña. Fue en un encuentro donde jugaron peloteros nativos, aunque no dejó de tener importancia. Caracas logró el título en esa temporada, bajo la batuta de Oswaldo Virgil, al superar el 28 de enero de 1973 al equipo Águilas del Zulia 4-3. De esa manera, conquistaron su séptimo gallardete.

Uno de los más recordados jugadores extranjeros, Pete Koegel, disparó entre el 7 y 8 de diciembre de 1973, en plena temporada 73-74, dos jonrones con las bases llenas, para igualar a Billy Queen (53-54) como los únicos dos jugadores con partidos consecutivos conectando grand slams. Otra fecha para recordar fue el 8 de diciembre de 1973, cuando César Tovar disparó cinco incogibles en un mismo juego; la única vez que lo hizo en su carrera.

Koegel volvió a ser protagonista el 12 de enero de 1974, al conectar seis hits para igualar la marca de la Liga. En ese cotejo remolcó seis para dejar un nuevo registro de impulsadas en una campaña con 65.

En la zafra 74-75, Víctor Davalillo ratificó que estaba predestinado para hacer historia en nuestra liga. El 5 de noviembre de 1974, ante los Navegantes del Magallanes, ligó su hit número mil en el profesional. Dicha conexión se produjo en el cuarto inning.

Después de una ausencia en la 75-76, tras fusionarse con los Tiburones de La Guaira en lo que fue la recordada divisa Tibuleones de Portuguesa, Caracas volvió a la acción en la 76-77. El 23 de noviembre de 1976, Antonio Armas despachó dos cuadrangulares ante el conjunto de las Águilas del Zulia. Fue la primera ocasión de las ocho veces que lo lograría en Venezuela.

Otro de los capítulos más importantes en la historia de los Leones y de la Liga de Béisbol Profesional se inició el 26 de noviembre, cuando Adrian Garrett inició su cadena de 28 partidos conectando al menos un hit, al batear de 4-2 ante Paul Reuschell de los Navegantes del Magallanes. Mientras tanto, el 21 de diciembre de 1976, Jesús Marcano Trillo completó 262 lances sin error defendiendo la segunda almohadilla. De esta forma fijó marca en la Liga.

Garrett empató el récord dejado por Henry Schenz de 27 juegos con al menos un hit durante el choque del 2 de enero de 1977. Dicho tope tenía 24 años de vigencia. Fue así como el 4 de enero, el estadounidense le disparó un sencillo al centro al serpentinero Brian Abraham de los Cardenales de Lara para imponer una nueva marca en la Liga de más juegos consecutivos dando de hit con 28 en una temporada.

Uno de los protagonistas de la campaña 77-78 fue Antonio Armas. El 4 de enero de 1978 le conectó jonrón a Juan Quiroz de los Navegantes del Magallanes, para así sumar el número 12 y derribar la marca de más cuadrangulares en una temporada para un criollo en poder de Luis "Camaleón" García. Luego, el 15 de enero de ese mismo año, anotó una carrera ante los Navegantes, para llegar a 62 en la zafra, cifra tope en el béisbol venezolano.

El 27 de enero de 1978 Leon Roberts, Baudilio Díaz y Gonzalo Márquez golpearon jonrones no consecutivos ante Águilas del Zulia en el sexto inning; primera vez que se logra esta hazaña en una final. Ante este mismo equipo, los Leones del Caracas consiguieron su octava corona de por vida, cuando ganaron 5-0 en el último de la final, con Pablo Torrealba destacándose en la lomita y Antonio Armas con un jonrón en la ofensiva.

En la campaña 79-80, la última de la década, Felipe Rojas Alou llevó nuevamente al equipo hacia el título. Sin embargo, un poco antes, el 23 de octubre de 1979, Baudilio Díaz iniciaba el camino al récord de más jonrones en una temporada al dar el primero de la justa.

El 7 y 10 de noviembre de ese año, Dwayne Murphy disparó sendos jonrones saliendo del banco ante Zulia y La Guaira respectivamente, para igualar la marca de más vuelacercas como emergente en una temporada.

El 10 de enero de 1980 los Leones del Caracas derrotaron a sus eternos rivales 16 carreras por 2, para de esta manera llegar a 14 victorias sin derrota ante los valencianos en la serie particular, marca hasta ahora insuperable en la Liga Venezolana de Béisbol Profesional.

En esa misma campaña histórica, concretamente el 12 de enero de 1980, ante los envíos de Aurelio Monteagudo de La Guaira, Baudilio Díaz disparó su jonrón número 20 de la campaña. Con dicha conexión, el receptor mirandino implantó un récord vigente durante 33 años. Finalmente, El 29 de enero de 1980, Caracas conquistó su noveno gallardete de la Liga al vencer a los Cardenales de Lara 5-2.[7]

La temporada 80-81 significó la segunda conquista consecutiva del título lograda por Caracas, para de esa manera igualar lo hecho entre la temporada 1966-67 y 67-68, cuando también se anexaron sendas coronas. Fue el 26 de enero de 1981, gracias al trabajo combinado desde el montículo de Tony Brizzolara y Craig Eaton, aunado a un jonrón de Antonio Armas, que Caracas venció a Lara 4-3, para sumar su décimo campeonato en Venezuela. Fue primera vez que el conjunto de la Capital barrió una serie decisiva.

Cabe destacar que el 18 de diciembre de 1981 (en la ronda regular), Armas disparó su vuelacercas número 64, con el que desbancó a Luis "Camaleón" García, quien poseía el tope de por vida en este departamento (63). Se lo dio a Bill Caudill de Magallanes en el estadio Universitario.

En la 81-82 los Leones se convirtieron en el primero en ganar tres campeonatos consecutivos. La racha de los Leones prosiguió en Hermosillo durante la Serie del Caribe donde ganaron con marca de 5 y 1 al Ponce de Puerto Rico. Los peloteros del Caracas acapararon los lideratos individuales: Baudilio Díaz en bateo con .412 y jonrones con 2, Armas en empujadas con 6, y Luis Leal en victorias con 2. Baudilio Díaz fue elegido el más valioso y el receptor del Todos Estrellas donde también figuraron por la escuadra venezolana, el camarero Steve Sax, el jardinero izquierdo Luis Salazar, Antonio Armas en el jardín central, Luis Leal como picher derecho, y Alfonso Carrasquel como mánager.[8]

Por primera vez en la historia de la LVBP, un equipo logra anidar tres gallardetes al hilo en la misma cantidad de temporadas consecutivas. Los Leones del Caracas, con el "Chico" Carrasquel como mánager, clasificaron a la semifinal en un juego extra realizado ante los Tigres de Aragua. De esa manera pasaron a la final ante los Cardenales de Lara y el 25 de enero de 1982 vencieron a los plumíferos 4-3, apoyados en un solvente trabajo de Ubaldo Heredia desde la lomita, para anexar el cetro número 11 en la historia de los capitalinos.

En esta recordada temporada podemos mencionar algunos pasajes importantes como el protagonizado por Dave Henderson, Antonio Armas y Jim Maler, quienes dispararon cuadrangulares no consecutivos en una entrada. Dicha hazaña -que igualó lo hecho el 15 de noviembre de 1972- se logró el 17 de noviembre de 1981 en Valencia contra el Magallanes.

También, el 4 de diciembre, el lanzador importado Tom Dixon logró su victoria consecutiva número 19 al superar a los Cardenales de Lara. Dicha cifra es récord de la liga. Viajaron a Hermosillo, México, y se trajeron de vuelta el trofeo de la Serie del Caribe.

Por otra parte, en la semifinal de la campaña 82-83, Kevin Bass dejó su nombre en los libros de records. Fue el 16 de enero de 1983 cuando bateó de 5-3 con dos jonrones, uno de ellos un grand slam, para impulsar ocho rayitas. Con esta cifra igualó el récord de fletadas para postemporada. Gracias al trabajo de Bass, Caracas accedió a la final ante los Tiburones de La Guaira.

Cuatro temporadas pasaron para que los Leones del Caracas reconquistaran un título. En la zafra 86-87, en una serie final inolvidable, vencieron a los aguerridos Tiburones de La Guaira en cuatro juegos.

Pero antes, el inolvidable Víctor Davalillo conectó, el 5 de diciembre de 1986, un sencillo al jardín derecho ante el zurdo Félix León, para así alcanzar su hit número 1500 en el béisbol profesional venezolano.

Cabe destacar que el 7 de enero de 1987, Dwight Taylor alcanzó su octavo imparable en forma consecutiva para igualar la cifra tope en Venezuela. Por su parte, Donell Nixon, otro de los importados de esa justa, se estafó cuatro almohadillas ante los Tigres de Aragua para romper la marca de más bases estafadas en una campaña que estaba en poder de Jeff Stone (Águilas del Zulia) con 43.

Otro pelotero que dejó un grato recuerdo en este campeonato fue Ubaldo Heredia, quien el 10 de enero lanzó cuatro entradas para dejar efectividad de 1.08, fijando de esta forma una marca para serpentineros criollos.

En el juego que le dio el título a los Leones del Caracas, el duodécimo de su historia, Urbano Lugo Jr. propinó un no hit no run a los Tiburones de La Guaira el 24 de enero de 1987. Sin duda alguna, una de las mejores victorias en la pelota rentada nacional.

Por tercera vez, Caracas logró obtener dos coronas consecutivas. La temporada 87-88 fue propicia para ello; siempre con el decidido apoyo de Antonio Armas, Andrés Galarraga,Jesús Alfaro (beisbolista), el debut como bateador de Oscar Azócar (hasta el año anterior había sido lanzador) y Ubaldo Heredia. Fue el 31 de enero de 1988, cuando con un jonrón de tres carreras de Antonio Armas, los Leones derrotaron a los Tigres de Aragua para obtener su cetro número 13 del béisbol venezolano. Precisamente, en esta justa Omar Vizquel se consolidó como el campocorto de los Leones, gracias a una solvente actuación con su guante y madero.

En la temporada 88-89, los Leones implantaron una marca en lo que a triunfos consecutivos se refiere. El 15 de noviembre de 1988, el conjunto melenudo se impuso 7-2 a los Cardenales de Lara, con Urbano Lugo en el montículo, para así iniciar la racha hasta el 8 de diciembre. Fue así como quedó el registro en 18 lauros al hilo, después que Ubaldo Heredia y Jay Baller blanquearan a los Navegantes del Magallanes 1-0. Incluso, en el round robin de esa temporada igualaron en segundo lugar junto con las Águilas del Zulia con foja de 6 victorias por 6 reveses; no obstante, este último equipo sería campeón esa temporada al caer derrotados en un juego extra.

El quinto cetro de la década lo conquistaron los Leones en la 89-90. Después de llegar en el tercer puesto durante la ronda eliminatoria, en el "todos contra todos" semifinal, Caracas quedó en el primer puesto y disputó la final con los Cardenales de Lara. El 31 de enero de 1990, con un cuadrangular de Antonio Armas, vencieron a los larenses 5-3 y de esta forma obtuvieron su campeonato número 14.

Brent Knackert culminó como el líder en efectividad con 0.92, convirtiéndose en apenas el cuarto serpentinero en lograr porcentaje de carreras limpias aceptadas menor a uno. Los otros fueron Jim Owens de Oriente (0.90), Mel Queen de los Tigres (0.76) y Mike Hedlund de La Guaira (0.75).

En la memoria de los aficionados está fija la temporada 93-94, pues fue la primera vez en que los "eternos rivales" del profesional venezolano, Navegantes del Magallanes y Leones del Caracas, disputaron el cetro. Antes de ese importante episodio, el 22 de noviembre de 1993, Bob Abreu conectó de 7-5 para convertirse en el pelotero número 15 de la franquicia en batear cinco imparables en un desafío. Al día siguiente, el jardinero Jorge Uribe emulaba al "Come dulce" al disparar la misma cantidad de hits. También lo hizo Roger Cedeño el 17 de diciembre de ese mismo año, para así ser el número 17 en lograrlo.

Durante siete emocionantes encuentros, tanto Caracas como Magallanes se tranzaron en una guerra sin cuartel en busca de un gallardete que significaba más que eso. Al final, Magallanes se llevó los honores.

Uno de los astros del Caracas, Urbano Lugo Jr., alcanzó en la zafra 94-95 las 50 victorias de por vida. Fue el 18 de diciembre de 1994, cuando el diestro falconiano blanqueó a los Petroleros de Cabimas y se ubicó en el tercer puesto entre los serpentineros de la franquicia con mayor número de conquistas detrás de Diego Seguí y Luis Peñalver.

En esta misma temporada, Caracas recuperaba su sitial y pudo vengarse de Magallanes, cuando el 20 de enero, en un segundo juego extra por el pase a la final, se impusieron a los turcos 5-4 tras un boleto con las bases llenas. De esta manera, disputó el título con Águilas del Zulia con la decidida intervención de Omar Vizquel y bajo el mando de Pompeyo Davalillo, quien había sustituido a Phil Regan a inicios del torneo. El 29 de enero Calvin Jones y Ugueth Urbina, en calidad de relevistas, detuvieron a la ofensiva de los zulianos y los Leones se impusieron en el sexto juego de la final con marcador de 5-2. Fue la diadema número 15 para la tropa capitalina.

Otro hecho que destacar fueron las 40.1 entradas consecutivas sin permitir carreras que logró el diestro Jesús Hernández el 9 de diciembre de 1995, en plena justa 95-96. De esta manera, fijó un récord en la liga.

Por otro lado, Omar Daal se convirtió en el primer serpentinero de los Leones en llegar a diez o más triunfos en un año desde que lo hicieron Diego Seguí y Howe Reed en la 68-69, al derrotar el 28 de diciembre de 1995 a los Caribes de Oriente, que significó su décima victoria de la temporada. Mientras tanto, el pitcher Ronnie Sorzano se convirtió en el Novato del Año, luego de concluir la ronda eliminatoria con marca de 5-2 y 1.36 de efectividad. La designación se dio a conocer el 12 de enero de 1996.

Daal se hizo merecedor, en el campeonato 96-97, del premio Pitcher del Año, al dejar balance de 9-1 con 1.49 de efectividad y 64 ponches. En esa misma justa, se realizó la segunda final entre Caracas y Magallanes. Nuevamente, la balanza se inclinó a favor de los carabobeños, esta vez 4 juegos por 1.

Los Leones estuvieron dos veces más en la final, con Cardenales de Lara como principal oponente. En la 97-98, finalizaron en el segundo puesto de la División Oriental y pudieron pasar a la serie decisiva tras dejar balance de 12-4 en la semifinal. No obstante, Lara se llevó el trono bajo la dirección de Omar Malavé.

En la 98-99, una nueva oportunidad se abría para los melenudos. Pudieron alcanzar, de igual manera, el "todos contra todos" semifinal y pasaron al ganar 10 y perder 6 choques. No obstante, cayeron por segunda ocasión ante Lara en 6 juegos.[5]

En la última campaña del siglo XX, que significó la última de la década, Caracas no pudo clasificar, por primera vez desde la justa 92-93, a la postemporada. En una temporada signada por una cadena de 11 derrotas consecutivas, un despido de mánager (John Stearns) y circunstancias de orden natural (la tragedia de Vargas que afectó notablemente el campeonato), el conjunto leonino llegó en el último puesto de la División Oriental con récord de 20-42.

El 18 de abril de 2001, el equipo Leones del Caracas cambió de dueño. La Organización Cisneros, siendo representada como Ateneas Sports Holding, entró en negociaciones con la familia Morales y Prieto, para comprar la totalidad de las acciones y, de esta manera, incursionar en un ámbito distinto y lleno de grandes retos.[5][9]

El presidente de la OC, Gustavo Cisneros, anunció oficialmente la compra ante los medios de comunicación y demás invitados especiales, no sin antes resaltar la importancia de tener dentro del grupo un equipo cuyo principal alimento son los aficionados. De esta manera, se conformó una nueva estructura en la que las áreas deportiva y de negocios se manejan al estilo de las grandes ligas.[10]

La primera campaña del siglo XXI (2001-2002) logró aglutinar a importantes figuras criollas como Bob Abreu, Omar Daal, Roger Cedeño, Ugueth Urbina, Alex González y Wiklenman González (este último fue canjeado en 2001 a los Tigres de Aragua por el lanzador Darwin Cubillán), quienes se habían consolidado en las mayores. En esa oportunidad, Antonio Álvarez conquistó el título de bateo con average de.359, el duodécimo en la historia de los Leones. Además, empató el registro de 8 hits en apariciones legales consecutivas, en el período comprendido entre el 2 y 6 de diciembre de 2000.

Asimismo, por tercera ocasión, al menos dos bateadores alcanzaron en una misma campaña 10 o más jonrones. Bob Abreu (11), y Morgan Ensberg (10), emularon a la pareja conformada por Baudilio Díaz y Dwayne Murphy (en la 79-80 con 20 y 12, respectivamente) y al trío que en la 81-82 también hizo historia: Díaz (13), Antonio Armas (10) y Leonardo Hernández (10).

La campaña 2001-2002 también fue prodigiosa, pese a una tercera eliminación. El jardinero Jason Lane fue parte de una histórica jornada en la que sonó 3 cuadrangulares y remolcó 8 anotaciones. Fue el 6 de diciembre en el segundo juego de una doble tanda, en la que todas las carreras las produjo el pelotero estadounidense. El mismo Lane disparó 13 cuadrangulares, convirtiéndose en el decimosexto jugador de los Leones en conectar 10 o más vuelacercas en un torneo. Dax Norris, otro de los refuerzos de los capitalinos, hilvanó una cadena de 23 juegos consecutivos disparando al menos un inatrapable, para ponerse a poco de la marca establecida, en una temporada, por Adrian Garrett (de 28).

En otro torneo para recordar, la 2003-2004, Leones del Caracas logró su pase a la postemporada luego de una ausencia de 4 campañas en esta fase semifinal. Bajo el mando del estratega cumanés Omar Malavé, Caracas registró de nuevo un récord positivo de 33-29 (.532), que provocó un triple empate en el primer lugar de la División Oriental junto a Caribes de Oriente y Tiburones de La Guaira.

Cabe destacar también la llegada del infielder Marco Scutaro –proveniente de Pastora de Los Llanos junto al lanzador Alexander Lissir-, quien se hizo del título de bateo con.359 de average, convirtiéndose en el decimotercer jugador de los Leones en hacerlo.

En la campaña 2004-2005, los Leones del Caracas alcanzaron una final, algo que no lograban desde la zafra 98-99. Con un equipo batallador, fortalecido en muchos aspectos y nuevamente bajo la conducción del mánager Omar Malavé, los melenudos disputaron con los Tigres de Aragua una reñida final que finalizó en el séptimo juego. El resultado no fue favorable al Caracas (por una carrera), pero quedó en evidencia las claras intenciones de capturar un gallardete. El récord logrado por los capitalinos fue de 39 triunfos y 22 derrotas (.639), el más efectivo desde la campaña 88-89 cuando el conjunto dirigido por el estadounidense Bill Plummer quedó en 39-21 (.650).

Uno de los ámbitos más importantes en esta oportunidad fue el poder exhibido por los Leones, al establecer una marca de 75 vuelacercas, dejando atrás la de 60 alcanzada en la temporada 1979-80. El jardinero Franklin Gutiérrez el cual vistiendo la camisa N° 21 encabezó la producción al despachar 13 bambinazos, mientras que el infielder José Castillo anidó 10. Cabe destacar que fue la cuarta oportunidad en la historia del equipo que un par de toleteros superaran los 10 jonrones en un mismo torneo.

El Caracas tuvo en su grupo al Novato y Relevista de la temporada en las manos del zurdo Jesús Reina y del diestro Kevin Henthorne, respectivamente. Precisamente, en el cuerpo de relevista hubo muchas satisfacciones. Estuvieron a la altura de preservar juegos con un récord general de 22-7 y 3.75 de efectividad.

El esperado 16º título llegó después de 11 años en la 2005-2006. Con mucha inspiración y sorteando los altibajos, Leones del Caracas no solo clasificó a la postemporada en una reñida División Oriental -quedó segundo con récord de 35-27-, sino que pasó a su segunda final consecutiva dejando atrás a su “eterno rival” Navegantes del Magallanes y ganándole a los Tigres de Aragua en 5 juegos, de los cuales los últimos tres fueron en el estadio Universitario.

Por si fuera poco, el Caracas también acabó con la sequía de 17 años sin que un equipo venezolano ganara una Series del Caribe, pues se apoderó del trofeo de manera invicta en 6 juegos. El clásico realizado en las ciudades de Maracay y Valencia fue testigo del buen momento que vivió la divisa melenuda, dejando atrás al fuerte competidor de República Dominicana, Tigres de Licey.

Uno de las situaciones más particulares de la 2005-2006 fue la renuncia de Omar Malavé como mánager, cuando estaba con registro de 21-22. El entrenador Carlos Subero asumió el mando y culminó con 14-5, marca que colocó a los melenudos en semifinal. Al final de la ronda eliminatoria, Caracas ganó 8 de los últimos 10 juegos y logró una seguidilla de 6 victorias. Por si fuera poco, en la fase semifinal, final y Serie del Caribe, el Caracas ganó 14 de sus últimos 15 compromisos.

Con el sabor de dos títulos logrados, el conjunto capitalino salió con mucho optimismo para el torneo 2006-2007. No obstante, los resultados no fueron los esperados. Se clasificó a la fase del round robin en el segundo puesto de la División Oriental, aunque por primera vez los Leones pasan a la postemporada con récord negativo (29-33). En la fase previa a la final, los capitalinos tampoco tuvieron aciertos, pues por segunda vez en su historia dejaron un registro de 3-13 en este período semifinal.

El camarero Marco Scutaro conquistó por segunda vez con el Caracas el título de bateo de la ronda eliminatoria con average de.367, logrando de esta manera darle a los melenudos la decimocuarta corona en este departamento en su historia. Hubo, sin duda, buenas noticias como la reaparición del jardinero Roger Cedeño (.316 Ave, 5 HR, 23 CI), mientras que el lanzador Renny Duarte –de regreso a su equipo original- se convirtió en un pitcher muy efectivo dentro del personal (4-2, 2.66 EFE en 14 JJ).

Como sucedió en la campaña pasada, hubo un cambio de mánager. El antiguo receptor Carlos Hernández suplantó a Carlos Subero el 21 de noviembre, luego que Caracas tenía récord de 11 triunfos y 21 reveses. Hernández dejó, al final, balance de 18-12 que le sirvió para acceder a la semifinal.

En la 2007-2008, la Liga cambió de formato y se jugó, nuevamente, un “todos contra todos” en la ronda eliminatoria de 63 juegos. En esta oportunidad, los Leones no entraron en la postemporada, al finalizar en el sexto puesto –igualado con los Navegantes del Magallanes- con récord de 29-34.

El versátil José Castillo conquistó el título de bateo –el decimoquinto cetro en este renglón para los leoninos- con average de.386 (207-80), para dar la nota positiva en este torneo. De igual manera, en lo que fue su primera campaña vistiendo el uniforme de rayas, el toletero Alex Cabrera aportó 13 jonrones para la causa en 38 encuentros jugados.

La 2008-2009 llevó a los Leones del Caracas a otra final de campeonato, enfrentando por tercera vez consecutiva a los Tigres de Aragua, cuyo conjunto ganó la batalla de siete vibrantes encuentros; esta vez de la mano de Frank Kremblas. Los melenudos arroparon durante gran parte de la ronda regular y culminaron con un histórico récord de 42-21 (.667) que los ubicó en el primer puesto. Esos 42 lauros constituyó la mejor marca del Caracas en una campaña de 63 choques. Por si fuera poco, estableció tope en la Liga Venezolana de Béisbol Profesional en carreras anotadas (400) y de más impulsadas (377), tumbando el hito logrado por el Pastora en la temporada 1953-54.

Sin duda, un hecho que marcó la actuación de los Leones en este torneo fue el récord impuesto por el infielder Jesús Guzmán, quien empujó 67 carreras y dejó atrás el de 65 de Pete Koegel de la 73-74, cuando jugó para el Caracas. Previamente, había dejado atrás Baudilio Díaz, cuya marca para un criollo estaba en 57 fletadas. La labor ofensiva de Guzmán (.348 de promedio y 13 jonrones) fue merecedora del premio Más Valioso que ganó con 42 de los 45 votos posibles de representantes de medios de comunicación del país.

La ronda semifinal culminó con un triple empate en el primer puesto que se decidió en una jornada extra, cuyo primer juego lo liquidó rápidamente el Caracas frente a su futuro rival en la final, Aragua, ganador del segundo cotejo frente a Tiburones de La Guaira. La serie decisiva fue vibrante, al punto que los Leones llegaron al sexto juego con una ventaja de 3-2. No obstante, el empuje de sus rivales aragüeños fue determinante para que éstos se llevaran el título con dos triunfos consecutivos, escenificados en el estadio Universitario.

El final de la primera década de los años 2000 fue para los Leones del Caracas. En otra zafra para recordar, el conjunto capitalino fue a una tercera final directa ante Navegantes del Magallanes. Ambos conjuntos estuvieron en todo momento como el 1-2 del campeonato y justificaron esta actuación al pasar tanto a la semifinal como a la serie decisiva, donde batallaron en siete juegos en procura de la corona.

Caracas perdió los dos primeros encuentros en el “José Bernardo Pérez” de Valencia. Al disputar en el Universitario los otros encuentros, los melenudos sacaron dos importantes victorias, mientras Magallanes se puso a tiro al vencer en el quinto encuentro. De regreso a la capital del estado Carabobo, los Leones le tenían una sorpresa a su “eterno rival”, pues igualaron la serie en el sexto encuentro y remataron en el último. Todo esto bajo la batuta del experimentado Dave Hudgens, quien irónicamente había dirigido a los turcos en la temporada 1994-95 cuando cayeron en aquel juego extra escenificado en Maracaibo.

En una nueva década, el conjunto de los Leones del Caracas salió defendiendo el título obtenido en la 2009-2010. Con ciertos altibajos, producto de muchas lesiones en sus jugadores, Leones del Caracas pudo culminar en el primer puesto de la ronda regular con récord de 35 ganados y 28 perdidos, foja similar al de Águilas del Zulia y que, gracias a que clasificaron en menos tiempo, lo hizo escoger de primero en la ronda de selecciones de sustitutos para la semifinal.

Para el mes de julio de 2011 se oficializa una división en acuerdo de propiedades entre la Organización Cisneros y Ricardo Cisneros, entre los cuales se encuentra el equipo, que pasa a tener un dueño único, tratándose de Ricardo Cisneros, quien adquirió el 50 por ciento de las acciones de Gustavo Cisneros (Ateneas Sports Holding) por un costo de $20 millones de dólares.[4][11]

Si bien no pudieron alcanzar por tercera vez consecutiva los 40 triunfos –hazaña que hubiese sido histórica-, una vez más se colocaron en la cúspide.

Dos jugadores tuvieron una importante participación en el funcionamiento ofensivo del equipo. El estadounidense Josh Kroeger y el criollo Jesús Guzmán fueron puntales desde la caja de bateo, con actuaciones descollantes y decisivas en muchos casos. Kroeger se llevó el premio al Más Valioso por su inolvidable campaña. Con promedio de.369 al bate (de 149-55), sus ocho jonrones, 36 empujadas, un slugging de.671 y promedio de embasado de.481. Por su parte, Guzmán nuevamente fue el rey de las empujadas, con 52 carreras traídas al plato, tope en la liga.

Luego de la clasificación a la postemporada, Leones del Caracas estuvo a tiro de pasar a una nueva final. En el último día del Round robin semifinal los melenudos ganaron para forzar un juego extra con Tigres de Aragua. Se realizó en el estadio Universitario, pero los locales no pudieron aprovechar esa condición por lo que cayeron 5 carreras por 2, gracias a una temprana ofensiva de los bengalíes.

En enero de 2019 logran pasar nuevamente a la final luego de 9 años de ausencia en dicha instancia. No obstante el lauro se lo llevó Cardenales de Lara en 5 juegos tras una final cargada de no pocas polémicas.

El club ha tenido buena aceptación entre la fanaticada venezolana, siendo uno de los equipos con más seguidores del país, si se toma en cuenta que hay otros equipos en las mayores ciudades de Venezuela y que en ciudades donde existe un equipo profesional se puede conseguir una gran cantidad de caraquistas.

Desde su creación, el equipo ha mantenido una notoria rivalidad con su similar Navegantes del Magallanes, ya que son los dos equipos con más seguidores del país, de allí que a ambos equipos se les conozca como Los Eternos Rivales. Ambos equipos históricamente cuentan con jugadores exitosos y títulos de liga logrados y disputados entre sí, pero irónicamente estos dos equipos han decidido 3 finales en la historia de la liga, la primera en la temporada de 1993/94, decidida en 7 juegos a favor de los Navegantes, en la temporada 1996/97, la cual se decidió en 5 choques también a favor de Magallanes y en la 2009/2010 ganado por el Caracas en 7 juegos.

Pero no se puede decir que es la única rivalidad de los Leones. El equipo de los Tiburones de La Guaira que, aunque representa al estado Vargas, específicamente a su capital La Guaira, comparte la sede Estadio Universitario con los Leones, lo que ha traído una agradable rivalidad entre los dos equipos y su fanaticada llamándose así Los Modernos Rivales. Ambos equipos han disputado varias finales y series decisivas entre ellos, las dos últimas en la temporada 1985/86 —en 7 juegos a favor de los Tiburones—, y la temporada 1986/87 —serie final decidida en 4 juegos a favor de los Leones, incluyendo no hit-no run de Urbano Lugo Jr. en el último juego[12]​—

En los últimos años los demás equipos profesionales se han medido contra el equipo capitalino tanto en series finales como semifinales, sobre todo las Águilas del Zulia, los Cardenales de Lara y los Tigres de Aragua. Con este último ha ido creciendo una gran rivalidad en los últimos años, dando paso a lo que se conoce actualmente como el duelo de felinos y representado en la Gran Final del campeonato 2004/05 —ganada por los Tigres en 7 juegos—, en el 2005/06 —ganada por los Leones en 5 choques—, y en 2008/09, un nuevo triunfo de los Tigres en siete encuentros.

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Actualizado al 31 de diciembre de 2019 [27]



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