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Léonie Duquet



Léonie Henriette Duquet (1916 en La Chenalotte, departamento de Doubs, Francia-el 17 o 18 de diciembre de 1977 en el mar Argentino cerca de Santa Teresita) fue una monja católica francesa detenida-desaparecida durante la dictadura militar en Argentina autodenominada Proceso de Reorganización Nacional (1976-1983). El caso de la desaparición y asesinato de Léonie Duquet está relacionado con el de su compañera de congregación Alice Domon y el caso de ambas es mundialmente conocido como el de «las monjas francesas».

Léonie Duquet nació en la aldea campesina de La Chenalotte, en la región de Longemaison-Les Combes, de la zona montañosa del departamento de Doubs (Haut-Doubs), en Francia, cerca de la frontera suiza. Desde joven ingresó a la Congregación de las Misiones Extranjeras de París (en francés, Société des missions étrangères) que la envió en 1949 a la Argentina, instalándose en Hurlingham y Morón, en el cordón industrial de Buenos Aires, orientándose a la catequesis de personas con necesidades especiales.

Duquet formó allí parte del grupo dirigido por el sacerdote Ismael Calcagno, primo político de Jorge Rafael Videla, el dictador al mando al momento de ser secuestrada y asesinada. Paradójicamente, Léonie Duquet conoció a Videla de joven debido a que éste recurrió a su ayuda para la asistencia de su hijo Alejandro, un niño discapacitado a quien Léonie cuidó, enseñó y catequizó en la Casa de la Caridad de Morón.[1]

En la década de 1960 Léonie Duquet fue invitada por el obispo Monseñor Jaime de Nevares para trasladarse a la Neuquén, en la Patagonia, y trabajar con la comunidad Mapuche en la localidad de El Malleo.

Luego regresó al gran Buenos Aires para trabajar en el Colegio Sagrado Corazón de Jesús de Castelar y realizar catequesis liberadora en Ramos Mejía, donde estableció su hogar.

Al producirse el golpe militar del 24 de marzo de 1976 e instalarse un régimen fundado en el terrorismo de estado Léonie tomó la decisión de actuar en defensa de los derechos humanos. Para explicar su actitud solía repetir una frase: «Callarse hoy sería cobarde».[2]

Por ese tiempo hospedó en su casa a la monja Alice Domon que había ido a Corrientes para ayudar en la búsqueda de desaparecidos vinculados a las Ligas Agrarias que organizaban a los pequeños productores de algodón. Muchas de las reuniones de las primeras organizaciones de derechos humanos se realizaban en su casa.

En diciembre de 1977 Léonie, junto a Alice Domon, las Madres de Plaza de Mayo y otros activistas de derechos humanos, prepararon una solicitada con el nombre de los desaparecidos y el reclamo al gobierno de dar a conocer su paradero. La solicitada fue publicada en el diario La Nación el 10 de diciembre de 1977, el mismo día de su desaparición. Entre los firmantes figura el nombre de Gustavo Niño, nombre falso que utilizó el entonces capitán de la Marina Alfredo Astiz para infiltrarse en el grupo de las Madres de Plaza de Mayo.[3]

Entre el jueves 8 de diciembre y el sábado 10 de diciembre de 1977 un grupo de militares bajo el mando de Alfredo Astiz secuestró a un grupo de 12 personas vinculadas a las Madres de Plaza de Mayo.[4]​ Entre ellas se encontraba Léonie Duquet, junto con la fundadora de Madres de Plaza de Mayo, Azucena Villaflor, y su compañera, también monja francesa, Alice Domon.

La mayor parte del grupo fue secuestrado en la iglesia Santa Cruz ubicada en el barrio de San Cristóbal de la ciudad de Buenos Aires, donde solían reunirse, por el Grupo de tareas 3.3.2. Debido a que Léonie no se encontraba allí, los militares fueron el 10 de diciembre a Ramos Mejía, en el Gran Buenos Aires, para secuestrarla en la Capilla de San Pablo.[5]​ Los secuestradores engañaron a Duquet diciéndole que Alice Domon había sufrido un accidente y se encontraba en un hospital, ofreciéndose a llevarla.

Léonie fue llevada directamente al centro clandestino de detención ubicado en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), bajo el control de la Marina Argentina, donde fue recluida en el sector denominado Capuchita. Allí permaneció aproximadamente 10 días, lapso durante el cual fue constantemente torturada. En el informe Nunca Más, los testigos Maggio y Cubas, sobrevivientes de la ESMA, relataron lo que sabían sobre su suerte:

La nacionalidad francesa de las hermanas Léonie Duquet y Alice Domon generó un escándalo internacional, especialmente con Francia. Por esa razón el Jefe de la Armada y miembro de la Junta Militar, Emilio Massera, ordenó simular que ambas monjas habían sido secuestradas por la organización guerrillera Montoneros. A tal fin Domon fue obligada bajo tortura a escribir una carta a su superiora en la congregación, carta que fue escrita en francés, diciendo que habían sido secuestradas por un grupo opositor al gobierno de Videla. Luego les sacaron la foto que se encuentra en esta página en la que las dos monjas se encuentran sentadas delante de una bandera de Montoneros y exhibiendo un ejemplar del diario La Nación. La foto, que fue tomada en el subsuelo del Casino de Oficiales de la ESMA y en la que ambas religiosas aparecen con evidentes signos de haber sido torturadas, fue enviada a la prensa francesa.

Durante su cautiverio otra detenida, Graciela Daleo, se encontró con Léonie Duquet en la cocina, donde se encontraba sentada y encapuchada y recién traída de la sala de torturas. Daleo le preguntó entonces qué necesitaba, a lo que Léonie le contestó: «Un café». Inmediatamente un guardia le ordenó a Daleo retirarse. Es el último testimonio que se tiene de su vida.[5]

El 15 de diciembre de 1977 el diario La Nación publicó una noticia de la agencia EFE bajo el título «Vivas y con buena salud». Allí se informaba que la Madre Superiora de la Congregación declaraba desde Francia que las hermanas Léonie y Alice habían sido detenidas y que «se hallan vivas y con buena salud». Aclaraba también que la información provenía del nuncio apostólico en la Argentina.[7]

Probablemente el día 17 o 18 de diciembre de 1977, las dos hermanas y el resto del grupo, fueron «trasladadas» al aeropuerto militar que se encuentra en el extremo sur del Aeroparque de la ciudad de Buenos Aires, subidos sedados a un avión de la Marina y arrojadas vivas al mar frente a la costa de Santa Teresita, muriendo al chocar contra el agua.

En un ejemplo de humor atroz los marinos vinculados a la represión durante el Terrorismo de Estado solían en aquellos tiempos hacer referencia a «las monjas voladoras».[8]

En 1990 el capitán Alfredo Astiz fue condenado en ausencia a cadena perpetua por la Corte de Apelaciones de París como culpable de la muerte de las hermanas Léonie Duquet y Alice Domon.[9]

El 20 de diciembre de 1977 comenzaron a aparecer cadáveres provenientes del mar en las playas de la provincia de Buenos Aires a la altura de los balnearios de Santa Teresita y mar del Tuyú. Los médicos policiales que examinaron los cuerpos en esa oportunidad registraron que la causa de la muerte había sido «el choque contra objetos duros desde gran altura» (vuelos de la muerte), como indicaban el tipo de fracturas óseas constatadas, sucedidas antes de la muerte.[10]​ Sin realizar más averiguaciones las autoridades locales dispusieron de inmediato que los cuerpos fueran enterrados como NN en el cementerio de la cercana ciudad de General Lavalle.

En 1984 en el marco de la investigación de la CONADEP y del Juicio a las Juntas se habían realizado excavaciones en el cementerio de General Lavalle, encontrándose una gran cantidad de restos óseos provenientes de los cadáveres hallados en las playas de San Bernardo y Lucila del Mar. Estos restos fueron utilizados en el juicio a las Juntas y guardados luego en 16 bolsas.

A partir de entonces el juez Horacio Cattani empezó a acumular causas sobre desaparecidos. A pesar de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, que paralizaron las investigaciones, Cattani logró armar en 1995 un archivo de 40 metros cuadrados donde alojar todas esas pruebas.

En 2003 el intendente de General Lavalle informó que se habían localizado nuevas tumbas de NN en el cementerio de la ciudad. El juez Cattani ordenó entonces realizar nuevas excavaciones con el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), descubriéndose dos líneas de tumbas, una por encima de la otra. Se descubrieron así ocho esqueletos, cinco correspondientes a mujeres, dos correspondientes a varones y uno, clasificado como GL-17, que se definió como «probablemente masculino».

Cattani mandó los huesos al laboratorio de Inmunogenética y Diagnóstico Molecular (LIDMO) de Córdoba, perteneciente al EAAF. Entre otros materiales el juez envió también una muestra de sangre de un sobrino de Léonie Duquet. Los resultados del laboratorio fueron determinando que los restos pertenecían al grupo de secuestrados entre los días 8 y 10 de diciembre de 1977. El 29 de agosto de 2005 el juez Cattani recibió el informe estableciendo que los restos individualizados como GL-17 pertenecían a Léonie Duquet.[8]

El día 25 de septiembre de 2005, 27 años después de haber sido asesinada, Léonie Duquet fue enterrada en el jardín de la Iglesia Santa Cruz, en Buenos Aires, junto a las dos madres de Plaza de Mayo secuestradas con ella María Ponce de Bianco y Esther Ballestrino de Careaga y la activista de derechos humanos Angela Auad. Las cenizas de Azucena Villaflor fueron esparcidas en la Plaza de Mayo.

En el entierro se leyó una declaración del presidente de Francia, Jacques Chirac, que dice:

Sus familiares, presentes en la ceremonia, manifestaron su acuerdo para que los restos de Léonie descansaran en la Argentina, «un país al que amaba tanto».[2]

Documentos secretos del gobierno de los Estados Unidos desclasificados en 2002 prueban que el gobierno estadounidense sabía desde 1978 que los cuerpos sin vida de las monjas francesas Alice Domon y Léonie Duquet y las madres de Plaza de Mayo Azucena Villaflor, Esther Ballestrino y María Ponce, habían sido encontradas en las playas bonaerenses. Esta información fue mantenida en secreto y nunca fue comunicada al gobierno argentino.

El dato está incluido en documento n.º 1978-BUENOS-02346 dirigido por el entonces embajador de Estados Unidos en la Argentina, Raúl Castro, al secretario de Estado de los Estados Unidos, lleva fecha del 30 de marzo de 1978 y menciona como objeto «Informe sobre monjas muertas». Textualmente el documento dice:

2. Buenos Aires estaba llena de ciertos rumores desde hace un mes sobre constancias del descubrimiento de un número de cadáveres llevados a la playa por vientos inusualmente fuertes a lo largo del mar atlántico en puntos cercanos a la boca del Río de la Plata unas 300-350 millas al norte de Bahía Blanca (Ver Buenos Aires 1919 para control). 3. (Sección en borrada) que estuvo tratando de rastrear estos rumores tiene información confidencial de que las monjas fueron secuestradas por agentes de seguridad argentinos y en algún momento fueron transferidas a la localidad de Junín que se encuentra cerca de 150 millas al oeste de Buenos Aires.

Cada 8 de diciembre, en la iglesia Santa Cruz, de San Cristóbal, se recuerda el aniversario de la desaparición del grupo de Madres de Plaza de Mayo, activistas de derechos humanos y las dos monjas francesas, Léonie Duquet y Alice Domon.

En el año 2000, por Ley N.º 397, la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires denominó «Hermana Alice Domon y hermana Leonie Duquet» a la plazoleta ubicada en la intersección de las calles Moreto, Medina y Cajaravilla.

El 12 de abril de 2017, a partir de la realización del Acto Protocolar de Imposición de Nombre, la Escuela de Educación Secundaria Nº 2 de Paraje Pavón, distrito de General Lavalle, en la provincia de Buenos Aires, pasó a llamarse oficialmente E.E.S Nº 2 "Léonie Duquet".



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