Leonor Serrano Pablo cumple los años el 22 de febrero.
Leonor Serrano Pablo nació el día 22 de febrero de 1890.
La edad actual es 134 años. Leonor Serrano Pablo cumplió 134 años el 22 de febrero de este año.
Leonor Serrano Pablo es del signo de Piscis.
Leonor Serrano Pablo nació en Hinojosas de Calatrava.
Leonor Serrano Pablo o Leonor Serrano de Xandri (Hinojosas de Calatrava, provincia de Ciudad Real, 22 de febrero de 1890 - Madrid, 24 de abril de 1942), pedagoga, jurista, abogada y escritora feminista española.
Superdotada, sus palabras a los seis años dejaron perpleja a la Reina Regente en su pueblo cuando visitó la localidad en 1896 y ésta decidió financiar sus estudios, y en 1897 viajó a Madrid becada, donde estudió diez años en el Colegio del Sagrado Corazón. Posteriormente pasó a la Escuela de Estudios Superiores de Magisterio, donde estudió de 1909 a 1912. En este último año ejerció como maestra normal en Ciencias, hasta que en 1913 se trasladó a Barcelona con la plaza que había conseguido de inspectora de escuelas. Al año se trasladó a Roma becada por el Ayuntamiento de la ciudad para seguir un curso con la doctora María Montessori, lo que le permitió profundizar en los principios de su método y constatar las ventajas del mismo, extendido ya por Francia, Estados Unidos, Suiza y el Reino Unido. A su regreso, y junto a otras becadas, instó al Ayuntamiento a que se adoptara ese método y a asegurar una formación preescolar que liberase a las madres de la tiranía doméstica y abogó por algo tan moderno como la conciliación entre la vida familiar y laboral. En un debate en el Ateneo de la ciudad distingue entre la maternidad biológica y la cultural, y estima que la realización de la mujer no puede ni debe ser exclusivamente la maternidad. Es más, el estado debe reconocer como profesión el trabajo doméstico y debe prohibir el de las mujeres gestantes durante un año e indemnizarlas con un jornal durante ese tiempo (sólo en 1923 fue reconocido el subsidio de maternidad, muy reducido -50 pesetas- y con la necesidad de dejar de trabajar durante dos semanas); en tercer lugar, propone que el estado cree casas cuna y escuelas de párvulos con cantinas.
En 1915 se casó con el inspector de enseñanza y también destacado pedagogo, Josep Xandri Pich, y tuvo un hijo, Andreu, que sería educado según el método Montessori. Preocupada por la discriminación femenina, escribió La educación de la mujer de mañana (1923). En 1924 obtuvo una beca de la Junta para la Ampliación de Estudios para realizar estudios sociales y pedagógicos por Europa, y en 1925 viajó por Francia, Suiza y Bélgica con su marido; si once años antes había investigado la enseñanza de párvulos, ahora investigó la de adolescentes y a su vuelta propuso la escuela única y la ampliación de la franja de edad de la escuela obligatoria, así como garantizar la enseñanza de adultos.
A causa de sus ideas, durante la Dictadura de Primo de Rivera es desterrada, primero a Castellón de la Plana, y después a Huesca (mayo de 1926) y Zaragoza (abril de 1929), y desarrolla una intensa actividad literaria, escribiendo La enseñanza complementaria obrera (1926), en la que denunciaba que la asistencia escolar obligatoria en España era un mito, porque la ley permitía el trabajo de menores desde los diez años, El método Montessori (1928) y La educación y las profesiones femeninas (h. 1929).
Leonor estudió la carrera de Derecho en la Universidad de Zaragoza y en septiembre de 1930 solicitó ser admitida en el Colegio de Abogados de Barcelona, siendo aceptada el 6 de octubre; su primera actuación en la audiencia tuvo lugar en 1932. Fue la primera mujer abogada con bufete en Barcelona, lo que simultaneaba con su trabajo, mejor retribuido, de inspectora de enseñanza. Con la II República española defendió en la prensa el derecho a voto de las mujeres, la necesidad de una ley de divorcio, el acceso de las mujeres a los cargos públicos y la supresión de la pena de muerte junto con Carmen Espinosa, Carmen Monturiol y otras destacadas intelectuales catalanas. También, la lucha contra el analfabetismo como algo esencial. Como abogada participó en el I Congreso Jurídico Catalán, celebrado en 1936 poco antes de la Guerra Civil Española.
Con Altamira y María Montessori como referentes, Leonor Serrano y Gloria Giner de los Ríos llevaron a cabo una enseñanza de la geografía que, en palabras de Leonor, giraba en torno a la “observación entusiasta”, que consistía en enseñar dialogando con el alumnado, resaltando su relación física y emocional con el entorno, y eliminando la imposición de memorizaciones sin sentido. En palabras de Gloria, “se educaba su alma y se fortalecía su espíritu”.
Para apoyar el contenido científico de sus explicaciones geográficas, utilizaban leyendas, poesías, relatos cortos y canciones populares. La enseñanza de la geografía necesitaba de otra disciplina de apoyo: la Historia. Los adelantos científicos y cartográficos tenían un valor complementario. Gloria Giner consideraba que los relatos de viajes eran un recurso útil para la enseñanza de la Geografía, que enseñaban al alumnado a “gozar y amar la Tierra” al tiempo que aprendía.
La educación debía estar basada en el respeto, tanto al entorno como a las personas que lo habitan. Gloria Giner insistió en que generaba gozo la conexión de la parte más personal e íntima de la persona con lo que, de forma espontánea, ofrecía el medio.
Leonor Serrano y Gloria Giner plantearon la inclusión real de las mujeres en el canon androcéntrico de los estudios sobre geografía. El diccionario de la Real Academia Española, había incluido en el año 1803 la acepción del término ‘hombre’ en su referencia a toda la humanidad. Tomando el término como inclusivo de las mujeres, entendían que obligaba a los hombres a relacionarse con la naturaleza como lo hacían las mujeres. En palabras de Leonor Serrano, lo que se iba a fomentar al dejar sin sentido las referencias androcéntricas en la Geografía era una “nueva humanidad creadora, amorosa, antidestructora y antiguerrera”. Esta enseñanza conecta, en opinión de Ana Simón, con lo que en el lenguaje del siglo XXI se denomina educación ambiental, y es una de las primeras manifestaciones del ecofeminismo.
Al principio de la Guerra Civil de 1936-1939, su hijo y su marido murieron en los bombardeos de Madrid, y ella se refugió en Francia, pero regresó el 4 de abril de 1939 y se instaló con su madre octogenaria en Madrid. Reconocida y delatada, fue suspendida de empleo y sueldo, teniendo que subsistir dando clases en el Instituto Editorial Reus (cobraba 315 pesetas mensuales y el alquiler de su casa costaba 200).
En 1942, el Tribunal Militar de Responsabilidades Políticas le abrió un expediente, pero Leonor falleció antes de que terminara.
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