Leonor de Aquitania (en francés: Aliénor d’Aquitaine o Éléonore de Guyenne, en inglés: Eleanor of Aquitaine; Poitiers, 1122 -Fontevraud-l'Abbaye, 1 de abril de 1204 ) fue una noble medieval francesa miembro de la casa de Poitiers, desde 1137 por derecho propio duquesa de Aquitania y Guyena y condesa de Gascuña, y que por matrimonio llegaría a ser reina consorte de Francia (1137-1152) y luego reina consorte de Inglaterra (1154-1189).
Leonor nació en la ciudad de Poitiers en 1122. Fue la mayor de los tres vástagos habidos del matrimonio entre Guillermo X, duque de Aquitania, y de Leonor de Châtellerault.
En 1130 murió su único hermano, Guillermo, lo que la convirtió en la heredera de su padre. El 9 de abril de 1137, Guillermo X falleció en una peregrinación a Santiago de Compostela y Leonor tomó posesión del inmenso ducado de Aquitania, que se extendía desde el Loira hasta los Pirineos y era mayor que los dominios directos del rey de Francia.
En Burdeos, el 4 de julio de 1137, contrajo matrimonio a los 15 años de edad con Luis VII de Francia, futuro rey de Francia, un año mayor que ella. Ese mismo año, ambos ascendieron al trono francés tras la muerte del rey Luis VI. Ocho años más tarde, en 1145, nació su primera hija, María, futura condesa de Champaña.
Las tensiones entre la pareja empezaron muy pronto, cuando la reina apoyó el matrimonio ilegítimo de su hermana Petronila con el conde Raúl I de Vermandois, mientras que el rey enviaba a su hermano Roberto a invadir Vermandois en castigo por la bigamia del conde. Además, su comportamiento emancipado y liberal fue duramente criticado por la curia eclesiástica —especialmente por Bernardo de Claraval y el abad Suger— y, al parecer, por su propia suegra, Adelaida de Saboya. Sin embargo, nada de esto le importó al soberano francés, que estaba locamente enamorado de su esposa.
En 1147, los jóvenes esposos marcharon a la Segunda Cruzada, movidos por la predicación de Bernardo de Claraval. El rey no permitió de buen grado que Leonor lo acompañara, pero ella, en su calidad de duquesa de Aquitania —y, por tanto, la mayor feudataria de Francia—, insistió en partir como los demás señores feudales.
Durante su estancia en Antioquía, la relación de la reina con su tío Raimundo de Poitiers, príncipe de la ciudad, dio lugar a toda clase de murmuraciones, que provocaron el distanciamiento en la pareja real. Luis obligó a su mujer a volver con él a la fuerza, aunque lo hicieron separadamente. En su camino a Francia, se detuvieron en Roma, donde el papa trató de reconciliar al matrimonio —el resultado de la gestión papal fue su segunda hija, Adelaida, futura condesa de Blois, nacida en 1151—; sin embargo, la relación estaba irremediablemente dañada. El 21 de marzo de 1152 los reyes consiguieron la anulación de su boda, basándose en el parentesco entre ambos. El precio que puso Leonor a esta separación fue la conservación de sus dominios.
El 18 de mayo de 1152 Leonor contrajo matrimonio, en la Catedral de San Andrés de Burdeos, con quien pronto sería Enrique II de Inglaterra. Unía así sus vastos dominios en Francia a los que ya poseía el heredero al trono inglés (dueño de Anjou, Maine y Normandía, además del Reino de Inglaterra y Gales). De este modo, se formó el llamado Imperio angevino, en el cual los reyes de Inglaterra, aun siendo vasallos del rey de Francia, controlaban un territorio ocho veces superior al dominado por Luis VII. De este matrimonio nacieron ocho hijos, cinco varones y tres mujeres. En su corte, establecida principalmente en Poitiers, tuvo gran auge la lírica caballeresca y trovadoresca, y Leonor fue mecenas de numerosos trovadores.
La existencia de una amante de Enrique II provocó el enfrentamiento entre Leonor y Enrique, y a partir de 1173 Leonor promovió la rebelión de tres hijos del rey contra su padre. Tras reprimir la rebelión, el rey encarceló a Leonor, primero en Chinon y luego en Salisbury, donde permaneció bajo arresto hasta la muerte de su esposo, en 1189.
De su primer matrimonio con Luis VII de Francia, tuvo dos hijas:
Tras la anulación de su primer matrimonio, por haber sido repudiada, se casó con Enrique II de Inglaterra y tuvieron ocho hijos:
Recuperada la libertad, Leonor se convirtió en regente de los dominios angevinos durante las ausencias de su hijo Ricardo. Tras la vuelta de este rey de la Tercera Cruzada, Leonor se retiró a la abadía de Fontevrault. La muerte de Ricardo, el 6 de abril de 1199, hizo que Leonor abandonara de nuevo su retiro hasta conseguir la coronación de otro hijo, Juan, relegando a su nieto, el duque Arturo I de Bretaña, al que prácticamente no conocía.
En 1200, contando con casi 80 años, dio muestras de una fortaleza impresionante cuando decidió viajar hasta Castilla, cruzando los Pirineos, para escoger entre sus nietas, las infantas de Castilla —hijas de su hija Leonor y de Alfonso VIII de Castilla—, a aquella que se convertiría en esposa del hijo de Felipe II Augusto, el futuro Luis VIII. La elegida fue Blanca, una de las reinas de Francia más célebres, regente del reino en tres ocasiones y modelo de virtud y habilidad política.
Murió el 1 de abril de 1204 en la abadía de Fontevrault, a los 82 años de edad, y fue sepultada allí mismo, junto a su esposo Enrique y su hijo Ricardo.
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