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Liber Historiae Francorum



Liber historiae Francorum (o El libro de la historia de los Francos) es una obra medieval considerada fuente secundaria sobre la historia de los primeros francos en los tiempos del reinado de Marcomir, y ofrece un corto breviarum de acontecimientos hasta el periodo de los últimos merovingios, convirtiéndose en una importante fuente primaria de la historia contemporánea, un buen ejemplo de historiografía sobre los pipínidas en Austrasia antes de convertirse en los más conocidos "carolingios".

Los textos del editor Richard Geberding, quien reivindicó y defendió la coherencia y fiabilidad de las citas, (Bruno Krusch (1888) puso en tela de juicio la credibilidad del Liber Historiae Francorum en 1888), dio razones para localizar el anónimo autor en Soissons, probablemente en la Abadía de St. Medard, y lo caracteriza como "neustrio, un incondicional legitimista merovingio, seglar y opuesto a la mentalidad eclesiástica, y un entusiasta admirador y probablemente miembro de la clase aristocráticas del valle de Sena y Oise cuyos hechos, guerras y reyes describe".[1]​ Se ha fechado el Liber historiae Francorum tradicionalmente hacia 727 debido a una referencia a finales del sexto año del reinado de Teodorico IV.

La obra ofrece la perspectiva de un periodo con amplia presencia de una mayordomía real donde las facciones de los grandes terratenientes sólo podrían ser sostenidas bajo control y equilibrio de la legitimidad consagrada del rey merovingio. Liber Historiae Francorum ha sido investigado e interpretado por Richard Gerberding y más recientemente por Rosamond McKitterick en la "Historia y memoria en el mundo carolingio" (History and Memory in the Carolingian World). Con una cuidada y extensa narrativa, la obra ayudó a inculcar el sentido de solidaridad cultural entre los lectores a quienes se dirigía, y que satisfacía la tendencia de una agenda política que promueve.[2]

Sobre esta agenda, Fouracre y Gerberding (1996)[3]​ muestran que el libro apoya a la dinastía real merovingia en tanto que gobiernan bajo consulta de los nobles más poderosos. A cambio, los mismos nobles apoyan la corona mientras sus aspiraciones no fuesen más allá de su posición. Es un libro de una serie de libros históricos escritos en el siglo VIII, copiado y ampliamente distribuido en el siglo IX, que ofrece a sus lectores (y audiencia en su caso) un profundo conocimiento de los francos, alejado del contexto del Imperio Romano (absolutamente ignorado) y de un modo más inmediato en el mundo cristiano de la cultura galo-romana.

Desde el principio, el libro promete presentar el origen y los hechos de los reyes francos y su pueblo. Menciona que los francos tuvieron su origen en un grupo de refugiados troyanos que se encontraron en la costa norte del Mar Negro y desde allí iniciaron su camino a lo largo de las llanuras del Danubio hasta Renania; sobre esta afirmación, el autor se sustenta ampliamente en el historiador y obispo galo-romano Gregorio de Tours (m. 594), cuya historia personaliza y en ocasiones corrige paralelismos.[4]​ Los últimos once capítulos, en la edición de Krusch, cap. 43-53,[5]​ citas presentes e independentes de hechos acontecidos en territorios francos durante el siglo VII y VIII atraen el interés de los historiadores, ya que cubren vacíos sin aclarar que no se encuentran en ninguna otra fuente.

El capítulo 43 se inicia con la usurpación de Austrasia por el pipínido mayor Grimoaldo I el Viejo, que se menciona de forma resumida. Acaba con la muerte de Grimoaldo torturado bajo el reinado de Clodoveo II que gobernaba el estado rival de los pipínidos, Neustria. En el capítulo 44 se encuentra una cita sobre el rey Clodoveo:

Al mismo tiempo, él trajo la ruina al reino de los francos con calamidades desastrosas. Clodoveo, además, tenía hábitos asquerosos. Era un seductor y humillaba a las mujeres, glotón y borracho. Sobre su muerte y final no merece una reseña que pueda considerarse histórica. Muchos escritores condenaron su final porque desconocían el alcance de su maldad. En la incertidumbre si ellos se refieren de uno a otro.[6]

El resto del capítulo y el inicio del siguiente se ciñen a la muerte de Clodoveo, consensuada hacia la década de 650, y la ascensión de Teoderico III, hacia el 673 y un reino de cuatro años '"del niño rey Clotario III".

Los capítulos 45ff, como el Abad Ursinus había hecho, aporta una mención hostil hacia Ebroín de Neustria. El resto de capítulos cubren principalmente a Carlos Martel.

Liber historiae Francorum fue una fuente primaria para la Crónica de Fredegario, como redactó el duque Childebrando I en 751 para su hermanastro, Carlos Martel.



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