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Libro de Concordia



El Libro de la Concordia (también llamado Libro de Concordia o simplemente Concordia, en latín Liber Concordiae) es el estándar doctrinal luterano. Fue publicado en 1580 a partir de diez credos considerados como fuentes de doctrina en el luteranismo, a los que se les considera el canon de la Iglesia Evangélica Luterana.[1]

El Libro de la Concordia fue publicado por primera vez en alemán el 25 de junio de 1580 en Dresde, conmemorando el cincuenta aniversario de las confesiones de Augsburgo ante el emperador Carlos V, durante la Dieta de Augsburgo. La edición de referencia en latín data de 1584 y fue realizada en Leipzig.[2]

Para aquellos que lo consideran el cuerpo doctrinal, es una interpretación verdadera de las Sagradas Escrituras, que según el Libro de la Concordia, son la única fuente de doctrina cristiana.[3]

El Libro de la Concordia fue recopilado por Jakob Andreae y Martin Chemnitz a petición de sus gobernantes, que deseaban acabar con las disputas religiosas entre los luteranos de sus territorios que siguieron a la muerte de Martín Lutero en 1546.[4]​ Se pretendía reemplazar las colecciones de afirmaciones doctrinales que circulaban por Alemania, bajo el nombre de corpora doctrinæ (cuerpo de doctrina) como el Corpus doctrinæ Philippicum o el Misnicum. El listado de escritos precedentes a la Fórmula de la Concordia, que se incluyeron en el libro, se describen en ella.[5]

Este objetivo se refleja en el hecho de que los editores no lo llamaron corpus doctrinæ, a pesar de ser técnicamente uno más.[6]​ En su lugar, el título del libro hace referencia al concepto latino de concordia para referirse a un "acuerdo conjunto"[7]​ que encaja con su objetivo y contenidos: textos cristianos que reúnen lo que para sus recopiladores eran creencias y enseñanzas creídas "con un solo corazón y voz". Se relaciona con la afirmación de San Pablo:

Para los luteranos, los credos y textos del Libro de la Concordia no son obras privadas de sus autores, sino que tienen un carácter universal:[9]

Se incluyeron tres credos ecuménicos siguiendo al prefacio de Andreae y Chemnitz (1578–80),[11]​ situados al principio para vincular la enseñanza luterana con la de la primitiva Cristiandad.[12]​ Se trata del credo de los apóstoles, el credo niceno y el credo atanasiano, todos ellos formulados antes del Cisma de Oriente de 1054 (aunque el credo niceno contiene el filioque según la versión occidental).

El resto de los documentos incluidos proceden de los primeros años de la Reforma protestante (1529–77). Son las Confesiones de Augsburgo, la Apología de las Confesiones de Augsburgo (ambas de Philipp Melanchthon), los catecismos Menor y Mayor de Lutero, sus Artículos de Esmalcalda, el Tratado acerca del Poder y la Primacía del Papa, el Catecismo Menor de Melanchthon y la Fórmula de la Concordia, publicada poco antes que el Libro de la Concordia con el mismo objetivo de unificar al naciente movimiento luterano. El prefacio del Libro de la Concordia se considera asimismo prefacio de la fórmula.[13]

Las Confesiones de Augsburgo tienen una importancia capital en la obra y se las considera como consenso unánime sobre la fe cristiana, especialmente contra la falsa adoración, la idolatría y la superstición del Papa y otros movimientos cristianos. Se considera a dichas confesiones como el credo o símbolo de su tiempo, enviado al emperador Carlos V durante la Dieta de 1530.[14]​ Un libro sobre el luteranismo afirma:

Así, la Apología, los Artículos de Esmalcalda, el Tratado y la Fórmula de la Concordia se considera que explican, defienden o complementan dichas confesiones.[16]

A día de hoy, el Libro de la Concordia es doctrinalmente normativo entre las iglesias tradicionales luteranas, que hacen jurarlo a sus pastores y a los trabajadores de su iglesia.[18]​ Los luteranos que aceptan el Libro de la Concordia a menudo se identifican a sí mismos como "luteranos confesionales". En dichas iglesias se le considera la norma normata ("la norma normada") con respecto a la Biblia, que es considerada la norma normans ("la norma normativa") y por tanto la única fuente de doctrina cristiana. Desde este punto de vista, el Libro de la Concordia, en los temas que trata, se considera la interpretación autoritativa de la palabra divina. Se usa el término latino "quia" (porque) para indicar que en las iglesias luteranas una persona suscribe el Libro de la Concordia "porque" es una expresión de las Sagradas Escrituras. Ello lleva implícito que quien suscribe ha examinado dichos textos a la luz de las Escrituras para llegar a dicha posición, por lo que no se requiere aviso alguno como en el caso de que se dijera "quatenus" (mientras). Decir que se cree el Libro de la Concordia quatenus significa que se cree lo que dice mientras no contradiga a la Biblia. Algunas iglesias luteranas, sin embargo, usan esta forma de adhesión para indicar que toman el Libro de la Concordia como un hito histórico para guiar sus enseñanzas, pero no necesariamente vinculante. La mayor iglesia en seguir incondicionalmente el Libro de la Concordia es la Iglesia evangélica luterana de Finlandia con 4,6 millones de miembros.[19][20]



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