Aunque la literatura electrónica (o literatura digital, ciberliteratura, hiperliteratura, hiperficción) incluye también la Ciberpoesía y el Ciberdrama, aquí nos limitaremos a ofrecer un panorama de la narrativa electrónica en español.
La ciberliteratura se ha desarrollado con fuerza en el mundo anglosajón desde la aparición de Afternoon, de Michael Joyce en 1987. Los primeros hipertextos en español surgen en 1996 (con obras de Belén Gache que luego conformarían la antología de ciberpoesía Wordtoys), y desde entonces no ha parado de crecer el número de obras electrónicas en español. A partir del año 2009, estaban disponibles más de cincuenta realizadas por autores procedentes de España, Argentina, Colombia, Ecuador, México o Perú.
Tratar de clasificar las obras de literatura electrónica es tarea difícil en un territorio tan abigarrado y lleno de sorpresas. Un criterio muy frecuente es el basado en la capacidad del lector de modificar la obra, que divide esta narrativa en dos grupos: la hiperficción constructiva (el lector colabora, es coautor, de la historia en diversos grados) y la hiperficción explorativa (que tiene un solo autor, aunque permita al lector tomar decisiones sobre sus trayectos de lectura). El resultado es que así se incluyen trabajos de muy distinto formato dentro de la misma clase. Para evitarlo puede recurrirse a rasgos más identificatorios que el de la autoría, como son el hipertexto, los recursos multimedia y la interactividad. Esta última puede entenderse en dos sentidos. El primero deriva de la estructura laberíntica que posibilita el hipertexto: el lector debe tomar decisiones ante las puertas y trayectorias que le abren los hipervínculos y asumir así el riesgo de perderse si no es capaz de llegar a un final coherente de la narración. El otro sentido es el que permite al autor dejar abierta su obra a distintos grados de intervención por parte del lector: desde comunicarse por correo electrónico o dejarlo que participe corrigiendo o sugiriendo mejoras del texto establecido, hasta desaparecer él mismo y ser sustituido por un autor colectivo.
De conformidad con los tres rasgos fundamentales de toda obra electrónica (hipertexto, multimedia e interactividad) llamaremos “hipernovelas” a la narrativa que contiene solo hipertexto verbal, “hipermedia” a la que al hipertexto verbal incorpora recursos multimedia. Las blognovelas, novelas colectivas y wikinovelas se fundamentan en la interactividad y la colaboración.
Narrativa hipertextual, obras de ficción que utilizan solo el hipertexto. En ellas los enlaces conectan nodos o bloques de texto verbal y permiten una lectura no lineal que exige la participación activa del lector obligándole a tomar decisiones sobre las posibles trayectorias de lectura.
Narrativa multimedia que permite añadir al hipertexto toda una variedad de recursos como imágenes, sonidos, vídeos, animaciones, etc. Las combinaciones de todos estos medios dan lugar a una variedad incontable de metamorfosis posibles. El campo para la experimentación queda plenamente abierto y encontramos dentro de estas narraciones unas en las que predomina la exploración de los nuevos instrumentos narrativos (principalmente el diseño gráfico, los efectos visuales o sonoros), hasta otras en las que la protagonista es la prosa y los recursos quedan supeditados al texto literario.
La blognovela, aprovecha el formato blog para (como el diario o la novela epistolar) ensayar una narración más cercana al lector, que tiene la posibilidad de participar con sus comentarios. Son obras escritas en primera persona con una trama que suele ocurrir en tiempo real. Justamente, de eso se trata en el proceso creativo de una blognovela: de una construcción literaria en línea, basada en la aparición progresiva de información (generalmente en forma de capítulos) y liderada por un único autor, aunque permeable a las intervenciones de los lectores. Las blognovelas típicamente van apareciendo por entregas en capítulos breves, y aunque en ellas domina el autor, este a veces se guía por los comentarios que van surgiendo por parte de los lectores, algo parecido al folletín por entregas del siglo XIX. En la mayoría de los casos carecen de enlaces y de multimedia.
Realizadas por diversos autores en colaboración igualitaria o dirigida por un coordinador que ensambla y ajusta las partes para integrar un todo narrativo coherente. Sus autores, o al menos el coordinador, suelen tener nombres y apellidos. La novela colectiva tiene una tradición en la literatura en formato códice, pero Internet la dota también de interactividad al permitir que los lectores puedan hacer comentarios.
Las wikinovelas constituyen verdaderos ejemplos de escritura colaborativa; en ellas los personajes, la trama, la redacción son creados por múltiples autores anónimos. A veces un autor lanza un argumento y el resto lo completa. Las wikinovelas son el formato más abierto de literatura participativa: la creación colectiva de un solo texto con todas las tramas, personajes y rutas que elijan sus anónimos autores. La mayoría siguen el entorno wiki: redactadas por varios usuarios que pueden crear, editar, borrar o modificar el contenido de una página de forma fácil y rápida; dichas facilidades hacen de una wikinovela una herramienta efectiva para la escritura cooperativa. En una wikinovela se da la abolición de la autoría individual y triunfa la colaboración como herramienta en el proceso de producción artística. Aunque lo verdaderamente distintivo es el anonimato de la creación, el entorno wiki aprovecha también el hipertexto para favorecer la ruptura de la linealidad por medio de las nuevas ramas que generan los enlaces.
Un wikipoema es un poema colaborativo cuyo antecedente directo es el cadáver exquisito. El entorno wiki favorece la colaboración inmediata de diversos usuarios que crean, editan, borran o modifican el contenido lírico.
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