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Llerena



Templo de Nuestra Señora de la Granada

Llerena es un municipio español de la comunidad autónoma de Extremadura. Forma parte de la provincia de Badajoz y posee una pedanía a cuatro kilómetros hacia el sudoeste, llamada Ribera de Los Molinos.

Se sitúa en la comarca de Campiña Sur y es cabeza del partido judicial del homónimo. Posee una población de 5743 habitantes (INE 2020).

En época de los árabes se llamaba Ellerina, lugar de disputa entre árabes y cristianos; fue ocupado definitivamente por Pelay Pérez Correa en el año 1243, maestre de la Orden de Santiago a quien Fernando III de Castilla había confiado la reconquista de Sierra Morena.

Fue residencia habitual de los Maestres de la Orden de Santiago y este hecho favoreció a la ciudad que ya en el siglo XV llegó a ser la sede del Priorato de San Marcos de León. Por esta razón llegó a ser el centro más importante del territorio, que hasta entonces había sido Reina. Tanto fue su aumento de importancia que llegó a convertirse en el más importante centro administrativo de la provincia de León de la Orden de Santiago en Extremadura y adquiere la sede de la Mesa Maestral de la Orden y es la población principal de más de 30 pueblos que se gobiernan desde Llerena dependiendo del Prior de la Orden de San Marcos de León.

En año 1340 se celebran en Llerena las Cortes, presididas por el rey Alfonso XI de Castilla. En 1383 se celebra el Capítulo General de la Orden de Santiago por Pedro Fernández Cabeza de Vaca con la asistencia de todos los Comendadores de la misma. El Maestre de la Orden Lorenzo Suárez de Figueroa recibió la licencia para celebrar las ferias de San Mateo el 21 de septiembre, construyó la capilla de la Trinidad en la iglesia de la Granada, los bastimentos, y terminó el edificio destinado a Casa Maestral o el convento de Santa Elena.

Enrique García Fernández de Villagarcía construyó el castillo de la vecina localidad de Villagarcía de la Torre y se convirtió en el patrono de la capilla mayor de la iglesia de Santa María y decidió ser enterrado en ella. Alonso de Cárdenas construyó sobre el solar ocupado por la ermita de San Pedro la iglesia de Santiago, y dotó al recinto amurallado de algunas de las puertas más importantes de la ciudad.

Al haber sido un territorio musulmán, una vez reconquistado el territorio se produjo un repoblamiento a través de familias leonesas, cántabras y vascas. Además se creó un importante núcleo judío dentro de la ciudad, lo que la convirtió en una población próspera y con altos niveles económicos y culturales. Se produjo una convivencia pacífica entre las tres culturas: cristianos, judíos y musulmanes. En el año 1479, el judío Rabí Mayr consiguió que los Reyes Católicos eliminasen la prohibición de que los judíos celebrasen ferias y mercados, existente en el reino de Castilla. Esto permitió mejorar los niveles económicos de la ciudad y permitió la creación de la escuela de traductores. En esta época había 600 familias judías en Llerena que vivían en los alrededores de la sinagoga (ermita de Santa Catalina) y la Fuente Pellejera.

En 1490 tuvo lugar la fase final del Capítulo General de la Orden santiaguista, comenzado en Uclés, a convocatoria del último Maestre de la institución antes de la incorporación de esta figura al poder real. Al firmar los Reyes Católicos el decreto de expulsión de los judíos en 1492, se quedarán 125 familias judías que pasan a ser judeoconversas.

En 1508 se instaló el Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición, conseguido por la influencia del licenciado Luis Zapata de Chaves, Consejero y Asesor de los Reyes Católicos y ayudado por la existencia de población hebrea en la Baja Extremadura. Fue el tercer tribunal de España, en cuanto a la extensión de su jurisdicción, ocupaba 42.260 kilómetros cuadrados, e incluía los obispados de Ciudad Rodrigo, Plasencia, Coria y Badajoz. Ocupando en Llerena tres sedes permanentes, el palacio prioral en la calle Zapatería, la casa maestral en la calle La Cárcel y, por último, hasta su abolición en 1834, el Palacio de los Zapata, hoy de Justicia en la calle Corredera.

Su época de máximo esplendor fue en el siglo XVI en que llegó a contar con siete conventos, además de una gran actividad cultural. Durante todo este siglo se produjo un gran aumento demográfico sólo mermado por cierta emigración al Nuevo Mundo, convirtiéndose en el segundo mayor núcleo poblacional de Extremadura en 1591, detrás de Badajoz capital. A finales del siglo contaba con 8.300 habitantes. En 1594[1]​ formaba parte de la provincia León de la Orden de Santiago y contaba con 2066 vecinos pecheros, incluyendos sus arrabales de La Higuera, Maguilla y Cantalgayo.

En el año 1640, debido al crecimiento alcanzando, Felipe IV le otorgó el título de Ciudad. Pero a finales del siglo XVII empezó su decadencia influenciada por varios factores: la crisis política del imperio, la guerra con Portugal, gobernantes locales poco aptos, la expulsión morisca y sucesivas pestes que la mantuvieron aislada del exterior durante cuarentenas.

Durante el siglo XVIII consiguieron la independencia municipal los lugares de Higuera de Llerena en 1786 y Maguilla en 1749, que anteriormente habían pertenecido a su Ayuntamiento.

Durante la Guerra de la Independencia (1808-1814) y en ocasión de la Batalla de Cantalgallo en 1810, se produce una gran destrucción de la ciudad. Se produjeron muchos destrozos en edificios y parte del archivo histórico fue destrozado y sirvió de asiento a las caballerías, gran número de obras de arte fueron expoliadas, como parte del retablo de la iglesia de Nuestra Señora de la Granada obra de Zurbarán.

A la caída del Antiguo Régimen desapareció la Orden de San Marcos de León, dejó de ostentar su cargo en Llerena el gobernador de la Provincia y del Partido y se decretó en 1834 la abolición del Santo Oficio de la Inquisición. Entonces esta ciudad se constituyó en municipio constitucional en la región de Extremadura y, desde 1834, es cabecera y sede del Partido judicial de Llerena.[2]​ En el censo de 1842 contaba con 1284 hogares y 4990 vecinos.[3]

Tras el decreto de suspensión de la jurisdicción religiosa que mantenían desde siglos las Órdenes Militares, en Llerena se produce el llamado "Cisma de Llerena”, provocado por el clérigo don Francisco Maeso de la Fuente al no admitir acogerse a la jurisdicción del Obispado de Badajoz. En algo más de un año se produjeron diversos altercados que se apaciguaron cuando Alfonso XII llega al trono, provocando con aquel decreto la desaparición de la diócesis del Priorato de San Marcos de León con sede en Llerena.

Las sucesivas desamortizaciones produjeron también un gran descalabro para la economía municipal de Llerena y en definitiva para todo su vecindario. Las de Mendizábal de 1837 y Madoz en 1855 dejaron casi sin recursos al Ayuntamiento de Llerena, que perdió las dehesas de su propiedad y que había mantenido y explotado durante siglos proporcionando unos importantes beneficios para las arcas municipales. Desaparecieron también algunos conventos, como Santa Isabel, San Francisco, La Merced, San Sebastián y la Concepción, quedando solamente el de Santa Clara.

Durante este siglo XIX, se mantuvieron en la ciudad algunas industrias que, unido a la construcción de la línea del ferrocarril Mérida-Sevilla en la segunda mitad de la centuria hasta la conclusión del último tramo en 1885 entre Llerena y El Pedroso, contribuyeron al progreso económico de toda la comarca.

Durante la Guerra Civil, ya consumada la toma de Badajoz por el bando sublevado, la prensa del Movimiento informaba en septiembre de 1937 de la llegada de 2200 prisioneros republicanos a Llerena que serían ubicados en la plaza de toros y en un lugar llamado La Maltería. El coso taurino, al menos entre septiembre y octubre de ese año, funcionó como centro de detención y fusiladero.[4][5]

Su centro histórico fue declarado Conjunto Histórico Artístico el 29 de diciembre de 1966 y en él se reúne un relevante patrimonio artístico, en el que cabe destacar, en el terreno de la arquitectura, la Iglesia de Nuestra Señora de la Granada y el Palacio de los Zapata, y, en el urbanístico, la Plaza de España.

Actualmente, Llerena cuenta con las siguientes instalaciones:

La Agrupación Deportiva Llerenense se funda el 10 de agosto de 1966 (aunque anteriormente Llerena contaba con otro equipo). Un total de once presidentes han regido los destinos de esta Asociación que día a día lucha por formar jugadores de fútbol. Es una Asociación dedicada al Fútbol en todas sus categorías. Actualmente tiene una Escuela con más de 300 alumnos. Posee un equipo de aficionados en regional preferente y una cantera con los siguientes equipos:

El municipio cuenta con su propio periódico local, Hoy Llerena, formado a partir de una corresponsalía del diario regional Hoy Diario de Extremadura.[8]



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