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Villagarcía de la Torre



Villagarcía de la Torre es un municipio español, perteneciente a la provincia de Badajoz (comunidad autónoma de Extremadura).

Pertenece a la comarca de Campiña Sur y al Partido judicial de Llerena. Se encuentra a 9 km de Llerena y a 33 km de Zafra. Tiene una altura de 587 metros sobre el nivel del mar. Limita con las localidades de Usagre, Valencia de las Torres, Higuera de Llerena, Llerena (cabeza de partido judicial de esta villa) y Bienvenida.

Esta villa de 67,5 km² cuenta con 986 habitantes (año 2008), que son conocidos como garceños, pero en su comarca reciben el apelativo de "brujos".


La agricultura y ganadería son las principales actividades económicas. Dentro de la primera predomina el cultivo de cereales y olivo. En cuanto a la ganadería, actualmente el mayor número de cabezas es de ganado ovino, aunque en tiempos el cerdo fue de gran importancia.

Antes de la llegada de los romanos, entre los siglos IX y V a. C., el sur de la provincia de Badajoz estaba dividido, según el tratado de Geografía de Estrabón del s. I a.C, en la Beturia Céltica (en la parte occidental, ocupada por pueblos celtas) y la Beturia Túrdula (en la oriental, ocupada por pueblos túrdulos). Ambas regiones estaban separadas por la cuenca del río Matachel, que formaría parte del territorio túrdulo. Los túrdulos eran un pueblo autóctono que no había sufrido influencias orientalizantes como los turdetanos del sur. Eran un pueblo próspero y culto, que escribía poemas y leyes en verso. Los celtas, sin embargo, eran pueblos de origen indoeuropeo que habían llegado hasta estas tierras instalándose, en principio, en las zonas más despobladas, gozando de un gran auge metalúrgico en tiempo de Tartessos. Hubo celtas, por ejemplo, en la cercana Sierra de Aracena (Huelva).

El reciente descubrimiento en 1993 del timiaterio de Villagarcía lleva a plantearse una ocupación anterior. Dicho timiaterio es un lampadario o quemaperfumes de bronce con tres estatuillas a modo de cariátides del siglo VII antes de Cristo. El timiaterio pudo ser usado con fines religiosos o funerarios, y entra dentro del grupo arqueológico de los bronces tartésicos, del periodo orientalizante. Se han encontrado otros restos prerromanos en las alturas de San Pedro y el paraje de la Mezquita. Con los datos actuales, y debido a la cercanía de la ruta comercial de la Vía de la Plata, es difícil establecer si la zona era de influencia celta o túrdula.

Por los hallazgos de monedas y restos romanos es presumible la existencia en este lugar de una mansión romana sita en las cercanías de la calzada romana de la Vía de la Plata.

La población ya existía en época árabe. El padre Fray Juan Mateo Reyes Ortiz de Tovar en su obra “Partidos triunfantes de la Beturia Túrdula” cita la ciudad de Vama. El emplazamiento de dicha ciudad se lo han disputado Villagarcía y Salvatierra de los Barros durante un tiempo, pero en la actualidad parece que la situación de esta antigua ciudad se decanta a favor de Salvatierra debido a la aparición de una inscripción funeraria.

El lugar de Villagarcía, en cualquier caso, estuvo a caballo de los reinos de taifas de Sevilla y Badajoz. Siendo dominada por los moros la conquistó Don Rodrigo Iñiguez, maestre de la Orden de Santiago sobre el año 1241.

y en 1367 era la mitad de la orden de Santiago y la otra mitad del Comendador Mayor de León Don García Fernández, quien la repobló de cristianos y le impuso el nombre de García.

Alrededor del 1330 era señor de la población Don Gómez González de Quijada. En 1332 Alfonso XI dio el lugar de Villagarcía a Leonor de Guzmán.

Como las demás ciudades y villas extremeñas, Villagarcía de la Torre también contribuiría con sus hombres al proceso de la conquista americana. Según el Pbro. Vicente Navarro del Castillo, de esa villa extremeña saldrían 17 de sus habitantes para integrarse en el proceso conquistador. El más destacado de todos ellos sería Juan de la Torre y Díaz Chacón, que desde el principio se unió a Francisco Pizarro para la conquista, y colonización del territorio peruano.

El castillo de Villagarcía se había mantenido casi intacto hasta la Guerra de la Independencia (1808-1814), pero durante la misma fue parcialmente destruido, sirviendo de hospital de sangre a los franceses. Es preciso citar la cercana batalla de Cantalgallo el 10 de agosto de 1810, tras la cual la vecina localidad de Llerena es parcialmente destruida por las tropas francesas. Posteriormente, el castillo es arrasado por el general Pablo Morillo durante las guerras carlistas.

Mariano Téllez Girón y Beaufort Spontin (1814-1882), sería el XV Duque del Infantado y a su vez XII Duque de Osuna. Este personaje vivió una vida de lujo sin medida. Para pagar sus fiestas y gastos llegó a sacar en subasta parte de sus bienes, logrando en 38 años arruinar la fortuna más importante de España. Cuando murió sus acreedores cayeron sobre sus bienes, por lo que en el siglo XIX, la mayoría de las posesiones de los duques de Osuna fueron hipotecadas y enajenadas. En esta época perdieron casi todas sus posesiones en Villagarcía.

A la caída del Antiguo Régimen la localidad, entonces conocida como Villagarcía, se constituye en municipio constitucional en la región de Extremadura. Desde 1834 quedó integrado en el Partido judicial de Llerena.[1]​ En el censo de 1842 contaba con 478 hogares y 1622 vecinos.[2]

Entre las fiestas de interés de esta villa destacan sobremanera:



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