Lope de Olano fue un ilustre y navegante español, quien después de ser liberado de su prisión, por deudas, fue encargado por el nuevo Gobernador Pedrarias Dávila para fundar y ser el primer alcalde de Acla, un pueblo famoso por ser donde juzgaron y decapitaron a Vasco Núñez de Balboa, descubridor del Mar del Sur.
Posiblemente nació por el año 1480 en Azcoitia, (Guipúzcoa). Su padre fue un intelectual bachiller Juan de Olano, nacido en Miranda de Iraurgi, actualmente Azcoitia. Una de sus sobrinas María de Izaguirre fue casada con un sobrino de Ignacio de Loyola. Aunque no tenemos muchos datos sobre este ilustre navegante de familia aristocrática, sabemos que fue piloto del tercer viaje de Colón y que estaba en Santo Domingo cuando fue nombrado lugarteniente por Diego de Nicuesa, nombrado por el Rey para gobernar a Castilla de Oro en 1507.
La expedición de Nicuesa partió de Santo Domingo en 1508, llegó a Kalamarí (actual Cartagena de Indias) para vengar la muerte de otro piloto, Juan de la Cosa, después los expedicionarios navegaron hacia la actual región de Belén, y ya estando en el Istmo donde dejaron la flota. La nao capitana y el bergantín de Nicuesa levaron anclas para ir a occidente, pero muy pronto fueron sorprendidos por un violento huracán. La nao capitana zozobró cerca de la costa. El bergantín de Olano con 30 tripulantes cuyos nombres permanecen anónimos, fueron llevados por la furia del temporal hasta una isla que bautizaron con el nombre tomado del Santoral, que para el 25 de noviembre correspondiente a Santa Catalina de Alejandría. Posteriormente estuvieron en otra isla que bautizaron Providencia para dar gracias al Señor por haberlos salvado de la tormenta, llegando así a la costa de Honduras, descubrió el 25 de noviembre de 1510 una tierra a la que puso el nombre de la Santa del día: Santa Catalina y como al acogerse al puerto que se le ofrecía, hallaron otra Isla que puso a esta Providencia, tanto por haberse allí salvado como por la …”. Esta pista lleva a afirmar que el bergantín de Olano naufragó y que tan pronto se salvó, concibió la idea de ir a rescatar a Nicuesa.
El Capitán Lope de Olano regresó a Belén pensando que Nicuesa había naufragado. Tres meses más tarde llegaron remando tres o cuatro marineros, apenas saberlo el Capitán Lope de Olano envió su bergantín a recoger a los náufragos.
Sin embargo cuando Nicuesa llegó lo acusó de traición y lo mandó a la horca; pero como otros capitanes estuvieron rogando por su vida, Nicuesa lo perdonó, encadenándolo y poniéndole la pena de moler maíz en una piedra públicamente, lo cual soportó estoicamente Olano.
Poco tiempo después Nicuesa decidió ir a Santa María la Antigua del Darién, primera ciudad fundada en tierra firme, pero los españoles no lo dejaron desembarcar, en tanto que Olano fue liberado por Martín Sánchez de Zamudio, se argumentaría que Santa María no formaba territorialmente ni jurídicamente de la Gobernación de Nicuesa, forzado a irse, Nicuesa y 17 acompañantes enfilaron hacia La Española, pero una terrible tormenta hizo naufragar su nave, pereciendo todos sus ocupantes, no se localizaron restos del Naufragio.
Por otro lado se tiene que en el archivo de Indias se encuentra todavía una cédula real pidiendo la remisión del preso Lope de Olano para ser juzgado en España, por cuestiones de falta al servicio de su Majestad, la cual no se pudo cumplir porque los indios del Cacique Careta acabaron con Olano y toda la guarnición de Acla en 1517.
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