Los ricos también lloran es una telenovela mexicana producida por Valentín Pimstein para Televisa en 1979, dirigida por Rafael Banquells y protagonizada por Verónica Castro junto a Rogelio Guerra, con la participación antagónica de Rocío Banquells.
La primera parte de la trama fue adaptada por María Zarattini y la segunda parte está basada en la radionovela Cuando se regala un hijo, de Inés Rodena. La cual también inspiró la telenovela venezolana Raquel, por Carlos Romero. Los ricos también lloran fue exportada a más de ciento veinte países y doblada a veinticinco idiomas.
Emilio Azcárraga Milmo, fundador y presidente de Televisa, le propuso a Valentín Pimstein producir una telenovela en Miami. Allá residía la escritora Inés Rodena, junto a quien Pimstein comenzó a gestar una telenovela titulada Perdí mi baby. Sin embargo, los planes cambiaron a petición de Azcárraga, quien solicitó producirla en México. A raíz de esto, Pimstein decide cambiarle el nombre al proyecto, lo que generó críticas [cita requerida].
Se estrenó en el horario de las 18:30 y, debido a su gran éxito, luego cambió a las 21:30.
La telenovela, basada en un el material original de la escritora cubana Inés Rodena, fue escrita y adaptada por María Zarattini en su primera etapa. Posteriormente, Valentín Pimstein decidió alargar la historia. Zarattini se rehúso a estirar la trama, aduciendo que esta no da para más, y presenta su renuncia. En su reemplazo, Pimstein convoca al escritor venezolano nacionalizado mexicano Carlos Romero, quien le propone una audaz e insólita idea: empalmar a la historia original de Rodena otro argumento de la misma autora (mismo que usaron con anterioridad en la producción venezolana Raquel, de 1973) para así asegurar un alargue con más sucesos, y mantener el interés del público.
Para ese entonces, los actores del melodrama enfrentaron un conflicto laboral entre Televisa y la Asociación Nacional de Actores. La cual prohibió seguir participando de las grabaciones a catorce actores del elenco que eran miembros de ella, por lo que Pimstein, en una arriesgada e inédita decisión, simplemente sustituyó a los actores en huelga por otros.
El éxito de Los ricos también lloran se difundió por toda América, Europa, Asia, África y Oceanía durante la década siguiente a su producción, doblándose hasta en veinticinco idiomas distintos. Los más notorios fueron su doblaje al portugués, italiano, francés e inglés, y también tuvo doblajes en versiones menos comunes como en polaco, ruso, japonés, punjabi (para India), cantonés, mandarín (para China), árabe (para Egipto y Arabia Saudita) y coreano.[cita requerida]
Mariana Villarreal vive en un rancho en el Estado de Guanajuato con su padre Leonardo, un moribundo hacendado que se presume en la ruina. Don Leonardo se ha refugiado en la bebida, desde de la muerte de la madre de Mariana, y desde que sufrió un accidente que lo dejó paralítico. Por culpa de este vicio, Mariana creció totalmente privada de buenos modales y de educación. La joven ha llegado a comportarse como una salvaje; es un poco sucia y desarrapada, dice lo que piensa sin importar a quien se dirija, pero es muy feliz. Su padre, arrepintiéndose de no haber velado por ella todos estos años, y sabiendo que morirá muy pronto, tiene la seguridad de que a su hija no le faltará nada cuando reciba su herencia; donde deja estipulado que toda su fortuna quedará en manos de Mariana, cuando él fallezca. Desgraciadamente, el viejo hombre muere, dejando a Mariana bajo la merced de su cruel esposa Irma, y del amante de esta, Diego. Irma se casó con Don Leonardo por mero interés económico, nunca lo amó, y ella fue quien fomentó su vicio por el alcohol, para que él le dejara la administración de sus propiedades, y así poder manejar su fortuna. Siempre le hizo creer que estaban en la bancarrota, cuando en verdad eran enormemente ricos. Con la muerte de su esposo, y creyéndose la dueña de todo, Irma expulsa de la hacienda a Mariana, sin importarle su suerte.
La joven logra llegar a la capital, y forma una amistad con un joven pobre llamado Pascual, mejor conocido como "Pato", quien le ofrece amablemente su humilde casa para vivir. Al poco tiempo de su llegada, Mariana es auxiliada por un sacerdote, el conocido Padre Adrián. Este habla con un gran amigo suyo, el millonario Don Alberto Salvatierra para que la lleve a vivir a su casa, y consiga un trabajo de sirvienta. Don Alberto, sabiendo de la pronta llegada de su hijo, el arrogante y guapo Luis Alberto, se le ocurre una brillante idea. Su plan consiste en que Mariana no trabaje como una empleada en su casa, sino que sea como "una más de su familia"; lo que implica en que se siente a comer con su familia en la misma mesa, y que diga y que haga lo que quiera sin ninguna restricción. Con todo esto cree que podrá lograr que su hijo Luis Alberto cambie su actitud de holgazanería e irresponsabilidad, y se transforme en el hombre productivo, trabajador y exitoso que siempre ha querido tener por hijo. Esta disparatada ocurrencia es tomada con mucha molestia por su esposa, Doña Elena y su sobrina Esther. Doña Elena vive preocupada por el bienestar de su hijo, se niega a creer sobre el estado deplorable en que ha caído Luis Alberto, afirmando que en realidad está "enfermo", y que necesita del cuidado de todos. Siempre lo ha consentido y malcriado, situación que terminó por hartar a Don Alberto, por lo que está dispuesto a seguir con su plan a como dé lugar.
Don Alberto se encariña con Mariana, siente una gran satisfacción en ayudarla y educarla, ya que ve en ella un futuro prometedor. Con la llegada de Luis Alberto, surge un profundo despecho de parte del joven hacia Mariana, ya que piensa que su padre la trata como la trata, sólo para fastidiarlo. Por consecuencia, Luis Alberto se propone enamorar a Mariana sólo por diversión, y para molestar a su padre, mientras que Doña Elena cree que su hijo cambiará de actitud si se casa con su sobrina Esther. Esta última también desea que el enlace se realice, ya que sueña con conseguir una opulenta situación económica, y no permitirá que nadie se lo impida. Con el paso del tiempo, Luis Alberto no puede creer que en realidad se haya enamorado de Mariana. La joven logró conquistarlo con su dulzura y sencillez, y él está dispuesto a unir su vida con ella para toda la vida. Esther se va a vivir a la casa de los Salvatierra junto con su nana Ramona, quien la quiere incondicionalmente y esconde un gran secreto. Esther también se entera de la relación que mantienen Luis Alberto y Mariana, y urde un plan para separarlos. Mientras que Ramona, quién también es una curandera y bruja, le ayuda a Esther a embrujar a Luis Alberto y Mariana haciéndole brujerías en la comida de Luis Alberto y en la ropa de Mariana para que rompan y éste se enamore de Esther. Mientras que Ramona intenta que sus brujerías hagan efecto, Esther miente diciendo que está embarazada y que el hijo que espera es de Luis Alberto. Los señores Salvatierra creen en lo que dice Esther, y obligan a Luis Alberto a cumplir con su "palabra de hombre" casándose con ella. Esther logra su objetivo gracias a las brujerías de Ramona, y pronto se convierte en la flamante señora de Salvatierra. Mariana, muy dolida y también afectada por las brujerías de Ramona, decide irse de la casa de Don Alberto, y consigue un puesto como secretaria en sus empresas. Se va a vivir a un departamento decente y conoce a una bella joven llamada Patricia, que se convierte en su mejor amiga. Todo el esfuerzo y empeño que puso Don Alberto en ella, ha dado frutos; ahora Mariana es otra. Es culta, refinada, educada, bien vestida y bien hablada. Ya no es la misma "salvaje" que llegó un día a la lujosa casa de los Salvatierra. Mariana ha intentado olvidar a Luis Alberto, y comienza un noviazgo con un joven y brillante arquitecto de las empresas de Don Alberto; Leonardo Mendizábal.
Mientras tanto, Luis de la Parra, antiguo amigo de Don Leonardo, se entera de su muerte y va en busca de Mariana, ya que tiene en su poder el testamento de su padre. Irma teme perder la herencia y exige a Diego, su amante, que encuentre a Mariana para eliminarla. Luis de la Parra contrata a un investigador para localizar a Mariana, pero al poco tiempo muere de un infarto. Diego logra infiltrarse en la casa de la familia Salvatierra con el fin de exterminar a Mariana.
Esther logra que Luis Alberto se case con ella. Finge tener un aborto. Esther es amante de Diego. Después se descubre que Ramona es la verdadera madre de Esther, quien pierde la razón. Esther, que ahora está embarazada de Diego, muere por complicaciones con su embarazo. Ramona se arrepiente, le pide perdón a Mariana y se vuelve incondicional de ella. Mariana se casa con Luis Alberto. Mariana conocerá aún en su aparente pobreza la felicidad que sólo el amor puede dar, pero cuando su verdadero destino se descubra, aprenderá que... los ricos también lloran.
Mariana espera un hijo de Luis Alberto; pero por un mal entendido, este cree que Mariana lo engaña y que el hijo que ella espera no es suyo, por lo que la rechaza y le pide el divorcio. Los padres de Luis Alberto están de vacaciones en un crucero. Mariana pierde la razón y regala a su hijo sin querer a Chole, una vendedora de billetes de lotería. Chole lo acepta y lo cuida como suyo; únicamente sabe que el niño se llama Beto. Mariana se da cuenta de lo que ha hecho y está desesperada. Se reconcilia con Luis Alberto y juntos inician la búsqueda del niño perdido. Pasa el tiempo. Beto ha crecido al cuidado de Chole. Luis Alberto y Mariana adoptan una niña a la que llaman María Isabel. El destino se encargará de volver a reunir a Mariana y a su hijo. Beto entra a robar a la casa de los Salvatierra. Mariana, al enterarse de las razones que lo obligan a cometer el delito, se convierte en su protectora. Mariana va a ver a Chole al hospital y se entera que Beto es su hijo. Cuando esta le confiesa cómo llegó Beto hasta ella, Mariana sufre un desmayo. Desde este momento, Mariana se hace cargo de Beto, sin confesar que es su hijo, le compra ropa, le pone maestros particulares y les consigue un lujoso departamento, al que llevan a vivir con ellos a Felipa, la fiel amiga de Chole.
Las visitas de Mariana al departamento le traen problemas, ya que Sara, quien fuera niñera de María Isabel y fuera despedida de su empleo por su relación con su esposo, ve a Mariana, piensa que tiene un amante y comienza a chantajearla con revelar todo a Luis Alberto. Al final se descubrirá la verdad cuando Luis Alberto, creyendo que Beto es amante de Mariana, intenta dispararle, pero recuerda las palabras que le dijo el investigador privado y se retira del departamento, Luis Alberto sale de viaje porque se ha enterado que su madre ha fallecido en el extranjero. Este, de vuelta a México y de regreso con su padre, se van de la casa. Ante esto, Chole y su amiga están pensando en huir con Beto, para que así Mariana no le quite a su hijo. Al día siguiente Mariana va al departamento y no encuentra a nadie, y se entera que van a tomar un tren y ella los sigue. Ante esta situación, Mariana le revela a Luis Alberto que Beto es su hijo. Beto viene a vivir a la casa. Los Salvatierra hacen una fiesta, María Isabel y Beto se han enamorado, y Mariana y Luis Alberto se reconcilian y son felices.
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