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Lotería de Navidad



¿Dónde nació Lotería de Navidad?

Lotería de Navidad nació en Madrid.


El Sorteo Extraordinario de Navidad, también conocido como sorteo o lotería de Navidad, es uno de los sorteos de lotería más importantes y populares que se celebra en España cada 22 de diciembre,[1]​ y que tenía lugar tradicionalmente en el salón de sorteos de Loterías y Apuestas del Estado, en Madrid. Desde 2010, debido al numeroso público que acude a ver el sorteo, se ha trasladado a otros sitios de Madrid con más aforo, como el Palacio de Congresos o el Teatro Real.[2]​ El segundo sorteo más importante después de este es el Sorteo Extraordinario del Niño que tiene lugar cada 6 de enero.

Forma parte de los sorteos de Lotería Nacional. El premio máximo recibe el nombre de el Gordo, que desde 2011 tiene un valor de cuatro millones de euros al billete, 400 000 euros al décimo o 20 000 euros por euro apostado.[3]​ El período de venta de este sorteo es el más largo del año, ya que las administraciones reciben los números las primeras semanas de julio.[4][5]

La primera vez que se sorteó la lotería en Navidad fue el 18 de diciembre de 1812 en Cádiz,[6]​ y el primer premio Gordo fue a parar al número 03604.[7]​ Entonces el precio del billete era de 40 reales con un premio de 4000 pesetas.[8]​ La primera vez que se le llamó Sorteo de Navidad fue del 23 de diciembre de 1892, y sustituyó a la leyenda de «Prósperos de Premios»,[9]​ aunque no figuró impresa en los boletos hasta la Navidad de 1897.[10]​ Hasta los años 90, el sorteo se celebraba, como en la actualidad, el 22 de diciembre, excepto si caía en domingo, que se adelantaba al sábado 21 de diciembre, siendo 1991 el último año en que se dio esa situación.[11]​ Hoy en día el sorteo extraordinario, que se celebra todos los años el día 22 de diciembre, y que se pone a la venta a lo largo de la primera quincena del mes de julio,[12]​ es el más importante y popular de todos los sorteos de lotería realizados en España, ya que supone un 30 % de la facturación anual del organismo Loterías y Apuestas del Estado.[13]

La primera vez que los niños del Colegio de San Ildefonso de Madrid cantaron los números de la Lotería Nacional fue el 9 de marzo de 1871. En el sorteo extraordinario de Lotería de Navidad siempre han participado los niños del Colegio Residencia San Ildefonso. Hasta 1983, solo eran varones los que ponían voz a los premios. A partir de 1984, también las niñas comenzaron a participar.[14]

Desde 1963 este sorteo se celebró en la sede de la Lotería Nacional de la calle Guzmán el Bueno de Madrid. En 2010 se trasladó al Palacio de Congresos del paseo de la Castellana, para poder acoger a más público y periodistas. A partir de 2012 se ha celebrado en el Teatro Real de Madrid.[15][16]

Los boletos reciben el nombre de décimos porque el apostante juega la «décima» parte del importe del billete, es decir, un billete se subdivide en diez décimos. De todos los números se emiten series, es decir, cada billete de cada número se repite una serie de veces. En 2011 fue el primer año en el que participaron 100 000 números (desde el número 00000 al 99999), siendo hasta entonces inferior la cantidad de números que participaban.[17]​ Desde 2020, el número de series es de 172. Así, la emisión asciende a 3440 millones de euros, de los que un 70 por ciento se destina a premios, es decir, 2.408 millones de euros.[18]​ El 30 por ciento restante se destina al pago de comisiones a los puntos de venta (3,70 %), a gastos de administración y al Tesoro Público (aproximadamente el 22 %). Un total de 14 008 números de entre 100 000 resultarán premiados, sin tener en cuenta que un mismo número puede llevarse más de un premio.

Desde 1960, Loterías y Apuestas del Estado escoge imágenes relacionadas con la religión católica para ilustrar sus décimos con el fin de propagar la cultura religiosa.[19]

Desde 2011, se introducen 1807 bolas en el bombo de premios, con las siguientes cantidades por cada billete —independientemente de su serie— y su probabilidad de acierto:[20][21]

Esto hace un total de 15 304 premios (9999 reintegros más 5305 de premios mayores). Sin embargo, los números premiados son menos ya que hay números que tienen más de un premio, bien por las propias normas del sorteo (p.e. los 999 números cuyas dos últimas cifras coinciden con el gordo también siempre tienen reintegro) o por puro azar (p.e. la probabilidad de que ninguna de las pedreas tengan reintegro es menor de 1e-81). La probabilidad de que te toque al menos un premio es del 14 % y la probabilidad de ganar el primer premio es de un 0,001 %.[22][23][24]

Un día antes del Sorteo de Navidad se examinan las bolas del sorteo con los números y premios de forma pública. Además de ser contadas, cualquier asistente puede examinarlas a título personal. Las bolas del bombo son de boj, una madera ligera y resistente.[25]​ El peso de las bolas es exactamente igual en todas ellas y llevan los números grabados a láser para evitar diferencias de peso por la cantidad de pintura que pudieran llevar las bolas.[26]​ Finalizado el recuento, se desaloja el salón y se aseguran con cerrojos interiores todos sus accesos, a excepción de la puerta del estrado, cuyas tres llaves quedan en poder de tres personas diferentes, una vez cerrada y precintada. [27]

El salón se abre a las 8:00 del día 22 de diciembre, permitiéndose la entrada a los espectadores, sin más limitación que el aforo del local. A las 8:30 se constituye la junta que preside y autoriza el sorteo. Posteriormente, después de ser mostradas al público donde cualquiera que lo desee puede comprobar si su número está entre las bolas, estas son transportadas mecánicamente en la tolva, un recipiente utilizado para trasportar las bolas hasta los bombos.[28]​ Desde el sorteo de 2011, al aumentar el número de bolas hasta 100 000, son necesarias dos tolvas para introducir los números en el bombo. Por último, los bombos son cerrados y a una señal del presidente se voltean simultáneamente.

En torno a las 9:15 empieza el sorteo propiamente dicho. Un niño del Colegio de San Ildefonso[29]​ extrae una bola del bombo de números y otro niño, a la vez, una del de premios, siendo cantadas ambas por otros dos que insertan las bolas en los alambres dispuestos al efecto. Los bombos solo giran cuando se llena el alambre. Estos alambres se reúnen en una «tabla» hasta contener doscientas bolas de cada clase, siendo cerradas debidamente delante de la mesa de la junta con la conformidad del presidente y del interventor. Al llenarse la tabla, los cuatro niños que han participado en esa tabla son reemplazados por otros cuatro, y se repite el proceso. El sorteo de Lotería de Navidad concluye cuando en el bombo de premios no quede bola alguna.

Durante 40 años el sorteó se celebró en el tradicional salón de Loterías y Apuestas del Estado de la calle Guzmán el Bueno de Madrid. En 2010 y 2011 se celebró en el Palacio de Exposiciones y Congresos del Paseo de la Castellana.[30]​ Desde 2012 se celebra en el Teatro Real de Madrid.[31]

Un equipo de más de cuarenta personas hace posible la obtención de la lista de premios del sorteo y de las poblaciones agraciadas con los premios mediante un proceso informático controlado en todos sus extremos. De esta forma, aproximadamente a los 45 minutos de terminado el sorteo, y después de haber pasado por varias comprobaciones y punteos, está preparada la cinta y lista de premios para su entrega a la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, encargada de imprimir la lista oficial de premios.[32]​ Dicha lista se edita y distribuye la misma tarde del día 22 a las Administraciones de Loterías y a los medios de comunicación.

Las tablas con los números premiados quedan expuestas siete días al público. Transcurrido este tiempo, son abiertas y las bolas contadas y examinadas nuevamente, para cualquier otro sorteo posterior a celebrar por este sistema.

La edad mínima para participar en el sorteo es de 18 años.

En España se ha convertido en tradicional la publicidad del Sorteo Extraordinario de Navidad que se lleva a cabo en la campaña publicitaria de invierno, que a su vez se enmarca dentro de otros anuncios característicos de la época como el cava o el turrón.[41]​ También existe una campaña de verano dedicada a fomentar que los veraneantes compren un billete de lotería del lugar al que han ido a pasar las vacaciones, si bien se basa en menor medida en la publicidad televisiva.[42]

En el ámbito de la publicidad, ha cobrado una gran relevancia mediática los anuncios protagonizados por el personaje popularmente conocido como «el calvo de la lotería». Este personaje navideño, interpretado por Clive Arrindell,[43]​ se hizo famoso en España al protagonizar desde 1998 hasta 2005 de forma ininterrumpida la publicidad de invierno de la Lotería Nacional española.[44][45]

El personaje en sí representaba el espíritu y la suerte de la Navidad. Sus rasgos característicos son su calvicie, sus vestimentas negras, su aparición en el anuncio acompañado de la música de la película Doctor Zhivago y el soplido final de los números del azar junto a la frase «¡Que la suerte te acompañe!».[46]​ Como curiosidad, la estación de tren que aparece en uno de los anuncios también aparece en la mencionada película: la estación de Canfranc.[47]​ Sin embargo, fue eliminado de los anuncios a partir de 2006, alegando la entidad encargada de gestionar la lotería que el personaje acaparaba demasiado la atención del espectador y restaba importancia al mensaje publicitario.

En 2008 se utilizó para la campaña publicitaria una canción de Lionel Neykov, un artista independiente prácticamente desconocido que se promocionaba en distintas páginas de Internet, gracias a las cuales sus canciones llegaron a oídos de la compañía de publicidad Ricardo Pérez Asociados, que quiso usar el tema Freeze my senses y ayudó a Neykov a darse a conocer en España.[48]



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