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Lucía Bosé



¿Qué día cumple años Lucía Bosé?

Lucía Bosé cumple los años el 28 de enero.


¿Qué día nació Lucía Bosé?

Lucía Bosé nació el día 28 de enero de 1931.


¿Cuántos años tiene Lucía Bosé?

La edad actual es 93 años. Lucía Bosé cumplió 93 años el 28 de enero de este año.


¿De qué signo es Lucía Bosé?

Lucía Bosé es del signo de Acuario.


Lucia Borloni Bosè (Milán, 28 de enero de 1931-Segovia, 23 de marzo de 2020),[1][2]​ más conocida como Lucía Bosé (en italiano, Lucia Bosè), fue una actriz italiana residente en España. Desde sus comienzos como Miss Italia 1947, Bosé, musa del neorrealismo italiano, actuó en diferentes películas italianas y en algunas películas españolas. Fue la matriarca de una conocida saga de artistas, como el cantante Miguel Bosé, la actriz Paola Dominguín y la abuela de la modelo y cantante Bimba Bosé.

Nacida en Milán el 28 de enero de 1931,[3]​ Lucia Borloni era hija de Domenico Borloni y Francesca Bosè;[4][5][6]​ empezó su carrera artística empleando el apellido paterno, pero acabó decantándose por el apellido materno,[4]Bosè (o, castellanizado, Bosé). Tuvo dos hermanos: Aldo y Giovanni.

Dependienta de una pastelería milanesa, Pasticceria Galli,[7]​ en 1947 participó en la octava edición del concurso Miss Italia,[6]​ donde resultó ganadora, lo que le abrió las puertas del mundo del cine. Interpretó un cortometraje de Dino Risi sobre las Cinco jornadas de Milán (1848, realizado en 1948-1949, con el asesoramiento artístico de Alberto Lattuada y Giorgio Strehler). Lucia Bosè debutó como protagonista de un largometraje en Non c'è pace tra gli ulivi (1950), de Giuseppe de Santis, último capítulo de la trilogía campesina del maestro neorrealista, en el cual tuvo el papel de una pastora de la Ciociaría, al lado de actores tan prestigiosos como Raf Vallone y Folco Lulli. En el mismo año, la actriz ofreció una significativa muestra de su talento en Cronaca di un amore, espléndida ópera prima de Michelangelo Antonioni en la cual Bosè interpreta con convicción a la protagonista, Paola Molon, en una historia en la que se analizan con minuciosidad los sentimientos de la alta burguesía milanesa en un trasfondo policial.[6]

Al cabo de poco tiempo, Bosè colaboró con de Santis otra vez: la actriz interpretó, en 1951, el papel de Simona en Roma ore 11, película que trata el tema del desempleo femenino y que ofrece una característica galería de retratos de mujeres magistralmente trazados (entre las intérpretes, cabe citar también a Carla del Poggio, Lea Padovani y Delia Scala). Antonioni, en 1953, ofrece a Bosè el papel de Clara Manni, en una película que narra la historia de una empleada que se convierte en actriz, se hace inmediatamente famosa y, luego, sufre un doble fracaso, sentimental y profesional: se trata del amargo La signora senza camelie, película sobre la dimensión poco auténtica del mundo cinematográfico, fiel espejo de la aridez que caracteriza las relaciones entre los seres humanos.[6]

En el mismo periodo, también fue la protagonista de numerosas películas que confirmaron su facilidad de adaptarse con excelentes resultados a cualquier exigencia expresiva. La actriz se dedicó a la comedia rosa tardo-neorrealista, interpretando dos de los títulos más famosos de la filmografía de Luciano Emmer: el divertido París, siempre París (1951), con Aldo Fabrizi y, sobre todo, Tres enamoradas (1952), en la cual personificó a una modista que, tras convertirse en maniquí, no olvida sus orígenes modestos ni el amor por su novio, simple pero simpático.[6]

Junto a Walter Chiari, Bosè también participó en numerosas películas de carácter cómico y burlesco, entre las cuales cabe señalar E' l'amor che mi rovina… (1951), donde interpretó a una joven profesora de esquí en la localidad de Sestriere, con la dirección de Mario Soldati.[6]

El año 1955 fue fundamental para la actriz; en efecto, fue la protagonista de tres importantes títulos que representaron todo un éxito profesional para una carrera que todavía estaba a los inicios. En Gli sbandati, de Francesco Maselli, trazó con extrema sensibilidad a la graciosa y alocada Lucia, de la cual se enamora el joven conde Andrea (Jean-Pierre Mocky). En Muerte de un ciclista, dirigida por Juan Antonio Bardem, ofreció una buena interpretación en una de las obras más interesantes. En Así es la aurora, dirigida por Luis Buñuel al volver a Francia tras su estancia en México, interpretó a Clara, una joven viuda italiana que reside en Córcega y vive una purísima historia de amor con el médico Valerio (George Marchal); cabe recordar que esta película es la única del genial cineasta aragonés con un final feliz.[cita requerida]

El 1 de marzo de 1955, contrajo matrimonio por lo civil en Las Vegas con el célebre torero español Luis Miguel «Dominguín» —a quien había conocido en una fiesta en la embajada de Cuba en 1954,[8]​ durante la estancia de Bosè en España para el rodaje de Muerte de un ciclista—;[9]​ y el 16 de octubre del mismo año lo hicieron por la iglesia, en la capilla de la finca familiar de Dominguín «Villa Paz», en la localidad de Saelices.[8]​ El torero y la actriz tuvieron tres hijos, 10 nietos y 2 bisnietas:

(los cuatro nacidos por gestación subrogada).

Por un tiempo, se retiró de la carrera cinematográfica, que solo reemprendió tras separarse de su marido, en 1967.[cita requerida] Se divorciaron en 1968.[9]

Entre 1968 y 1976, Lucía Bosé volvió a trabajar, solicitada en Italia y en el extranjero, tanto por maestros famosos como Federico Fellini, los Taviani, Bolognini, como también por directores más jóvenes. También fue protagonista de Nathalie Granger, película dirigida por la escritora y directora Marguerite Duras y coprotagonizada por Jeanne Moreau.[cita requerida]

Sin embargo, cabe recordar que el retorno al cine lo hizo bajo la dirección de Pere Portabella, exponente destacado de la Escuela de Barcelona, con Nocturno 29 (1968), película interpretada junto a Gabriele Ferzetti. En España, Bosé también participó en otras películas, entre las cuales cabe señalar Jutrzenka, un invierno en Mallorca (1970), de Jaime Camino, y Ceremonia sangrienta (1972), una película de género horror-erótico dirigida por Jorge Grau.[cita requerida]

En el Satiricón (1969), de Federico Fellini, Bosè aparece en una sola y memorable escena, pero en Sotto il segno dello Scorpione, el lúcido apólogo abierto a muchas claves de lectura que los hermanos Paolo y Vittorio Taviani dirigen en el mismo año, Bosè fue la protagonista, al lado de Gian Maria Volonté y Giulio Brogi.[cita requerida]

La colaboración de la actriz milanesa con Mauro Bolognini fue más articulada, y empezó con Metello (1970), siguió con Por las antiguas escaleras (1975), con Marcello Mastroianni y Françoise Fabian, y con la serie televisiva La cartuja de Parma (1982), en la que interpretó a la marquesa del Dongo.[cita requerida]

En el mismo periodo, siempre en Italia, Lucía Bosè participó en títulos interesantes que la estimularon a dar lo mejor de sí: en 1971, como una enferma mental, en L'ospite, de Liliana Cavani, al lado de Glauco Mauri; en 1972, participa en el extraño Arcana, de Giulio Questi, en el papel de una viuda que se dedica a la magia, y en La colonna infame, de Nelo Risi, basada en la obra de Alessandro Manzoni. La actriz mostró su madurez artística y su capacidad de introspección psicológica en Nathalie Granger (1972), película dirigida por Marguerite Duras en la cual es Isabel, la madre de la niña que da el nombre a la película.[cita requerida]

En 1976, tras su participación en Violanta, de Donald Schmid, y en La señora García se confiesa, para televisión, junto a Adolfo Marsillach, la carrera de Lucía Bosè sufrió una segunda interrupción; volvería al cine solo a finales de los años ochenta, interpretando a dos figuras maternas, en Crónica de una muerte anunciada (1987), de Francesco Rosi (basada en la famosa novela de Gabriel García Márquez); en Volevo i pantaloni (1990), de Maurizio Ponzi, una adaptación del best-seller homónimo de Lara Cardella, y en El avaro, versión cinematográfica de la obra maestra de Molière, dirigida por Tonino Cervi, con Alberto Sordi y Laura Antonelli.[cita requerida]

En los años 1990, poco a poco fue espaciando cada vez más sus participaciones en el cine, sin dejar del todo de lado su profesión. Vivía en Brieva, España, país al que se había ligado sentimentalmente desde muchos años atrás.

En el año 2000, decidió hacer realidad un sueño de su juventud: abrir el primer Museo de Ángeles del mundo. Creó, en el pueblo segoviano de Turégano, un museo dedicado a las representaciones de los ángeles, con más de ochenta obras de artistas contemporáneos procedentes de diversos países, así como diversas esculturas angelicales. En 2007 anunció el cierre temporal del museo, argumentando falta de apoyo de la Junta de Castilla y León.[10]

En 2018 participó en el largometraje documental titulado La última toma, dirigido por Jesús Ponce y dedicado a la figura de Claudio Guerin-Hill, donde ofreció su testimonio como actriz a las órdenes del director.[11]

Falleció el 23 de marzo de 2020 a los 89 años en el Hospital General de Segovia a causa de la enfermedad por coronavirus, más adelante su hija Lucía Dominguín, aclaró en una entrevista en el programa Sábado Deluxe que su madre murió de una neumonía, ya que desde hace años tenía achaques, iba al hospital y le ponian oxígeno; no pudo recibir ese tratamiento debido a la pandemia.[12]​ La noticia fue difundida por la Sociedad de gestión de actores y confirmada en el Diario de Castilla y León tras saberse que había sido ingresada el pasado 19 de marzo en estado grave.[13]




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