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Lucía dos Santos



Lucía de Jesús Rosa dos Santos (Aljustrel, 22 de marzo de 1907- Coímbra, 13 de febrero de 2005) fue una monja católica portuguesa perteneciente a la Orden de las Carmelitas Descalzas, conocida en el Carmelo como Sor María Lucía de Jesús y del Corazón Inmaculado y por la mayoría de los portugueses como Hermana Lucía. Junto con sus primos Jacinta y Francisco Marto, dijo haber visto a la Virgen María en la llamada Cova da Iria entre el 13 de mayo y el 13 de octubre de 1917,[1]​ donde hoy se levanta el santuario de Fátima.

Lucía nació en la aldea de Aljustrel, freguesia de Fátima, hija de António dos Santos y María Rosa Ferreira, y la hermana más joven de los siete hijos del matrimonio: Maria dos Anjos, Teresa de Jesús Rosa dos Santos, Manuel Rosa dos Santos, Gloria de Jesús Rosa dos Santos, Carolina de Jesús Rosa dos Santos y María Rosa. Fue bautizada en la Iglesia parroquial de Fátima.

Tenía diez años cuando vio, por primera vez, a la Virgen María en Cova da Iria, juntamente con sus primos Jacinta y Francisco Marto. Lucía fue la única de los tres pastorcitos que hablaba con la Virgen (Jacinta la veía y la escuchaba, aunque Francisco únicamente la veía, y escuchaba el mensaje por boca de su hermana y su prima) y, como tal, era la portadora del Secreto de Fátima. En los primeros años, la Iglesia católica se mostraba escéptica sobre las afirmaciones de los Tres Pastorcitos, y fue el 13 de octubre de 1930, trece años después del Milagro del Sol, cuando el obispo de Leiría hizo público que las apariciones de la Virgen eran dignas de crédito. A partir de ahí, el Santuario de Fátima ganó una expresión internacional, mientras que Lucía vivía cada vez más aislada. Durante algunos años vivió en la Quinta da Formigueira en Frossos (Braga), propiedad del obispo de Leiría.

El 17 de junio de 1921, con 14 años de edad, el obispo de Leiría, José Alves Correia da Silva, facilitó su entrada en el colegio de las Hermanas Doroteas en Vilar, cerca de Oporto, presuntamente para protegerla de los peregrinos que llegaban cada vez más a Cova da Iria y pretendían hablar con ella. Profesó como religiosa dorotea en Tuy (Pontevedra), donde vivió algunos años. Poco tiempo después vivió en Pontevedra, donde también se le apareció la Virgen en 1925.

En 1946 regresó a Portugal y, dos años después, entró en el Carmelo de Santa Teresa en Coímbra, donde profesó sus votos como carmelita descalza el 31 de mayo de 1949. Fue en este convento donde escribió dos volúmenes con sus Memorias y los Llamamientos del Mensaje de Fátima. En 1967, Lucía viajó a Fátima para celebrar los cincuenta años de las apariciones de la Virgen y entrevistarse con el papa Pablo VI. En 1982, cuando el papa Juan Pablo II visitó Fátima, Lucía se desplazó hasta allí y conversó con el papa durante doce minutos. En mayo del año 2000, regresó a Fátima por última vez para entrevistarse, nuevamente, con Juan Pablo II, y también, ser partícipe de la beatificación de sus primos Francisco y Jacinta Marto.

Falleció el 13 de febrero de 2005, a los 97 años, en el Carmelo de Santa Teresa, en Coímbra. El papa Juan Pablo II, en esta ocasión, rezó por Sor Lucía y envió al cardenal Tarcisio Bertone para representarle en el funeral. El 19 de febrero de 2006, un año después de su fallecimiento, su cuerpo fue trasladado desde Coímbra hasta el Santuario de Fátima, donde fue sepultada junto a sus primos Jacinta y Francisco Marto.

El 12 de septiembre de 1935, los restos mortales de Jacinta son trasladados al cementerio de Fátima. Al abrirse el féretro, se comprobó que el cuerpo de la vidente se encontraba incorrupto. Se tomaron algunas fotografías, y el entonces obispo de Leiría, José Alves Correia da Silva, le envió algunas a Lucía, que se encontraba en aquel momento en Pontevedra. En una carta de agradecimiento, Lucía evoca a su prima con nostalgia, mencionando algunos hechos sobre el carácter de Jacinta. Estas palabras llevan al obispo a pedirle que escribiera todo lo que recordara de su prima. Nace así la Primera Memoria de Sor Lucía, que queda terminada en diciembre de 1935.[2]

Pasados dos años sobre la revelación de los hechos relatados en la Primeira Memória, el obispo de Leiría, convencido de la necesidad de estudiar más a fondo las apariciones de Fátima, pide a Lucía que escriba la historia de su vida y de las apariciones. La vidente obedece al obispo y redacta en noviembre de 1937, lo que se conoce como Segunda Memoria de Sor Lucía. En este texto, la vidente revela por primera vez los hechos ocurridos con las apariciones del ángel de la Paz.[2]

El 26 de julio de 1941, el obispo de Leiría escribe a Lucía anunciándole el libro Jacinta, que estaba siendo preparado por el Dr. José Galamba de Oliveira. Le pide entonces que recuerde todo lo que pudiese recordar sobre su prima, de modo que fuera incluido en esa edición. Esta petición cayó en el fondo del alma de la vidente como un rayo de luz, diciéndole que había llegado el momento de revelar las dos primeras partes del Secreto. Manifiesta entonces la voluntad de añadir a la edición dos capítulos: uno sobre el infierno y otro sobre el Inmaculado Corazón de María. Estas revelaciones son escritas y concluidas el 31 de agosto de 1941. Son posteriormente publicadas y conocidas como la Tercera Memoria de Sor Lucía.[2]

Sorprendidos con los relatos de la Tercera Memoria, José Alves Correia da Silva y Galamba de Oliveira concluyeron que Lucía no había contado todo en las narraciones anteriores y que todavía ocultaba algunas cosas. El 7 de octubre de 1941, la vidente recibe la orden de escribir todo lo que supiese sobre Francisco y completar lo que faltase sobre Jacinta y describir, con más detalle, las Apariciones del ángel y de Nuestra Señora. Lucía entrega el manuscrito el 8 de diciembre de 1941, dejando claro que no tiene nada más que ocultar, excepto la tercera parte del Secreto. El texto se publica después como Cuarta Memoria de Sor Lucía, y en él la vidente escribe el texto definitivo de las Oraciones del ángel, añadiendo también al secreto la frase «En Portugal se conservará siempre el dogma de la fe.».[2]

El 14 de febrero de 2008, en la catedral de Coímbra, el cardenal José Saraiva Martins, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, en ocasión del aniversario de la muerte de Sor Lucía, hizo público que el papa Benedicto XVI, atendiendo la petición del obispo de Coímbra Albino Mamede Cleto, que compartió con numerosos obispos y fieles de todo el mundo autorizó, a excepción de las normas del Derecho Canónico (art. 9 de las “Normæ Servandæ”), el inicio de la fase diocesana de la causa de beatificación, transcurridos tres años después de su muerte.[3]

El Mensaje de Nuestra Señora de Fátima también ha sido llevado al cine y la televisión para darlo a conocer a todo el mundo; ya sea representando las apariciones de la Virgen a los niños: Lucía, Francisco y Jacinta, o a través de documentales que presentan investigaciones que constatan y relatan los hechos acaecidos en Cova da Iria (Cueva de Iría), lugar que hoy se ha convertido en el Santuario de Nuestra Señora del Rosario de Fátima, localizado en Fátima, perteneciente al municipio de Ourém, en Portugal.

La lista con los siguientes títulos corresponde a filmes y documentales que están apegados a los hechos acaecidos en Cova da Iria (hoy Santuario de Fátima):



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