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Inmaculado Corazón de María



El Inmaculado Corazón de María es una devoción católica usada para referirse a la vida interior de la Bienaventurada Virgen María, sus gozos y tristezas, sus virtudes y su perfección y, sobre todo, su amor de mujer Inmaculada por Dios Padre, su amor maternal por Jesús y por los hombres.[2]

El corazón de María es mencionado específicamente en la Biblia.[3]

Esta devoción es mencionada por san Gregorio Taumaturgo, Padre de la Iglesia del siglo III, por Teodoto de Ancira, del siglo V, y por el teólogo benedictino Ruperto de Deutz, del siglo XII.[4]

En el siglo XVII, el sacerdote francés san Juan Eudes escribió las primeras obras sobre el Corazón de María. A mediados del siglo XVII fundó la Congregación de Jesús y María para religiosos, la Orden de Nuestra Señora de la Caridad del Refugio para religiosas y la Sociedad del Corazón de María Admirable para seglares.

San Antonio María Claret fundó en 1859 la Congregación de Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María en España.[5]Teófilo Verbist fundó en 1862 la Congregación del Inmaculado Corazón de María en Bélgica.[6]

En 1917, en las apariciones de Fátima, la Virgen María le habló a una pastora, Lucía, para la consagración de Rusia al Inmaculado Corazón de María y la difusión de esta devoción y del rezo del rosario para solucionar los graves problemas a los que se enfrentaba el mundo.[7]

Alejandrina de Balazar tuvo una serie de revelaciones privadas de Cristo, por las cuales pidió la consagración del mundo al Inmaculado Corazón de María entre 1936 y 1941. El venerable Pío XII realizó la consagración con un mensaje de radio transmitido a Fátima el 31 de octubre de 1942, lo cual fue renovado el 8 de diciembre de ese mismo año en la Basílica de San Pedro de Roma.[8]​ Tras el atentado contra san Juan Pablo II, que aparentemente estaba profetizado por las apariciones de Fátima, el papa volvió a consagrar al mundo al Inmaculado Corazón el 25 de marzo de 1984, en un acto en al que estuvieron convocados todos los obispos del mundo.[9]

Referirse a los sentimientos de Dios y los hombres como sus corazones es habitual en el Antiguo y el Nuevo Testamento.[10]​ Dios dijo, por medio del profeta Ezequiel:[11][12]

La devoción al Sagrado Corazón de Jesús[13]​ y al Inmaculado Corazón de María están muy extendidas en el catolicismo.

Después del Nacimiento de Cristo, los pastores adoraron al Niño en el portal de Belén. Entonces la Biblia dice que "María atesoraba todas estas cosas, meditándolas en su corazón".[14]​ Posteriormente, tras la presentación de Jesús, el primogénito (y unigénito) varón, en el Templo de Jerusalén,[15]​ un anciano llamado Simeón reconoció al niño, dijo que era la Salvación y profetizó la Pasión de Cristo a la Virgen María diciendo "una espada te atravesará el alma a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones"[16][17]​ (Lucas 2:35). Por eso, este corazón se representa a menudo con un puñal o con siete,[18]​ ya que es el número bíblico de la plenitud[19]​ y también está en la devoción de los siete dolores de la Virgen María.

El Inmaculado Corazón también se representa a veces con una corona de rosas.

Cuando encontraron a Jesús en el Templo de Jerusalén entre los doctores de la Ley la Biblia dice "su madre atesoraba todas estas cosas en su corazón" (Lucas 2:51),[20]​ de forma similar a Lucas 2:19.[21]

La devoción al corazón de María es mencionada por san Gregorio Taumaturgo, Padre de la Iglesia del siglo III, por Teodoto de Ancira, del siglo V, y por el teólogo benedictino Ruperto de Deutz, del siglo XII.[22]

En el siglo IV, san Agustín de Hipona contribuyó a la argumentación teológica de que María fue una mujer concebida sin el pecado original, es decir, Inmaculada. Fue preservada del pecado original por Dios para concebir al hombre que no tuvo pecado alguno, Jesús.[23]​ La Inmaculada Concepción de María fue establecida como dogma por el papa beato Pío IX con la bula Ineffabilis Deus del 8 de diciembre de 1854.[24]​ San Juan Pablo II usó la frase de la piedad medieval Caro Christi, caro Marieae para explicar que "la carne de Cristo en la Eucaristía es, sacramentalmente, la carne asumida de la Virgen María".[25]

El sacerdote francés san Juan Eudes fue un gran difusor de la devoción a los Sagrados Corazones. Estuvo en el Oratorio de Jesús. A mediados del siglo XVII fundó la Congregación de Jesús y María para religiosos, la Orden de Nuestra Señora de la Caridad del Refugio para religiosas y la Sociedad del Corazón de María Admirable para seglares. Escribió muchas obras religiosas.[26]

En 1648 publicó una obra titulada «Devoción al Santísimo Corazón y al Santísimo Nombre de la Bienaventurada Virgen María» («Devotion au très saint coeur et très saint nom de la bienheureuse Vierge Marie») que incluye un oficio, una misa y meditaciones para una octava al Corazón de María. Su segunda edición, de 1650, incluyó el primer tratado sobre el Corazón de María. Hubo otra edición en 1663, con nuevas aportaciones.[27]

En 1681 se publicó su obra «El corazón admirable de la Sacratísima Madre de Dios o la devoción del Santísimo Corazón de la Bienaventurada Virgen María» («Le coeur admirable de la tres-sacrée mere de Dieu, ou La devotion du tres-saint coeur de la bien-heureuse Vierge Marie»).[28][26]

San Juan Eudes escribió el primer oficio litúrgico en honor del Sagrado Corazón de Jesús. La fiesta del Sagrado Corazón de Jesús se celebró por primera vez, con el beneplácito de muchos obispos de Francia, el 20 de octubre de 1672.[29]

En 1909 san Pío X lo llamó "padre, doctor y apóstol de los cultos litúrgicos a los Sagrados Corazones de Jesús y María".[30]

En 1832 el sacerdote Charles-Éléonore Dufriche-Desgenettes pasó a ser párroco en la Iglesia de Nuestra Señora de la Victorias de París, que tenía muy pocos feligreses. El 3 de diciembre de 1836, mientras celebraba la Santa Misa, recibió la revelación divina de consagrar la parroquia al "Santísimo e Inmaculado Corazón de María". En ocho días, Genettes escribió los estatutos para una asociación de fieles del Inmaculado Corazón y logró la aprobación del arzobispo de París. Con esta cofradía, aumentaron las conversiones, incluyendo la del antiguo ministro Étienne de Joly, que se había apartado de la fe.[31]​ En 1927 obtuvo el rango de basílica menor.[32]

El 28 de enero de 1840, fiesta de la Natividad de la Virgen, la Virgen se apareció a sor Justina Bisqueyburu, de la Compañía de Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, en su convento de París y le entregó un escapulario de color verde con el Inmaculado Corazón para obtener gracias y vencer las tentaciones del demonio. Pío IX autorizó su uso.[33]

El español san Antonio María Claret siempre fue muy devoto de la Virgen María desde su infancia en Sallent de Llobregat. En 1831 se unió a la Real y Antigua Congregación del Sagrado y Amantísimo Corazón de Jesús y a la nuevamente erigida al Sagrado Corazón de María de Manresa. Estuvo en el noviciado de los jesuitas de Roma entre 1839 y 1840.[34]

El general de la Compañía de Jesús, Juan Roothaan, era un gran devoto del Corazón de María y, en 1848, mandó unas cartas sobre esta devoción a la casa profesa, el colegio y el noviciado de los jesuitas en Roma.[34]

En 1847 se publicó en España la obra «La Archicofradía del Santísimo e Inmaculado Corazón de la Madre de Dios para la conversión de los pecadores», del sacerdote y teólogo Cosme Damián y Laraudo.[35]

En 1845 se fundó en Badalona una Archicofradía del Inmaculado Corazón.[34]

En junio de 1846 Claret predicó una gran misión en Lérida y estableció en la Iglesia del Santo Hospital la Archicofradía del Inmaculado Corazón de María.[34]

Conocedor de las conversiones en la Archicofradía de París y de la obra de Cosme Damián y Laraudo, en 1847 empezó a escribir sobre el Corazón de María.[34]​ Ese año, predicó una conocida novena al Corazón de María en la Catedral de Vich y se divulgaron textos sobre esta devoción. A raíz de esto se fundó otra Archicofradía del Inmaculado Corazón en la Iglesia de Santo Domingo, que en pocos meses tenía ya 20 000 miembros.[34]​ En 1847 se fundó otra en Tarragona y en 1848 otra en Barcelona.[34]

Entre 1848 y 1849 fue de misionero por las Islas Canarias, predicando sobre el Inmaculado Corazón. Cuando terminó su trabajo apostólico en Gran Canaria, el obispo Buenaventura Codina y Augerolas ordenó que se erigiese en todas las parroquias de la diócesis una Cofradía del Inmaculado Corazón de María.[36]

El 16 de julio de 1849 fundó en Vich la Congregación de los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María.

Claret fue arzobispo de Santiago de Cuba desde 1850. En 1853 consagró su diócesis al Inmaculado Corazón y procedió a la fundación de estas cofradías en todas las parroquias.[34]​ En 1859 regresó a España, donde fue confesor de Isabel II en Madrid. Claret aprovechó esta posición y, como Isabel II era una devota católica, le pidió a la reina que mediase ante el papa por este asunto.[34]​ Siendo papa Pío IX, la Sagrada Congregación de Ritos de la Santa Sede aprobó el decreto Regni Hispaniarum del 26 de junio de 1862, por el que se establecía la festividad del Inmaculado Corazón en España, con su correspondiente misa y oficio litúrgico, el domingo posterior a la octava de la Asunción.[34][37]

Claret escribió casi una docena de obras sobre el Inmaculado Corazón, además de tratar el tema en obras sobre otros asuntos.[34]

En 1861 el sacerdote Teófilo Verbist fundó la Congregación del Inmaculado Corazón de María en el barrio de Scheut de Bruselas, Bélgica, el 28 de noviembre de 1862. En 1862 fue a Roma. En 1863 se fue de misionero a China.[38]

La Primera Guerra Mundial tuvo lugar entre 1914 y 1918. En esta participó Portugal. Entonces este país tenía un gobierno laicista. En febrero de 1917 tuvo lugar una revolución en Rusia, que desembocó en octubre de ese mismo año en el primer gobierno comunista de la historia. El 13 de mayo de 1917 la Virgen María se apareció a tres pastores, Lucía, Francisco y Jacinta, en Fátima (Portugal). El 13 de junio se apareció por segunda vez y le dijo a sor Lucía que ella propagaría por el mundo la devoción al Inmaculado Corazón. El 13 de julio de 1917 se apareció por tercera vez, les mostró una visión del Infierno y les dijo que quería salvar a las almas con la oración y la devoción al Inmaculado Corazón.[39]

La Virgen María fue a aparecerse de nuevo el 13 de agosto, pero los niños no pudieron acudir porque el alcalde los tenía presos para evitar que se propagase esa devoción.[39]​ Se apareció por cuarta vez a los niños el 19 de agosto.[39]

Se volvió a aparecer el 13 de septiembre. El 13 de octubre la Virgen volvió a decir que se rezase el rosario. Sus últimas palabras en las apariciones de 1917 fueron: "No ofendan más a Dios, que ya está muy ofendido" y luego se produjo el Milagro del Sol.[39]

En 1925 Lucía, se hizo monja dorotea en Galicia, España. En 1941, por encargo del obispo, escribió sus memorias. Según estas, el 13 de julio de 1917 la Virgen María le dijo:[40]

La frase sobre la señal en el cielo se ha relacionado con una aurora boreal que pudo presenciarse en toda Europa, el norte de África,[41]​ Norteamérica y Australia la noche entre el 25 y el 26 de enero de 1938, un año antes de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).

La susodicha Sagrada Comunión de los Primeros Sábados consiste en confesarse, comulgar cada primer sábado de mes durante cinco meses (para reparar cinco tipos de blasfemias), rezar el rosario y meditar en sus misterios.[42]

En 1941 también escribió que Jacinta le había dicho hacia 1920:[43]

En 1948 regresó a Portugal e ingresó en el Convento de Santa Teresa, de carmelitas descalzas, en Coímbra.

El sacerdote Agustín Fuentes entrevistó a sor Lucía de Fátima en el convento de Coímbra el 26 de diciembre de 1956. Cuando regresó a México dio una conferencia en la que relató lo que le había dicho sor Lucía. Según Fuentes, en esta entrevista ella se mostró desanimada, dijo que el demonio estaba librando una batalla decisiva contra la Virgen y que el rezo del Rosario y la devoción al Inmaculado Corazón de María eran los últimos remedios que Dios iba a dar al mundo y que, por consiguiente, ya no iba a haber otros.[44][45]

En primer lugar, el mundo fue consagrado al Sagrado Corazón de Jesús por el papa san León XIII el 25 de mayo de 1899 a pedido de una Hermana del Buen Pastor, la beata sor María del Divino Corazón Droste zu Vischering.[46]

La beata Alexandrina de Balazar fue una mística portuguesa. En 1935 tuvo una visión de Cristo, que le dijo que pidiera al papa, a través de su director espiritual, la consagración del mundo al Inmaculado Corazón de la Santísima Virgen María. Su director espiritual, el jesuita Mariano Pinho, que hizo la petición en 1936 a través del cardenal Pacelli (futuro Papa Pío XII). Esta súplica fue reiterada varias veces por el Padre Mariano Pinho hasta 1941. El Vaticano examinó el caso en tres ocasiones, hablando con el arzobispo de su archidiócesis.[47]

El 31 de octubre de 1942 el papa Pío XII consagró el mundo al Inmaculado Corazón de María con un mensaje de radio a Fátima. En el mensaje se decía lo siguiente:[48]

Este acto de consagración fue renovado en la Basílica de San Pedro de Roma el 8 de diciembre del mismo año.

El 7 de julio de 1952 Pío XII consagró a los rusos al Inmaculado Corazón.[49]

En 1953 falleció Stalin, que había llevado a cabo una política de represión extrema. Fue sucedido por Nikita Jrushchov, que llevó a cabo una política de mayor libertad política y religiosa, conocida como Deshielo de Jrushchov.[50]

Entre 1962 y 1965 tuvo lugar el Concilio Vaticano II. El 21 de noviembre de 1964 terminó la tercera sesión con la aprobación, por parte de san Pablo VI, del documento Lumen gentium, que en el capítulo 8 habla de «La Santísima Virgen María, Madre de Dios, en el misterio de Cristo y de la Iglesia».[51]​ Ese día, Pablo VI dio un discurso en la Basílica de Santa María la Mayor de Roma, en el cual mencionó con afecto la consagración realizada por Pío XII.[52][53]

El 13 de mayo de 1981, el mismo día que la Virgen María se apareció por primera vez a los pastores de Fátima, tuvo lugar un atentado contra Juan Pablo II. Tras esto, el papa pidió una parte del mensaje de Fátima, no publicada entonces, que consideró que profetizaba lo que había ocurrido. Por esto, organizó un nuevo acto de consagración del mundo al Inmaculado Corazón el 7 de junio de 1981 en la Basílica de Santa María la Mayor de Roma. El papa no pudo asistir porque se estaba recuperando del atentado, pero envió su discurso. Luego viajó a Fátima, donde repitió la consagración el 13 de mayo de 1982.[54]​ El 16 de octubre de 1983 volvió a realizar la consagración en la Plaza de San Pedro,[55]​ en presencia de varios obispos.[9]

El 25 de marzo de 1984 el papa hizo traer la imagen de la Virgen de Fátima del santuario de la Cova da Iria, realizada conforme a la descripción de los pastores, a la Plaza de San Pedro, la puso junto al altar más solemne y realizó un nuevo acto de consagración al que estuvieron convocados todos los obispos del mundo. También en la ceremonia Rusia fue consagrada al Inmaculado Corazón.[9]

Tanto en 1983 como en 1984 el papa le dijo a la Virgen, en la consagración, que librase al mundo de la guerra nuclear y de cualquier otro tipo de guerra.[55][56]

El 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción, de 1987 los Estados Unidos y la Unión Soviética firmaron el Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio, que limitaba el potencial nuclear de ambos países.

El 2 de mayo de 1984 Ronald Reagan, presbiteriano, se reunió con Juan Pablo II en Alaska.[57]​ El 9 de mayo de 1985 el presidente Ronald Reagan dijo en el Parlamento de Portugal:[58]

Juan Pablo II visitó de nuevo Fátima el 13 de mayo de 1991.[59]

El 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción, de 1991 se firmó el Tratado de Belavezha, por el cual desapareció la Unión Soviética. En la actualidad, sabemos que la Unión Soviética tenía planes para invadir Europa Occidental y que esos planes no se llevaron a cabo.[60]

El 13 de octubre de 2013, en la Jornada Mariana, dentro del Año de la Fe, la Virgen de Fátima del santuario fue llevada a la Plaza de San Pedro y, en la homilía de una misa, el papa Francisco realizó una consagración del mundo a la Virgen María.[61]

San Juan Eudes que compuso una misa en honor del corazón de María y la celebró el 20 de octubre de 1643 o 1644 en el Seminario de Caen junto con sus discípulos. El 8 de febrero de 1648, se celebró en la Catedral de Autun después de que el obispo diocesano aprobase el oficio y la misa.[1]

El 22 de marzo de 1799 Pío VI concedió esta festividad a la ciudad de Palermo. El 31 de agosto de 1805 Pío VII aprobó extender esta festividad a las diócesis que lo pidieren, pero con el formulario de la misa de la Virgen de las Nieves (5 de agosto). El 21 de julio de 1855, Pío IX aprobó la festividad del Purísimo Corazón de María con oficio y misa propia y concedió que pudiera celebrarse en las diócesis que lo solicitasen.[1]

Gracias a san Antonio María Claret, siendo papa Pío IX, la Sagrada Congregación de Ritos de la Santa Sede aprobó el decreto Regni Hispaniarum del 26 de junio de 1862, por el que se establecía la festividad del Inmaculado Corazón en España, con su correspondiente misa y oficio litúrgico, el domingo posterior a la octava de la Asunción.[34]

En el Misal Romano de 1914, san Pío X incluyó la misma del Inmaculado Corazón, para la celebración de aquellos que lo solicitasen.[1]

El 4 de mayo de 1944, con el decreto Cultus liturgicus, con Pío XII, la Sagrada Congregación de Ritos extendió a toda la Iglesia latina la fiesta litúrgica del Inmaculado Corazón de María y asignó como día propio el 22 de agosto.[62][63]

El Misal Romano posterior al Vaticano II, de 1969, trasladó la fiesta del Inmaculado Corazón al día posterior al Sagrado Corazón de Jesús, que se celebra en junio.[1]

Además de la consagración del mundo, han tenido lugar consagraciones de ciudades, diócesis y naciones al Inmaculado Corazón en numerosos lugares del mundo.

Juan Pablo II, escogido papa en 1978, tuvo como lema de su pontificado la frase en latín Totus tuus (todo tuyo), dedicado a la Virgen María.[64]

La oración de consagración al Inmaculado Corazón de María de san Luis María Grignion de Montfort dice así en latín:[65]

En español significa:



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