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Luis Mena Vado



Luis Mena Vado fue un militar y político nicaragüense que ejerció interinamente como presidente de Nicaragua entre el 27 y el 30 de agosto de 1910, durante el turbulento período posterior a la caída del gobierno del general José Santos Zelaya en 1909.

En 1912, actuó como jefe supremo del Gobierno durante la rebelión promovida contra el gobierno de Adolfo Díaz Recinos.

El general Luis Mena fue una figura prominente dentro de las filas del partido conservador y uno de los héroes militares de la llamada Revolución de la Costa Atlántica contra la dictadura de Zelaya.

En los Convenios que se habían hecho sobre la sucesión presidencial, era el preferido por sobre el liberal Juan José Estrada Morales y sus correligionarios conservadores el sagaz Adolfo Díaz Recinos y el general Emiliano Chamorro.

El 7 de octubre de 1911, una nueva Asamblea Constituyente fue elegida y sus resultados confirman el control político de Mena sobre el acontecer nacional. En enero de 1912, la Asamblea Constituyente toma posición y elige al general Luis Mena presidente de La República para el período de enero de 1913 a 1917, lo cual no llegaría a efectuarse.

El 29 de julio de 1912, el presidente Díaz suspendió el poder del general Mena, nombrando jefe del Ejército al general Emiliano Chamorro. El general Mena se levantó en armas y la guerra civil estalló ese mismo día, pues Mena, siendo ministro de la Guerra, se rebeló contra el presidente Adolfo Díaz Recinos en alianza con el general Benjamín Zeledón, creyendo que tenía el apoyo del jefe de la Legación de Estados Unidos, George T. Weitzel. Lo que el general Mena no sabía, es que Weitzel vendió su apoyo al presidente Adolfo Díaz a cambio de dinero: "El Ministro George T. Weitzel decidió apoyar al Presidente Díaz después de haber recibido US$200,000.00 dólares como pago por sus servicios profesionales."[1]

Mena se decidió a organizar su ejército en Granada y al efecto se trasladó a esa ciudad. El Convento de San Francisco fue ocupado por tropas rebeldes y convertido en un cuartel militar mandado por el coronel Daniel Mena, hijo del general Mena, y fue el centro de la resistencia durante esta corta pero cruel guerra civil, conocida como la «guerra de Mena».

Los liberales no tardaron en incorporarse a su ejército. Los liberales visualizaron que el fraccionamiento de los conservadores les podía permitir un resurgimiento político y que, dentro de la coyuntura que se presentaba, la fracción de Mena representaba una tendencia menos derechista y más nacionalista, a la que, correctamente, apoyaron.

De Granada partieron hacia Masaya, que fue tomada sin resistencia. Un destacamento del ejército conservador-liberal fue enviado a operar sobre Tipitapa, donde sostuvo un combate con las fuerzas del gobierno de Díaz, y del cual salió victorioso. A continuación se dispuso a marchar sobre Managua. Mena pensaba que la situación podía definirse rápidamente, que una victoria en la capital le daría el triunfo total.

Entre tanto, el general liberal Benjamín Zeledón, figuraba como comandante en jefe del ejército libero-conservador.

El ejército que marchó sobre Managua se componía de unos mil doscientos hombres. La acometida se inició el 5 de agosto con un feroz y prolongado bombardeo sobre la capital. El general Emiliano Chamorro estaba a cargo de la defensa de la ciudad. El ataque, riguroso y metódico, duró tres días consecutivos y produjo grandes estragos. Sin embargo, la línea de fuego permaneció inmóvil, los atacantes no pudieron avanzar y al cuarto día se retiraron. Zeledón, con sus tropas desgastadas y cansadas, regresó a Masaya y acto seguido se abocó a su reorganización, poniéndolas nuevamente en pie de lucha.

La resistencia y la defensa encarnizada de la ciudad de Managua provocó un desbande entre los conservadores que estaban bajo las órdenes de Zeledón, ya que ellos pensaban que la contienda militar se terminaría rápidamente y sin mayores dificultades. Así la guerra quedó planteada entre conservadores seguidores de Díaz y Chamorro, y liberales que encabezaba el general Zeledón.

Mena fue derrotado y la intervención americana lo echó del país en septiembre de 1912. A partir de este hecho, los Montiel Vega, descendientes del general Eduardo Montiel Cerda y cuñados de Mena Vado, lastimados en su dignidad familiar, desde entonces militaron en el bando liberal contrario a los Chamorro.




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