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Médicos Sin Fronteras



Médicos Sin Fronteras (Médecins Sans Frontières, MSF) es una organización médica y humanitaria internacional que aporta su ayuda a las víctimas de desastres naturales o humanos y de conflictos armados, sin ninguna discriminación de raza, sexo, religión, filosofía o política. Esta organización recibió el Premio Nobel de la paz en 1999.[1]

Médecins Sans Frontières (en francés) fue fundada en Francia en 1971 por un grupo de médicos y periodistas, entre ellos Bernard Kouchner y Jacques Mabit.

Algunos médicos eran testigos del genocidio de la minoría Ibo, pues trabajaban en el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR). Este grupo se sentía frustrado ante la obligación de guardar silencio que exigía el CICR (Comité Internacional de la Cruz Roja) a sus miembros, sobre lo visto y hecho en Biafra.

El otro grupo de médicos acababa de llegar de socorrer a las víctimas de las inundaciones que asolaron Pakistán Oriental (actual Bangladés).

Se dieron cuenta de que, una vez finalizado el proceso de descolonización, el escenario internacional estaba en fase de transformación y se imponía adaptar la ayuda humanitaria a las nuevas necesidades. A partir de ese momento, atender a las víctimas no sería suficiente: habría que denunciar las violaciones de los derechos humanos, crear corrientes de opinión a través de los medios de comunicación y profesionalizar la ayuda.

Actualmente, cuenta con más de seis millones[2]​ de socios, 3600 profesionales internacionales y 37.800 trabajadores locales en 462 programas humanitarios en 72 países. Previene y trata algunas enfermedades como la tuberculosis, el sida y la meningitis.

Según el reporte de actividades de 2010 de la organización,[3]​ La organización cuenta con cinco centros operacionales: en París, Bruselas, Ámsterdam, Barcelona y Ginebra, además de 14 oficinas de país, situadas en Europa, Estados Unidos, Japón y Australia, que apoyan a los centros principales.

Según el reporte anual de Médicos Sin Fronteras de 2017,[4]​ los proyectos más grandes según gastos fueron República Democrática del Congo (101 millones de Euros), Sudán del Sur (74,3 millones de Euros), Yemen (61,5 millones de Euros), República Centroafricana (57,8 millones de Euros) e Irak (57,6 millones de Euros).

Existen varias oficinas adicionales, de entre las cuales destacan la Oficina Internacional en Ginebra, las Oficinas de Enlace en Nueva York y en Bruselas, la Campaña de Acceso a Medicinas de Ginebra, el Almacén y la Oficina de Recaudación de Fondos en los Emiratos Árabes Unidos y asociaciones de la sociedad civil en África y en América Latina.

MSF basa su estrategia en la obtención de fondos que aporten estabilidad, que procedan de fuentes diversas y que estén comprometidas con los principios humanitarios. Esto se refleja en una estructura de fondos en la que predominan los de origen privado frente a los públicos, y cuyo máximo exponente son las aportaciones directas de socios y colaboradores.[5]

En 2017 el 96% de los fondos provenían de fondos privados y un 2% de fondos públicos. Los ingresos de la organización en 2014 fueron de 1.280,3 millones de euros, de los cuales un 89% (1.141,7 millones de euros) provenía de financiación privada; en 2015 los ingresos fueron de 1.443,8 millones de euros, de los cuales un 92% (1.332,1 millones de euros) provenía de financiación privada.[6]​ Las operaciones en el año 2010 se llevaron a cabo en 61 países, con 2.769 voluntarios internacionales (7.086 salidas) y 31.052 empleados nacionales.[7]

El 17 de junio de 2016 Médicos sin Fronteras renunció a los Fondos de la UE y sus Estados miembros en protesta por la dañina política migratoria que se plasma en el Acuerdo UE-Turquía para externalizar el control migratorio de personas.[8]

El trabajo de MSF está guiado por la ética médica y por los siguientes principios de la acción humanitaria.[9]

Humanidad: todas las personas tienen derecho a ser asistidas en su hora de mayor necesidad.

Independencia: ningún poder político, económico o religioso dicta las acciones de Médicos Sin Fronteras.

Imparcialidad: Médicos sin fronteras no pregunta por etnia, la religión o la ideología de los pacientes.

Neutralidad: MSF no toma partido por nadie, solo por las personas que necesitan ayuda.

Ética médica: la obligación como médicos es asistir sin causar daño.

Además, MSF se compromete con los siguientes principios y valores:

Proporcionalidad: la asistencia debe responde equilibradamente a las necesidades que detectan.

Profesionalidad: compromiso con la calidad y la eficacia de la ayuda.

Proximidad: proporciona asistencia directa, sin intermediarios.

Compromiso individual: cada integrante de MSF asume una responsabilidad personal con su trabajo y acepta los riesgos que entraña.

Sin ánimo de lucro: todos los fondos recibidos se destinan a acción médica, testimonio, administración y captación de recursos.

Control de la ayuda: tanto el trabajo y como las finanzas están sometidos a estrictas supervisiones internas y externas.

Transparencia: cuentas e informes financieros de MSF son públicos.

Médicos Sin Fronteras MSF fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz en 1999. El entonces presidente de MSF, Dr. James Orbinski, pronunció el discurso del Premio Nobel de la Paz en nombre de la organización. En la apertura discute las condiciones de las víctimas del genocidio de Ruanda.

[10]

Los captadores de socios de Médicos Sin Fronteras en España han denunciado condiciones de explotación laboral. Estas incluyen cláusulas de productividad por las que se puede despedir sin indemnización a los captadores si no consiguen 24 altas de socios al mes. Según Comisiones Obreras este «es un objetivo casi imposible». Esta práctica lleva a una alta rotación que reduce la sindicación. CCOO y CNT llevaron en 2017 esta práctica ante los tribunales. El caso fue desestimado en el Tribunal Superior de Justicia de Galicia por un defecto de forma y está actualmente pendiente en el Tribunal Supremo.[13]





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