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Macondo



tus muelas

Macondo es el pueblo ficticio descrito en las novelas Cien años de soledad, Los funerales de la Mamá Grande, La hojarasca, La mala hora, El coronel no tiene quien le escriba y Monólogo de Isabel viendo llover en Macondo del colombiano, premio Nobel de literatura, Gabriel García Márquez. En 2005, por una iniciativa local, se propuso renombrar a Aracataca, pueblo natal de García Márquez, como Macondo con el fin de reactivar la economía de este pueblo, sumido en tal pobreza que se ha declarado en quiebra. Sin embargo, el referéndum realizado en Aracataca mostró un escaso interés por parte de sus habitantes y la medida no fue aprobada.

Según García Márquez, el término Macondo procede del griego, acercándose al latín. En su libro Gabriel García Márquez: El viaje a la semilla, la biografía,[1]Dasso Saldívar da hasta cuatro versiones del origen de la palabra macondo (págs. 115-117):

También se ha sugerido que Macondo podría provenir de la unión de cóndo’ (forma en que se pronuncia cóndor en el español caribeño) al prefijo ma-, usado en muchas lenguas africanas para formar plurales. Por lo tanto, Macondo significaría ‘cóndores’.

La más acertada podría referirse a la descrita por el mismo Gabriel García Márquez en su autobiografía Vivir para contarla (2002) señala que «Macondo» era el nombre de una finca bananera cercana a Aracataca y que, sin tener certeza de su origen, le llamó la atención desde niño pero solo de adulto descubrió que era por su sonoridad poética.[2]

La villa de Macondo fue fundada por José Arcadio Buendía y los miembros de su expedición; formada por varios amigos, sus esposas e hijos.[3]​ Su objetivo era cruzar las montañas en dirección oeste en busca de una salida al mar. El sitio de fundación fue aquel lugar donde una noche, tras haber deambulado durante 26 meses, José Arcadio Buendía soñó con una ciudad ruidosa con casas de paredes de espejo cuyo nombre era Macondo.[4]

Macondo fue construido a orillas de un río «con un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos».[5]​ Está al oeste de Riohacha, separada por una sierra casi impenetrable. Al sur la villa limita con las ciénagas y pantanos cubiertos «de una eterna nata vegetal»; al oeste se encuentra la Ciénaga Grande, que según los relatos de los gitanos que visitan Macondo cada año, es una extensión acuática sin horizontes y está habitada por cetáceos de piel delicada con torso y cabeza de mujer y causan la ruina de los marineros. Al norte, una expedición formada por su fundador primero se encontró con un terreno dócil, pero luego por mucho tiempo caminaron por pantano y selva tupida, hasta que encontraron agua, por lo que se llegó a creer que Macondo era una península.

Después de aparecer en las librerías en 1967, Cien años de soledad tuvo muchas aportaciones culturales, en cuanto a música se refiere. Existen diversos temas que tienen su base en la novela, tal es el caso de "Macondo", "Los cien años de Macondo" y también "Yo me voy pa' Macondo".

La canción "Macondo" se adjudica al cantautor Óscar Chávez quien la presenta en su álbum Enjaulado: Óscar Chávez canta a América Latina, en 1972. La canción habla sobre los personajes que aparecen en la obra literaria de Gabriel García Márquez; dentro de ese estilo latino y de protesta, narra también los elementos que están desarrollados dentro de la novela.[6]

Pero en realidad la canción "Macondo" es de la autoría del peruano Daniel Camino Díez Canseco que, interpretada por Johnny Arce, ganó el Festival de Ancón en 1969.[6]

Además, se hace referencia a Macondo en la canción "Renacimiento" de Café Guancasco, escrita por Pável Cruz, en la que se dice: «Si naciera y soñara de nuevo pasaría una noche en Macondo».[7]

En la canción "Peces de ciudad", interpretada por Ana Belén, escrita y también interpretada por Joaquín Sabina, hace mención de la ciudad al decir «En Macondo comprendí / que al lugar donde has sido feliz / no debieras tratar de volver». La versión cantada por Sabina intercambia Macondo por Comala. La canción se supone basada también en la poesía de Federico García Lorca, de la época de su estancia en Nueva York.

Macondo también se referencia en la canción "Höstsonaten" del grupo español Viva Belgrado, cuya frase reza: «Y tal vez, cuando los cerezos florezcan en mi propio Macondo, negro y cautivo, pueda volver a buscarme en las constelaciones de tu espalda.»

En la canción "Hispano", de Jorge Fandermole, también se hace mención a la ciudad, en el momento en el que el autor dice: «Y va dibujando el sueño de Macondo a un llano en llamas». Esta canción es un himno a la lengua y cultura hispana.



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