Manuel ArturoTarma, Junín, 26 de noviembre de 1896-Lima, 18 de febrero de 1974) fue un militar y político peruano. Fue Presidente del Perú entre 1948 y 1956.
Odría Amoretti (Odría fue un militar de destacada trayectoria: participó como Jefe de Estado Mayor durante la guerra peruano-ecuatoriana de 1941, actuando en la batalla de Zarumilla. Fue después Ministro de Gobierno y Policía del gobierno de José Luis Bustamante y Rivero, a quien destituyó en 1948, asumiendo entonces el control absoluto del gobierno, que reprimió duramente a los opositores, especialmente apristas y comunistas. Su periodo se conoce históricamente como el Ochenio de Odría y se divide en dos fases: la Junta Militar de Gobierno (1948-1950) y la Presidencia Constitucional de la República (1950-1956).
La administración del General Odría se caracterizó por ser progresista y de arraigo nacional, basado en el pragmatismo y el nacionalismo. Merecen destacarse su gran obra educacional y de seguridad social, así como la relativa recuperación económica y financiera del país, favorecido en parte por una beneficiosa coyuntura internacional: la guerra de Corea, que trajo un aumento a las exportaciones y el repunte de sus precios. La crisis económica empezó a arreciar a finales de su gobierno y fue su sucesor, a quien le cupo enfrentar su solución. Su lema fue «Hechos y no palabras» que luego lo cristalizó en «Salud, Educación y Trabajo». Impulsó un ambicioso programa de construcciones monumentales de concreto armado, lo que trajo como consecuencia un pleno empleo y consecuentemente una momentánea paz social. Fue así como se erigieron grandes unidades escolares (G.U.E), universidades nacionales, edificios públicos, complejos de vivienda, hospitales, hoteles, puentes y estadios, como el Estadio Nacional de Lima, así como autopistas, como la Panamericana, obras todas de gran envergadura que modernizaron al país a pasos agigantados, pero bajo una férreo gobierno militar de derecha, enérgicamente antiaprista y anticomunista. Asimismo, esta abundancia de obras públicas y la falta de una fiscalización originaron inevitablemente una gigantesca corrupción pública, de la que se habrían beneficiado tanto Odría como sus allegados, y cuya investigación evadió al transar con su sucesor Manuel Prado y Ugarteche el retorno a la democracia a cambio de una total impunidad. Posteriormente Odría intentó recuperar la Presidencia por medios democráticos en dos oportunidades: en las elecciones presidenciales de 1962 y en las de 1963, pero no logró sus aspiraciones, finalizando así su carrera política.
En el Perú se rememora este régimen como el de las “grandes obras públicas” que dieron trabajo a miles de peruanos y que hizo vivir al país en una bonanza económica pasajera. El escritor Mario Vargas Llosa ambientó su célebre novela Conversación en La Catedral (1969) en el Ochenio de Odría, dando énfasis a la represión política y a la corrupción de los militares aliados con la oligarquía.
Sus padres fueron Arturo Odría Álvarez y Zoila Amoretti Pechú. Su abuelo paterno fue el coronel Manuel Odría de La Canal, uno de los vencedores del combate del 2 de mayo del Callao, donde fue herido, quedando inválido del brazo derecho. Su bisabuelo paterno fue Sebastián Ignacio de Odría Urdanpilleta y Atristaín, de origen vasco, el primer Odría que llegó al Perú en tiempos de la colonia, quien luchó bajo la bandera realista durante la guerra de la independencia y luego se estableció definitivamente en Tarma, donde se casó con la dama tarmeña María Dolores de La Canal.
Su abuelo materno fue el italiano Antonio Amoretti, casado con Dolores Pechú Arrieta, hija de Pedro Pechú Le brum (próspero comerciante francés natural de Bayona) y de Lorenza Arrieta (perteneciente a una de las familias más poderosas de la región central del Perú, también de origen vasco, y con importantes vínculos desde la época del Virreinato Peruano).
Manuel A. Odría Amoretti nació en una de las casonas de la familia Arrieta. Su máximo benefactor fue su tío abuelo materno, el doctor Manuel Pechú Arrieta, cónsul de Francia y alcalde de Tarma, quien veló por darle una educación idónea.
Estudió la primaria en el colegio de los padres dominicos San Francisco de Sales, y en 1909 pasó a cursar la secundaria en el Ilustre Colegio Nacional San Ramón, ambos en su natal Tarma, donde su tío, el distinguido hombre de negocios y hacendado Juan Carlos Arrieta Abeytúa era el administrador general y contribuyente asiduo del colegio. Entre las amistades que Odría cultivó en el colegio, destacaron Ulises Sempertegui, Manuel García - Zapatero, Luis A. Cárdenas, Antonio Cantella y Edilberto Caro. Destacó en las asignaturas de matemáticas y especialmente en historia, materia por la que obtuvo el primer puesto en el tercer y cuarto año. Culminó sus estudios secundarios en 1913. Al año siguiente falleció su padre.
En 1914 se trasladó a Lima con su familia y se preparó para ingresar a la Escuela Militar de Chorrillos. Ello se dio el 28 de abril de 1915, eligiendo el arma de infantería. Durante los cuatro años de estudios como cadete, obtuvo notas sobresalientes. En el tercer año obtuvo una mención honrosa por haber obtenido la más alta nota. Asimismo, fue el único cadete elegido para representar a los institutos armados, formando parte de una delegación de jóvenes universitarios, que viajó a Bolivia en 1917. En dicho grupo estudiantil se hallaban Javier Correa Elías, Raúl Porras Barrenechea, Cristóbal de Losada y Puga, Edgardo Rebagliati y Víctor Raúl Haya de la Torre.
El 1 de febrero de 1919 egresó de la Escuela Militar con el grado de subteniente de infantería y como el número uno de su arma, mereciendo la espada de honor de su promoción (la número 19). Por sus cualidades profesionales, fue solicitado por la Escuela como instructor, prestando sus servicios durante siete años.
El 27 de julio de 1921 ascendió a teniente, y el 1 de febrero de 1924 a capitán. En 1927 ingresó por concurso a la Escuela Superior de Guerra, para realizar cursos de especialización. Después de dos años de estudios egresó como diplomado de Estado Mayor, integrando la primera promoción. Ingresó también a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos realizando estudios en la facultad de ciencias matemáticas. Con el mismo espíritu de superación profesional, ingresó a la Escuela Superior de Guerra Naval, de donde egresó como diplomado de Estado Mayor Naval, formando parte de la primera promoción en 1932.
Ascendido a mayor el 1 de febrero de 1930, asumió la jefatura del batallón de Infantería de la Escuela Militar, cargo que ejerció hasta su ascenso a teniente coronel, el 1 de febrero de 1936. Fue entonces designado Jefe de Estado Mayor de la Cuarta División en el Cuzco y, con igual cargo, pasó a la División Ligera, con sede en Piura, al frente de la cual participó en la guerra con el Ecuador de 1941. Memorable fue su actuación en la batalla de Zarumilla, que se libró del 23 al 27 de julio de ese año, y en el que las fuerzas peruanas repelieron el ataque de los ecuatorianos, pasando así a la ofensiva y a una ocupación breve de territorio ecuatoriano. Por su distinguida acción fue promovido a coronel el 15 de noviembre de 1942, y nombrado Sub-Director y luego Director General de la Escuela Superior de Guerra del Perú.
Viajó a los Estados Unidos para seguir cursos sobre los armamentos modernos, y a su regreso fue promovido a General de Brigada, por ley del Congreso dada el 23 de marzo de 1946. Ocupó asimismo el cargo de jefe de estado mayor general del Ejército, desde abril de 1946 hasta enero de 1947, cuando fue convocado para formar parte del gabinete ministerial del presidente José Luis Bustamante y Rivero, como Ministro de Gobierno y Policía.
La siguiente etapa de su vida corresponde a su ascenso al poder, primero presidiendo una Junta Militar de 1948 a 1950, y luego como presidente constitucional, de 1950 a 1956. El 10 de octubre de 1951, por ley dada por el Congreso, fue ascendido al rango de General de División.
En 1945, el doctor José Luis Bustamante y Rivero llegó a la presidencia con el apoyo de la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA) liderada por Víctor Raúl Haya de la Torre, que ocupó una importante posición en el Congreso. Pronto ocurrió la ruptura entre el APRA y el presidente Bustamante y Rivero. La célula parlamentaria aprista pasó a hacer una desaforada oposición al gobierno; sus más exaltados militantes cometieron actos terroristas en todo el país. El 7 de enero de 1947 fue asesinado el empresario Francisco Graña Garland, que por entonces ejercía como presidente del directorio del diario La Prensa. Se culpó a los apristas de este magnicidio y el presidente Bustamante se vio obligado a disolver su gabinete ministerial, formando otro integrado mayoritariamente por militares. Odría, ya conocido por su antiaprismo, fue nombrado Ministro de Gobierno y Policía (12 de enero de 1947). Este gabinete tuvo que hacer frente a la difícil situación creada por la tenaz oposición aprista y una inusitada huelga parlamentaria manipulada por el bloque antiaprista, que originó el receso del Congreso. Bustamante debió gobernar sin Parlamento en el resto de su mandato.
En junio de 1948, Odría, junto con el resto del gabinete militar y otros elementos de la derecha, insistió al presidente Bustamante para que pusiera fuera de la ley al APRA, clausurara sus locales y periódicos, encarcelara o desterrara a sus líderes. Como el presidente rehusó a tal exigencia, el gabinete en pleno dimitió. Quedó planteada así la crisis política, entre el gobierno y los militares. Estos, alentados por el sector agro-minero exportador, opuesto al control de cambios aplicado por Bustamante, tramaron dar un golpe de Estado, mientras que los apristas planeaban otro golpe propio. Elementos del ala izquierda aprista se adelantaron fomentando la rebelión de la marinería en el Callao, que fue aplastada sangrientamente por el ejército (3 de octubre de 1948). Bustamante puso fuera de la ley al partido aprista, pero ya era muy tarde. Los militares encabezados por Odría pusieron en marcha el golpe de estado.
A la crisis política se sumó la crisis económica-social. Se produjo el alza del costo de vida, lo que causó un gran malestar social. La inflación, el control de precios y la ineficiencia administrativa crearon un clima de desabastecimiento de productos básicos creándose los estanquillos donde el pueblo tenía que hacer cola para llevar lo básico. Según el Banco Central de Reserva la inflación al año 1947 fue de 46%,
cuando desde finales de la Primera Guerra Mundial había sido de 10%.El 27 de octubre de 1948, Odría, a la cabeza de la guarnición de Arequipa, se levantó en contra del gobierno. Denominó a su acto subversivo como la “Revolución Restauradora”. Leyó su Manifiesto a la Nación a través de Radio Continental, visiblemente nervioso y en el que declaró lo siguiente:
Las demás guarniciones del país, como la del Cuzco y las del norte del país, dudaron en plegarse al movimiento iniciado en Arequipa, pero el triunfo de este se decidió cuando la guarnición de Lima, al mando del general Zenón Noriega se sumó a Odría. El golpe de estado culminó con éxito con la deportación del presidente Bustamante hacia Buenos Aires, Argentina. Noriega asumió el poder interino, como Presidente de la Junta Militar, hasta la llegada de Odría (29 de octubre de 1948).
Odría tomó el poder el día 1 de noviembre de 1948, presidiendo la Junta Militar de Gobierno, que se impuso violentamente con la supresión de garantías individuales, consagrada indefinidamente con una arbitraria Ley de Seguridad Interna, dirigida con especial dureza contra el APRA. El cerebro de esta represión fue el director de gobierno, Alejandro Esparza Zañartu. Los principales líderes apristas fueron encarcelados o desterrados. Haya de la Torre se asiló en la embajada de Colombia, donde permaneció hasta 1954, cuando se le permitió salir al destierro. El partido comunista fue también proscrito. El congreso fue cerrado, pero el poder judicial subsistió, aunque precariamente. La Junta gobernó mediante Decretos-leyes.
La economía sufrió un viraje hacia el liberalismo, aunque sin caer en extremos. Se quiso tecnificar la economía, para lo cual se contrató la misión norteamericana presidida por Julius Klein, que recomendó el sistema de libre mercado. Odría atendió a las principales recomendaciones de esta misión: supresión de subsidios, libre cambio, desaparición de los controles y el equilibrio presupuestal. La crisis económica pudo así ser contenida.
De otro lado concedió también beneficios sociales a los trabajadores:
Otras medidas progresistas fueron las siguientes:
La Junta Militar decidió convocar a elecciones presidenciales. Odría sería el candidato, pero existía un problema formal: de acuerdo a la constitución, el ciudadano que aspirara a la presidencia no debía ejercer al mismo tiempo el poder, al que debía renunciar, mínimo, seis meses antes de las elecciones. Para sortear este impedimento, Odría dio su famosa “bajada al llano”: faltando apenas un mes para las elecciones dejó el poder al general Zenón Noriega y postuló a la presidencia (1 de junio de 1950). La oposición, reunida en una Liga Nacional Democrática, presentó a su vez la candidatura del general Ernesto Montagne Markholz.
El 12 de junio de 1950 estalló en Arequipa una huelga de estudiantes del Colegio Nacional de la Independencia Americana, que se extendió a la Universidad Nacional de San Agustín y se amplió a la ciudad como consecuencia de la salvaje represión de las autoridades, que ordenaron actuar a las fuerzas armadas. El ilustre arequipeño Francisco Mostajo, representante de la Liga Nacional Democrática, encabezó el movimiento civil en Arequipa, formando una Junta. Se levantaron barricadas en la ciudad y se produjeron saqueos. Tras retirarse momentáneamente, el 14 de junio el ejército volvió a Arequipa y la tomó calle por calle. Dos jóvenes arequipeños que iban con la intención de parlamentar, Carlos Bellido y Arturo Villegas, cayeron abaleados. Finalmente se acordó el cese de hostilidades.
El gobierno culpó a la Liga Nacional Democrática de la revuelta, y Montagne fue apresado y desterrado. Odría quedó así como único candidato, venciendo, como era de esperarse, en las elecciones realizadas el 2 de julio de 1950.
Odría juró como “presidente constitucional” el 28 de julio de 1950, ante un Parlamento igualmente elegido. Mantuvo vigente la Ley de Seguridad Interior. Su gobierno gozó de estabilidad económica y continuó la obra trazada en la etapa de la Junta Militar.
Siguiendo su lema «Hechos y no palabras», Odría desarrolló un vasto plan de obras públicas, principalmente enderezado a la construcción de las Grandes Unidades Escolares tanto en Lima como en las principales ciudades del país, así como vías de comunicación, hospitales, ministerios, hoteles, etc. Muchas de sus obras fueron destinadas a su ciudad natal, Tarma (la Iglesia Matriz, el Hotel de Turistas, el Hospital Regional, etc.); y a Tacna, la ciudad heroica, cuna natal adoptiva de María Delgado de Odría.
Hay que señalar que el gobierno de Odría se vio favorecido por una coyuntura económicamente favorable por el aumento de las exportaciones debido a la guerra de Corea. Los precios de los productos de exportación (algodón, azúcar, metales, lana) repuntaron en el mercado mundial. Ello motivó que los ingresos fiscales aumentaran notablemente, dinero que el gobierno utilizó en su programa de obras públicas, que aparte de su utilidad intrínseca, dio empleo a decenas de miles de trabajadores.
Pero al mismo tiempo, los derechos civiles fueron severamente restringidos y la corrupción fue rampante a lo largo de todo su régimen. La represión política estuvo encarnada en la figura del director y luego ministro de Gobierno, Alejandro Esparza Zañartu, tenebroso personaje que actuaba bajo un halo de misterio.
El gobierno tuvo también que afrontar el problema del asilo de Haya de la Torre en la embajada colombiana, asunto que lo desprestigió a nivel internacional. Ya en el tramo final de su período, el aumento de los precios en los artículos de primera necesidad, la iniciación de una inquietante crisis económica-fiscal y la acentuación de la dictadura, produjeron malestar en las masas, clamándose por un gobierno que renovara las viejas estructuras de la nación. Surgieron nuevos partidos políticos como la Democracia Cristiana, el Social Progresismo, y posteriormente Acción Popular, acaudillado por el arquitecto Fernando Belaúnde Terry.
Hacia 1954 se daban ya señales de la descomposición del régimen. Acusado de conspirador, el general Zenón Noriega fue desterrado hacia los Estados Unidos. El 20 de julio de 1955, los redactores del diario La Prensa prepararon una declaración en la que exigían la derogatoria de la Ley de Seguridad Interior, la reforma electoral y la amnistía política general. Este documento sirvió de punto de partida para la fundación de la Coalición Nacional, encabezada por Pedro Roselló, Manuel Mujica Gallo, y Pedro G. Beltrán.
Una reunión de la Coalición, realizada en el teatro de Arequipa, fue atacada por matones al servicio del gobierno, iniciándose una protesta similar a la de 1950. La ciudad se declaró en huelga general y pidió la destitución del ministro de Gobierno, Alejandro Esparza Zañartu. A diferencia de lo ocurrido en 1950, esta vez Odría no quiso enviar tropas militares para reprimir la revuelta y Esparza tuvo que renunciar, a fines de diciembre de 1955, partiendo al exilio. Este episodio marcó el comienzo del fin del régimen odriísta. Paralelamente regresaron del exilio el expresidente José Luis Bustamante y Rivero y los más importantes dirigentes apristas, como Armando Villanueva del Campo y Ramiro Prialé. A la larga, la Coalición Nacional no arraigó popularmente y surgieron otros movimientos políticos para las elecciones de 1956.
La gente temía que Odría se perennizara en el poder; es por ello que sorprendió su decisión de convocar a elecciones generales en 1956 y su anuncio de no presentarse como candidato. Lo cierto era que el régimen ya estaba muy desgastado; el mismo Odría se hallaba físicamente disminuido a consecuencia de una fractura en la cadera y otra en el fémur.
Se presentaron tres candidatos:
Un partido de masas como el APRA se hallaba impedido de participar en las elecciones y por ello los votos de sus militantes serían decisivos en la contienda. Los dirigentes apristas decidieron negociar sus votos, a cambio de la mejor oferta que hicieran los candidatos. Lavalle ofreció un estatuto de partidos que otorgaría la legalidad al APRA en fecha no determinada, lo que para los apristas no era suficiente. Fue Prado quien tuvo la habilidad de ganarse el apoyo de los apristas, a quienes prometió levantarles la proscripción el primer día que asumiera el poder, derogando la Ley de Seguridad Interior. Más adelante el mismo Odría apoyaría la candidatura de Prado, en desmedro de Lavalle.
En este contexto la guarnición de Iquitos, encabezada por el general Marcial Merino, se sublevó contra Odría el 16 de febrero de 1956. El diario La Prensa publicó el manifiesto de los sublevados, por lo cual su director, Pedro G. Beltrán, fue detenido y enviado a la prisión de El Frontón junto a un grupo de sus trabajadores, mientras que el diario dejó de editarse. La sublevación no prosperó y, ante la protesta nacional e internacional, Odría cedió y liberó a los detenidos.
Las elecciones se realizaron el 17 de junio de 1956. Los resultados oficiales fueron los siguientes: Manuel Prado Ugarteche, 568 134 votos (45,5%); Fernando Belaunde Terry, 457 638 votos (36,7%) y Hernando de Lavalle, 222 323 votos (17,8%).
Una de las principales preocupaciones de Odría era lograr que su sucesor se comprometiera a no investigar la corrupción y los delitos políticos de su gobierno. Aunque los ingresos legales de Odría durante el Ochenio sumaban en total alrededor de 300 000 soles, había acumulado propiedades que valían 3 000 000 sólo en el departamento de Lima. Otros miembros de su familia y ministros del régimen se habían enriquecido también.
Aparentemente, cuando parecía probable la victoria electoral de Prado, se llegó a un acuerdo, conocido como el «Pacto de Monterrico», entre Prado y Odría, asegurando que la cuestión de la corrupción no sería abierta por el nuevo régimen. Así, pues, no se hizo investigación alguna en los años siguientes, a pesar de que las prácticas corruptas del régimen de Odría fueron denunciadas públicamente y en gran detalle por líderes de la oposición como Héctor Cornejo Chávez.
En las elecciones generales de 1962 Odría postuló como candidato por la Unión Nacional Odriísta, partido por él fundado y cuyo plan era un “Estado socialista de derecho”. Compitió con Víctor Raúl Haya de la Torre y Fernando Belaúnde Terry, pero ninguno de ellos alcanzó el requerido tercio de los votos generales. La elección del presidente debía entonces trasladarse al Congreso. La situación obligaba a un pacto entre por lo menos dos de los tres principales contrincantes para elegir al presidente. Insólitamente, el pacto se realizó entre los dos enemigos acérrimos, Haya y Odría, acordándose que este último asumiría la presidencia de la república. Pero un golpe de Estado de las Fuerzas Armadas removió al presidente Prado del gobierno, unos pocos días antes de que terminara su mandato, aduciendo que existían vicios en el proceso electoral.
Fueron convocadas nuevas elecciones en 1963, a las que se presentaron los mismos tres candidatos que obtuvieron alta votación en 1962. Esta vez ganó Belaúnde con un 36% de los votos. Bajo este nuevo gobierno, el partido de Odría formó una alianza parlamentaria con el APRA, que obstaculizó todo intento de reforma estructural planteado por Belaúnde y su partido. Esta pugna política culminó con el golpe militar del general Juan Velasco Alvarado, en 1968.
Durante el Gobierno de las Fuerzas Armadas, Odría se retiró de la política activa. Vivía entonces en el barrio de Santa Beatriz, Cercado de Lima, en la calle Nicolás Corpancho, siempre junto a su abnegada esposa María Delgado de Odría. Falleció el 18 de febrero de 1974, a causa de un infarto al miocardio. Sus restos embalsamados se velaron en el mortuorio del Hospital Militar Central y luego llevados a la Iglesia del Sagrario, donde gente de toda condición social formaron largas filas para darle la postrera despedida. Por decreto supremo Nº 002-74/PM, el gobierno decretó que se le rindieran honores de Presidente de la República y declaró duelo nacional el día en que se realizaron sus funerales. Sus restos descansan en un mausoleo en el ala izquierda de la Iglesia Catedral de Tarma.
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