María Augusta de Sajonia

La princesa María Augusta de Sajonia (en alemán; Marie Auguste von Sachsen). Princesa miembro de la casa de Wettin, nació en Dresde, Sajonia, el 21 de junio de 1782. Fue la única hija de Federico Augusto I de Sajonia y de su esposa, la condesa Amalia de Zweibrücken-Birkenfeld, que alcanzó la edad adulta.

Su padre, Federico Augusto, fue el primer Rey de Sajonia y posteriormente Gran Duque de Varsovia, nombrado como tal por Napoleón Bonaparte. En Polonia era comúnmente conocida como "Infanta de Polonia".

Los planes para que contrajera matrimonio con alguna familia que pudiera reforzar sus pretensiones sobre el trono polaco fallaron, ya que ninguna de las potencias de su época quería el fortalecimiento de Sajonia o la restauración del Reino Polaco.

Su familia reclamaba el trono de Polonia (Commonwealth Polaco-Lituano), al cuál tenían derecho, la Constitución del 3 de mayo de 1791 nombró a María Augusta como potencial sucesora al trono polaco si la línea masculina de la casa de Wettin se extinguía. Se consideró un matrimonio para ella con el príncipe Józef Poniatowski, Mariscal de Napoleón y sobrino del último rey polaco Estanislao II Poniatowski. La vacilación de su padre al aceptar esta propuesta y la posterior particiones de Polonia impidieron que esto ocurriera. Después de la formación del Ducado de Varsovia, fue ampliamente considerada como la sucesora de su padre allí, a pesar de que el Ducado estaba sujeto a la ley sálica.

María Augusta nunca se casó, estando siempre en la corte sajona, junto a sus padres. Tras la muerte de su padre en 1827, como no tenía descendencia masculina sobreviviente, fue sucedido como rey por su hermano Antonio. Siguió acompañando a su madre hasta la muerte de esta un año después. Ella siguió viviendo en la corte hasta su propia muerte.

Su sarcófago descansa en la Gran Cripta de la Iglesia Católica de la Corte en Dresde.