Una mascarilla (a veces denominada respirador que no debe confundirse con el ventilador mecánico) es un dispositivo diseñado para proteger al portador de la inhalación atmosféricas peligrosas, incluyendo humos, vapores, gases y partículas en suspensión como polvos y microorganismos, bacterias y virus aerotransportados así como para proteger a los demás cuando el portador puede contagiar alguna enfermedad.
Hay dos categorías principales en las mascarillas:
Las mascarillas tienen una pieza facial que se ajusta y sujeta a la cabeza mediante correas, arnés de tela, o algún otro método.
La mascarilla quirúrgica o barbijo es un tipo de máscara autofiltrante utilizada por personal médico y sanitario para contener bacterias provenientes de la nariz y la boca. Las máscaras quirúrgicas también las utilizan civiles en espacios públicos ante brotes o epidemias de enfermedades transmitidas por vía respiratoria, o bien cuando el aire de un determinado lugar está contaminado.
La norma europea EN 149 define los de "piezas faciales filtrantes" (filtering face pieces, FFP) en 3 modelos o tipos según su capacidad de filtrado y por tanto de protección:
En Estados Unidos el Instituto Nacional para la Seguridad y Salud Ocupacional definió en 2011 los siguientes tipos de filtros de partículas:
Durante la pandemia de COVID-19 se produjo una escasez generalizada de mascarillas ante la necesidad de su uso para evitar contagiar y ser contagiado. Ante esta situación surgieron propuestas individuales, empresariales y estatales para la confección de las denominadas como mascarillas higiénicas, que sin cumplir las normas exigidas para las mascarillas quirúrgicas y de protección (mascarillas quirúrgicas, mascarilla N95, FFP2 y FFP3) podían cumplír una función higiénica y evitar tanto contagiar y como ser contagiado.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos publicaron un patrón de mascarillas caseras sin costuras usando un pañuelo y un filtro de café, así como un video sobre cómo hacer mascarillas con bandas de goma y telas dobladas que se encuentran en casa. Los científicos de todo el país se han encargado de identificar los materiales cotidianos que hacen un mejor trabajo al filtrar partículas microscópicas. En pruebas recientes, los filtros de horno HEPA obtuvieron buenos resultados, al igual que las bolsas de aspiradora, las capas de fundas de almohada de 600 unidades y la tela similar al pijama de franela. Los filtros de café apilados tuvieron puntuajes medios. Las bufandas y el material de pañuelos tuvieron los puntuajes más bajos, pero aun así capturaron un pequeño porcentaje de partículas.
Si no tiene ninguno de los materiales que se probaron, una simple prueba de luz puede ayudarlo a decidir si un tejido es un buen candidato para una máscara.
En España, Chile y otros países han surgido iniciativas conjuntas ciudadanas, privadas y públicas para la confección y homologación de mascarillas higiénicas que puedan cumplir la función de protección frente al SARS-CoV-2.
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