Las miodesopsias, también llamadas moscas volantes (del latín 'muscae volitantes') o cuerpos flotantes, son un fenómeno ocular que se manifiesta en la visión como un conjunto de manchas, puntos o filamentos (a veces en forma de telaraña) suspendidos en el campo visual, que no se corresponden con objetos externos reales.
Las miodesopsias consisten en la impresión de cuerpos flotantes que se desplazan con inercia con los movimientos del globo ocular. Se perciben especialmente bien en las situaciones de contrastes intensos (página en blanco, cielo claro, etcétera).
Son el resultado de la presencia de opacidades que se forman en el humor vítreo, el cuerpo gelatinoso que rellena el globo del ojo y que, con el paso de la luz, proyectan su sombra sobre la retina. En la mayor parte de los casos, son una consecuencia natural del envejecimiento de este cuerpo vítreo, que va perdiendo agua y disminuyendo de volumen. En consecuencia, las proteínas vítreas que han perdido agua se condensan perdiendo transparencia. Sin embargo, también pueden estar presentes en individuos jóvenes en casos de traumatismos oculares. Aunque estas manchas parecen estar frente al ojo, en realidad flotan en el interior de este.
Etimológicamente, el vocablo «miodesopsia» proviene del griego: myie = mosca; eidos = formas; ops = visión.
Se han identificado como principales factores predisponentes la edad (aunque esto no quiere decir que no lo padezca gente joven, incluso niños) y la miopía. Se observa un aumento en la incidencia de las miodesopsias con la edad. En el segundo caso, se argumenta que los miopes, por disponer de un ojo más alargado, tienden a acelerar el proceso de desprendimiento vítreo.
En cualquier caso, no se ha conseguido identificar con precisión la relación causa-efecto, dado que los factores indicados no explican de por sí la aparición y la progresión de las moscas volantes. También se apuntan la diabetes y las operaciones de cataratas como causa de su aparición. En una proporción mucho menor, las miodesopsias pueden ser consecuencia de una enfermedad ocular grave, como la uveítis, hemorragia vítrea o desprendimiento de retina. A veces pueden ser ocasionadas por incidencia de luz directa de tipo LÁSER sobre el ojo, provocando la condensación del humor vítreo dentro del ojo. También la administración de ciertos antibióticos como la azitromicina.[cita requerida]
Otra causa de las miodesopsias son los acúmulos de cadenas proteicas en la cámara anterior, el volumen de las cuales no puede ser absorbido por la red trabecular.
La principal diferencia entre las miodesopsias del humor vítreo y el humor acuoso es el movimiento de las manchas. En el humor vítreo las miodesopsias permanecen estables e inmóviles, debido a que la zona desprendida siempre se encuentra en el mismo lugar. En cambio, en el humor acuoso las cadenas de proteínas viajan en este medio, con lo cuál no aparecen siempre en el mismo lugar.
En la mayoría de los casos las miodesopsias se consideran una circunstancia normal e inocua, que no compromete la visión. El paciente se puede sentir frustrado porque sabe que no existe una solución efectiva y segura al problema, por lo que tiene que vivir el resto de su vida con ellas.
Parece que las moscas volantes son un pequeño defecto en el humor vítreo; sin embargo para muchos de los afectados pueden significar un problema si aumentan mucho de tamaño, ya que entonces menoscaban la capacidad de atención y de concentración.
Si son muy densas pueden provocar una visión borrosa cuando pasan por delante. En una proporción más reducida, pueden estar relacionadas con procesos que comprometen la integridad de la retina. Por ello, cuando aparecen de forma muy repentina o asociadas a fotopsias (destellos de luz), debe acudirse a un médico. En este caso, el procedimiento de diagnóstico suele conllevar un examen del fondo de ojo, por medio del cual se examina el estado de la retina para descartar la existencia de una enfermedad o lesión grave. En estos casos, las miodesopsias tienen la consideración de síntoma.
No existe un tratamiento efectivo y seguro contra las miodesopsias. Cuando las opacidades son pocas, tras unos meses los pacientes se adaptan a ellas, amortizándolas en su campo de visión. No obstante, las moscas raramente desaparecen físicamente y se mantienen visibles, en particular al mirar superficies homogéneas, como el cielo despejado.
No se ha demostrado relación entre las opacidades vítreas y el uso de complejos vitamínicos basados en vitamina A, luteína y otros componentes. No existen datos objetivos ni referencias médicas de pacientes que hayan mejorado sus opacidades como consecuencia del consumo de estos preparados.
Cabe referir dos recursos de gran excepcionalidad en el tratamiento de miodesopsias. Por una parte está la vitrectomía, que es propia de otras problemáticas oculares, pero que va teniendo más aceptación en el mundo para ser utilizada en la miodesopsia. Esta cirugía consiste en la extracción del humor vítreo y su sustitución por una solución salina. Por la otra, está el uso de la fotodisrupción por medio del láser. Este método trata las opacidades con descargas láser. En unos casos se busca disgregarlas para hacerlas menos visibles y, en otros desprender sus anclajes, para que se desplacen a la periferia del campo visual. Se ha argumentado que es un método no exento de riesgos sobre la retina y de cuestionable eficacia sobre el problema en sí.
Las recomendaciones generalmente aceptadas se basan en aprender a convivir con las miodesopsias utilizando los siguientes procedimientos:
Se recomienda consultar a un oftalmólogo si repentinamente:
En términos simples, la vitrectomía consiste en reemplazar el humor vítreo del ojo por una solución salina. Dado que la solución salina no tiene los complejos componentes del humor vítreo, ésta no se descompone en el tiempo, y todos los problemas con los flotadores no solamente quedan resueltos sino que también se evita su aparición en el futuro.
Sin embargo, este es un procedimiento invasivo poco recomendado, a menos que el problema con las moscas volantes sea de extrema gravedad. Si se tiene un gran número de flotadores en los ojos que interfieren con la capacidad de trabajo, o con la capacidad de interactuar en un entorno normal, si es que realmente los flotadores obstruyen la vista, entonces esta operación es necesaria. En la vitrectomía se introduce una aguja hueca en el ojo y se extrae una parte del humor vítreo.
El médico intenta sacar la parte del vítreo que contiene la mayor cantidad de flotadores. En cualquier caso, la mayor parte de las moscas volantes se extraerán junto con la porción del humor vítreo eliminado, porque el médico tiende a eliminar el núcleo acuoso del humor.
La eliminación de una parte del humor vítreo deja un espacio vacío en el ojo que se rellena con una solución salina estéril. De allí que se considere este procedimiento como muy invasivo. Aún con las mayores precauciones, hay un cierto riesgo de infección y la consiguiente pérdida de la vista, a lo que se suma el riesgo de desarrollar cataratas, así como la posibilidad de que la propia retina pueda desprenderse. Todas estas complicaciones pueden conducir a la ceguera en el ojo afectado. A veces puede convenir al paciente tolerar una afección relativamente leve (miodesopsia), en vez de exponerse a complicaciones mucho más graves. En general, no se aconseja la alternativa quirúrgica salvo como última opción.
Sin embargo, para algunas personas los flotadores pueden ser un problema muy grave y un tratamiento con láser o cirugía es importante. Por ejemplo, un compositor que encuentra que los flotadores se interponen en el camino de su lectura de una hoja de música, puede encontrar que los flotadores afectan su calidad de vida. En tal caso, una intervención quirúrgica podría de hecho ser necesaria.
Una opción quizás más viable y más segura es un tratamiento con láser para flotadores, llamado vitreolisis, que utiliza un láser quirúrgico, también llamado láser oftálmico, para eliminar los flotadores dentro del ojo. Las moscas volantes son el blanco de un láser quirúrgico, y alrededor de un centenar de pequeñas explosiones se disparan en cada flotador. Estos estallidos tienden a borrar el flotador completamente, en lugar de romperlo en muchos flotadores más pequeños. Este procedimiento tiene un alta tasa de éxito, con pocas o ninguna complicación. También tiene una mínima posibilidad de infección. Su visión puede ser un poco borrosa para unos pocos días, y en una pequeña cantidad de casos hay un ligero aumento de presión en el ojo, pero aparte de esto es quizás uno de los mejores procedimientos eficaces para hacer frente a los flotadores. Además, es necesario tener en cuenta que a veces un procedimiento con láser puede en realidad aumentar la cantidad de los flotadores en lugar de su disminución, aunque esto no es muy común.
El 24 de marzo del 2015, ocurrió la masacre del Vuelo 9525 de Germanwings, al estrellarse en los Alpes franceses, al mando del copiloto Andreas Lubitz. La versión oficial afirmó que provocó la caída del Airbus de forma deliberada, aunque se desconocen los motivos. Se ha confirmado que el piloto padecía problemas psicológicos y tendencias suicidas. Pero antes de todos estos problemas de carácter psiquiátrico, visitó cuarenta y seis especialistas, entre ellos oftalmólogos, que no encontraron solución a sus miodesopsias, que le impedían conciliar el sueño y que le impedían ver los objetos en la oscuridad.
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