La morisqueta es un plato mexicano de arroz blanco servido con frijoles de la olla y salsa. El plato ha evolucionado y ahora es frecuente agregar otros ingredientes como queso o incluso carne. Es típico de Tierra Caliente en Michoacán, la Costa Chica y Grande de Guerrero, así como algunas zonas costeras de Jalisco y otros sitios del Pacífico Sur mexicano. Acompaña al clemole, al chilatequile, al chilayo y a otros guisos locales.
Una parte de arroz, por dos de agua, se cuecen a fuego bajo. Luego se sirve con frijoles también cocidos, o refritos caldosos. Dependiendo del hogar, se agrega salsa de jitomate, ajo, chile de árbol, cebolla frita, chile de queso, carne de puerco, o quesos como Cotija, adobera, ranchero o fresco.
Se acompaña usualmente con tostadas, totopos, o tacos dorados de papa, adobera o pollo que llevan salsa de jitomate, o salsa verde (de chile) y col. En algunos lugares también se acostumbra servir la morisqueta con el aporreadillo (carne seca deshebrada, o aporreada, la cual se fríe con huevo, guisada por lo general en una salsa de chile guajillo con comino).
«Morisqueta» es el diminutivo de morisco, y también quiere decir mueca o carantoña. Su origen, sin embargo, probablemente provenga de Asia, particularmente de la gastronomía filipina, donde existe una receta tradicional muy parecida que se llama «morisqueta tostada». Este plato probablemente llegó desde Filipinas gracias al Galeón de Manila, junto con otros alimentos como el mango Manila o la tuba. El nombre puede tener relación con el «moros y cristianos» otro plato de arroz y frijoles, típico del Caribe hispano.
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