El sitio de Barcelona (1817) fue un enfrentamiento militar librado durante la Guerra de Independencia de Venezuela entre patriotas y realistas.
Después de desembarcar en Barcelona el 1 de enero de 1817, Simón Bolívar ofreció el mando en jefe del ejército a Santiago Mariño, quien salió de Cumaná el 20 de enero con el grueso de su ejército y su Estado Mayor, dejando una guarnición a cargo del coronel Antonio José de Sucre. El Libertador construyó en el centro de la villa una ciudadela llamada Casa Fuerte, donde estableció a su guarnición.
El brigadier Pascual del Real planea reunirse con las fuerzas del brigadier Francisco Tomás Morales, y los coroneles Juan de Aldama, Rafael López y Francisco Jiménez, pero solo se une con este último y 1.200 soldados. Juntos ponen sitio a Bolívar en Barcelona el 7 de febrero, apoderándose al día siguiente de las calles exteriores, pero al intentar asaltar Casa Fuerte se sorprenden de las fuertes defensas de artillería y tras varias horas de lucha Real se retira a El Pilar dejando a Jiménez a cargo. El 8 Real envió dos batallones a tomar el puente del Neverí y reconocer la ensenada de Pozuelos para recibir la artillería que debía traer la escuadra. El puente fue ocupado con poca resistencia y enviaron dos compañías al convento de San Francisco, junto a Casa Fuerte. Como no llegó la escuadrilla se retiraron a El Pilar antes del anochecer. El 9 llega Bermúdez y el 10 Mariño a la ciudad. El 12 intentan un nuevo ataque por dos puntos de Casa Fuerte, pero son rechazados rápidamente. Ante la derrota los monárquicos se retiran a El Juncal. Bolívar y Mariño salieron sorpresivamente de la ciudad el 14 de febrero y atacan en San Bernardino a Real y a Morales (que se había unido con algunos soldados al cuerpo realista principal), dispersándolos.
El 26 de enero Bolívar ordena al capitán de navío Antonio Díaz situarse en la boca del río Neverí para impedir a las flecheras y esquifes armados monárquicos entregar suministros a Real.
En la tarde del 12 de febrero se da un combate entre las escuadras en la boca del Neverí. Luis Brión había enviado desde isla Margarita dos goletas, una balandra y un místico para apertrechar a Bolívar, pero en el camino se encontraron con la corbeta Bailén, un bergantín, cuatro goletas y un falucho realistas al mando del capitán de navío José María Chacón (pronto se le sumó la Escuadrilla Sutil del capitán de fragata José Guerrero). Los navíos republicanos llegan a la boca del río muy cerca de la costa, usando su menor calado para navegar por una zona donde el enemigo no podía acercarse. Ahí se les unió el capitán Díaz con dos embarcaciones y siete flecheras venidas del puerto, trabándose un combate de fusilería y artillería entre las flotas. Finalmente, Chacón opta por retirarse a Cumaná por refuerzos.
En la mañana del 18 de febrero volvió la escuadra realista ya reforzada y precedida por las fuerzas sutiles. Los republicanos tuvieron que varar a sus naves (dos goletas, una balandra, dos místicos, dos lanchas y cinco flecheras) entre la boca del Neverí y el morro de Barcelona (gran promontorio unido a tierra firme por un angosto istmo). En el morro originalmente había un fuerte y dos baterías pero a inicios de mes Bolívar había hecho trasladar la artillería a Casa Fuerte. El capitán Guerrero lideró el desembarco de sus hombres, capturando una flechera en el proceso y desalojando a los defensores del morro, pero Bolívar envía una columna que lo obliga a retirarse a toda prisa, incluso abandonando a la flechera capturada. Al día siguiente Guerrero intenta un nuevo desembarco, pero no pueden resistir el fuego de artillería de las naves de Díaz ni de la infantería atrincherada en el morro, así que Chacón ordena la retirada. Las naves mayores quedan en bloqueando la costa mientras la escuadra sutil vuelve a Cumaná por artillería.
El 21 de febrero Pascual se aproximaba a El Juncal para comunicarse con la escuadra monárquica, ahí permanece siete días y ante la amenaza que volviera a atacar la ciudad por tierra, Bolívar ordena retirarse del morro y trasladar los cañones del fuerte a las trincheras alrededor de Barcelona. El 28 la flota española vuelve con refuerzos, de inmediato desembarca y se hace con el morro. El 2 y 3 de marzo los republicanos atacan por tierra y mar, destruyendo la flotilla sutil e inutilizando algunos buques pero no logran llegar al morro, porque en el final del istmo los monárquicos construyeron una batería protegida por una estacada y un foso. En la noche del 3 de marzo Bolívar hace construir otra batería al inicio del istmo desde donde puede bombardear con ventaja a su contraparte, al amanecer siguiente los realistas se retiran y el capitán de navío Agustín Armario avanza con una columna de 400 soldados y los obliga a refugiarse en el fuerte del morro.
Desde el Neverí el capitán Díaz navega muy cerca de la costa bajo fuego de las goletas enemigas hasta llegar al morro y desembarcar. De inmediato ataca el fuerte, obligando a Chacón a reembarcarse apresuradamente con fuertes pérdidas. Los realistas vencidos vuelven a Cumaná.
Después de estas derrotas, Pablo Morillo desplaza del mando a Real y Morales, nombrando al coronel Aldama, jefe de caballería, nuevo general en jefe de la fuerza. Morales acaba en la cárcel. Por parte republicana, Bolívar parte hacia la provincia de Guayana el 21 de marzo. También ordena al almirante Brión llevar a la flota al sur para unirse a su ejército en Guayana. Mariño sale a Aragua de Barcelona en busca de provisiones el 25 de marzo, pasando por San Bernardino llega a Carito el 29. Su intención real era volver a la provincia de Cumaná y actuar de forma independiente a Bolívar. Se llevaba 1.600 efectivos.
A cargo de Barcelona quedan el general Pedro María Freites y el gobernador, doctor Francisco Esteban Rivas. Las tropas que quedaban eran reclutas que apenas sabía usar un fusil y la artillería que quedaba (piezas de pequeño calibre) era manejada por hombres ignorantes en esa arma, a pesar de ser dirigidos por Judas Tadeo Piñango.
El nuevo jefe realista deseaba un triunfo y le llegaron noticias que la villa estaba desprotegida. Con su ejército a orillas del río Unare decide aprovechar la nueva oportunidad. Dejó 600 soldados a cargo del teniente coronel Feliciano Montenegro Colón, a quien nombra gobernador de Barcelona, y marcha en coordinación con la escuadrilla, que durante el ataque desembarcaría la artillería.
El 5 de abril, Aldama, entra en los suburbios de la ciudad y el 7 de abril ataca Casa Fuerte en medio de feroces combates. Al amanecer, después de intimar a la rendición a los patriotas sin éxito, preparan una batería de dos cañones a los que en la tarde se suma un tercero con el que abren una brecha en las defensas. Aldama intimó al comandante patriota a rendirse pero fue de nuevo rechazado y entonces ordenó el asalto. Las tropas iban a las órdenes de los tenientes coroneles Joaquín Urreistieta, Agustín Noguéras y Francisco Jiménez, el sargento mayor Vicente Bauzá y el comandante de escuadrón José Navas. El asalto comenzó a las 07:00 horas y la lucha dura seis horas. Los defensores creían que serían muertos se rindieran o no y así fue. En el reducto exterior el coronel Francisco de Paula Vélez resistió largo tiempo mientras que en el convento los realistas, enardecidos de rabia, masacran a 600 hombres, no sólo defensores sino que también a los prisioneros monárquicos ahí encarcelados, y a 300 ancianos, mujeres y niños que se refugiaron esperando que se respetara el lugar sacro. El altar y el sagrario de ese templo se tiñeron con su sangre. En el hospital fueron degollados 50 enfermos y heridos. Las bajas realistas fueron 25 muertos y 75 heridos. Los sacerdotes Juan Antonio Godoy y otro de apellido Serra son ajusticiados mientras asistían a los heridos. El capitán William Chamberlain es herido y prefiere inmolarse a morir a manos del enemigo, su esposa Eulalia Buroz, de veintiún años, cuando un soldado realista la agarra de la cintura saca una pistola y lo mata, de inmediato es ajusticiada por el resto.
Escaparon apenas 14 soldados y oficiales, incluyendo a Freites y Rivas, pero como ambos estaban heridos fueron capturados y enviados como botín al capitán general Salvador de Moxos. A Freites no le curaron las heridas y estas gangrenaron.
Fue llevado en una parihuela (hamaca) mientras el gobernador Rivas le recitaba versículos bíblicos para darle animo. Freites es llevado a la Plaza Mayor de Caracas, donde será fusilado el 17 de abril. Rivas también sufre ese destino un poco después, el 7 de mayo. Los otros 12 fugitivos también fueron capturados y Aldama ordenó degollarlos pero el encargado del hospital, el español Tomás Rodríguez, y el gobernador Montenegro Colón se negaron a cumplir esa orden y los protegieron. La ciudad quedó sembrada de cadáveres y los vecinos sobrevivientes quedaron con la ropa que tenían puesta. La destrucción y saqueo de la ciudad fue comparable a lo que hizo José Tomás Boves en 1814. Cuatro mujeres fueron conservadas sanas y salvas para el disfrute personal de Aldama.
Más de mil defensores y civiles murieron, 20 piezas de artillería y mil fusiles con numerosas municiones son capturados.
Mariño reorganizó sus fuerzas en Carito poniendo a la división de vanguardia a cargo de Bermúdez y Valdés, la de centro a Arismendi, la izquierda a Urdaneta y sus granaderos y guardia de honor a su secretario, teniente coronel Rafael Jugo. Ese último nombramiento tuvo la oposición de Bermúdez y Valdés.30 de marzo Mariño y Jugo hacen circular el rumor de la muerte de Bolívar, lo que indigna a los oficiales que casi los asesinan de no ser por la intervención de Urdaneta. Ese mismo día siguen para Aragua.
ElAl llegar a Aragua, Mariño se levanta contra Bolívar y el 6 de abril envía a El Chaparro a los generales José Francisco Bermúdez, Manuel Valdés y Agustín Armario, donde llegan al día siguiente, mientras él sigue hacia Santa Ana. Su jefe de Estado Mayor, Carlos Soublette, también desertó. Aún lo acompañaba el general Rafael Urdaneta, que le pide permiso para ir a ayudar a Freites tras saber del ataque de Aldama, pero al llegar a Aragua el 11 de abril se entera de la caída de la ciudad por el oficial Raimundo Freites (hermano del general caído) y otros sobrevivientes y vuelve a Santa Ana. Por su parte, Bolívar había llegado a orillas del río Pao cuando se enteró de la suerte de Barcelona y la defección de Mariño, decide no cruzar el Orinoco y vuelve a Barcelona pero en El Chaparro se encuentra con Bermúdez y algunas tropas. Ahí decide dar media vuelta y asegurar la provincia de Guayana. El 27 de abril llega al río Aro mientras que Mariño a Cariaco.
El 16 de abril Aldama salió de Barcelona, donde no quedaba nada, para Aragua y El Chaparro, lugares ricos en ganado, para perseguir a los patriotas pero estos estaban muy lejos para cuando llegó.
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