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Nombres de nacimiento y de matrimonio



El uso de los nombres de nacimiento y de matrimonio está sujeto a distintas prácticas según la cultura, sobre todo en lo que se refiere al hacer ciertos cambios a su nombre al momento de casarse. El nombre de casado (a) consiste en sustituir o agregar el apellido de la persona con quien contrajo matrimonio a su nombre de soltero (a), que presenta el apellido de su familia de origen. Españolas y portuguesas conservan sus dos apellidos previos al matrimonio, y la mayoría de las latinoamericanas no cambian su apellido al casarse, al menos no de forma legal.[1]

El término «nombre de nacimiento» a veces se utiliza específicamente como un sustituto masculino o neutral para el «nombre de soltera», pero también se aplica para incluir el nombre de familia de la madre biológica de un niño adoptado al nacer, o en relación con un cambio de nacionalidad o por una variedad de circunstancias poco comunes.

Otra distinción se da cuando el «nombre de nacimiento» puede referirse a un apellido de familia, un nombre completo o presumiblemente un nombre otorgado de manera aislada.

Normalmente, un cambio de nombre requiere de un proceso legal.[2]​ Sin embargo, en algunas jurisdicciones, cualquier persona que se casa o se divorcia puede cambiar su nombre si lo desea. Tradicionalmente, en los países angloparlantes de occidente, solo las mujeres hacen esto, pero en ocasiones, también los hombres cambian sus apellidos al contraer matrimonio.[cita requerida]

En la mayoría de los países de lengua árabe, las mujeres mantienen desde su nacimiento sus nombres familiares y no cambian sus nombres familiares por los de la familia de su esposo. Esto es también una práctica muy común en las mujeres musulmanas de todo el mundo, a excepción de las mujeres musulmanas del sur de Asia, que tomen un nombre doble o adoptan el de su marido. En algunos matrimonios del Medio Oriente, sin embargo, la mujer adopta el apellido del marido (especialmente en las familias cristianas).

Históricamente, al casarse, una mujer en los países de habla inglesa asumiría el apellido de la familia de su nuevo esposo y eliminaría el original, heredado de su padre. Esto sigue siendo una práctica común en países como Reino Unido, Australia, Nueva Zelanda, las Islas Malvinas, Irlanda, India, las provincias de habla inglesa en Canadá y en los Estados Unidos. Una excepción sería Escocia, donde hasta el siglo XX las mujeres casadas conservaban su nombre de soltera. Sin embargo, actualmente la práctica de cambiar su apellido por el de la familia del esposo es la norma.[3]

Usualmente, los hijos del matrimonio reciben solo el apellido de su padre, pero algunas personas usan el apellido de soltera de la madre como segundo nombre. Franklin Delano Roosevelt recibió su nombre de esta manera.

Esta práctica de cambiar el nombre ha sido criticada por varias razones.[4][5]​ ya que puede interpretarse como símbolo de que el padre de una mujer ejerce el control sobre ella y después traspasa ese control al esposo, o que las líneas de descendencia masculina son más importantes, ya que el apellido de los ancestros de sexo femenino desaparecen.[5]

Sin embargo, algunas mujeres eligen conservar sus propios apellidos después de casarse, ya sea solos o agregando el apellido de su esposo a su nombre, sin eliminar su apellido original. Algunas personas con cierta fama (como los actores), utilizan su nombre de casados en ciertos aspectos de su vida personal y conservan su nombre original en asuntos profesionales.

Aunque esto es raro en la cultura occidental, ocasionalmente un hombre toma el apellido de su esposa al casarse,[6]​ ya sea cambiando su apellido completamente o uniendo su apellido al de su esposa. Frédéric Joliot-Curie, cuyo nombre original era Jean Frédéric Joliot, es un ejemplo de ello;,[7]​ al igual que el músico británico John Lennon, cuyo nombre original era John Winston Lennon y lo cambió en 1969 por el de John Ono Lennon.

Sin embargo, esto no puede hacerse solo por efecto del matrimonio, sino que se requiere que el hombre que así lo desee realice el proceso completo de cambio de nombre, en el cual jura legalmente, en presencia de testigos, que dejará de utilizar su nombre anterior.

A pesar de que en Estados Unidos existe el derecho general a elegir el nombre propio a voluntad, el que un hombre desee usar el apellido de su esposa presenta ciertas dificultades. Solo en los estados de California, Georgia, Hawái, Iowa, Massachusetts, Nueva York y Dakota del Norte se permite explícitamente que un hombre pueda cambiar su apellido a raíz de un matrimonio con la misma facilidad con la que lo hace una mujer.[8]

En España y en la mayoría de los países de habla hispana, la práctica común es que las personas tengan dos apellidos: El primer apellido del padre seguido del primer apellido de la madre.

En Argentina se usa solo un apellido, el del padre, al que puede agregarse el de la madre al momento de la inscripción del nacimiento en los registros correspondientes. Esta adición puede ser también solicitada por el interesado a partir de los 18 años. Una vez agregado el apellido, este no puede suprimirse. En caso de usarse ambos apellidos, el orden es indistinto desde la reforma del Código Civil. También se puede registrar al recién nacido con el apellido de la madre en caso de haber sido decidido de tal manera.

En España y especialmente en Cataluña, los apellidos paterno y materno a menudo se combinan por medio de la conjunción "y" (castellano) o "i" (en catalán). Podemos ver, por ejemplo, al economista Xavier Sala i Martin o al pintor Salvador Dalí i Domènech.

En algunos países hispanos (como los de América Latina), una mujer que se casa con un hombre puede eliminar su apellido materno y añadir el apellido de su esposo a su apellido paterno usando la preposición "de". Por ejemplo, si una mujer llamada "Paola Flores Martinez" se casara con "César Egas Bassantes", su nombre quedaría como "Paola Flores de Egas" y se pueden dirigir a ella como Sra. de Egas. En algunos países, esta costumbre es puramente social y no un cambio de nombre oficial, ya que en asuntos legales, ella seguiría utilizando su nombre original, pero en otros casos toma forma legal.

Todos los hijos que tiene una pareja llevan los primeros apellidos de ambos, de modo que si la pareja del ejemplo anterior tuviera un hijo llamado "Matías" y una hija de nombre "Valentina", sus nombres completos serían "Matías Egas Flores" y "Valentina Egas Flores". En España, una reforma legal aprobada en 1995 permite que los padres elijan cuál apellido irá primero, si el del padre o el de la madre, aunque el orden debe ser el mismo para todos sus hijos. En el mismo ejemplo anterior, el hijo de la pareja podría llamarse "Matías Egas Flores" o "Matías Flores Egas".[9]

A veces, en el caso de las exparejas o cuando el padre no reconoce al hijo (también existen casos de hijos reconocidos solamente por el padre y no por la madre), se puede repetir el primer apellido del progenitor reconocido, por ejemplo: "Matías Flores Flores". Sin embargo, lo más común es que los niños a cargo de sólo uno de sus padres reciban los dos apellidos de ese padre o madre, aunque el orden también puede cambiar.

Algunas personas de origen hispano que emigran a otros países eliminan su apellido materno (aunque no formalmente), como una forma de adaptarse mejor a las costumbres de las sociedades no hispanas donde viven y trabajan. Desechar el apellido paterno no es algo raro cuando se trata de un apellido demasiado común. Por ejemplo, el pintor Pablo Ruiz Picasso y el presidente español José Luis Rodríguez Zapatero son mejor conocidos por sus apellidos maternos: "Picasso" y "Zapatero".

La nueva tendencia entre los hispanos que viven en Estados Unidos es adoptar la costumbre inglesa de eliminar tanto el apellido paterno como el materno para adoptar el apellido del cónyuge. Esto se debe a que los angloparlantes americanos no son conscientes de la costumbre hispana de usar dos apellidos y a menudo confunden el primer apellido de una persona con un segundo nombre de pila. De este modo, pueden referirse erróneamente a alguien llamado Esteban Álvarez Cobos como Esteban A. Cobos. Dicha confusión puede ser particularmente problemática en cuestiones oficiales o legales. Para evitar dichos errores, Esteban Álvarez Cobos se convertiría en Esteban Álvarez-Cobos para dejar en claro que ambos son apellidos.

Los nombres pertenecientes a la onomástica portuguesa están constituidos por uno o dos nombres de pila y dos apellidos, como mínimo. En el caso de la lengua portuguesa es diferente al de la española porque el último apellido es el de la familia del padre y el primero es el de la familia materna. Por ejemplo, en el caso del jugador portugués Cristiano Ronaldo dos Santos Aveiro, el apellido de su madre es dos Santos y el de su padre Aveiro. En el caso de las mujeres casadas pueden adoptar el nombre de sus maridos si así lo desean sin el "de", o incluso lo pueden sustituir, pero en ambos casos esta práctica es atípica. En Portugal los nombres son vistos como palabras y por lo tanto tienen que seguir unas reglas ortográficas, lo contrario sucede en Brasil donde no se específica cuál es la ortografía del nombre, ni tampoco qué es un nombre, es decir los padres pueden inventarlo. Por ejemplo, el expresidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, de haber nacido en Portugal, su nombre tendría que ser Luís porque así la ortografía portuguesa lo considera correcto y jamás podría haber sumado su apodo Lula al nombre, puesto que esa palabra en portugués significa calamar y eso no es considerado un nombre según la lista de nombres que proporciona el gobierno portugués para el bautismo de las personas nacidas en ese país. Asimismo, en Brasil, el apellido no tiene el peso que tiene en la lengua española, lo principal es el nombre.

Desde la Revolución francesa (1789), la ley estipula que "nadie puede utilizar un nombre distinto al que ha recibido en su acta de nacimiento".[10]​ Sin embargo, la revisión de 1996 a la Constitución garantiza que "hombres y mujeres tienen igualdad de derechos", incluyendo el uso de su nombre de nacimiento. En Francia y en la provincia francófona de Quebec, en Canadá, una mujer legalmente conserva su nombre de soltera al casarse (nom de jeune fille). Con su nombre original puede abrir una cuenta bancaria, firmar documentos y obtener pasaporte, entre otros procedimientos. Sin embargo, el matrimonio le otorga el derecho a asumir el apellido de su cónyuge y es una práctica común que las mujeres casadas usen el apellido de su esposo para todos sus documentos, oficiales o no, aunque no hay un proceso oficial que formalice su uso. El artículo 264 del Código Civil Francés estipula que "al momento de un divorcio, ambos cónyuges pierden el derecho a usar el apellido del otro".

Una persona casada que desea formalizar el uso del apellido de su cónyuge junto con su nombre, lo puede hacer mediante un proceso administrativo relativamente sencillo. En los últimos años, esta costumbre va ganando popularidad, especialmente entre las mujeres de nivel social alto y entre las mujeres que reciben un título universitario siendo solteras. Por ejemplo, la esposa del presidente francés Nicolás Sarkozy, es llamada Carla Bruni-Sarkozy (Bruni-Tedeschi es su apellido original). Algunos esposos agregan el apellido de su mujer al suyo, pero esto sigue siendo muy poco común.

Los cónyuges mantienen sus apellidos originales. De acuerdo con el Código Civil Italiano (artículo 143 bis), una mujer que se casa mantiene su apellido y tiene la opción de añadir el apellido de su marido después del de ella, antecedido por la preposición in.

Los ciudadanos no italianos casados en Italia no tendrán su apellido cambiado en Italia, sin embargo, novias o novios pueden solicitar su cambio de apellido en su país de origen.[11]

Tradicionalmente, una mujer casada mantiene intacto su nombre, sin adoptar el apellido de su marido. Un niño heredaría el apellido del padre. Esta sigue siendo la norma en China continental, aunque la ley del matrimonio establece explícitamente que un niño puede usar el apellido de cualquiera de los padres. También es común que dos hijos nacidos de los mismos padres tomen diferentes apellidos, uno con el apellido de su padre y el otro el apellido de su madre. También es posible, aunque mucho menos común, que un niño combine los apellidos de ambos padres.

Debido a la influencia británica, algunas personas en Hong Kong también han adoptado la tradición de que las mujeres adopten el apellido de su esposo o antepongan el apellido chino de su esposo al suyo en ocasiones oficiales, pero rara vez en la identificación de una forma legal. Entre los emigrantes chinos de la diáspora, especialmente en el sudeste asiático, las mujeres rara vez adoptan legalmente el apellido de su cónyuge.

La ley japonesa no reconoce a las parejas casadas que tienen diferentes apellidos como un matrimonio legítimo, lo que significa que el 96% de las mujeres japonesas casadas toman el apellido de su marido. En 2015, la Corte Suprema de Japón ratificó la ley de cambio de nombre, dictaminó que no era inconstitucional, señaló que las mujeres podían usar informalmente sus apellidos de soltera y afirmó que eran los parlamentarios quienes deberían decidir si aprobar una nueva legislación sobre los nombres de exesposos.

Existe una costumbre generalizada, aunque no universal, de que una la mujer adopte el apellido del marido. Sin embargo, cualquier cambio de nombre requiere un procedimiento formal que incluye una solicitud oficial al registrador de actos civiles. Dado que el mismo registrador también registra los matrimonios, por practicidad, a menudo se hace durante los procedimientos matrimoniales, según lo regula la Ley Federal y el certificado de matrimonio de la pareja tiene la opción de tener un apellido en común o ambos cónyuges con su apellido original.

La ley de Rusia es completamente neutral en cuanto al género y la pareja puede adoptar cualquiera de sus apellidos (un esposo que adopta el apellido de su esposa es una práctica poco común pero de ninguna manera inaudita, que es generalmente aceptada y conlleva poco o ningún estigma social) o incluso uno completamente diferente. También se reconoce el derecho de la pareja a usar el apellido combinado y cualquiera de los cónyuges puede reclamar su apellido original en caso de divorcio.

En proceso de traducción de http://en.wikipedia.org/info/Married_and_maiden_names



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