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Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá



9 de julio (en Colombia)

Colombia, Chiquinquirá
estado Zulia, Venezuela
Ciudad de Caraz, Perú

Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá es una de las advocaciones con que se venera a la Virgen María en el catolicismo. Es la patrona de Chiquinquirá, de la República de Colombia, del estado Zulia en Venezuela y de la ciudad de Caraz en el Perú. Se la denomina así por el municipio de Chiquinquirá, donde tuvo lugar la primera de sus manifestaciones milagrosa.[1]​ Este lienzo es bajado de su trono, durante el año jubilar mariano, que es cada siete años, para desfilar procesionalmente por las calles del municipio.

En Colombia el 3 de julio de 1986 el Papa San Juan Pablo II visitó la Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá y oró por la paz de Colombia a los pies de la Virgen María.[2]​ El 9 de julio de 1999 el lienzo visitó la ciudad de Bogotá para presidir la oración por la paz. En agosto y septiembre de 2017 lo hizo de nuevo con motivo de la visita del Papa Francisco a Colombia.[3]

En Venezuela, su imagen aparece vívida en la Basílica de Nuestra Señora de Chiquinquirá (Maracaibo) a donde acuden miles de peregrinos, no solo el día de su fiesta patronal el 18 de noviembre, sino todos los domingos, cuando se celebran las misas, seguidas de entusiastas procesiones. Aparte, es la patrona de la Guardia Nacional Bolivariana, componente de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB),

La historia se remonta al siglo XVI cuando los frailes dominicos realizaban expediciones de evangelización en la región del centro del país. Un caballero proveniente de España, Antón de Santana, en 1560 obtiene la encomienda de la región para levantar una casa dotada con diferentes dependencias, apropiada para la administración de los colonos, los indígenas y esclavos; además debía construir una capilla para oficios religiosos en Suta.[4]​ Posteriormente de España llega un fraile colaborador en las misiones, fray Andrés Jadraque que ve la necesidad de dotar la capilla con un lienzo o cuadro de la Virgen del Rosario, advocación promulgada por la Orden Dominicana a la que pertenecía el religioso. De esa manera acuden a un pintor también español Alonso de Narváez, quien vivía en la ciudad de Tunja, en Boyacá, cercana a la región, para pedirle que pintara a la Virgen del Rosario.[5]​ Todos acuerdan poner al lado de la Virgen a sus santos de devoción, san Antonio de Padua y san Andrés por ser el primer patrono del encomendero que solicitaba la imagen y el segundo, del fraile que la había mandado a hacer.

Para el año de 1562 la pintura hecha de algodón indígena que media 125 cm de ancho por 111 de alto ya estaba en la capilla y allí permaneció por más de una década hasta aproximadamente el año 1574.[6]​ Para entonces la capilla, que tenía techo de paja, se deteriora a consecuencia de la humedad, al punto que la imagen quedó prácticamente borrada. La imagen estaba en tan mal estado que fue llevada dentro de la misma región a la población de Chiquinquirá, donde fue abandonada en una habitación que muy raras veces fue usada como capilla u oratorio. Se dice que incluso el lienzo sirvió para secar granos al sol.

La crónica histórica (elaborada al año siguiente de los acontecimientos) señalan que en el año 1586 María Ramos, una mujer del lugar, sabiendo que el lienzo había guardado la imagen de la Virgen María, decide reparar el viejo oratorio y el lienzo maltratado, otorgándole el mejor lugar de la capilla.[7]​ Diariamente oraba y pedía a la Virgen del Rosario que se manifestara, hasta que el 26 de diciembre de 1586 cuando María salía del oratorio, una mujer indígena llamada Isabel junto a su pequeño hijo, al pasar por el lugar, le gritaron a María: "mire, mire Señora...". Al dirigir su mirada a la pintura, ésta brillaba con resplandores y la imagen, que estaba irreconocible, se había restaurado con sus colores y brillo originales; los agujeros y rasguños de la tela desaparecieron. Desde entonces empezó la devoción a la advocación conocida como "Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá".[8]

El santuario fue confiado a la orden de los Dominicos, quienes construyeron un convento a su lado, guardando la imagen hasta tiempos presentes.

Tras un fuerte terremoto, ocurrido en 1785, los frailes deciden construir una nueva basílica en otro lugar de la población y trasladar allí la imagen de la Virgen. Esto generó protestas por parte de los vecinos de Chiquinquirá. Pese a todo, la nueva iglesia se edificó y la imagen fue traslada en torno a 1823.

La devoción popular por esta imagen se evidencia en múltiples acontecimientos, que van desde las tradicionales "romerías" o grandes peregrinaciones, pasando por la música popular, hasta hechos históricos protagonizados por personajes como virreyes, obispos y políticos, comenzando con el mismo Simón Bolívar, quien no solo recibió para su Campaña Libertadora los tesoros y joyas del cuadro, sino que él mismo fue en varias ocasiones a orar por el éxito de su empresa. Finalmente, el gobierno de la República de Colombia decidió en 1919, consagrar el país a la Virgen de Chiquinquirá como su Reina y Patrona. El 9 de julio de 1919 el presidente Marco Fidel Suárez coronó a la Virgen de Chiquinquirá como Reina de Colombia en una ceremonia realizada en la Plaza de Bolívar de Bogotá en presencia del Nuncio Apostólico y varios obispos.[9]​ En algunas ocasiones la imagen ha sido trasladada con gran pompa, a la ciudad de Bogotá (unos 120 km al sur) con el fin de pedir a Dios por el fin de guerras, catástrofes o epidemias. El último traslado de este tipo ocurrió en 2017 por motivo de la visita del Papa Francisco a Colombia.

El rostro de la Virgen María se destaca por su modesta actitud y su inefable sonrisa, sus ojos entrecerrados la revisten de una hermosura admirable, que mueve al recogimiento; un velo blanco cubre su cabeza; viste un manto azul celeste, una túnica rosada, un rosario cuelga de las manos de María y del Niño Jesús, quien en la derecha sostiene un hilo que pende del pie de un pajarillo.

A la derecha de María, está San Antonio de Padua, sosteniendo en la mano izquierda, un libro sobre el que está el Niño Jesús con el mapamundi en sus manos; en la derecha sostiene una palma. A la izquierda está San Andrés, apóstol, leyendo la Sagrada Escritura, en la izquierda sostiene la cruz en forma de X, signo de su martirio. María sostiene en sus brazos al Niño Jesús invitándonos a acogernos a Él, quien puede remediar todos nuestros males. A primera vista se descubren vestigios de las goteras que corrieron sobre la pintura. El cuadro está adornado con dos coronas, dos rosarios, el cetro, la Cruz de Boyacá, la Orden de San Carlos y la Orden del Congreso; lo rodean 30 semicircunferencias con escudos de la Santa Sede, la Provincia y algunas Diócesis; del cuadro penden, un rosario y dos rosas de plata; un fuerte cristal lo protege desde 1954.

Este milagro consiste en que durante más de 422 años ( 1587-2017 ) el lienzo se conserve tal como se renovó. Desde 1587 hasta 1897, que se le colocó el cristal para protegerlo, diariamente se estuvo retocando en el lienzo de la Virgen, mazos de rosario, manojos de yerbas, panecitos de tierra blanca y otras mil cosas y el lienzo no ha sufrido daños, debiéndose haber destruido y acabado la tela en la parte que tales refregones sufrió. Tenían en el templo una vara larga con un garabato en la punta, donde engarzaban los objetos, los aplicaban al lienzo de manera que no quedara duda de que han sido tocados en la Imagen. Si vemos la columna de mármol, de la Virgen del Pilar de Zaragoza en España, los peregrinos la besan por el respaldo, y con solo aplicarle los labios, en tan largo tiempo, se ha hecho al mármol una concavidad, lo mismo que el pie de bronce de San Pedro del Vaticano, se ha desgastado notablemente con el ósculo de los turistas. Es indiscutible que “en esta Imagen hay encerrado algún don especial de Dios, reservado para remedio de graves males” como lo expresó la Sagrada Congregación de Ritos en su Decreto de 18 de julio de 1829.

De esta manera, la fiesta de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, Patrona de Colombia es el 9 de julio, día de su coronación.

En 1562, la Imagen fue colocada en la capilla de paja y bahareque de Suta, donde permaneció 16 años; de allí fue retirada en 1578 y quedó abandonada, rodando de una parte a otra como objeto de uso doméstico durante 8 años, hasta que María Ramos la recuperó en 1585.

El 26 de diciembre de 1586, se renovó y permaneció en la choza donde vivía María Ramos hasta 1588.

El 3 de diciembre de 1587, fue llevada a Tunja; regresó el 20 de enero de 1588 .

En 1588 fue colocada en la capilla de paja que le levantaron los indios.

En 1608 es colocada en el altar del templo donde permaneció 220 años.

El 8 de agosto de 1633, es llevada a Tunja. El 12 de septiembre salió hacia Santafé, donde permaneció en la Catedral dos años y tres meses, hasta noviembre de 1635 que vuelve a su Santuario.

En 1781 fue colocada en el altar de plata martillada.

En 1806, se traslada a la sacristía por hallarse el templo en ruinas; luego es colocada en una capilla provisional construida junto al muro norte de la obra del nuevo templo, hoy capilla de difuntos, donde permaneció hasta 1813 que se colocó en el altar de mármol.

El 21 de abril de 1816, es sacada por Serviez; y llevada hasta Cáqueza; es devuelta el 3 de julio.

El 9 de mayo de 1841, es llevada a Bogotá, regresa el 14 de agosto.

El 4 de septiembre de 1841, es llevada a Tunja, regresa al tercer día.

En 1865, es colocada en un altar de bronce, donde permaneció 42 años.

El 13 de agosto de 1896, con motivo del incendio de la sacristía, fue sacada y llevada al templo de la Renovación donde permaneció día y medio.

En 1908, es colocada en el altar de mármol, donde reposa hoy día.

El 22 de junio de 1918, es sacada violentamente y llevada a la capilla del colegio de Jesús María, donde permaneció sin recibir culto, hasta el 24 de octubre que fue devuelta a la Basílica.

El 28 de junio de 1919, es llevada a Bogotá para ser coronada, regresa el 14 de agosto.

El 4 de diciembre de 1954, es llevada a Bogotá en autoferro; regresa el 9 de diciembre.

El 6 de diciembre de 1962, es llevada a Bogotá en autoferro, para implorar el éxito del Concilio; regresa el 9 de diciembre.

El 30 de julio de 1967, es sacada de la Basílica semidestruida por un temblor y llevada al patio del convento, donde permaneció hasta 1969, julio 9 que fue colocada nuevamente en su trono.

El 9 de abril de 1986, fue llevada al hospital, donde le hicieron varios exámenes radiológicos, la regresaron a las 4,30 a.m.

El 3 de julio de 1986, fue llevada al parque Juan Pablo II donde fue venerada por el Papa y millares de peregrinos.

El 26 de diciembre de 1998, fue bajada de su trono para la fiesta de “Los Siete años”.

El 9 de julio de 1999, fue llevada a Bogotá, para presidir la oración por la paz, donde es condecorada con la Orden del Congreso en el grado de Gran Cruz extraordinaria; regresa el 12 de julio.

El 25 de diciembre de 2005, fiesta de Los Siete Años, fue llevada al Parque Juan Pablo II, de allí al templo de la Renovación y el 26 regresó a su trono.

2 de septiembre de 2017, la Virgen se traslada nuevamente hacía la capital de Colombia , a la Catedral primada en Bogotá para la visita del Papa Francisco

De acuerdo con la tradición zuliana, en el año 1709, la imagen llegó a una humilde lavandera de nombre María Cárdenas, la cual era habitante de un barrio humilde de Nueva Zamora de Maracaibo denominado "El Saladillo", en la provincia de Venezuela. Esta cumplía su faena en las orillas del Coquivacoa (Lago de Maracaibo), cuando una tablita llegó a sus manos, sin ninguna particularidad que la hiciere especial, la cual recogió y llevó a su casa, donde la utilizó como tapa de una tinaja de agua. Existe la creencia de que esta tablita pudo haber caído de algún barco que surcaba el lago. El 18 de noviembre, cuando la mujer estaba colando café, se percató que en la tablita había una Virgen, por lo que  la colocó colgada en la pared. Luego de un rato escuchó unos golpes como si alguien estuviera llamando. Se acercó para ver lo que sucedía y quedó asombrada ante el brillo que emanaba la tabla, revelando la imagen de Nuestra Señora de Chiquinquirá. Tras la conmoción gritó ¡Milagro! ¡Milagro! Los vecinos acudieron a la casa de la señora y corroboraron la existencia de la sagrada imagen.[10]

La imagen, se presume que fue lanzada como despojo en aguas del mar, de un saqueo de algún pirata en el por aquel entonces Virreinato de la Nueva Granada (hoy Colombia) y se desconoce cuánto tiempo pudo estar flotando en las aguas del mar hasta llegar a la Laguna de Coquivacoa (hoy Lago de Maracaibo). La mirada de la Virgen en la imagen viene dada hacia la izquierda, como dando a presumir que sigue su camino a la entonces Provincia de Venezuela, haciéndose desde entonces la más querida de esta región.

Luego del portento similar al ocurrido en el vecino Virreinato se quiso trasladar la Imagen a la Catedral de Nueva Zamora de Maracaibo. La Virgen era llevada en los hombros del pueblo, pero la imagen se puso tan pesada que impidió seguir moviéndola. Finalmente, después de muchos ruegos al cielo y súplicas, uno de los presentes exclamó: "Tal vez la Virgen no quiera ir a la Iglesia Matriz y prefiera la de San Juan de Dios". Entonces la procesión cambió su rumbo hacia la iglesia de la gente humilde de la ciudad y la imagen recuperó su peso normal. Es por esto que, desde ese día la querida Chinita, protege desde su templo, hoy consagrado como basílica, al pueblo zuliano. Cabe destacar que la imagen de la Virgen De Chiquinquirá ubicada en Venezuela no es una copia de la Colombiana, ambas son consideradas originales donde se supone que la virgen tuvo la aparición en ambas regiones, en diferentes tiempos o a la vez.

Enmarcado en la celebración de la Feria, a la par del cronograma formal y religioso de actividades se desarrollan otros eventos populares y de masas de acuerdo a las creencias de los fieles. Todos los 18 de noviembre Maracaibo y el estado Zulia en general, han venido celebrando la feria de la Chinita, como cariñosamente se le denomina en el país, fecha que se ha convertido a partir de ese entonces, en ocasión de fiestas para los fieles del pueblo zuliano y sus alrededores. Con el alumbrado de la avenida Bella Vista, al son de la gaita (música originada en la época colonial y que hoy en día está dedicada en gran medida a la celebración de las fiestas de la Virgen y protestas del pueblo zuliano), fuegos artificiales que alumbran el cielo marabino, chimbangueles (música de tambores) que retumban, bandas orquestales hay un marco de fiesta, acompañando a la Virgen en su recorrido por las calles donde se dice ocurrió el milagro de la renovación, tal como también sucedió en Chiquinquirá, Colombia.

La devoción a la Virgen del Rosario de Chiquinquirá es muy grande en la ciudad de Maracaibo y en el Estado Zulia, y a la misma se le atribuyen multiplicidad de favores, algunos de los más sorprendentes se han exaltado en hermosos vitrales en la misma Basílica.

En Maracaibo todos los 18 de noviembre sale en procesión junto a sus feligreses, y es llevada por hombres en sus hombros con un pesado trono en donde ella posa su magestuocidad, estos hombres pertenecen a [La Sociedad Religiosa "Servidores de María"], con su vestimenta completamente blanca y sombrero azul, ellos son los encargados en llevar y promover el orden en la celebración de la Inmaculada Virgen, así como también su permanente presencia en el templo donde reposa la reliquia y las procesiones que se realizan los 18 de cada mes. Aunada a esto también están las Hijas de María, ellas se encargan de resar el Santo Rosario en las procesiones. Cada año reciben más de 600 personas, entre niños y adultos

La Virgen del Rosario de Chiquinquirá es la formal patrona de la Ciudad de Maracaibo, del Estado Zulia y de la Guardia Nacional de la República Bolivariana de Venezuela, fue coronada canónicamente con las ofrendas de oro junto a piedras preciosas y semipreciosas tales como rubíes, zafiros y esmeraldas que su pueblo le ha obsequiado desde la colonia. Dicha corona está sostenida por cuatro ángeles de plata. En la época hispánica la tabla fue cubierta en sus bordes con un repujado de oro, ciertos adornos sobre la imagen como coronas para la Virgen y el niño, la aureola, etc, los cuales han sido retirados en su mayoría a excepción de las corona. Cuenta la imagen con un cetro de oro, zafiros y esmeraldas; la imagen también cuenta con una corona elaborada con piedras denominadas "tumas" obsequio de la etnia guajira.

La imagen de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá se ha trasladado en varias oportunidades a múltiples sitios; una de las más recordadas fue cuando visitó la capital de la República (Caracas) y de manera más frecuente ha sido paseada por las diferentes parroquias del estado Zulia, trasladándose en lanchas por el lago y los ríos, en vehículos terrestres y hasta en helicóptero. Hoy estas visitas continúan pero haciendo uso de una réplica por resguardo de la imagen original.

Las celebraciones en honor a la Virgen del Rosario de Chiquinquirá, dejaron de ser las modestas fiestas patronales del pasado para adquirir características internacionales de festejo de gran complejidad donde confluyen eventos religiosos y populares, todos reunidos bajo el nombre da la Feria Internacional de la Chinita.

En ella se realizan las famosas corridas de toros, bailes en sitios públicos y privados de la ciudad, amaneceres gaiteros, juegos de béisbol, la gran gala de la belleza, (concurso de belleza que permite elegir a la soberana que será la reina de la feria por todo el año, el desfile de carrozas y comparsas, además muchas otras actividades.

A la par se desarrolla el juego de béisbol Copa "La Chinita", actividad deportiva muy frecuentada por la fanaticada marabina y zuliana, que se reúne (luego de una larga noche de parranda) a darle ánimo y apoyo al equipo pelotero de las Águilas del Zulia. Así como también los amantes del deporte rey a nivel mundial celebran y apoyan el equipo Zulia Fútbol Club en su participación en la primera división de fútbol de Venezuela.

A la semana siguiente se realiza la procesión de la Aurora y en ella se pasea la imagen desde la basílica a las 3.00 de la madrugada, para que junto a su pueblo reciba el día en la calle. Finalmente, el domingo siguiente se restituye la imagen a su templo.[11]

Desde el año 2004 Madrid (España) veneran a La Chinita y se celebra la feria igual que en Maracaibo Edo. Zulia (Venezuela) celebrando así el día de la patrona en España, la celebración se hace en el mes de noviembre de cada año, el día especial de la patrona es el mismo día que se celebra en Maracaibo, el 18 de noviembre, con una misa y después una serenata gaitera con el grupo Madrid-Maracaibo.

Estos son algunos de los temas cantados por conjuntos gaiteros en honor a la Chinita:


Existe también un grupo gaitero denominado Los Chiquinquireños que nació en 1998 cuando en los estudios “Harmoni” de Heriberto Molina, se unieron las voces de Astolfo Romero y Neguito Borjas para grabar una gaita titulada “Rompo a llorar”. Desde entonces, la agrupación reúne, año tras año, a los máximos exponentes de la gaita zuliana, quienes entregan su talento poético, musical e interpretativo a la Virgen de Chiquinquirá, como un acto de fe, devoción y compromiso zuliano.

Ricardo Cepeda, Betulio Medina, Neguito Borjas, Ingrid Alexandrescu, Carmencita Silva, Deyanira Bravo, Carlos Méndez, Germán Ávila, Douglas Ochoa, Astolfo David Romero, Luis Ángel Aguirre, Argénis Carruyo, Danelo Badell, Alfonso Marín, Wilfredo Delgado, Dennis Daguín, Jaime Indriago, Nelson Romero, Marco Díaz y Gladys Vera son algunos de los gaiteros que han ofrecido su canto y voces para enriquecer la agrupación.



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