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Ovibos



El buey almizclero o buey almizclado (Ovibos moschatus), también llamado de forma menos frecuente toro almizclero, es una especie de mamífero artiodáctilo de la familia Bovidae.[2]​ A pesar de su fuerte parecido externo con los bovinos (es un caso de convergencia evolutiva), los bueyes almizcleros pertenecen a la subfamilia Caprinae, la misma en la que se incluyen las cabras y ovejas. Esta curiosa naturaleza se manifiesta en el nombre científico del género, Ovibos, formado por composición a partir de las palabras latinas «ovis» («oveja») y «bos»buey»). El apelativo almizclero proviene de una serie de glándulas secretoras que presentan los machos y funcionan durante la época de celo.

Puede alcanzar hasta 2,3 metros de longitud y 1,5 de altura en la cruz, así como un peso máximo de 400 kg. El cuerpo es robusto y compacto, y las patas, cola y orejas, de escasa longitud. Está recubierto de una capa doble de pelo formado por un pelaje interno, más denso y corto, y otro externo, largo, lanoso y de color castaño oscuro, que le llega hasta la mitad de las patas y se muda poco antes de que comience el invierno. Todo esto le ayuda a hacer frente a los fríos polares típicos de la tundra, de donde es originario. Los ejemplares adultos pueden llegar a vivir unos 25 años. Los cuernos están presentes en ambos sexos, aunque en el caso de las hembras están menos desarrollados; tienen sus bases, de aspecto aplastado, en el centro del cráneo y se curvan sobre sí mismas en los extremos, de forma vagamente similar a los del búfalo cafre africano.

Otro rasgo característico de los bueyes almizcleros son sus prominentes ojos. Como indica Barry Lopez "Los grandes ojos, que se proyectan fuera del cráneo para salvar el grueso pelaje y ampliar el campo lateral de visión, se hallan magníficamente bien adaptados. Una doble retina intensifica las imágenes en la oscuridad y bajo la escasa luz invernal y la pupila, una hendidura horizontal, puede cerrarse por completo para evitar la ceguera que puede provocar el resplandor de la nieve (...) La pupila también está densamente surcada de corpora nigra, que protegen la retina contra el resplandor del cielo, por arriba, y de la nieve y el hielo del suelo, por abajo."[3]

Los bueyes almizcleros son animales sociales que forman manadas mixtas de entre 10 y 100 individuos durante todo el año, siendo más grandes en invierno.

Destacan entre los rumiantes por la cantidad de contactos corporales que mantienen, pues incluso cuando huyen se alejan galopando hombro contra hombro y flanco contra flanco.[3]

Hacia mediados de agosto, los machos compiten entre sí por el derecho a la reproducción. Los combates entre machos consisten en embestidas chocando cornamentas simultáneamente, arrancando desde unos veinte metros atrás. Un 10% de las muertes de los machos son debidas a estos enfrentamientos.

Las hembras con las que se apareen darán a luz una única cría 9 meses más tarde, al principio del verano ártico del año siguiente. Si son hembras alcanzarán la madurez sexual a los dos años, pero si son machos tardarán cinco años. Los bueyes almizcleros son unos grandes amantes de sus pequeños y reaccionan protegiéndolos con gran agresividad del ataque de sus principales depredadores (aparte del hombre), los lobos. Cuando estos atacan, los animales adultos adquieren una formación en círculo, con los cuernos hacia fuera, mientras los individuos jóvenes se protegen en su interior. El círculo va rotando poco a poco con el fin de que no sean siempre los mismos ejemplares quienes hagan frente al acoso de los atacantes.

Esta especie es originaria de Europa, donde se adaptó paulatinamente al frío de las glaciaciones hasta el punto de no poder vivir en otro clima que el periglaciar. Los bueyes almizcleros se piensa que llegaron procedentes de las altas llanuras del norte de China, donde sus antepasados se adaptaron a la vida en la zona alpina, a la manera de las ovejas y los bovinos.[3]​ A finales del Pleistoceno cruzó el estrecho de Bering y pasó a Norteamérica, extinguiéndose en Europa y Asia al inicio del Holoceno. En las primeras décadas del siglo XX fue cazado hasta la extinción en Alaska, quedando relegado al norte de Canadá y Groenlandia. Se decidió protegerlo y reintroducirlo en el territorio estadounidense de donde había desaparecido. Posteriormente, la especie fue introducida también en el archipiélago de Svalbard (1929, fallida), sur de Noruega (1932) y Siberia (1975). A pesar de que sigue siendo objetivo de los cazadores, la especie goza actualmente de buena salud y sus poblaciones están en proceso de expansión. Se estima que la población mundial está entre 80 000[4]​ y 125 000 ejemplares,[5]​ estimándose que hay 68 788 viviendo en la isla de Banks.[6]​ En tiempos recientes, la población introducida en Noruega ha llegado a rebasar la frontera con Suecia.

Se ha reportado que las secreciones prepuciales poseen grandes cantidades de ácido benzoico y p-cresol. En la secreción de la glándula infraorbital se han reportado colesterol, benzaldehído y una serie homóloga de γ-lactonas saturadas que varían de 8 a 12 carbonos. [7]



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