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Pablo de Andrés Cobos



Pablo de Andrés Cobos (La Cuesta (Segovia), 1 de junio de 1899 - Madrid, 4 de enero de 1973) fue un maestro, pedagogo, escritor y filósofo español, discípulo de Blas Zambrano y biógrafo de Antonio Machado, con quienes participó en el desarrollo de la Universidad Popular Segoviana y la puesta en marcha de las Misiones Pedagógicas.[1][n. 1]

Nacido niño de aldea en la provincia de Segovia, Pablo de Andrés Cobos tuvo la fortuna, según él mismo ha recordado en numerosas ocasiones, de caer desde muy temprano en la órbita pedagógica de Blas Zambrano y, como natural consecuencia, de la Institución Libre de Enseñanza.

Recién cumplidos los 18 años, superó la calificación de maestro en la Escuela Normal de Segovia.[n. 2]​ En abril de 1921 comenzó su andadura docente en Valdepeñas y cuatro años después se trasladó a San Ildefonso (Segovia). En el curso 1926/27 fue pensionado por la Diputación segoviana para un viaje de estudios por las escuelas de España. Los resultados se editaron en Un viaje por las escuelas de España (1927), y en la revista Escuelas de España, publicada por el Heraldo Segoviano. En el curso 1929/30, una nueva beca le permitió viajar por escuelas de Francia, Bélgica y Suiza. El 14 de mayo de 1930 fue nombrado director de enseñanza graduada en San Ildefonso.[2]​ En marzo de 1931, Pablo de Andrés Cobos ganó por concurso plaza de maestro en el Patronato escolar de Barcelona; con la victoria republicana en ese año, comenzó a colaborar en la prensa progresista, Heraldo Segoviano, Segovia Republicana y El Socialista, no solo en artículos de pedagogía sino también en campañas de denuncia contra algunos caciques de la provincia.[1]

Entre 1932 y 1933 Cobos se integró en las tareas de las Misiones Pedagógicas, participando en las de Cartagena, Aldeaseñor (Soria), Sanabria (Zamora) y La Cuesta y Carrascal del Río, pueblos de su provincia natal.[3]​ En ellas conoció a Enriqueta Castellanos Pereda (1901-1992), también maestra y luego esposa y madre de sus hijos —además de albacea del importante legado epistolar de Cobos.[4]

El giro hacia la derecha de la República Española en 1933, desarboló las Misiones y Cobos concursó a una plaza de maestro en el Orfanato Nacional de El Pardo (Madrid), institución sobre la que había redactado un informe-denuncia en febrero de 1931, dos años antes. Tras un año de lucha (y tras denunciar comportamientos como el hecho habitual de que las monjas encargadas del Orfanato consintiesen en que chicos y chicas del mismo tuviesen relaciones a condición de que acudieran a misa) y un cambio en la dirección del Patronato hacia posiciones más conservadoras que liberales, el joven pedagogo dimitió. Ganó plaza por oposición en la dirección del Grupo escolar Claudio Moyano de Madrid en enero de 1934 y un año después publicó sus Estampas de aldea. Literatura para niños (1935), con dibujos de Miguel Prieto.

El 30 de julio, Cobos fue arrestado y trasladado a prisión. El 19 de septiembre un Consejo de Guerra le acusa de "conspiración para la rebelión, curiosa paradoja viniendo de quienes se habían rebelado militarmente contra el gobierno legítimo de España...[1]​ Durante los cuatro años siguientes, pasó por diversas cárceles: Vieja de Segovia; Valdenoceda y la Prisión Central, de Burgos; el Carmelo y Larrinaga, de Bilbao; la Central de Astorga (donde comenzó a 'redimir su pena' como maestro de la prisión); prisión provincial de Orense, de donde salió en libertad provisional el 19 de octubre de 1940.

Inhabilitado para ejercer su profesión trabajó en la redacción y preparación de temarios para academias segovianas especializadas en diversos textos y programas legales y oposiciones a la administración, llegando a crear su propio establecimiento, la academia «Audiencia».

En 1963, Cobos publicó en la revista Ínsula su libro Humor y pensamiento de Antonio Machado en la metafísica poética, iniciando con él un conjunto de trabajos que le otorgan el título de mejor biógrafo del periodo segoviano del poeta.[1]​ En Ínsula, editorial, revista y tertulia de la "resistencia silenciosa" en oposición al franquismo, Cobos aportó con su experiencia la orientación que, más allá de lo puramente intelectual, recuperaba para los más jóvenes el sentimiento de una tradición española desconocida y silenciada. Actuó como intérprete sentimental entre la España exiliada y los integrantes del no menos numeroso contingente de "exiliados interiores"; así, en sus colaboraciones aparecen los nombres del dramaturgo "misionero" Alejandro Casona, de Pablo Gutiérrez Moreno (creador de las Misiones de Arte), del filósofo Juan David García Bacca, de su paisano Mariano Quintanilla o del lexicógrafo Manuel Seco.

Otro foco de erudición cultural en cuya recuperación colaboró Pablo de Andrés Cobos fue la revista de Estudios Segovianos, hija de la revista de la Universidad Popular Segoviana hasta 1959 y luego de la Real Academia de Historia y Arte de San Quirce, herederas a su vez de la tertulia de los intelectuales «zurdos» que animada por Blas Zambrano y Antonio Machado se reunió entre 1921-1927 en el taller del ceramista Fernando Arranz.[1]

En 1970 creó la editorial Ancos (acrónimo de Andrés Cobos), donde publicó revisiones y ampliaciones de varios de sus trabajos aparecidos en Ínsula.

Cuarenta años después de su muerte se publicó el interesante trabajo documental que reúne la correspondencia entre Pablo y María Zambrano.[5]



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