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Paitilla



Cucumis citrullus var. pasteca Ser.[1]

Citrullus lanatus, comúnmente llamada sandía, acendría, sindria, patilla, aguamelón o melón de agua, es una especie de la familia Cucurbitaceae. Es originaria de África con una gran presencia y difusión en todo el mundo. Se cultiva de manera extendida por todo el mundo debido a su fruto, el cuál es un pepónide de enorme tamaño —el récord entre las frutas fue una sandía de 120 kg.[2]

Es una planta herbácea de ciclo anual, trepadora o rastrera, de textura áspera, con tallos pilosos provistos de zarcillos y hojas de cinco lóbulos profundos. Las flores son amarillas, grandes y unisexuales, las femeninas tienen el gineceo con tres carpelos, y las masculinas con cinco estambres.

El fruto de la planta es grande (normalmente más de cuatro kilos), pepónide, carnoso y jugoso (más del 90% es agua), casi esférico, de textura lisa y sin porosidades, de color verde en dos o más tonos. La pulpa es de color rojo —por el antioxidante licopeno— y de carne de sabor generalmente dulce (más raramente amarilla y amarga).

Las numerosas semillas pueden llegar a medir 1 cm de longitud, son de color negro, marrón o blanco y ricas en vitamina E, se han utilizado en medicina popular y también se consumen tostadas como alimento.

Citrullus lanatus fue descrita por (Thunb.) Matsum. & Nakai y publicado en Catalogus Seminum et Sporarum in Horto Botanico Universitatis Imperialis Tokyoensis per annos 1915 et 1916 lectorums Imperialis Tokyoensis 30, no. 854. 1916.[3]

El fruto contiene alrededor de 6% de azúcares y 90% de agua por peso. Es una buena fuente de vitamina C, como muchos otros frutos.

El aminoácido citrulina fue extraído y analizado por primera vez de la sandía.[7]​ Las sandías contienen una cantidad significativa de citrulina y después de consumir de varios kilogramos, se ha medido una concentración elevada en el plasma sanguíneo. Esto podría ser confundido con citrulinemia u otros desórdenes del ciclo de la urea.[8]​ Las cortezas de sandía, usualmente verdes o blancas, también son comestibles y a veces son consumidas como verdura.[9]​ La sandía es ligeramente diurética[10]​ y contiene carotenoides en grandes cantidades.[11]​ La sandía con pulpa roja es una fuente significativa de licopeno, proporciona 4,532 µg por 100 g.[12]

En diferentes partes de México y según su medicina tradicional empírica, la sandía posee una serie de propiedades que la hacen apta para ser usada como medicina. En Puebla, se recomienda para tratar el paludismo, y en Sonora para el reumatismo, estreñimiento, afecciones renales, gota y trastornos de las vías urinarias.

En Michoacán, para sanar las quemaduras, se emplea el fruto en rebanadas aplicado de manera externa, y en Oaxaca se utiliza en el tratamiento del sarampión. Sin embargo, no hay pruebas científicas de que la sandía cure dichos padecimientos y la mejoría en las personas podría atribuirse más bien a los cuidados generales y la evolución natural de la enfermedad.[13]​ En el siglo XX, el Instituto Médico Nacional de México la reporta como antiblenorrágica y diurética. Maximino Martínez la señala para las afecciones renales y como antipalúdico.[cita requerida]

En las semillas se ha detectado el terpenoide cucurbitacina.

Este fruto se ha convertido en un ícono nacional en México debido a que posee en orden los 3 colores de la bandera de México. Inclusive existe la creencia de que para el diseño de la bandera de México, Guerrero e Iturbide se inspiraron en los colores de la rebanada de una sandía.[14]​ También significó un objeto de inspiración para pintores del país como: Frida Kahlo, Diego Rivera y Rufino Tamayo.[14][15][16]

En la cuenca mediterránea florecen entre junio y julio (verano boreal) y maduran cuarenta días después de su floración. En España fue introducida por los árabes; actualmente se cultiva por toda la península, principalmente en Andalucía y en el este. La etimología de su nombre refleja dicho origen, ya que sandía proviene del árabe hispánico sandiyya. En árabe clásico es sindiyyah, de Sind, región de Pakistán, de donde proviene el nombre.

Aproximadamente un 95% de la sandía se cultiva injertada sobre un patrón de calabaza híbrida (C. Máxima × C. Moschata), totalmente afín con la sandía. El híbrido fue introducido en Almería en 1980. Se originan problemas cuando existen diferencias de 20-30 °C de temperatura entre el día y la noche, aunque con las sandías injertadas aumenta la resistencia tanto al frío como al calor.



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