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Palacio Savassona



El Palacio Savassona, en ocasiones escrito Sabassona, también conocido como Casa Parellada,[1]​ es un edificio situado en la calle Canuda, 6, de Barcelona (España), donde tiene su sede el Ateneo Barcelonés.

Antigua casa señorial del siglo XVIII, figura en el registro de Bienes Culturales de Interés Nacional del patrimonio catalán.​[2]​ Declarado monumento histórico-artístico en 1981, está catalogado como Bien de Interés Cultural del patrimonio español con el código RI-51-0004467.[1]

En 1776 Antoni Ferrer de Llupià, I barón de Savassona, compró un conjunto de fincas cerca de la Rambla de Barcelona, entre las calles Canuda y Bot, junto al desparecido convento de Santa Teresa.[3][n. 1]​ En 1782, tras derribar las estructuras existentes, inició la construcción de una nueva residencia familiar, según un proyecto de su hijo, Josep Francesc Ferrer de Llupià. Tras la muerte del patriarca, en 1787, el heredero siguió con las obras, que completó con la nueva fachada, en 1796.[4][n. 2]​ En esta misma época el pintor Francesc Pla, conocido como «El Vigatà», decoró los techos y paredes de la planta noble. Las obras se terminaron hacia 1802.[5]

Cuando murió el II barón de Savassona, en 1826, su viuda se trasladó a Vich, quedando la finca vacía hasta que en 1846 fue vendida a un comerciante textil, Josep Serra Farreras.[6]​ En 1864 el nuevo propietario encargó a Elías Rogent una reforma del palacete, incluyendo una ampliación, con la compra de dos fincas contiguas en la calle Bot. En su intervención Rogent remodeló también las dos fachadas, adoptando la de la calle Canuda su aspecto actual.[7]

Serra, fallecido en 1877, dejó el palacio en herencia a su hijastra Pilar Moragas, y esta hizo lo propio con su hijo, Juli Maria Parellada.[8]​ Siguió funcionando como residencia hasta que en 1905 Parellada vendió la finca al Ateneo Barcelonés, que por entonces tenía sus dependencias en el Teatro Principal.[9]​ Durante el año siguiente, el arquitecto Josep Font i Gumà, auxiliado por Josep Maria Jujol, dirigió la remodelación del edificio para convertirlo en sede la entidad.[2]

Durante los años 1920 el edificio fue objeto de varias reformas, mayoritariamente ampliaciones de la biblioteca. En 1952 se llevaron a cabo trabajos de mejora.[9]​ Pero la transformación más significativa tuvo lugar en 1968. Las obras, dirigidas por Joan Bassegoda, permitieron la ampliación de la biblioteca y la creación de una nueva sala de actos y otros espacios, gracias a la construcción de tres plantas más, inicialmente destinadas a viviendas para responsables del Ministerio de Información y Turismo, pero que finalmente fueron incorporadas al Ateneo como aulas para la escuela de escritura. Paralelamente, se llevó a cabo la remodelación de la fachada lateral, tras el derribo de la estrecha calle Bot. La obra fue realizada por Adolf Florensa, quien integró la remonta de Bassegoda como si fuese parte del edificio histórico, rebozó la fachada de color rojo y le añadió elementos decorativos (molduras, balaustrada, etc.) para armonizarla con el resto de edificios de la plaza de la Villa de Madrid, construidos por él mismo.[10]

En 2002 se iniciaron unas obras de rehabilitación que, por motivos presupuestarios, se desarrollaron en distintas fases durante más de una década.[11]​ El proyecto fue a cargo de los arquitectos Manuel Brullet y Mateu Barba, en colaboración con el conservador de Ateneo, Jordi Garcés. Destaca la rehabilitación de la biblioteca, terminada en 2007, que fue finalista del Premio FAD en la categoría de interiorismo.[12]​ En esta actuación se restauraron las pinturas de «El Vigatà», recuperando algunas obras ocultas por intervenciones posteriores. En 2008 se llevaron a cabo obras en el vestíbulo y se recuperó la escalera de Jujol para acceder a la primera planta. En 2010 se completó la restauración de las fachadas, revocando la intervención de Florensa para recuperar el aspecto histórico de la finca señorial. Así, se eliminaron los sobreñadidos de los sesenta (molduras, cornisas, etc.) y se unificó el color de ambas fachadas con un rebozado blanco. En los años siguientes se completó la reforma de otros espacios del Ateneo como la sala de actos o la sala Pompeu Fabra (2014).[13]

El Palacio Savassona es una característica casa señorial de finales del siglo XVIII, de estilo neoclásico, aunque muy transformada. De la finca original se conserva el patio de entrada con escalera cubierta, las pinturas de Francesc Pla, «El Vigatà», en el techo de la actual biblioteca y el jardín de la parte posterior.[2]

Se accede al edificio por la calle de la Canuda, desde una entrada para carruajes, actualmente destinada a proyectos expositivos. Inicialmente formaba parte de un patio a cuerpo descubierto, actualmente cubierto mediante un lucernario. En el lateral derecho hay una escala noble, que permitía a los antiguos inquilinos del palacio acceder a la primera planta. Cuando el Ateneo adquirió el edificio, Josep Maria Jujol abrió un acceso desde la escalera al entresuelo.[14]​ Del mismo arquitecto es el ascensor modernista, uno de los primeros instalados en Barcelona, que todavía conserva su aspecto original.[15]

También en la planta baja se ubica la llamada Sala Verdaguer, un pequeño salón de actos que anteriormente se usó como gimnasio y zona deportiva para los socios del Ateneo.[14]

En el entresuelo del edificio se desarrolla principalmente la actividad social del Ateneo, pues aquí se encuentran las salas de conversación, la sala de juntas, el bar y los jardines.[14]

Las salas de conversación han albergado las históricas tertulias de la entidad. Excepto la renovada sala Joaquim Borralleras, el resto conserva su aspecto tradicional, destacando las columnas y cristaleras, diseñadas por Jujol.

En la parte posterior del entresuelo se encuentra el jardín de estilo romántico, formado por varios parterres geométricos. Está presidido por un estanque con una pequeña fuente, donde anualmente se recrea la tradición del «L'ou com balla». Entre la vegetación destacan las palmeras centenarias, limoneros y nísperos y cintas.[16]​ En las paredes del patio se exhibe una escultura de Manuel Cusachs[17]​ y unas figuras de terracota atribuidas a Ramón Padró.[18]

Este piso fue la planta noble de la antigua residencia, que albergaba las principales habitaciones del palacio: el gran salón, la alcoba, el despacho del barón, el comedor, el salón de baile, etc.[19]​ En la actualidad la primera planta está ocupada por la biblioteca del Ateneo Barcelonés,[n. 3]​ considerada la biblioteca privada más importante de Cataluña, con cerca de 300.000 volúmenes y 1.800 títulos de revistas.[20]

Todos los techos de la primera planta están decorados.[21]​ Destacan especialmente las pinturas murales de Francesc Pla, «El Vigatà», del siglo XVIII, que se conservan en cinco salas (una recuperada tras la restauración de 2007). Todas ellas son pinturas al temple que versan sobre temas mitológicos.[22]​ Otros cuatro techos son artesonados, fruto de la redecoración de Elías Rogent en el siglo XIX. El resto de techos de la biblioteca tienen pinturas modernistas y de temática pompeyana, correspondientes a la rehabilitación de Font y Jujol en 1906.[21]​ En la entrada de la biblioteca destaca el mural «La porta dels lectors» (en español, La puerta de los lectores) de Frederic Amat, instalado tras la rehabilitación de 2007.[23]

La segunda planta era la más alta de la construcción original y estaba destinada al servicio.[24]​ Alberga la Sala de actos Oriol Bohigas, construida en 1968 y reformada integralmente en 2010, y la Sala Pompeu Fabra, para eventos de dimensiones menores.[18]

La plantas 3, 4 y 5 son fruto de una remonta construida por Joan Bassegoda en los años 1960. Están destinadas a las aulas de la Escuela de Escritura del Ateneo. En la quinta planta tienen su sede tres asociaciones de escritores: la Asociación de Escritores en Lengua Catalana, la Asociación Colegial de Escritores de Cataluña y el PEN Catalán.[25]



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