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Paro Cívico Nacional de 1977



Protestas, bloqueo de vías y disturbios. Enfrentamientos con la Fuerza Pública

El Paro Cívico Nacional de 1977 fue una manifestación popular contra el gobierno de Alfonso López Michelsen en las principales ciudades del país. Llevada a cabo entre el 14 y 15 de septiembre de 1977.[1][2]​Fue considerado el movimiento social más fuerte, de mayor impacto, resistencia violenta e importancia en la historia de Colombia después del Bogotazo, hasta el Paro Nacional del 28 de Abril de 2021 (en proceso)[3]​ Motivado por las políticas económicas fallidas del gobierno y los incumplimientos de las promesas de dicho gobierno, fue considerado el primer Paro Cívico Nacional de la historia de ese país.[4]

En 1974 fue elegido Alfonso López Michelsen como primer gobierno luego del final del Frente Nacional. Entre sus postulados de campaña se encontraba la necesidad de corregir el déficit fiscal a través de decretos de emergencia económica que le dieran más autonomía al Ejecutivo y al Legislativo para determinar medidas concretas.[5]​ Sin embargo, debido al contexto internacional y a las dificultades para lograr consensos entre las distintas vertientes al interior de su gobierno, es reconocido como uno de los primeros gobiernos en implantar políticas económicas y sociales de corte neoliberal: en medio de una inflación elevada, tuvo que enfrentar una crisis petrolera, la bonanza cafetera, la bonanza marimbera y los orígenes del narcotráfico. Todo ello, se vio reflejado en la revisión del gasto público, la reestructuración de diferentes entidades estatales y, particularmente, en el desmonte progresivo de algunos de los derechos laborales que habían ganado los trabajadores públicos hasta el momento. Previamente al paro, las centrales obreras, organizaciones campesinas, diferentes movimientos estudiantes, políticos e intelectuales, organizaron aproximadamente 100 huelgas.[6]

Rafael Pardo Buelvas, ministro de gobierno, declaró la protesta como subversiva y adoptó medidas que la restringían y violentaban, lo cual aumentó el descontento popular.[7]

Las organizaciones sociales previas al paro que fueron fundamentales para su organización fueron: los sindicatos, el estudiantado, las Juntas de Acción Comunal, las asociaciones de padres de familia, el campesinado, entre otras.[8]

El paro fue convocado y organizado por:

Los bloqueos y movilizaciones fueron adelantados por estudiantes, trabajadores, amas de casa, educadores, vendedores ambulantes y desempleados que fueron reprimidos violentamente por la Fuerza Pública. [10][11]

Las organizaciones obreras promotores del paro exigen un pliego de peticiones:

A la medianoche de 13 de septiembre la pólvora marcó el inicio del paro. El 14 de septiembre se bloquearon las vías principales desde tempranas horas de la mañana con tachuelas, llantas quemadas, barricadas, se presentaron saqueos y vandalismo, enfrentamientos con las Fuerzas militares.[12]​ El paro estaba liderado por un Comando central que se estableció en un lugar secreto.[6]

Su eje fueron los barrios populares de las grandes ciudades, principalmente Bogotá, Cali, Barranquilla y Bucaramanga, aunque se presentan movilizaciones campesinas en Cundinamarca y Cauca lideradas por la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos (ANUC), así como concentraciones obreras y piquetes de huelga en las zonas industriales como Puente Aranda y de servicios como el centro de la capital, evitando como se había acordado inicialmente las concentraciones masivas que pudieran facilitar la represión.[13]

En los fuertes enfrentamientos 33 personas perdieron la vida, hubo cerca de 3.000 heridos y miles de detenidos.[10]​ Fue necesario habilitar la Plaza de Toros la Santamaría y el Estadio el Campín para poder retener a todos los detenidos. Se declaró el toque de queda que no fue efectivo, la protesta se había salido de control.[14][7]​ Según El Tiempo, más de 30 agentes de policía resultaron heridos. [3]​ Posteriormente, durante el gobierno de Julio César Turbay Ayala, se decidió reprimir la protesta social con su Estatuto de Seguridad[15]​.

Como resultado del paro las cuatro centrales sindicales obreras del país conformaron el Consejo Nacional Sindical que exigió un reajuste salarial del 50 por ciento, congelación de precios y el levantamiento del estado de sitio.[16]​ Se fortalecieron y se organizaron las Juntas de Acción Comunal y de organización comunal. Así mismo seria influencia para paros cívicos regionales en el país en la década de 1980.[17]

Después del paro, entre 1978 y 1983, el salario real creció 9%.Este resultado favorable para los trabajadores, también lo fue para el conjunto de la economía. En 1976 la tasa de desempleo era de 12%, y se fue reduciendo de manera progresiva, pasando de 10,5% en 1978 a 5,2% en 1985. Esta dinámica positiva comenzó con un crecimiento del PIB real de 7% en 1978. Es decir, el aumento del salario real estuvo acompañado de un crecimiento del PIB y de una reducción del desempleo.[18]

Las guerrillas llegaron a considerar que al Paro de 1977 solo le faltaron los fúsiles, el M-19 en 1978 realizaría el Robo de cinco mil armas del Cantón Norte, Las FARC en su VII conferencia de 1982 agregarían a su nombre el EP (Ejército del Pueblo) y fortalecen sus estructuras urbanas algunas de las cuales se vincularon a la Unión Patriótica.[19][20]

Arturo Alape en su libro Un día de septiembre[21]



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