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Parque nacional Yasuní



El Parque Nacional Yasuní (PNY) es un parque nacional ecuatoriano que se extiende sobre un área de aproximada de 10.200 kilómetros cuadrados se encuentra en las provincias de Pastaza y Orellana, entre el río Napo y el río Curaray en plena cuenca amazónica a unos 250 kilómetros al sureste de Quito. El parque, fundamentalmente selvático, fue designado por la Unesco en 1989 como una reserva de la biosfera y es parte del territorio donde se encuentra ubicada la nación huaorani. Dos facciones wao, los tagaeri y taromenane, son grupos en aislamiento voluntario.

El parque nacional Yasuní se encuentra ubicado en la región amazónica ecuatoriana (PNY), se sitúa en áreas de las subcuencas de los ríos Tiputini, Yasuní, Nashiño, Cononaco y Curaray, tributarios del río Napo, que a la vez desemboca en el Amazonas. El Parque tiene forma de herradura y comprende desde la zona sur del río Napo y norte del río Curaray, extendiéndose por la cuenca media del río Tivacuno.[1]​ Según un reciente estudio[2]​ el parque nacional Yasuní y la zona ampliada subyacente se consideran la zona más biodiversa del planeta por su riqueza en anfibios, aves, mamíferos y plantas.[2]​ Este parque cuenta con más especies de animales por hectárea que toda Europa junta.[2]

Presenta un clima megatérmico lluvioso con temperaturas cálidas con promedios entre 24° a 27° C siendo constante durante todo los meses, con altas precipitaciones con alrededor de 3 400 mm anuales y una humedad relativa del 80% hasta el 94% durante todo el año.[3]

El parque nacional Yasuní forma parte de las subcuencas de los ríos Tiputini, Yasuní, Nashiño, Cononaco y Curaray, los cuales son ríos tributarios que aportan al cauce del río Napo, que a su vez descemboca en el Amazonas; el río Napo fluye a lo largo de la llanura amazónica formando varios meandros , además de canales anastomosados a lo largo de su recorrido; por tal motivo el parque nacional presenta grandes recursos hídricos de importancia nacional, especialmente para la región del oriente ecuatoriano.[4]

La elevación promedio es baja alrededor de 190m a 400m sobre el nivel del mar. El territorio cuenta con crestas que lo cruzan de un promedio de 25 a 70m.[3]​La mayor extensión del suelo es geologicamente joven, formado a partir de la sedimentación procedente de la erosión en los Andes.[3]​ El relieve del Yasuní tiene su origen en el Pleistoceno,en la primera parte del período Cuaternario.[4]

El territorio del parque nacional está comprendido por bosques húmedos tropicales según el Sistema de clasificación de zonas de vida de Holdridge donde se incluye cuatro tipos principales de vegetación:

Yasuní es una de las zonas de la Tierra más biodiversas,[2]​ los estudios hablan de 150 especies de anfibios, 121 de reptiles, 598 especies de aves, entre 169 (confirmadas) y 204 (estimadas) de mamíferos, y en flora se han identificado 2113 especies y se estima que existen alrededor de 3100.[2]

La presencia histórica de pueblos dentro de la zona queda son de los Waoranis y de los pueblos indígenas en aislamiento voluntario, los más recientes han sido de la nacionalidad Kichwa y los shuar quienes emigraron desde las provincias de Zamora Chinchipe, Pastaza, Napo y Morona Santiago en los años con unas 15 comunidades asentadas con una población total de 1000 personas y las comunidades de colonos mestizos quienes llegaron a inicios de 1970 tras la apertura de las vías que se han abierto para la exploración y explotación petrolera en la provincia de Orellana. [3]​ Dentro del PNY habitan 16 comunidades indígenas, 8 kichwa y 8 Waoranis.[3]

La colonización de la zonas donde se distribuían antes los pueblos en aislamiento voluntario se debe a dos razones principalmente:

A partir de los años 60 se intensificó la exploarción y explotación petrolera, consecuencia de ello provocó la ocupación de las actuales provincias de Orellana y Sucumbíos. [3]

Expedición de leyes como la Ley de Reforma Agraria en 1973, la Ley de Colonización de la Región Amazónica en 1977 y de manera complementaria, la creación en 1979 del Instituto para la Colonización de la Región Amazónica Ecuatoriana, provocando el uso y ocupación del terreno de forma anárquica especialmente en la zona norte, por pobladores de distintas provincias.[3]

Se asientan dentro de la zona del parque y de amortiguamiento, cuentan con mecanismos de protección legal a través de la Zona Intangible Tagaeri -Taromenane y y el Plan de Medidas Cautelares, desde 1999; en 2011 ambos instrumentos pasan a ser responsabilidad del Ministerio de Justicia del Ecuador.[3]

Cabe resaltar que la zona amazónica ecuatoriana es rica en yacimientos de petróleo y que la economía petrolera es el pilar sobre el que se sostiene la economía del Estado ecuatoriano desde la década de 1970. Ante esto, en el año 1998 el gobierno de Jamil Mahuad declaró la zona sur de PNY como Zona Intangible, para proteger a los pueblos en aislamiento voluntario y preservar la reserva de la biósfera lejos de los campos de petróleo.

La Iniciativa Yasuní-ITT fue una propuesta, surgida de grupos ecologistas y tomada por el gobierno de Rafael Correa en 2007, para condicionar la posibilidad de que el Estado ecuatoriano permita la extracción de petróleo que se encuentra en el bloque petrolero ITT que se encuentra en la zona norte del Parque.

La iniciativa proponía que los países desarrollados paguen a Ecuador cada año una compensación económica para mantener ese territorio sin explotación petrolera. La compensación equivalía a la mitad de lo valorado de su posible explotación. El estado ecuatoriano participaba con la compensación económica de la otra mitad al no explotar el parque nacional y no exportar el petróleo a otros países.

En 2013 el estado ecuatoriano canceló la campaña porque no se logró la compensación económica internacional esperada y anunció que un 0.1% del parque nacional se usará para la extracción petrolera,[6]​ es decir 10 km² (1000,0 ha), lo que se estima generará alrededor de 18.000 millones de USD (600 millones de dólares anuales durante 30 años).[7]

En la actualidad existen plataformas petrolíferas que han sido identificadas por las comunidades mediante mapeo comunitario, pero que no han sido informadas por las empresas petroleras.[8]

El gobierno alemán efectivizó en febrero de 2013 la entrega de 46 millones de dólares al «Programa Especial de Reserva de Biosfera del Yasuní» para proyectos de energía renovable, conservación del bosque y desarrollo social de las comunidades indígenas del área del Yasuní.[9]

Uno de los proyectos a financiar por parte de Alemania es el Rainforest Fund, la fundación del cantante Sting y su esposa Trudie Styler, un sistema que permite el suministro de agua potable para el consumo humano. Este proyecto permitirá recoger el agua de lluvia, filtrándola y almacenándola en 300 tanques –a los que se sumarían 700 más– para el uso de los indígenas locales que actualmente no cuentan con agua potable y consumen agua de los ríos que muchas veces está contaminada con petróleo.[9]

También existe la propuesta de mantener la preservación de la gran mayoría de extensión del parque nacional con el mercado de bonos de carbono propuestos por el Protocolo de Kioto, donde el gobierno ecuatoriano se podría comprometer en el futuro a limitar la zona de explotación petrolera a menos del 1% del territorio total del parque nacional, para no afectar la mayoría de las hectáreas del bosque, preservar la mayoría de los árboles del parque nacional y reforestar las zonas afectadas por una actividad petrolera en el futuro.[cita requerida]

La Agence Française de Développement (AFD) lanzó, en diciembre de 2020, el programa TerrAmaz en Ecuador. La iniciativa tiene por objetivo ayudar a varios territorios de la Amazonia repartidos en cinco sitios piloto (en Brasil, en Colombia, en Perú y en Ecuador) en su lucha contra la deforestación y su transición hacia modos de desarrollo sostenible. [10]

Con una duración prevista de 4 años, será coordinado por el Centro de Cooperación Internacional en Investigación Agronómica para el Desarrollo (CIRAD, por sus siglas en francés), en colaboración con la ONF internacional, filial de la Oficina Nacional de Bosques (ONF, por sus siglas en francés), de la Asociación Agrónomos y Veterinarios Sin Fronteras (AVSF) y del FEPP.

En Ecuador, el proyecto piloto del parque nacional Yasuní, que tendrá una inversión de 1,2 millones de euros, permitirá relanzar y perennizar la gestión de este lugar rico en biodiversidad así como lanzar nuevas acciones en beneficio de las comunidades autóctonas. Asimismo, apoyará la formalización de los derechos territoriales de los agricultores de la región, permitirá realizar un análisis sobre las necesidades para reforzar las cadenas locales, proporcionará una guía a los Ministerios de Ambiente y Agricultura en la delimitación del parque y los territorios forestales y agrícolas. [11]

Yasuní, la joya de la biodiversidad



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